domingo, 17 de octubre de 2010

Belloch se trabaja el voto... ¿Y el PP, qué? 20101017

Esta edición de las fiestas del Pilar acaba con frío, pero bien (salvo por el caso del muchacho pisoteado por la vaquilla anteayer). En la sucesión de eventos multitudinarios contabilizados como éxitos, los festejos zaragozanos cumplen una vez más su función: contentar al vecindario, vender ciudad. Ya puede estar satisfecho Belloch, porque en la capital de Aragón las obras colosales, las macroverbenas y los enormes espectáculos dirigidos a las masas (o participados directamente por ellas) son jalones esenciales en la confección de un mandato municipal. Y él ha cubierto en estos tres años y medio un recorrido que, asumiendo el lenguaje actual, habría que calificar de espectacular. No me extraña que vaya a por más a pesar de la crisis y la colosal deuda que arrastra. 

Las fiestas del Pilar siempre han sido un punto filipino en la gestión del Ayuntamiento de Zaragoza. Comprender esa querencia por la alegría y el mogollón ha sido un acierto táctico del actual alcalde, a quien sólo le ha hecho falta leer en la historia reciente de la Inmortal Ciudad desde el punto y hora en que Luis García Nieto se aplicó con notable inteligencia y habilidad a confeccionar unos festejos mayores que dejasen al personal resacoso y fatigado pero feliz. Con eso y la actualización de la Plaza del Pilar y aledaños, González Triviño aguantó hasta el reventón final. 

Sin embargo, en sus ocho años de gobierno, el PP no se aprendió la lección. A Rudi le faltó iniciativa para dar un paso adelante en el tema de las obras y en el de los saraos (y eso que mi colega Bolea se lo puso a huevo con lo del Michael Jackson). Atarés se metió atinadamente en la reforma de Independencia pero no acertó a resolver el asunto. 

En el momento presente, mientras Juan Alberto Belloch se relame anticipadamente por una victoria electoral que le auguran todas las encuestas, el PP todavía no ha decidido quién será su candidata o candidato. Es probable que carezca de un personaje con tirón, y es seguro que no tendrá fácil encontrarlo porque, sin expectativas de victoria, la gente de orden suele dejar las cosas de la política para los entusiastas del tema. Como me canso de decir, los cargos electos (concejal de Zaragoza o diputado en las Cortes) no ofrecen ni sueldos ni prebendas especiales si se está en la oposición. Es casi imposible interesar en ellos a profesionales, empresarios o intelectuales de prestigio, que no están dispuestos a perder ingresos y, encima, estar todo el día haciendo de blanco en la barraca del pim pam pum mediático y ciudadano. Creo que los conservadores, entre otras cosas, sufren los letales efectos de varios años sin tocar poder en Aragón (ni DGA ni ayuntamientos importantes ni diputaciones provinciales ni ningún sillón desde donde se reparta alguna merced). 

Y es que gobernar desgasta, pero estar en la oposición... 

martes, 2 de febrero de 2010

Mi abuelo se jubiló cerca de los setenta 20100202

Mi abuelo, Matías Gavín, se jubiló más cerca de los setenta que de los sesenta y cinco años porque, si no, apenas le llegaba para vivir. Aun así le redujeron la pensión (estábamos en pleno franquismo) por haber participado activamente en la huelga de 1917, que precisamente fue decisiva para lograr la jornada de ocho horas, las vacaciones pagadas y el llamado retiro obrero. Supongo que estará removiéndose en la tumba al saber que apenas un siglo después un Gobierno socialista pretende enmendarle la plana.

Esta crisis de ahora ha sido desencadenada por las consabidas estafas financieras y en España se ha complicado, como era de esperar, con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Todo el merdé tiene causantes manifiestos, cómplices (políticos) bien conocidos, beneficiarios evidentes. Pero se va a resolver pasando por el prensapuré a las clases medias y medias-bajas, a lo que solemos denominar trabajadores. Zapatero empieza a tenerlo claro. Rajoy hace tiempo que lo sabe. ¿Refundación del capitalismo? Tararí. El capitalismo se está limitando a retroceder hasta su más salvaje prehistoria.

Esta crisis global la pagaremos con sangre, sudor y lágrimas. En el Foro de Davos, EEUU ha pintado menos que nunca, Europa ha sido vista como un espacio decadente donde aún es difícil distinguir las clases sociales a simple vista; pero los países emergentes han sido, una vez más, la estrella del parqué (nunca mejor dicho). China ha causado sensación. Imagínense: un país cuyo gobierno puede desalojar a millones de personas para construir presas o rascacielos, con un crecimiento promedio del PIB superior al diez por ciento, una población bajo estricto control, Google censurado, total identificación del poder político y el económico. Confucio, Mao... y Milton Friedman, el sueño de cualquier neocon-predator (aunque para hacerlo realidad sea preciso afiliarse a un partido comunista).

Y en España... ¿qué? En España nos toca pagar los pelotazos y el desenfreno. Trabajaremos más, por más tiempo y por menos dinero. Si mi abuelo levantase la cabeza nos explicaría de qué va esto. Él, por si acaso, hizo la huelga del 17. Y ganó el retiro obrero.

JOSÉ LUIS Trasobares 02/02/2010

lunes, 1 de febrero de 2010

De izquierdas, y encima hablando catalán 20100201

Desde qué Biel y Boné llamaron a la unión de todos los regionalistas para hacer frente a esa izquierda aragonesa "que habla catalán", estoy impresionado. Me choca la facilidad o intuición con que don José Ángel capta la maniera italiana de hacer política, con qué facilidad tira de argumentos emocionales, hurga en lo peor del pasado y defiende su posición buscando enemigos exteriores fáciles de identificar por la opinión pública. Otra cosa que me deja patidifuso es la virtualidad adquirida por el anticatalanismo como instrumento político capaz de justificar cualquier acción interna aunque nada tenga que ver con Cataluña y sí con los intereses de quienes controlan Aragón.

Conste, por si acaso, que a mí los actuales dirigentes catalanes me parecen absolutamente decepcionantes. Los nacionalistas más acérrimos, desde luego. Pero el PSC y los de Iniciativa han resultado igualmente un fiasco. El Tripartito es hoy un perfecto paradigma de cuánto ha bajado el nivel de la política española incluso allí donde pensábamos que había más chicha. Metan en el saco del desengaño todo lo que quieran: el contencioso de los bienes, la ambivalencia hidrológica o el Archivo de la Corona

Pero ése es un tema y otro diferente utilizar al anticatalanismo y la ocurrencia olímpica de Hereu como una forma de condicionar nuestra política. Porque la mayoría de las dudas, contenciosos, zonas de sombra y barbaridades de la actual gestión institucional aragonesa no se refieren a Cataluña. Es sabido que la derecha aragonesa (que interpreta una variante folklórica del nacionalismo españolista más reaccionario) tiene sus fijaciones negativas: rojos y separatistas. Ahí se agarran Biel y Boné como a un clavo ardiendo.

No sólo ellos. El diálogo sobre la Ley de la Montaña ha saltado por los aires después de que Aramón (según dicen) filtrase su plan para llevarse por delante el valle de Castanesa. Y ahí está el PSOE. Que también se apunta a la catalanofobia (olímpica) y se desmarca de la banda de babor. Ya lo dijo Belloch: "El santo aragonés (Escrivá de Balaguer) tiene méritos... aunque no le guste a la izquierda". El alcalde se distancia y se centra. Por si acaso.