lunes, 31 de marzo de 2014

Orden público y manipulación política (y II) 20140331

Hay una campaña destinada a presentar los últimos incidentes (escraches, antidesahucios, Gamonal, 22-M, Complutense...) como una situación insoportable que justificaría la adopción de medidas de emergencia. Se pretende cortocircuitar a los jueces que aún protegen las libertades fundamentales. Una sociedad donde la desigualdad social aumenta a un ritmo vertiginoso debe estar sometida a un riguroso control, o tenderá a desestabilizarse. Lo cual no plantea sólo la batalla en las calles sino sobre todo en la opinión pública. Por eso alguien se dedica a filtrar informes sobre oscuros grupos adictos a la kale borroka, a encabronar a las fuerzas de seguridad y a fomentar extrañas tensiones (como la que ha surgido, sobre todo en Madrid, entre la policía y los bomberos, cuerpo que ciertas fuentes consideran infiltrado por los antisistema).

La infiltración es la clave, sobre todo en las manifestaciones. De una parte andan por ahí los policías de paisano (a menudo disfrazados de radicales) cuyas actividades pueden desbordar los límites de la legalidad y en cualquier caso deberían ceñirse a protocolos muy estrictos. De otra, y ahí quería llegar, existen grupúsculos izquierdizantes claramente fascinados por la versión más autoritaria, intolerante y agresiva de la supuesta rebelión. Tales grupúsculos (y los descerebrados que van por libre) hacen un magnífico trabajo sucio... por cuenta de esa derecha dura, a la que unos escaparates apedreados y unos contenedores volcados le vienen de maravilla para construir argumentario. La maldición de los incontrolados ha pesado durante décadas sobre la izquierda real, incapaz muchas veces de condenarlos, aislarlos e impedirles actuar. Pese al daño que causan.

España y toda Europa afrontan una situación como no se conocía desde los años 30 del pasado siglo. Los conservadores han logrado imponer su pensamiento y su sistema. Las alternativas progresistas apenas existen o se limitan a proponer líneas de resistencia. En ese contexto, el orden público ha de convertirse en un factor político muy importante. No es algo que deba ser tratado a la ligera. 

sábado, 29 de marzo de 2014

Orden público y manipulación política (I) 20140329

El Consejo General del Poder Judicial (de mayoría conservadora, no se olvide) ha advertido al Gobierno de que su proyecto de ley de Seguridad Ciudadana contiene artículos inconstitucionales. Normal. El Ministerio del Interior opera con muy mala pata táctica. Pero tiene una aguda visión estratégica, encaminada a convertir el orden público en un argumento supremo, tan supremo que deberá servir para situar fuera de la ley toda protesta social que no pase por el aro. La derecha (en esto como en casi todo) tiene las cosas mucho más claras que la izquierda, tan dividida y confusa. Por eso un poco de estrategia de la tensión no les viene mal a las actuales autoridades. Quieren desprestigiar o criminalizar a quienes se rebelan, asustar a las clases medias (esas mismas que están siendo empobrecidas a conciencia), sacar de quicio a los sectores más críticos, incrementar la represión y finalmente convertir manifestaciones y huelgas en poco más que actos simbólicos. Solo faltaría el resurgimiento de las escuadras neofascistas, como la que actuó anteayer en el campus universitario de Zaragoza. Más leña al fuego.

Sin embargo, el problema es (de momento) relativo. Los incidentes callejeros habidos en los últimos dos años han sido escasos. En ellos no suelen participar (según las propias fuentes oficiales) más de unas decenas o cientos de jóvenes antisistema. Y se hace difícil entender cómo esa supuesta guerrilla urbana puede desbordar, como en Madrid el día 22, enormes despliegues policiales. ¿Es lógico que agentes entrenados, provistos de armas y material antidisturbios, con vehículos y sofisticados sistemas de comunicación se conviertan en víctimas de unos grupos tan reducidos como escasamente pertrechados?

Bien se ve que no es difícil reventar una gran manifestación (y sigo hablando del 22-M) mediante la infiltración y la provocación. Pero... ¿quiénes son los infiltrados? ¿Policías? ¿Bloques negros? ¿Comandos juveniles de extrema izquierda? ¿Nacionalistas (periféricos) ultrarradicales?... Supongo que un poco de todo.

(¡Sigo el lunes!) 

viernes, 28 de marzo de 2014

¿Coaligarse? Solo si no hay más remedio 20140328

Ya lo saben: por fin, CHA irá a las europeas con Equo y Compromís. Supongo que en IU, donde han tenido bastantes líos internos al confeccionar su candidatura, se habrán quedado hasta más tranquilos. Hubo inicialmente cierta confusión sobre la oferta que los de Cayo Lara hacían a la formación aragonesista, que si el puesto décimo, que si el octavo... por lo visto iba a ser este último, en el bien entendido de que debía ser ocupado por un candidato que representara a toda la izquierda unitaria de la Tierra Noble, no específicamente a Chunta. Así que en este partido se echaron para atrás. Estos barullos unioneros no les gustan. A ellos, que la izquierda sea tan variopinta, tan grupuscular y tan poco eficiente en términos electorales les parece casi bien. ¿Por qué considerar la división un problema, cuando se trata más bien de una virtud?

Por supuesto, CHA va a salir perdiendo en esta jugada. Las expectativas de Equo y Compromís no son tan estupendas. Ninguna de las nuevas marcas minoritarias (Podemos, Equo y otros a la izquierda; Vox, a la derecha) parece haber calado. La merma que sufran los mayoritarios, PP y PSOE, pasará (más o menos a IU y UPD) sin provocar mayores conmociones. La oportunidad que ofrece en las europeas el colegio electoral único (el que mejor recompensa el voto) agudizará la imperfección del bipartidismo español, pero no provocará vuelco alguno. Y aun relativizando la repercusión de esta cita con las urnas (cosa que no deberíamos hacer), nadie duda de que el test de mayo proyectará su resultado sobre las autonómicas y municipales y las generales del 2015.

En el PSOE aspiran a que las europeas certifiquen que el péndulo de la alternancia está de vuelta (él solito, que los actuales jefes socialistas pasan de empujarlo). Siendo así, la lucha por la secretaría general podría ponerse hasta interesante. En el PP, a la espera de que Rajoy extienda su divino dedo, lo apuestan todo a que la gente se resigne a tener trabajos eventuales y mal pagados considerándolos un privilegio (¡ya está resuelta la crisis!). ¿Y el PAR, qué? Bueno... el PAR bastante tiene con lo suyo. 

jueves, 27 de marzo de 2014

¿Economía?... ¿O economía 'real'? 20140327

A diario, las fuentes oficiales (prácticamente las únicas que disponen de adecuados altavoces) nos ofrecen datos macroeconómicos sublimados, descontextualizados y sometidos a un maquillaje estadístico que convierte lo muy malo en regular, lo malo en bueno y lo regular en excelente. Los analistas manejan estas referencias y juegan al optimismo porque es algo que está de moda y quien no sigue la moda no consigue entrar en los lugares exclusivos que se reservan el derecho de admisión. Pero lo más extraño del discurso ortodoxo es que en él se habla por separado de la economía en general, que viene a ser una ciencia abstracta y casi inaprensible, y de la economía real, que es lo concreto y tangible (por lo cual no interesa a nadie importante). El dinero se mueve en los circuitos financieros, impulsado por ese combustible de alto octanaje que es la especulación (fondos buitres, apuestas al límite en los mercados de materias primas, rápidas entradas y salidas en las bolsas y, cómo no, las rentables actividades del crimen organizado). Frente a ese mundo de inversiones virtuales y beneficios en metálico, lo real ha pasado a una posición secundaria o más bien subordinada (me refiero a la industria, el trabajo, los ingresos de los asalariados, los ahorros familiares, las inversiones sociales y todas esas fruslerías).

El Banco de España prevé que nuestro atribulado país crezca algo más de un punto porcentual en cada uno de los próximos años. Al mismo ritmo bajarán de forma simultánea las listas del paro... y los sueldos. Así, aunque la recesión quede atrás (macroeconomía), apenas mejorará la posibilidad de encontrar empleo, y el que haya será una estupenda mierda (economía real). Ya nos vamos entendiendo. Pronto estaré en condiciones de darles la razón a Rajoy, Guindos, Montoro y el resto de la banda.

Mientras, Aragón sigue decaído y no ha cumplido el objetivo de déficit en el 2013. Curioso, la comunidad viene aumentando su deuda a muy buen ritmo, devalúa sus servicios básicos, apenas invierte, y sin embargo tampoco cuadra las cuentas. ¡Qué cosas tiene la puñetera economía real! 


miércoles, 26 de marzo de 2014

Un país cuidadosamente desplanificado 20140326

Se acaba de producir una nueva modificación del Plan General (PGOU) de Zaragoza. Se trata de un notable incremento en el número de viviendas previstas en Arcosur. Nada nuevo a orillas del Ebro, donde los documentos destinados a ordenar el desarrollo de la urbe inmortal siempre fueron papel mojado, listos para ser alterados al día siguiente de sus pomposas aprobaciones en pleno. La capital aragonesa ha crecido en un cuidadosísimo desorden, regulado al milímetro por los intereses de los grandes promotores. Bueno, ahora mismo dichos intereses no son gran cosa. Sin embargo aún atizan nuestro particular caos.

Ante la terca codicia del Sistema no valen de nada los razonamientos ni las advertencias. Avisar en su día de que el precipitado crecimiento de Zaragoza por el Sur desequilibraba la programación de los servicios básicos fue tan inútil como decirle a un niño que no desmontara su juguete favorito. Soñando con aquel millón de habitantes y la prolongación del negocio inmobiliario por los siglos de los siglos, el ayuntamiento abandonó la ciudad consolidada y se aventó por los acampos recalificando suelo para decenas de miles de pisos. Hoy, aquella demencial galopada constructora desemboca en una situación crítica que impide escolarizar en proximidad a los niños de Valdespartera, Rosales y Arcosur, dificulta la movilidad desde dichos barrios, convierte en un lío vecinal y político cada nuevo proyecto en la zona y mantiene a sus habitantes en un permanente estado de descontento, temor y nerviosismo. 

Que nadie se dé por aludido. La desplanificación es virtud muy española. Se percibe en todo: desde la incapacidad de los gobiernos para organizar el mercado de la energía, meter en cintura a las eléctricas e incentivar de forma razonable la expansión de las renovables (sin duda las más baratas), hasta los clamorosos fallos de programación y táctica que colocan una y otra vez a la policía de este país en situaciones límite. Se actúa sobre la marcha, se trabaja a golpe de ocurrencia y se prefiere mil veces seguir la rutina antes que adoptar alguna innovación. Emocionante sí que es, sí. 

martes, 25 de marzo de 2014

Mientras Suárez entraba en la gloria 20140425

A Suárez se le está despidiendo con los honores adecuados. Los comentaristas loan sus virtudes (algunos, eso sí, han puesto reparos estéticos al abrumador proceso de beatificación histórica de que está siendo objeto el expresidente). Quienes atacaban al difunto en el tumultuoso inicio de los 80 ahora le dedican los mayores elogios. Unos cuantos hemos advertido de que la Transición fue una obra coral en la que los protagonistas más evidentes estuvieron condicionados por la sociedad movilizada. Televisión Española y otros medios al servicio del actual Gobierno siguen sosteniendo, sin embargo, que el líder de UCD y el CDS nos regaló la democracia, de acuerdo con el Rey, en un magnífico gesto de generosidad y valentía. Se vislumbra una operación perfectamente planeada para elevar al político muerto a categoría de mito (el autor de la Reforma, que pilotó la conversión de la dictadura de Franco en una democracia homologable), para luego identificarle con sus continuadores: José María Aznar y Mariano Rajoy (¡cuyas respectivas actitudes tan poco tienen que ver con la de Adolfo Suárez). El PP de nuestros días desea situarse en la estela del centro democrático, y no en la de aquella AP tardofranquista que es su verdadero antecedente.

Es significativo que la muerte de Suárez haya coincidido en el tiempo con la llegada a Madrid de las Marchas de la Dignidad. Doscientas mil o trescientas mil personas en la calle, indignación, gritos contra los poderes que gestionan la crisis... y el consabido desenlace a hostia limpia. Conclusión final: la democracia vigente tiene problemas, y muy gordos. La Transición no fue (no tenía por qué serlo) una estación término a partir de la cual todo habría de ir perfectamente, sin más afanes ni esfuerzos. Sólo representó el conveniente final de una etapa. Los problemas actuales no están tanto en el origen del periodo democrático como en su evolución. Adolfo Suárez y millones de españoles coetáneos suyos lo hicieron bastante bien. Le echaron valor y coherencia. No fracasaron. Quizás el problema radica en que luego todos nos hemos vuelto más estúpidos y más cobardes. 

lunes, 24 de marzo de 2014

Suárez, el Rey... y millones de españoles 20140324

Si nos dejamos acunar por las nanas que TVE canturrea desde sus telediarios, Juan Carlos I y Adolfo Suárez habrían hecho la Transición casi solitos. Se trata de una distorsión de la historia que amenaza con intoxicar las versiones corrientes de lo que pasó tras la muerte de Franco, como antes se contaminaron otros relatos contemporáneos. Las Españas comparten una desdichada desmemoria, vulnerable aún a las puñaladas del revisionismo y al imaginario nacionalcatólico.

Que Suárez y el Rey tuvieron un importante papel en el retorno de la democracia, nadie lo duda. Que su protagonismo fuera tan señalado y decisivo como pretende hacernos creer la tele oficial (sin duda con la intención de aprovechar el momento para meterle respiración asistida al juancarlismo) es discutible. Aquellos fulgurantes y peligrosos años estuvieron preñados de esperanza, sufrimiento, huelgas, crímenes y una larga serie de sucesos producto, no pocas veces, de la buena o mala suerte. La partida la jugaron, como pudieron, las grandes estrellas de la política (hace poco murió también Santiago Carrillo), otros actores relevantes emergidos de los poderes y los contrapoderes, las cancillerías de algunos países extranjeros... y millones de españoles que tomaron decisiones, corrieron los mayores riesgos e incluso derramaron su sangre. Los militantes de los partidos clandestinos, de Comisiones Obreras y de las organizaciones agrarias, profesionales y estudiantiles. Los que salían en manifestación legal o ilegal. Los asesinados en Vitoria o en el despacho de abogados de Atocha. Las víctimas inocentes de ETA y el GRAPO. Los que votaron la Constitución. Los trabajadores que aceptaron a regañadientes los Pactos de la Moncloa. Los periodistas que se la jugaban para ampliar un día y otro las fronteras de la libertad.

Suárez lo hizo bien. Demostró sin duda una inteligencia estratégica, una capacidad de maniobra y un valor que le dejan a años luz por encima de los actuales líderes políticos. Pero eso es cosa sabida y repetida. Hoy, prefiero recordar a los extras de aquella película. Sin ellos la democracia no hubiera sido posible.

domingo, 23 de marzo de 2014

Qué es normal y qué no lo es 20140323

Sí, entiendo perfectamente a quienes (desde dentro y fuera de la pomada) consideran que darles tantas vueltas a las peloteras políticas, las investigaciones policiales y judiciales, las imputaciones, los proyectos públicos (o público-privados) fracasados y esta cosa que ahora llamamos crisis... pues no deja de ser una tabarra y una especie de regodeo malsano. Se percibe un creciente rechazo de los diagnósticos pesimistas y la exigencia de alguna clase de optimismo fundamentado capaz de iluminar el futuro. En medio de tal laberinto, no es difícil detectar cómo nuestra concepción de lo que es normal y anormal está tan desvirtuada que ya solo somos capaces de expresar depresión, enfado y hastío. Nos aburre todo este barullo porque no somos capaces de normalizarlo, y ya no sabemos si tanta indignación es lógica o nos estamos pasando de vueltas. Quizás le damos demasiada importancia a ciertas cosas, ¿no?
Que las Cortes aragonesas, por ejemplo, investiguen qué ocurrió en la CAI es lo mínimo. Cuando una entidad financiera de naturaleza social, con su consejo de administración repleto de cargos y excargos públicos, pasa en unos años de la solvencia a la ruina y debe desaparecer... algo anormal ha sucedido y ese algo debe aclararse. Las cuitas de las cajas aragonesas (y aquí incluyo también la absorción de Caja3 por Ibercaja) debieran haber interesado mucho más a la sociedad y a sus presuntos representantes. Hubiera sido lo normal, lo lógico en una sociedad democrática y despejada. Sin embargo, todo ha rodado en medio del silencio y la ocultación. Sabemos muy poco. ¡Cómo no va a ser necesario investigar el asunto en los juzgados y en el parlamento autónomo!

Hace apenas un año, exactamente el 23 de Abril, Día de Aragón, Luisa Fernanda Rudi pronunció un discurso defendiendo con vehemencia la honorabilidad y el prestigio de las instituciones. En ese momento, una ráfaga de anormalidad recorrió el imaginario aragonés. La jefa de nuestro Gobierno regional parecía ignorar que esa honorabilidad y ese prestigio no pertenecen per se a los gobiernos, parlamentos y otros órganos representativos, no son algo que dichos órganos posean de forma intrínseca por algún tipo de concesión divina. No. La credibilidad han de ganársela. Los cargos electos están obligados a cumplir con su obligación de forma seria, inteligente y honorable. Si no es así (y ahora no lo es) la ciudadanía, traicionada, solo puede ponerles en cuestión. Sería lo normal, lo razonable.

La gente, harta ya hasta de indignarse, puede acabar desentendiéndose de todo. Si esos tribunales y esas comisiones parlamentarias no hacen bien su trabajo, la anormalidad nos invadirá definitivamente. A lo peor es eso lo que algunos quieren. 

sábado, 22 de marzo de 2014

Los que se esconden tras la Guardia Civil 20140322

Desde que existe el instituto armado también denominado la Benemérita, las más rancias gentes de orden han considerado la Guardia Civil cosa suya, una especie de instrumento políticomilitar destinado a mantener las Españas en su sitio: los ricos en la gloria y los pobres resignados. El fenómeno tuvo sus más y sus menos, por ejemplo cuando, en julio del 36, centenares de oficiales y números dieron la espalda al alzamiento, acataron las órdenes de las autoridades legales y llevaron sus tricornios y sus fusiles a las calles de Barcelona y otras ciudades para defender al pueblo y a la República. Franco depuró el cuerpo y lo devolvió a la que él consideraba su función natural: culatazo, tentetieso y cada cual en su sitio.

Ahora, cuando los más reaccionarios se ponen bordes, agitan de nuevo el fantasma de su Guardia Civil. Al actual ministro del Interior, a sus acólitos, así como al director del benemérito instituto se les llena la boca de honor, homenaje y patriotismo. Pero lo que hacen realmente es buscarse una coartada para sus trágicas meteduras de pata y sus mentiras. Como lo que pasó en Ceuta. Nadie había disparado sobre quienes se ahogaban en el mar... Luego se reconoció que quizás sí. Ahora se confirma el lanzamiento de ¡154 balas de gomas! sobre aquellos pobres desgraciados. "Sin tirar a dar", asegura el correspondiente portavoz oficial mientras insiste en escudar su lamentable gestión tras la honra del cuerpo, inmaculada e intocable. Ya.

Hay en la Guardia Civil asociaciones que se rebelan contra la manipulación conservadora de que es objeto el instituto. Mas también hay mandos y números que admiten su papel de brazo armado de la derecha (de la ultraderecha más bien) y creen que estos tiempos favorecen la sublimación de su imaginario. Por eso el hijo de Tejero le hizo a su padre el famoso homenaje, convencido sin duda de que la cosa colaba. Por eso el retoño del golpista ha sido trasladado del puesto que ocupaba pero sigue siendo teniente coronel de la Benemérita. Y así quienes hablan y no paran del prestigio y raigambre del instituto destruyen su credibilidad y su fama. 

viernes, 21 de marzo de 2014

Solo falta que el Zaragoza baje a Segunda B 20140321

El cargo socialista preguntó con evidente desaliento: --¿Cómo ves lo de Plaza? --Chungo -contesté-. Imagina lo que puede salir a relucir de la compleja y oscura relación entre Agapito y el Marcelinato. Vais a sufrir. --Más vale -replicó como si recitara un mantra- tragar el sapo de una vez y no dejar que el PP nos tenga en vilo de aquí a las autonómicas del 15.

Y ahí nos quedamos. Inspirados por Lambán, los socialistas quieren que las Cortes lo investiguen todo... todo lo que pasó ¡cuando en Aragón gobernaban ellos! El de Ejea desea cruzar ya el terreno minado. Confía en que después aún le quedará tiempo para recuperar credibilidad, armar una propuesta razonable y estar en condiciones de obtener un buen resultado en las futuras elecciones y gobernar Aragón con el apoyo de IU y CHA. Mientras, PP y PAR han decidido jugar ese juego dando paso a una comisión parlamentaria destinada a indagar las responsabilidades políticas habidas en el desastre de la CAI.

Todo esto son rollos baratos y escenificaciones forzadas, piensa buena parte de la ciudadanía. Pero, en estos momentos, con decenas de políticos, ejecutivos del sector público y contratistas deambulando por la Ciudad de la Justicia, algo tendrá que hacer el sistema institucional para cubrir las apariencias. Ahora bien, ¿por qué habríamos de creer que quienes anduvieron por los consejos de administración de Plaza y la CAI sin enterarse de nada, ahora van a ser capaces de averiguar lo que pasó en ambos lugares y asumir las culpas correspondientes? ¿Y quién querrá aclarar unos barullos donde el presunto (pero obvio) mamoneo fue dirigido por unos pocos pero necesitó de la cooperación activa o pasiva de muchos más?

Agapito (cuyo fantasma ronda al expresidente Iglesias en las noches de insomnio) habrá de pechar con una acusación más: fraude fiscal en el Real Zaragoza. Demasiado notorio. El personal tal vez no entienda cómo es posible saquear una plataforma logística o una caja, pero de fútbol sabe un huevo. Solo falta que el equipo caiga a Segunda B. Entonces sí que se va a poner feo y verrugoso el maldito sapo. 

jueves, 20 de marzo de 2014

Y menos mal que la democracia aún respira 20140320

Algunos ciudadanos han convertido la suspicacia política en una actitud fundamental y cuando se abre en flor un escándalo ya dan por sentado que se marchitará rápidamente. Aquí nadie va a la cárcel, dicen. Y se equivocan. Pues siendo cierto que esta bendita democracia nuestra ha perdido buena parte de su valor original, todavía sigue sometida a la regla de las mayorías y en tal medida compromete en positivo a esos mismos partidos tan proclives a ensimismarse y cagarla. Por eso el PSOE ha admitido una comisión de investigación sobre Plaza. Por eso el PP y el PAR parecen haber dado un margen a la posibilidad de que las Cortes averigüen asimismo qué pasó en la CAI y cuál fue el papel que jugaron allí los representantes institucionales (que no eran pocos). Por eso el Gobierno Rudi presenta un proyecto de ley de transparencia que tal vez arroje luz sobre los oscuros sótanos de la Administración.

Los usos democráticos nos permiten saber algo de una corrupción que tiene siglos de existencia pero que medios informativos y tribunales nunca (antes de la Transición) pudieron contar ni juzgar. A mí, desde luego, denme una buena democracia convencional (burguesa la llamábamos peyorativamente cuando éramos jóvenes incendiarios, para luego hacerla nuestra y denominarla social), porque cuando los mecanismos habituales de representación política se van al garete o se convierten en una escenificación vacía, entonces ya podemos darnos por definitivamente jodidos.

Son las costumbres propias de las democracias las que enfrentan al exconcejal socialista Becerril con un jurado popular que determinara si fue, o no, culpable de tráfico de influencias. Es probable que el acusado, llevado sin duda por su naturaleza bocazas (no lo digo yo, lo ha dicho él), no entienda de qué va todo esto. Mas ya captará el tema, ya. Bueno... hablo de este ciudadano como podría hacerlo de otros presuntos implicados. Incluso de esos consejeros (de Plaza) que no se enteraban de nada porque en aquel tiempo "todo era estupendo" (Andrés Cuartero dixit). Ya saben: dura lex. No es irrompible pero sí resistente. 

miércoles, 19 de marzo de 2014

... Pero la realidad les acecha 20140319

Sí, seguro que la derecha sabe lo que quiere. Aplica su programa máximo, desarrolla su imaginario desigual y promueve sin pudor los intereses de la élite extractiva. Sin embargo, el variopinto centro-izquierda apenas logra defenderse mientras se hunde en la decadencia y es desbordado por los paradigmas de la posmodernidad.

Una doble visión obnubila a quienes se amparan tras etiquetas que un día fueron progresistas. Por una parte, los profesionales defienden por encima de todo su cargo, sus ambiciones o su ubicación junto a los botes salvavidas en medio de la muchedumbre que se agolpa en la cubierta del barco que zozobra (el Titanic socialista, por ejemplo). Por otra, viejas referencias promueven la pluralidad (¿atomización?) de una izquierda que se define tardoleninista, tardotroskista, tardomaoísta, anorcocomunista, socialdemócrata radical, verde, rojiverde, quincemayista, digital, clásica, posmoderna... o nacionalista centrífuga. Y no crean que cada uno de esos compartimentos es único y cerrado. ¡Qué va! La izquierda nacionalista aragonesa, sin ir más lejos, puede desplegarse desde la oficial CHA, con su soberanismo soft de andar por casa, hasta el alternativo Puyalón de Cuchas y su increíble independentismo hard. Todo lo cual resultaría emocionante y atractivo, si no fuese porque, a la hora de la verdad, los portavoces de tales etiquetas pronuncian idénticos discursos contra la Troika, el neoconservadurismo y la hegemonía del capital financiero. ¡También Rubalcaba!

Cae la que está cayendo y el PSOE mete a José Blanco en su candidatura a las europeas. IU implosiona en su feudo de Rivas-Vaciamadrid. Los radicales y los innovadores juegan con el simplismo conceptual o las maravillas informáticas. La división ya no tiene que ver con la táctica y estrategia (como hace un siglo) ni con las disgresiones filosóficas (como hace 50 años), sino con los personalismos, la vanidad y los sueldos.

La derecha hace la revolución. La izquierda se recrea en la derrota. Arruinada por sus profesionales, la política deja paso al poder del dinero, el glamour y la tecnología. Pura realidad. 

martes, 18 de marzo de 2014

Estos no se enteran de nada... 20140318

Es difícil hallar una explicación al despendole autodestructivo que anima a los partidos políticos. A casi todos. Al PP, que retrasa la publicación de su lista a las próximas europeas mientras Rajoy se piensa con su habitual parsimonia a quien bendecirá con su dedazo. Al PSOE, cuya candidata estrella a las citadas elecciones, Elena Valenciano, se arrastra por los platós (el domingo por la noche, en El Objetivo de la Sexta) maldesgranando un argumentario manido, simplista, sin fondo, sin forma... sin nada. Patético. A Izquierda Unida, que en Madrid y otros lugares se está abriendo por las costuras después de que la cúpula, radicalmente contraria a la celebración de primarias, dejase en la cuneta a los sectores que no están en la onda de Cayo Lara, que es la onda del PCE. A Chunta Aragonesista, cuyo presidente, José Luis Soro, publicó el domingo en este diario un extraño artículo diferenciando entre la unidad y la unión de la izquierda que ha dejado a muchos estupefactos. Todo lo cual ocurría mientras profesionales de la política iban y venían por los juzgados (aquí mismo, en Zaragoza, el tráfico fue intensísimo) y la desafección ciudadana alcanzaba su cénit. Esta gente no se entera o no quiere enterarse o probablemente pasa de todo. Vamos, que les importa un huevo.

El sistema ha sido socavado desde dentro. La respuesta de lo que solemos llamar clase política a la poliédrica crisis que nos azota choca con la evidencia de que, si partidos e instituciones siguen sumidos en el descrédito, la democracia va a convertirse en un sombrajo con los palos carcomidos y azotado por el viento. Es probable que en el PP apuesten por agravar aún más la situación, en la creencia de que el pánico de la ciudadanía, su suelo electoral, la fidelidad de sus votantes y la creación de una realidad percibida (a base de propaganda subliminal y mentiras rampantes) acabarán por salvarles de la quema. La derecha española siempre ha sido antipolítica. Cuando todo está en manos del jefe (ese Mariano que dice quién sí y quien no), los espacios de gestión colectiva, diálogo o debate sobran

(Continuará) 

lunes, 17 de marzo de 2014

Alegoría política y celestial (para incrédulos) 20140317

El cristianismo copió la fijación trinitaria de las religiones antiguas. Pero como heredaba del judaismo el dogma monoteísta, tuvo que inventar eso de las tres personas distintas y un solo Dios verdadero. Traído el tema a las cuitas internas del PAR, Biel, Aliaga y Boné deberían hacerse a la idea de que más vale ser uno y trino que reventar por las costuras del Olimpo.

Bueno, José Ángel y Arturo mantienen una relación acorde, a través de una encarnación paternofilial de lo más ortodoxa. Primero fue Biel, presencia y verbo absolutos, quien ahora seguirá siendo el que es encarnándose en el bueno de Aliaga. Hasta ahí, la cosa encaja y el principio de íntima unidad se salva con divina perfección. Lo malo es que Boné, aunque revolotea sobre la escena, está tan fuera de la comunión espiritual que exigiría la fusión de las personas en una sola, que no me atrevo a equipararlo con la paloma de los retablos. Semeja más bien una picaraza buscando nidos ajenos para merendarse los huevos. El actual portavoz regionalista en las Cortes aragonesas es además el mundano jefe de un peculiar sector del PAR capaz de utilizar recursos casi heréticos para encandilar a los cofrades del partido. Anatema.

Alfredo Boné no encaja en ninguna evocación teológica. Pero sus argumentos parecen verdaderos, a la vista de la inaudita forma que tiene José Ángel Biel de renovar su partido. ¿Renovar? En el Aragón político no se renueva ni Dios. Y ése es el único artículo de fe vigente. Vale para el PAR, donde el Padre se va (al Congreso dicen, que el Senado es cosa de prejubilados) pero en realidad se queda convertido en Arturo Aliaga, hechura suya. Vale también para el PSOE, donde las arenas movedizas de un censo impenetrable han engullido todo simulacro de primarias y el pacto entre familias mantiene en paz el panteón. Del PP qué puedo decirles: allí reina la reina, sobre quien reina a su vez el omnipotente Rajoy. Luego están IU, CHA y los demás. Deberían unirse, entenderse y abrirse al mundo. Pero Satán les tienta y la carne es flaca.

Qué lógica resulta la incredulidad. ¿No os parece, hermanos? 

sábado, 15 de marzo de 2014

Somos tontos... pero no tanto 20140315

Cuando se desahoga, Ricardo García Becerril culpa a los periodistas de sus males. Por esa regla de tres, ¿qué responsabilidad nos cabe en la cuarta imputación que le acaba de caer? Lo cierto es que al exgerente de Plaza le han estallado en la cara los euros que guardaba en el colchón, la multifuncional guardería que sus hijas habían montado en Plaza y un desmesurado desorden en las contratas y cuentas que fueron de su competencia. Los profesionales de la información se han limitado a recoger el contenido de autos judiciales, informes policiales y otros datos relacionados con una investigación que acumula una carga de prueba insoslayable. Cuando dicha investigación ha detectado un sobrecoste de más de cien millones en la urbanización y construcción de la Plataforma zaragozana, no hay presunción de inocencia que pueda tapar tal escándalo. Es así de simple.

Quienes están tocados por el mentado caso de casos hablan de persecución política y aluden a la relación personal que hay o hubo entre uno de los jueces que llevan el tema y un dirigente del PP aragonés (actualmente consejero del Gobierno autónomo). No parece una línea de defensa demasiado convincente. Más efectivo sería que alguien explicara cómo pudo ser que el Departamento de Obras Públicas (mientras era dirigido sucesivamente por los socialistas Velasco y Vicente) descontrolara de tal manera las inversiones en Plaza. Más limpio quedaría que la diputada (y excandidata a presidir la DGA) Eva Almunia dejara voluntariamente su escaño en las Cortes aragonesas, a la vista de que su marido y correligionario, Carlos Escó, exconsejero delegado de la sociedad pública hoy bajo sospecha, sigue imputado y en cualquier caso será objeto de las indagaciones que ha de llevar a cabo la Cámara en cuestión.

Demasiados políticos se empeñan en ignorar el calado de su descrédito. Ciegos y sordos, siguen en la burbuja convencidos, según parece, de que la ciudadanía es estúpida, está desinformada y en última instancia tendrá que morir al palo. Mala percepción, mal cálculo y muy mal rollo. Tal vez seamos tontos... pero no tanto.

viernes, 14 de marzo de 2014

Lo que hacemos en Huesca me interesa más 20140314

Todavía amaga Biel con dar un último (y doble) salto mortal para aterrizar en Madrid (en el Senado, se supone) dejando aquí al PAR atado y bien atado. Lo cual pone de los nervios a mucha gente, incluidos no pocos conmilitones de nuestro político favorito y eterno: covirrey de Aragón durante lustros, superviviente absoluto, autonomista de pega, bisagra, clavico, capo implacable, conseguidor, optimista compulsivo, optimista depresivo, amo y señor de lo suyo, agudo observador... y todo lo que ustedes quieran. Ya se sabe que personajes como este llevan demasiado tiempo en la burbuja y no saben desconectar. Han acabado por creerse sus propios argumentarios, por lo que no serían capaces de volver a una realidad que ignoran. Por eso don José Ángel pretende estirar en la capital del Reino su dilatado currículo de mandamás, encarnarse en Arturo Aliaga y dejar a Boné con un palmo de narices. Lo normal.

Pero yo, lo confieso, estoy ahora mismo en otro tema. Aquí, en Huesca, se celebra justo ahora el XV Congreso de Periodismo Digital. Precedido de un seminario sobre periodismo comprometido y un encuentro simultáneo de responsables de medios digitales y profesores universitarios, este evento congrega a centenares profesionales de la información. Semejante cónclave no solo sirve para hablar y debatir sobre las nuevas herramientas electrónicas y el impacto de internet; también abre el compás para que volvamos sobre el otro meollo de la cuestión: definir por qué somos periodistas, insistir en nuestro papel de perros guardianes de la democracia y reclamarnos a nosotros mismos independencia, capacidad crítica, veracidad y honradez. 

Hemos hecho de Huesca la capital de nuestro mundo global. Hasta el punto (y he aquí un ejemplo fastuoso) de que durante los últimos días se ha emitido desde aquí, en riguroso directo, el programa radiofónico matinal más sintonizado en México (22 millones de oyentes). En medio de este magnífico berenjenal, ando ocupadísimo. Así que ya volveré con lo de Biel&company otro día. No han de faltar las ocasiones. 

jueves, 13 de marzo de 2014

Lo malo ya ha pasado, ahora llega lo peor 20140312

Ahora, como las estadísticas andan tan retorcidas que no las entiende ni Dios (en su infinita sabiduría), hay que tirar de parábolas y otras figuras de pensamiento. En este sentido me gustó mucho una que leí hace poco y comparaba a la postcrisis anunciada desde el poder, con el caso de alguien a quien amputan una pierna por el muslo. Trauma, angustia, dolor... Hasta que un día los médicos revisan el muñón ya cicatrizado y palmean la espalda del paciente. ¡Lo malo ya ha pasado, amigo! ¡Te damos el alta! Claro, y entonces es cuando el inválido se enfrenta a lo peor: salir adelante sin uno de sus miembros más importantes, ser un discapacitado de por vida. Es más o menos lo que pasa cuando los jefes políticos y los jefes de la pasta nos susurran que ya está, que se acabó, que empieza la recuperación.

En Aragón, sin ir más lejos, nos están amputando la sanidad pública (y tienen preparada la sierra para que no se escape la educación). Los sindicatos de médicos, la Marea Blanca y otros colectivos sacan a la luz datos sobre las listas de espera, esas mismas que el Salud oculta desde hace nueve meses y que el consejero responsable del tema se niega a dar. 15.000 personas esperan a ser operadas solo en Zaragoza. ¡15.000! Entre ellas hay cientos de enfermos en situación límite. La demora afecta a las pruebas, a los preoperatorios, a las intervenciones, a las recuperaciones. Solo entre ir del médico de familia al especialista, recibir un diagnóstico y ser incluido en la relación de quienes aguardan turno puede pasar un año. Esto no había ocurrido nunca. Es tan inaudito como intolerable.

17.000 firmas han reclamado un nuevo hospital en Alcañiz, mientras el actual monta camas en los pasillos (¿qué dicen al respecto los fervorosos alcañizanos que sólo ejercen de tales cuando de loar las carreras de motos se trata?). El Provincial de Zaragoza funciona a un cuarto de gas. El consejero de Sanidad prepara tres millones de euros para derivar pacientes a la privada.

Ahí nos arrastramos, sin pierna. Y según dicen algunos, más vale callar. No sea que nos corten la otra. 

miércoles, 12 de marzo de 2014

Qué difícil es reconciliarse en este país 20140312

Pasó el décimo aniversario del 11-M, y esta vez los actos en memoria de las víctimas tuvieron el propósito de reunir (hasta cierto punto) a todas las asociaciones que las agrupan. También conservadores y socialistas compartieron bancos en el funeral que ofició Rouco Varela. A la vista de tanta buena voluntad, los optimistas anunciaron que el mayor atentado terrorista de nuestra Historia ha dejado de ser objeto de feroz polémica. Sin embargo, María Dolores de Cospedal ha precisado que "lo mejor de este asunto es que se conozca la verdad". Y por amarrar mejor el tema, la que el 11 de marzo del 2004 era subsecretaria del Ministerio del Interior (nada menos) remachó en la incógnita: "No hay que cerrar la puerta a nada". En el mismo sentido se pronunció la presidenta de la AVT. En las TDT Party algunos fueron más lejos y reclamaron iniciar una investigación de los ataques "desde el principio". O sea, que la mentira sobrevive, a despecho de investigaciones, de sentencias y de que el paso del tiempo ha ido completando el puzzle hasta detectar a los jefes yihadistas que un día decidieron (en el lejano Pakistán) someter a España a la venganza de los muyaidines. Ni el mismísimo Pedro J. Ramírez cree ya en la participación (por activa o pasiva) de ETA ni en las extrañas conspiraciones que sugirió desde su diario. Pero...

Así que, una vez más, es preciso reconciliarse en seco. Sin que ninguno de los falsarios (los que, gobernando aquel triste día 11, quisieron sacar rédito electoral de la tragedia) pida disculpas, sin que las víctimas reciban las explicaciones que merecen y dejen de ser manipuladas, sin dejar de sostener la tesis de que aún no sabemos todo lo que sucedió, sin rehabilitar como corresponde a los policías que hicieron su trabajo y por ello fueron linchados en efigie por los medios de la derecha. Estamos repitiendo otras jugadas anteriores. Por decoro, por principios y por intentar cerrar heridas, los demócratas de corazón se obligan al consenso, mientras los herederos del viejo impulso reaccionario fingen centrarse sin renunciar a nada y sin enmendar sus más aparatosos yerros. Hay gente que siempre gana. 

martes, 11 de marzo de 2014

Que sí, que si se quiere, se puede 20140311

Esta España de la poscrisis afronta problemas que algunos pretenden insalvables o sin otra solución que cortar por lo sano. Pero no. Siempre es posible superar las dificultades con buena voluntad, aprendiendo de la experiencia ajena y abriendo canales de participación social. Ahí van dos ejemplos.

Primero: el fiasco de las pseudoprimarias amagadas por el PSOE en Aragón. Bueno, fiasco relativo, porque la dirección regional nunca quiso hacer primarias de verdad. De entrada atornilló el proceso con limitaciones muy superiores a las recomendadas por la última conferencia política del partido. Rechazó la participación de simpatizantes e incrementó el número de avales necesarios para ser candidato. Al final todo ha quedado en nada, salvo ese patético forcejeo sobre los censos de militantes. Esos censos, ¡ay, madre!, que en algunas agrupaciones incluyen a no pocos inscritos... por la puerta de atrás.

En Valencia, sin embargo, los socialistas han hecho unas primarias mucho más sinceras y exitosas. Con dos aspirantes en liza, y abiertas a la participación de 50.000 simpatizantes. Ha vencido el candidato oficial que así gana enteros de cara a las próximas elecciones autonómicas. Entonces... ¿a qué temían los dirigentes del PSOE aragonés?

Segundo: el follón de Cataluña. El asunto mueve pasiones (¡y ay de los que intentamos abordarlo sin pulsiones nacionalistas de ningún signo!, todos nos ponen a parir). Pero ayer, en este diario se publicaba una entrevista con Stephane Dion, exministro quebequés. Desde su experiencia (dos referendos de autodeterminación que permitieron integrar mejor a Quebec en Canadá y resolver la tensión secesionista) explicaba que la única forma de abordar el separatismo es generando identidad plural, propiciando el diálogo, dando prioridad a las fórmulas democráticas y organizando un estado federal. En su país, la fórmula ha tenido éxito. Gran Bretaña la aplicará en Escocia. Aquí, las viejas pulsiones centrípetas han impedido acudir a una solución similar, tan obvia, tan lógica.

O sea, que poder sí que se puede. Pero hay que querer, claro. 

lunes, 10 de marzo de 2014

Pues sí, el patrioterismo me pone nervioso 20140310

Como se lo digo. La mística de los himnos, las banderas, los idiomas y las fronteras no me va. Será porque soy un indígena de esa modernidad que algunos consideran trasnochada, o porque mi patria es la humanidad.

Además no entiendo a los nacionalistas radicales. Creo que ni ellos mismo se entienden. Estos días, en las Españas de los patriotas, unos y otros se acusan mutuamente de ser rusos en Ucrania (o ucranianos en Crimea). A Rajoy, por ejemplo, le parece bien que el primero de ambos países se libre de Moscú, pero rechaza que el segundo se quite de encima a Kiev. Los centrífugos catalanes también se hacen un lío al comparar su caso con aquél. La reacción más extraordinaria es la de algunos analistas de la derecha superhispánica que han acabado alabando a Putin (el enemigo de Occidente), porque ha sido el que más huevos le ha echado al tema. Impresionante.

Otra cosa lamentable es cómo se pretende darle la vuelta a la Historia (cosa fácil en las Españas, donde el conocimiento del pasado siempre fue tabú). Mucha gente (incluso algún profesional) confunde los momentos y acaba tergiversándolo todo. He leído que Cataluña es otra cosa porque perteneció a la órbita carolingia (¿cuando la Córdoba musulmana era la ciudad más importante y civilizada de la Europa occidental?). O que la alta burguesía catalana, tras regresar victoriosa a Barcelona en el 39, fue oprimida a la postre por el proletariado español, ácrata o socialcomunista, sometido en ese momento por las autoridades franquistas a una pavorosa represión.

Los ultranacionalistas, aquellos que resuelven todo debate sobre la realidad poniendo por delante a la tribu, manejan mitos inaceptables. En Cataluña inventan las más extravagantes patrañas. En la España-España recuperan los clichés de la Restauración, aquel régimen podrido que nos llevó a tambor batiente hacia el desastre del 98 y luego a las terribles guerras de Marruecos, donde decenas de miles de españoles murieron para defender las minas de Romanones, el supuesto prestigio imperial de la patria y el honor de unos militares que acabaron donde acabaron en el 36. Por favor. 

sábado, 8 de marzo de 2014

Una vez abierto el melón... 20140308

Pues sí, una vez abierto siempre puede haber sorpresas. Fíjense ustedes en la movida del PSOE. Montan unas primarias cerradas, aparentemente sometidas al control del aparato, y todo marcha según lo previsto hasta que aparece un compañero respondón, Fernando Heras, exalcalde de Monzón, dispuesto a disputarle el puesto al mismísimo secretario general, Javier Lambán. Bueno, dicen los enterados, este no logrará los 1.300 avales, tranquilos que la cosa está bien atada. Pero el contestatario, aun no disponiendo de recursos orgánicos, ya lleva recogidos 1.700. Las grandes familias del partido, las que acuerdan quién va y quién no va, se han puesto nerviosas. No tienen por qué, pues cuanto más auténtica e igualada sea la pelea entre los aspirantes, más credibilidad tendrá el ganador.

Por eso las primarias tienen su predicamento. Decir que son un invento yanqui y una simple operación publicitaria es una simplificación pelín dogmática. Ofrecen, en todo caso, una solución más participativa y más democrática a la delicada tarea de decidir en cada partido quién (y con qué propuestas) será candidato en las distintas contiendas electorales.

En estos momentos es necesario romper las inercias políticas y sociales que nos han traído hasta la megacrisis política y económica. Les pongo otro ejemplo: las investigaciones sobre Plaza. Lo que empezó por una denuncia sobre un tema parcial y muy concreto ha permitido ahondar en el que sin duda va a ser (de momento) el escándalo más importante, cualitativa y cuantitativamente, ocurrido en Aragón. Ya se evalúan en más de cien millones los sobrecostes anómalos y cada nuevo dato pone de relieve la clase de administración vivalavirgen que se gastaron en la susodicha sociedad.

Imaginen ustedes que el resto de las empresas públicas aragonesas fuese sometido a una auditoría implacable. ¿Qué no saldría a relucir, habida cuenta la forma en que han sido gestionadas todas o casi todas ellas? Moraleja: hay que abrir muchos melones, muchas ventanas, muchas puertas, muchos tabiques. Que la luz del sol espante a las sabandijas. 

viernes, 7 de marzo de 2014

No critiques, no debatas... no pienses 20140307

Los portavoces del Gobierno advierten de que poner en duda la salida de la crisis contribuye a desestabilizar el proceso de recuperación, por lo que resulta antipatriótico y contrario al interés general. El ministro del Interior asegura que las críticas a la actuación de la Guardia Civil en Ceuta ayudan a las mafias que trafican con seres humanos a través de nuestras fronteras. Los voceros oficiales y oficiosos del PP y la UPN consideran que exigir a Barcina la convocatoria de elecciones anticipadas (visto el chaparrón de escándalos que rodean al actual Ejecutivo foral) hace el juego a Bildu y a ETA... Así se ha construido un implacable argumentario conservador que aspira a imponer una sola verdad en esta España devaluada, jodida y aterrada: o nos sometemos, abandonamos toda resistencia y asumimos la intrínseca superioridad de quienes saben bien lo que conviene... o será peor, mucho peor. ¿Peor todavía?, se pregunta estupefacto el personal. Pues sí, responden los mandamases. Temblad quienes aún tenéis algo que perder.

No sé si llamar a esto pensamiento único, porque de pensamiento tiene poco. La derecha, en plena efervescencia postmoderna, aspira sin mayor disimulo a utilizar las circunstancias (magníficas, desde el punto de vista conservador) para recrear una atmósfera alienante, opresiva y dominada por lo emocional antes que por lo racional. Tan obvio es este protocolo inductivo que, al ser aplicado simultáneamente en la España nacional y en la nacional Cataluña, ha puesto en escena un magnífico choque de trenes (con la colaboración, eso sí, de algunas pseudoizquierdas abducidas por el simplismo patriótico). Y en ambos casos, las críticas resultan intolerables, la mentira de Estado es virtud obligada, los que dudan están a un paso de la traición, el mito sustituye a la Historia y el debate queda ahogado por los gritos. 

Mientras, el CIS publica su última oleada: acojone generalizado, preocupación por el paro (81,1%) y la corrupción (44,2%). El 82% ve mal o muy mal la situación política. Lo mismo piensa el ¡86,9%! de la situación económica. ¡A que se cabrea Rajoy


jueves, 6 de marzo de 2014

España, un país envuelto en tinieblas 20140306

El periodismo de datos consiste, básicamente, en disponer de robots buscadores que trabajan en internet recopilando toda la información que pueda interesar. Luego esa cosecha se baraja, se depura y se relaciona según unos argumentos que permiten (como hace, por ejemplo, el diario costarricense La Nación) saber cuántos candidatos a unas elecciones fueron condenados por delitos de diversa naturaleza, o qué propiedades poseen directa o indirectamente los altos cargos de un gobierno y cuánto tributan por ellas. Pero, claro, para poder hacer esto hay que trabajar dentro de unos ámbitos administrativos transparentes. Lo cual es posible en muchos países del mundo (y no solo en los del Occidente democrático). En España, no. Aquí vivimos entre tinieblas, a ciegas.

Para luchar contra la corrupción no basta con los códigos. De hecho, España ya dispone de tales recursos legales y de cautelas administrativas casi exageradas. El problema no está ahí, sino en la atmósfera cultural que permite a los corruptos encontrar siempre salidas estéticas o justificaciones de parte (el actual caso de Navarra es de libro). Añadamos a ello la opacidad que rodea la actividad de los gobiernos, de los organismos de control, y de los bancos y las grandes compañías. Casos como el Gürtel o el de los ERE (o, aquí, los de La Muela, Plaza y demás) encuentran en la opacidad su caldo de cultivo.

No crean, sin embargo, que transparencia es solo conocer los sueldos de los cargos políticos; es mucho más. Transparencia es tener en internet las cuentas de las instituciones y su evolución, las de las sociedades públicas y las de las entidades financieras. Sin trucos ni ejercicios de ilusionismo (como pasa con los datos de la Corporación Empresarial Pública de Aragón, absolutamente indescifrables). Transparencia es poder conocer las adjudicaciones, las subvenciones y los convenios. Saber al detalle cuánto cuesta cada GP de motos de Motorland, y cuál es el balance real de dicha empresa, que apenas factura al año algo más de 4 millones, o por qué acumula pérdidas Aramón, que ingresa diez veces más. Si no, no hay nada que hacer. 


miércoles, 5 de marzo de 2014

Brotes verdes... ¿Como los de la otra vez? 20140305

Ha dicho Rajoy que negar la salida de la crisis es poco menos que un crimen de lesa patria. No es el único que proclama el final de nuestras tribulaciones. El BSCH y el BBVA han lanzado sendas campañas anunciando también la buena nueva (el último de ambos bancos ha contratado para ello a periodistas, que certifican el aluvión de buenas noticias económicas). Ante tales andanadas de realidad percibida, quienes intenten negar o siquiera relativizar los supuestos brotes verdes han de quedar como unos resentidos, incapaces de reconocer que las reformas ya dan frutos.

No veo yo que las estadísticas oficiales mejoren las que dieron lugar a la teoría sociata de los brotes verdes de la era Zapatero. Pero es indudable que el PP tiene mucho más éxito a la hora de crear (al menos en los círculos oficiales y oficiosos, incluidos los grandes medios informativos) la sensación de que ahora sí que sí. También ha impuesto un soterrado miedo a negar la recuperación. Muchos no quieren significarse. Este país nuestro funciona según extrañas claves históricas incrustadas en nuestro subconsciente.

El caso es que en el primer mes del 2014 hay casi 2.000 parados menos, y Aragón ha encabezado la reducción. Si esto significa algo o es el simple resultado de la constante retirada de inscritos en las oficinas de los institutos de empleo, no lo sabemos. Vivimos en medio de un apagón informativo y de un manejo tan descontextualizado de las estadísticas, que uno no sabe a qué atenerse. Habría que ver la evolución de la población activa, la salida de inmigrantes, la emigración de españoles en edad laboral, la afiliación a la Seguridad Social, la naturaleza de los contratos, la media salarial de los mismos... Pero eso no va en titulares.

En el último debate sobre el estado de la nación, Rajoy manejó cifras a voleo. Los suyos aplaudieron a rabiar. Pero yo me quedé con aquel momento estelar, cuando el presidente anunció que las exportaciones aumentan en España y retroceden en Alemania y Francia; exportaciones medidas... en toneladas. Como si fuese igual la tonelada de tomate de Almería que la de Mercedes teutónico. Brotes verdes. 

martes, 4 de marzo de 2014

En IU han preferido no correr riesgos 20140304

Era de esperar. La dirección de IU ha preferido no correr riesgos ni complicarse la vida. Ya lo explicó Adolfo Barrena en este mismo diario: las primarias no pasan de ser un alarde publicitario y lo importante es el programa. Así que la coalición ha preparado una candidatura sin sorpresas para las europeas encabezada por el incombustible Willy Meyer, con el agregado de una joven, Marina Albiol, algún otro personaje significado (Javier Couso, el hermano del cámara de Tele 5 asesinado por los norteamericanos en Bagdad) y representantes de la catalana ICV o la gallega Anova (los de Beiras). A CHA le ofrecieron un puesto límite, el décimo de la lista, y parece que al final no irá. Podemos, tampoco. La selección se hizo con mucho tira y afloja pero bajo un incontestable control orgánico. La candidatura mayoritaria obtuvo un respaldo del 77%.

Es comprensible que los cuadros oficiales de IU no quieran primarias ni aventuras de ningún tipo. Pero no creo que, abierto ese melón, el problema radicase en los debates de naturaleza programática. Hoy, las izquierdas más consecuentes muestran una evidente identidad táctica porque todas preconizan la resistencia ante la ofensiva ultraliberal de la potentísima derecha y el desvío de una socialdemocracia vacilante (salvo viejas glorias como el portugués Soares, cuyos planteamientos programáticos, por cierto, valdrían igualmente para soportar cualquier candidatura cabalmente progresista). Unas primarias abiertas comportan otro riesgo, el de que las cosas, al final, no cuadren; o sea, que el control por la mayoría del aparato se resquebraje. Ese es el quid de la cuestión. Al final, las cosas son bastante simples. Las expectativas de IU son buenas, posee la más reconocida marca electoral... ¿por qué habría de meterse en barullos participativos y dar cancha a recién llegados que no están (exactamente) en su onda?

Ahora, IU tendrá que jugársela en las urnas compitiendo con otras alternativas que le van a disputar el mismo nicho. ¿Y si tales alternativas (incluida Chunta Aragonesista) se ponen de acuerdo, abren el compás y entran en liza con una sola candidatura? 

lunes, 3 de marzo de 2014

Rajoy vive en el país de arriba (por supuesto) 20140303

Escuchar a Raúl Burillo, el inspector de Hacienda que dirigió las investigaciones relacionadas con los más estupendos escándalos políticos y empresariales habidos en Baleares, produce una aguda inquietud. Él, que es un caballero elocuente, suele recomendar a quienes van a escucharle que, si son proclives a la depresión, pasen del tema y se vayan a tomar una caña. Pero, ojo, no cuenta morbosas confidencias sobre lo que sabe (que sujeta rigurosamente al deber de sigilo que impone su puesto), sino la exacta situación de nuestro sistema tributario. Con eso basta para dejar a las audiencias estupefactas. Porque las descripciones de Burillo demuestran con aplastante sencillez que a este país lo están manteniendo a flote los contribuyentes de las clases medias asalariadas, sujetos a una presión fiscal que raya en lo confiscatorio. Las sociedades, los especuladores, los ricos de verdad ponen una miseria. Lo gordo sale de quienes declaran rendimientos personales de entre 15.000 y 60.000 euros anuales. Esos benditos apoquinan mucho más que sus homólogos de Alemania o Francia, estados cuyas haciendas obtienen sin embargo un porcentaje de los respectivos PIBs bastante por encima de lo recaudado en España. ¿Y como puede ser eso? Pues porque aquí los de arriba se van de rositas.

Así no hay forma de equilibrar las cuentas públicas. Entre lo que pueden eludir tranquilamente las grandes fortunas (en España sólo cuatro gatos declaran ingresos personales por encima de los 60.000 euros anuales) y las sociedades, y lo que defraudan aquellos que saben y pueden hacerlo, los ingresos no permiten abordar el gasto real de las administraciones. Se superponen en España dos países, el de los que dejan en la caja común unas migajas y el de quienes, entre IRPF e IVA, apoquinan más de la mitad de lo que ganan currando a lomo caliente.

¿En qué país vive usted?, preguntaron a Rajoy en el Congreso. La respuesta es obvia: en el de arriba, en el de los muy pudientes, en el de los que pillan, en el de los que ven la luz al final de túnel (dentro del cual también gozan de una estupenda iluminación). Ahí habita. Tan ricamente. 

domingo, 2 de marzo de 2014

Oliván pasa de todo y de todos 20140302

El consejero de Sanidad y Bienestar Social, Ricardo Oliván, es un fenómeno. Su personalidad y estilo encarnan a la perfección una manera de actuar delirante, ineficaz y destructiva... pero a la vez desenfadada, sarcástica e inmune a cualquier exigencia habitual en los sistemas democráticos. Sus declaraciones públicas son tan inauditas y su actos tan contrarios al interés general y a la simple lógica, que en un escenario político normal ya hubiese tenido que dimitir o habría sido cesado para evitar males mayores. ¡Ah!, pero hoy la normalidad es anormal. Vivimos en un lugar extraño, donde los usos y costumbres se han pervertido más allá de la imaginable. Ahí, en ese ámbito siniestro, Oliván puede desafiar a los enfermos mentales y a sus familias, puede desdeñar la publicación de las listas de espera, puede decir con absoluto cinismo que ha venido a salvar ese mismo Salud que barrena cada día con feroz afán.

El consejero no recibirá a la Plataforma de Salud Mental de Aragón porque dicha organización ha convocado manifestaciones contra la centralización de las Unidades de Psiquiatría en Zaragoza. Al que no pasa por el aro, ni agua. Desde hace meses la citada Plataforma quiere hablar con el máximo responsable de la sanidad pública. Pero también siete sociedades profesionales (de psiquiatras y neuropsiquiatras, de otros especialistas, de enfermeras, de rehabilitadores) le pidieron audiencia en julio del año pasado. Hasta hoy.

No, esto no es normal. La reagrupación de las unidades de salud mental del sector II de Zaragoza en los centros de Valdespartera y Sagasta ha dinamitado el Modelo Comunitario que hasta ahora se basaba en la proximidad, la accesibilidad y la integración de los pacientes. Para muchos enfermos (y sus familias o cuidadores) los largos desplazamientos van a ser un terrible problema añadido a su delicada situación. La continuidad asistencial a personas que sufren trastornos mentales graves puede quebrarse.

En Aragón, la organización y la planificación de la salud mental ya presentaba notables carencias (en presupuesto, en recursos hospitalarios, en inserción laboral, en residencias, en programas de rehabilitación). Ahora está sufriendo una devaluación inaceptable. Ya veremos cuáles son las consecuencias.

sábado, 1 de marzo de 2014

No, esto no es para tomarlo a risa 20140301

A Ricardo García Becerril elsobrecoste en las naves de Plaza construidas por Agapito Iglesias (catorce kilates, según estima el juez) le daba risa. No creo que siguiera carcajeándose ayer al entrar en el talego. El exgerente de la plataforma venía negándolo todo desde que fue detenido en Salou, con 400.000 euros en el colchón y un yate en el puerto. Negaba, digo, mientras miraba de reojo hacia arriba; o sea, hacia Carlos Escó, su jefe político. Ahora, Becerril, Agapito y el propio Escó ruedan por la pendiente. Están imputados, deben hacer frente a fianzas descomunales y sus tribulaciones no cesan de aumentar. De risa, nada. Ha llegado la hora del llanto y el crujir de dientes.

A estas alturas, cualquier persona humana ha de escandalizarse por el extraño barullo que fue la administración de Plaza. Dicha sociedad pública tuvo, según parece, una contabilidad tan retorcida y laberíntica que en estos momentos, tras varios meses de indagaciones policiales y judiciales, no hay forma de cuadrar las cuentas ni de calcular con precisión los desfases ni de seguir documentalmente las diferentes obras. El juez quiere hablar ahora con los miembros del consejo de administración que supervisaron (¿?) este deshueve. Normal.

Resulta inquietante la ligereza política y social que ha rodeado los magníficos pufos que hoy tenemos entre manos. El de Plaza se ha convertido en carne de juzgado mientras en las Cortes de Aragón el PP intenta rentabilizar electoralmente el barullo (pero con cautela y evitando incómodas salpicaduras) y el PSOE (con el corazón partío entre la montaña y el llano) pretende salvar su clamorosa implicación en el caso al precio más bajo posible. El PAR se hace el sueco, no sea que alguna de sus sociedades públicas caiga también bajo la lupa y se arme otro belén. CHA e IU, como suele suceder, siguen la jugada con el indignado candor de los Santos Inocentes.

¿Y el desastre de la CAI? ¿Y los tropecientos millones de agujero (pueden ser 450, o 500, o más) que arrastra la desdichada Corporación Empresarial Pública de Aragón?... Como para reírse.