miércoles, 30 de noviembre de 2016

No habrá reválidas... ¿y? 20161130

El otro día confundí la vieja EGB con la nueva Primaria, que no es tan nueva porque yo ya la cursé hace muchísimos años. Pero como las denominaciones de los diversos estudios van yendo y viniendo sin que se sepa muy bien cuál es la causa y fundamento del trasiego, todo el mundo disimuló mi yerro y entendió perfectamente el sentido de mi argumentación. EGB, Primaria... qué más da.

Así que el Gobierno, con esa alegría que se les nota últimamente a Rajoy y los suyos, ha dicho que vale, que quita las revalidas. Se había hecho evidente que pelear por un examen de más o de menos carecía de sentido. La clave, desde el punto de vista conservador, está más bien en ir bajándole la asignación y la moral a la escuela pública, sostener e impulsar la concertada e ir vendiéndole a la ciudadanía el cheque escolar, para que cada cual haga lo que quiera... siempre que tenga pasta, claro. Porque con el citado cheque sólo se podrá ir a centros de batalla, y para acceder a los más prestigiosos habrá que complementarlo con otros pagos por cuenta de los aplicados papás.

A estas alturas, la educación en España no depende tanto de las revalidas ni de los horarios como de la manera de concebir la formación de niños y jóvenes. Por una parte hay que determinar de una vez cuál es la titularidad esencial del sistema en su versión igualitaria, ya que la actual combinación de lo público y lo privado concertado resulta equívoca. Por otra, se hace imprescindible definir el tema del nivel y la exigencia, porque muchos padres y no pocos profes se han apuntado a esa especie de facilismo que rechaza el esfuerzo, la memoria, los deberes y la competencia. Esto último casi me parece lo más urgente, pues se está formando en la blandenguería a unas generaciones cuyo destino es enfrentarse a un mundo complejo, duro y cada vez más cabrón. Esas/os pobres muchachitas/os de las clases medias, mal instruidos, aislados de toda frustración, ignorantes de la realidad y moldeados por la tele y los videojuegos, acabarán siendo carne de cañón. Con o sin reválidas.

martes, 29 de noviembre de 2016

Fidel, Rita y otros cadáveres 20161129

Confieso que la muerte de Castro me ha dejado indiferente. No creo que el siglo XX y la mismísima Edad Contemporánea estuviesen esperando el deceso del exrevolucionario y dictador jubilado para hacer mutis por el foro de la Historia. Fidel se ha ido tan empequeñecido por el paso del tiempo como su propio cuerpo, autoconsumido en una terca y nostálgica senectud. Tras la caída del comunismo soviético, el control de las Rusias por los burócratas y jefes del KGB, la inmersión de China en un capitalismo de estado dirigido por los sucesores de Lin Piao y la patética conversión de las izquierdas latinamericanas al populismo bolivariano, los nuevos paradigmas globales ignoran más que rechazan al decrépito fantasma rojo. La noticia del fin de semana no saltó en La Habana sino en París: acabadas las primarias de la derecha, queda claro que los franceses deberán elegir a su futuro presidente sin más opción que Fillon, un reaccionario ultraliberal, y Le Pen, una demagoga neofascista. Respiramos viejo y nuevo conservadurismo. Solo se ha salvado del naufragio Ernesto Guevara, argentino y cubano, que al menos se hizo matar en la guerrilla y pudo exhibir fotogenia siendo ya un hermoso y evocador cadáver.

A escala planetaria y en cada país, la derecha (en todas sus acepciones) se mantiene a la ofensiva. En España, la muerte de Rita Barberá ha dado paso a una insolente e insultante campaña destinada a convertir en virtud cívica y económica la corrupción de altos vuelos. El PP y sus terminales mediáticas han planteado, sin más remilgos ni complejos, un argumentario que subordina la responsabilidad política de los presuntos a la decisión del electorado (¡qué seguros están de su hegemonía cultural!), y en las tertulias se oyen cosas inauditas convirtiendo a la exalcaldesa de Valencia en símbolo y heroína, en pionera y mártir. Cuán audaz y potente queda ese descaro, comparado con los tétricos actos fúnebres interpretados por los admiradores de Fidel (en Zaragoza, 200).

Por si acaso, les acompaño en el sentimiento. A todos.

sábado, 26 de noviembre de 2016

Frente a la pública, la concertada 20161126

Desde que el sindicato CGT advirtió que en Zaragoza podrían dejarse de concertar 41 aulas de 1º de EGB, porque sobran plazas públicas, la polémica al respecto se ha cronificado. El dato (suficientemente fundamentado) ha causado alarma en los centros privados sujetos a convenio con el Departamento de Educación del Gobierno aragonés. Desde aquel ámbito se argumenta con vehemencia que la elección de centro es un derecho inalienable (constitucional) de las familias, un requisito democrático. Y sin embargo...

A priori, cabe suponer que el derecho a la educación se fundamenta en la oferta cien por cien pública, y que el concierto con centros privados tenía una naturaleza subsidaria. O sea, que los convenios solo han venido a tapar huecos allí donde la Administración se quedaba corta. Cuestión de números. Lo del derecho de los padres a que sus hijas e hijos reciban una enseñanza a la carta es muy relativo. En primer lugar porque las particulares aspiraciones de cada familia obligarían a multiplicar las opciones (colegios religiosos, laicos, de unas y otras religiones, de uno u otro ideario o método pedagógico...). En segundo porque los habitantes de localidades medias y pequeñas carecen de alternativa: allí solo hay... lo que hay.
Que el Gobierno autónomo pague plazas escolares en centros privados mientras cierra o infrautiliza sus propias instalaciones y reduce los recursos destinados a ellas resulta bastante anormal. Acaba minando el más primigenio derecho a la educación (o sea, a recibir conocimientos y aprender valores comunes e incontrovertibles) y entra en contradicción con esa exigencia, tan en boga y tan lógica, que reclama de las instituciones poner fin al gasto duplicado.

Los conciertos son una fórmula excepcional y deberían tender a su extinción, conforme la demanda escolar pueda ser atendida por la red pública. Esta es, de hecho, la única opción de miles de criaturas. Pero necesita más profesores, más medios y mejor cobertura en el espacio rural. Así de simple.

viernes, 25 de noviembre de 2016

¡Ay! ¡Que me roban mis votantes! 20161125

Aunque la actualidad política anda repleta de desatinos y rarezas, esa indignacións del PSOE, de CHA e incluso del PAR ante la posibilidad de que Podemos intente arrebatarles sus votantes resulta extravagante. ¿Són los electores propiedad exclusiva de este o aquel partido? ¿Existe alguna regla según la cual propuestas transversales, como las denominadas aragonesistas, sólo puedan ser adoptadas por unas formaciones determinadas? ¿Tienen copyright la socialdemocracia, la ecología, la igualdad o la fiscalidad redistributiva?

El ya famoso documento de los oficialistas de Podemos-Aragón ha provocado una tormentilla en Madrid, donde numerosos comentaristas y tertulianos se han dejado arrastrar sin más miramientos ni comprobaciones por una delirante versión, según la cual Echenique quiere la independencia de Aragón (¿?). De eso no hay nada, por supuesto. Pero como el documento en cuestión sí se desliza hacia un aragonesismo formal, la dirección de CHA ha considerado tal licencia una intromisión en su territorio. Parecido a lo que ya encabronó a los socialistas cuando percibieron que el podemismo les robaba votos. De ahí las tremendas tensiones que se viven en la izquierda aragonesa, para satisfacción y regodeo del bando conservador.

Los electores no son de nadie. Eso parece tan evidente como elemental. En Aragón, decenas de miles de votantes progresistas han votado sucesiva y alternativamente al PSOE, a IU, a CHA... y ahora a Podemos o sus derivadas. Normal. Esos mismos electores ya sabrán distinguir si la exigencia de una mayor soberanía fiscal y una financiación más justa (cosas bastante razonables, las plantee quien las plantee) es, en cada caso, cosa seria o mero oportunismo. Como distinguirán qué marca política es más sincera e interesante.

Véase al PP. Tras algún mosqueo inicial, ha aceptado a Ciudadanos como válvula de descomprensión para electores desencantados o recién estrenados. Les ha sumado a su causa por la vía del pacto y se limita a esperar que vuelvan a casa. Una vez más, la derecha da lecciones.

martes, 22 de noviembre de 2016

Fin de semana en Madrid 20161122

 
 
El domingo, a la misma hora, en los porches de la plaza Mayor se alinean los habitáculos-ataúdes fabricados con cajas de cartón, donde los sin techo va a pasar la noche. Voluntarios de una oenegé llegan con su catering solidario a repartir la cena. Tras ellos, una larga comitiva de pobres de solemnidad, transeuntes, parados de larga duración, inmigrantes sin esperanza, enfermos mentales y otros restos del naufragio forman una desordenada fila.

El Museo Reina Sofía exhibe una exposición que titula Ficciones y territorios, una intensa y extensa colección de arte referido «a la nueva razón del mundo» (el temible neoliberalismo). Hay cuadros, fotografías, intervenciones sobre productos industriales, murales, proyecciones, documentos audiovisuales, instalaciones... El efecto sobre quienes recorren las salas es sin duda desasosegante. La distopía asusta.

Era Madrid. Podía haber sido cualquier otra gran ciudad del mundo. Esa es la consecuencia del endeudamiento público transmutado en altos beneficios privados, del sistemático aumento de la desigualdad, de la individualización a toda costa, de los paradigmas ultraconservadores que convierten la libertad en un privilegio de las élites cada vez más ricas y empoderadas, e imponen a las mayorías sistemas cada vez más autoritarios y alienantes.

Y sí: en BiBo se come muy bien.

lunes, 21 de noviembre de 2016

Y ahora... ¿qué hace la jueza? 20161121

Nada, que los catalanes (las autoridades catalanas, quiero decir) no sueltan las pinturas de Sijena ni a la de tres. Estos, cuando les interesa, pasan de todo. A ver cómo se las arregla la señora jueza para conseguir que se cumpla su orden. Porque las cosas están muy jodidas. Y si el Gobierno central y el Tribunal Constitucional andan midiendo (y más que deberían medir) el riesgo de que el desafío independentista por parte de la Generalitat y los partidos soberanistas no derive en mayores actos de fuerza, tendría guasa que un conflicto menor (comparativamente, se entiende) desembocase en alguna escaramuza en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.

Servidor mantiene desde hace tiempo una teoría o más bien una propuesta para lograr, si preciso fuera, la recuperación física de las pinturas y cualesquiera otras obras de arte. Puesto que tales tesoros son de naturaleza eclesial y fue la Iglesia y sus ministras/os quienes trajeron y llevaron (o lo autorizaron) frescos, retablos, casullas y copones, que sea la más alta autoridad católica quien ponga orden en la causa y revierta el expolio. No hace falta que Guardia Civil ni Policía Nacional entren en impensable pugna con los Mossos o la Guardia Urbana de Barcelona. No. Que venga la Guardia Suiza desde el Vaticano, se haga cargo de las obras en litigio y las traiga aquí con la bendición de Su Santidad y el Nuncio. A ver si tienen cuajo el conseller y los del MNAC para ponerse tontos con una fuerza de seguridad que recibe órdenes del propio Papa. Ni la CUP se cantearía.

Me temo, sin embargo, que la Guardia Suiza seguirá paseando sus morriones y alabardas por las dependencias vaticanas sin inmutarse. La Generalitat seguirá en sus trece, con ese tesón y ese feroz egoísmo que caracteriza al nacionalismo militante, y en Aragón rabiaremos y le daremos vueltas al asunto una y mil veces, como si fuese vital para nuestro futuro (que no lo es). Ya saben: las pinturas de Sijena, los pantanos, el Canfranc, la TCP, la despoblación, el carbón... Y así por los siglos de los siglos. Amén.

JLT  21/11/2016

sábado, 19 de noviembre de 2016

Podemos, sin prejuicios ni acritud 20161119

El que suscribe ni participa ni participará en esa mísera cacería que ha convertido a Podemos, a sus dirigentes, cuadros y militantes en fáciles piezas a batir. Cuando el periodismo español atraviesa su periodo más triste (desde el advenimiento de la democracia), repleto de autocensura, vetos implícitos y sumisión al poder, la alternativa para las energías reprimidas en las redacciones no parece ser otra que la de escudriñar las más mínimas contradicciones, mamonadas y errores de los morados.

Ocurre que Podemos es, en todo caso, una fuerza política relevante. Así que tampoco cabe ni ignorarla ni, obviamente, dorarle la píldora. El nuevo partido (nuevo, pero con importantes funciones institucionales) prometía mucho y mucho pregonó su relevancia y ambición. Ha sufrido una auténtica cacería (lógico, el sistema se defiende y contrataca), pero también ha disfrutado de eso que sus propios jefes llaman «una ventana de oportunidad».

¿Y ahora qué? Si nos atenemos a dos elaboraciones muy recientes, el documento sobre acción política en Aragón propuesto por Echenique y otros cuadros (respaldado por la militancia) y el discurso de Santisteve en el debate sobre el estado de Zaragoza, el podemismo sigue en la primera infancia. Los clichés izquierdistas, las definiciones elementales y las buenas intenciones mil veces repetidas siguen enmascarando una evidente ausencia de programa estratégico y de intenciones tácticas. Hablar de la desigualdad, del egoísmo de los poderosos y el sufrimiento de los pobres se convierte en obviedad inservible cuando lo necesario es proponer ya fórmulas factibles para darle la vuelta a la situación. Claro que tal cometido exige, en primer lugar, un buen conocimiento de la realidad, y en segundo, creatividad y verdadera audacia.

En el enfrentamiento político global, la derecha avanza con auténtico ímpetu revolucionario, mientras la izquierda se difumina o se limita a resistir. Si Podemos quiere ser alternativa en Aragón y Zaragoza tendrá que dejarse de estereotipos y actuar en lo concreto. Si puede y sabe.

viernes, 18 de noviembre de 2016

Lambán, Echenique...¡Santisteve! 20161118

Se debate sobre el estado de Zaragoza al tiempo que las mismas fuerzas políticas implicadas andan dándole vueltas a los presupuestos aragoneses. La constante polémica en el ayuntamiento (donde se intenta convertir a ZeC en responsable de todas las decisiones erróneas o sospechosas tomadas antes del 2015) se entrelaza con la extravagante relación entre Lambán y Echenique, cuya disputa sobre los presupuestos del año próximo oscila entre el surrealismo y el disparate.

PSOE y Podemos se mascan pero no se tragan, se miran de reojo repletos de desconfianza mutua, se dicen aliados (hasta cierto punto) pero actúan como rivales (sin tregua ni compasión). Encabezados ambos partidos por personajes de escaso carisma, sus constantes rifirrafes se despliegan ante el respetable como una extravagante abstracción, una fantasmagoría. Al fondo, a la derecha, el PP se frota las manos esperando que las izquierdas (incluyan a CHA e IU-PCE) se despellejen mutuamente. No es que los conservadores tengan jefas/es más sobresalientes, qué va. Pero como los otros les hacen el trabajo, con repetir fervorosamente los argumentarios y las patrañas al uso les basta y les sobra.

Santisteve ejecutó ayer, en el debate sobre Zaragoza, un discurso largo (¡una hora y tres cuartos!), disperso y espeso, donde los lugares comunes se impusieron sobre los apuntes mas interesantes. Lambán, invitado al recital, sesteaba. Veinticuatro horas antes, él y el alcalde habían escenificado cierto acercamiento tras año y medio de reparos y citas fallidas. Claro que el presidente aragonés también tiene que vérselas con Echenique. Ambos juegan al escondite sin que su mutua persecución alumbre una idea concreta, un dato, una cifra... un algo.

El PSOE ha llegado al extremo de simultanear el tramposo racaneo que aplica el Gobierno autónomo al Ayuntamiento de Zaragoza... con la exigencia de que esta última institución incremente en cincuenta millones su capítulo de inversiones.

Y el pobre Santisteve, leyendo folios sin parar.

jueves, 17 de noviembre de 2016

Democracia, sí, no... ¿o qué? 20161117

Llevamos así demasiado tiempo. Y la cosa se está poniendo cada vez más negra. Opinadores de relieve (o simples usuarios de Twitter o Facebook), sean de izquierdas, derechas o cualesquiera de los autodenominados centros, alertan sobre los peligros de someter las cosas a votación. Ojo con las primarias, ojo con los referendos, ojo con las elecciones. Los asuntos públicos, al parecer, son demasiado complejos, retorcidos y oscuros como para subordinarlos al designio de un pueblo que se deja camelar por cualquier paleto millonario, facha y machista. Desde la victoria de Trump, al coro se han sumado explícita o implícitamente personas de categoría, de quienes jamás llegué a pensar que pudieran mostrarse tan reticentes ante los efectos de la democracia. Porque ahí esta el quid de la cuestión: o consideramos que la voluntad soberana de la gente es decisiva e imprescindible para regular nuestra convivencia... o acabaremos pasándonos al otro lado.

Antes de despreciar a quienes han votado al reteñido Donald o, aquí, a nuestro perezoso Mariano, sería conveniente analizar qué ha pasado con los más señeros sistemas democráticos, y por qué, en un momento determinado, los logros de la democracia social (tan evidentes y benéficos) se convirtieron en una aspiración conservadora, mientras el anarquismo capitalista (con sus propuestas egoístas y brutales) seducía a las variopintas clases medias.

Ya puestos, cabría considerar cómo se devalúa una democracia cuando limita su alcance al rutinario ritual de las elecciones. A la postre, las urnas no determinan por sí solas la calidad del régimen político. Si la sociedad civil no está organizada, si los derechos no se ejercen ni las obligaciones se exijen, si los medios y las redes no actúan como instrumentos de deliberación positiva, si la educación no avanza, si el conocimiento no se convierte en imprescindible virtud ciudadana, si el debate no es transparente y comprensible... votar pierde buena parte de su sentido. 

Mas no existe nada mejor que la democracia. Defendámosla.
 
JLT  17/11/2016

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Lo de Borrell, sin ir más lejos 20161116

Que a Borrell le estén investigando por haber sido miembro del consejo de administración de Abengoa entra dentro de lo razonable (en estos tiempos). Forma parte del riesgo implícito en las puertas giratorias: el chollo de hoy mañana puede dar con tus huesos en el banquillo de los acusados. Pero que al exsecretario de Estado de Hacienda, exministro de Obras Públicas, expresidente del Parlamento Europeo, excandidato socialista a la Presidencia del Gobierno e insigne académico le hayan tangado 150.000 euros a través de un falso chiringuito financiero en internet es cosa que te deja estupefacto. ¡Con lo bien que se había explicado este hombre cuando la destitución de Pedro Sánchez, y ahora resulta que es un lila!

Todo es así en estos majaderos tiempos. El PP nombra presidente de la Comisión de Exteriores a Fernández Díaz o fiscal general del Estado a Maza (vaya dos) y no pasa nada, e incluso Ciudadanos y PSOE se encogen de hombros. El hoy consejero de Hacienda del Gobierno de Aragón, Fernando Gimeno, niega al Ayuntamiento de Zaragoza todo lo que él mismo reclamaba cuando se ocupaba (es un decir) de las cuentas de esta última institución. Se multiplican los siniestros domésticos por culpa de la pobreza energética (o de la pobreza a secas). El recibo de la luz no para de subir y subir (ahora porque (dicen) estamos vendiendo mogollón de energía a Francia, donde andan revisando sus famosas centrales nucleares.

Existe una interpretación de las cosas (o sea, de las cosas raras), según la cual todo es culpa del populismo, y en España de Podemos. Será por eso que las investigaciones sobre las 845 viviendas recalificadas y los cien millones procedentes del erario que supuestamente beneficiaron a los familiares de Gabriel Amat, alcalde de Roquetas, presidente de la Diputación Provincial de Almería y miembro de la dirección nacional del PP, han ocupado la centésima parte del espacio que mereció la venta legal de una VPO por el podemista madrileño Espinar.

Aquí hay gato encerrado.
 

sábado, 12 de noviembre de 2016

Un día extraño y melancólico 20161112

El de ayer fue un día muy extraño. Al menos para mí. Murió mi tía Pilarín tras una lucha denodada e increíble contra la maldita Parca. Con ella se fueron también Leonard Cohen, Francisco Nieva y el pobre Perico Fernández. Así fue cómo las noticias tomaron una sesgo necrológico, justo cuando los medios especulaban con las extrañas profecías que anunciaron el advenimiento de Trump a la presidencia de los Estados Unidos, y aquí, en España, los pablistas ganaban las elecciones internas de Podemos, sin que el errejonismo lograra imponerse.

Puesto que, hoy por hoy, nuestras vidas siguen siendo ríos que van a dar a la mar, que es el morir, uno sólo puede dolerse por los que se han ido, y consolarse si al menos vivieron una vida larga y tuvieron un final digno (lo cual sigue siendo muy difícil en este país nuestro, hipócrita, retorcido y prejuicioso). Acabarse es tan inevitable como, al parecer, lo ha sido la ascensión del terrorífico Donald al trono de la Casa Blanca. Nixon (o más bien su señora) ya lo había anticipado hace más de veinte años. Y la serie de Los Simpson y los sociólogos y los cronistas de sociedad neoyorquinos y los críticos de televisión. Lo cual viene a dejar claro que Trump no ha sido un fenómeno inesperado ni extravagante ni ajeno a las circunstancias de los USA y los nuevos paradigmas de la globalización. Si un actor de segunda fila, con hechuras de falso vaquero y peinado al estilo de los Cincuenta ascendió al poder para poner en marcha la revolución neoconservadora, estaba escrito que su labor fuese rematada por un millonario hijo de millonario, con tupé-enseimada y pintas de mamarracho. Aquel fue un ultrarreaccionario, este es un parafascista. Horrible fatalidad.

En cuanto a Podemos, ya se verá. Con Iglesias se han alineado las corrientes más duras (empezando por los anticapitalistas postroskistas), cuya capacidad para sintonizar con la gran masa de electores es dudosa tirando a nula. Pero el jefe Pablo, Errejón El Segundón y todos los demás tienen una ventaja: el PSOE se suicidó. La izquierda está vacía.

JLT  12/11/2016

viernes, 11 de noviembre de 2016

Trump es persona de orden 20161111

En España, la gente bien (pero bien-bien, no los voceras habituales) está desconcertada. Por culpa de la corrección política. Resulta que les habían dicho (tertulianos, analistas y telepredicadores habituales) que Trump era un peligroso populista, una especie de Maduro capitalista, un Iglesias sin coleta, un Putin con los bíceps fofos, un peligro mundial... Y ahora, en menos de veinticuatro horas, el hombre del tupé oxigenado reaparece como un héroe de la América verdadera. Ha moderado su discurso, se ha reconciliado con el aparato republicano, pondrá un financiero al frente del Tesoro (¡pues, claro!), se pasará por el forro las medidas contra el cambio climático, bajará (todavía más) los impuestos a los ricos y eliminará al Obamacare. En medio mundo, las bolsas se recuperan con rapidez. Las constructoras, petroleras y farmacéuticas cotizan al alza. Las aseguradoras médicas y los fabricantes de armas se frotan las manos. ¡Y a este santo le decían populista!

Es verdad que el bueno de Donald agitó a las masas obreras (desempleadas o malpagadas), a las que ofreció un sinfín de maravillas. Pero incumplir las promesas electorales es hoy una virtud democrática muy valorada. Y la amenaza de una involución proteccionista siempre dará juego para mejorar (a favor de USA) los tratados de libre comercio, ¿no?

Trump es una persona de orden. Del nuevo orden global, distópico, duro y amenazador... si no tienes suficiente dinero. Tanto él como su evangélico vice son exponentes extremos y definitivos de la ultraderecha reaccionaria, capaz de concitar tecnología punta con creacionismo, de la misma forma que los yihadistas combinan internet con la más medieval ira de Dios.

A la derecha hispana se le va pasando el susto. Más aún después de haber visto a los perroflautas norteamericanos (partidarios de Bernie Sanders) echarse a las calles gritando «¡No es mi presidente!» («¡No nos representan!», ¿se acuerdan?) Eso ha sido definitivo. Susana Díaz, la pobre, todavía cree que Trump tiene algo que ver con el podemismo. Ya se caerá del guindo, ya.

jueves, 10 de noviembre de 2016

Ahí llega el hijo de Reagan 20161110

Que no les confundan (como con las encuestas): la victoria de Trump es la del Partido Republicano, puro stablishment, que además se ha hecho con la mayoría en las cámaras y pronto dominará también el Tribunal Supremo de EEUU. Es la derecha mutada en una síntesis de neofascismo y anarcocapitalismo. Es la fase actual de la revolución conservadora convertida en paradigma global. Con el faltón Donald y su campaña sobredotada de testosterona sintética han marchado hacia el éxito final el Tea Party, los telepredicadores del Cinturón de la Biblia, los blogueros de la alt right (aparato de agitprop del activismo ultraderechista), la Asociación del Rifle, la Fox News, el Ku Klux Klan, las milicias supremacistas y una horda de multimillonarios, además, ciertamente, de algunos blancos desempleados y otros especímenes de la América profunda.

Sí, es verdad que a una parte del sistema no le gustan las broncas y preferiría imponer el nuevo modelo político y social (autoritarismo, mentira y desigualdad) por procedimientos lo más indoloros posibles. Pero Trump es hijo legítimo de aquel Reagan que inició un cambio radical destinado a matar el Estado del bienestar y convertir el sueño americano en un imposible.

La extrema derecha no es antisistema sino transistema. El brexit fue obra del respetable Partido Conservador (no de los voceras del UKIP). El Frente Nacional francés se ha institucionalizado y conecta cada vez mejor con los republicanos de Sarkozy. Merkel se está quedando sola en el CDU alemán. Y el PP... veremos.

Le llaman populismo. pero quieren decir neofascismo. Por supuesto nada que ver con las izquierdas, donde no existe cosa parecida. Tras el derrumbamiento de la socialdemocracía y el monumental fracaso que ha cosechado en EEUU el Partido Demócrata, los llamados alternativos (Die Linke, Syriza, Podemos, LaGauche...) solo intentan recuperar las conquistas sociales y las políticas fiscales de los 60 y 70. Por ahí iba el bueno de Bernie Sanders, el yanqui socialista. No le dejaron.

JLT  10/11/2016

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Lo siento...Yo escribo en diferido 20161109

Escribir para un diario de papel es hacerlo contra la magia on line y las respuestas en tiempo real. Por mucha edición digital que te ampare (y yo valoro mucho la de EL PERIÓDICO, que me proporciona miles de lectores diarios), tu parida de la tarde anterior nace vieja en la rotativa y se momifica a lo largo del día. Hoy, por ejemplo, cuando la jornada empiece, ustedes ya sabrán el nombre de la/el futura/o presidenta/e de los Estados Unidos, que yo desconozoco en este momento. Si acaso, me he ido llenando de esceptecismo respecto de lo que pueda pasar, porque Trump es lo que es, pero Hillary tampoco parece trigo limpio; aunque yo, si fuera norteamericano, la votaría. Como harán los intelectuales, los artistas, las estrellas del pop, los habitantes de las dos costas... y todos aquellos que prefieren una cínica superviviente de los viejos aparatos políticos antes que un mamarracho sobrecargado de viagra, cuya evocación de la América profunda llega repleta de odio y complejos.

Lo cual me lleva a preguntarme, una vez más, qué es esto del populismo, y si tal cosa ha nacido ahora o es una invención posmoderna destinada a renovar la denominación de fenómenos más antiguos que la mismísima monarquía hereditaria.

Digo esto porque describir el populismo como una doctrina extrasistema no deja de ser un alivio para los políticamente correctos. Pero en España, por ejemplo, el populismo (la identificación demagógica de un partido con la ciudadanía en su conjunto o la patria excluyente) existía mucho antes de la aparición de Podemos. Por ejemplo, en la Andalucía del PSOE-peronismo, en las comunidades valenciana y madrileña manejadas por el PP a golpe de corrupción y propaganda, en la Cataluña de CiU y Esquerra embarrancada en el ultranacionalismo... Por no hablar de este Aragón adicto a los mitos de vía estrecha e incapaz de conocerse a sí mismo.

Populismo puro son los argumentarios del PP (que ahora abarcan, sugieren y predicen la rehabilitación del PSOE), tan exitosos como inmoderados. Así que Trump... ¡Bah! 
 

martes, 8 de noviembre de 2016

Autobuses falla: Zaragoza surreal 20161108

Apenas calienta ya el sol de poniente pero los autobuses de Zaragoza siguen entrando en combustión, provocada, al parecer, por los muchos años y kilómetros, el pésimo mantenimiento y otras evidentes desdichas del servicio. ¿Servicio? Bueno... La primera y principal plataforma de la movilidad colectiva en esta capital, que nunca fue ninguna maravilla, ha derivado en un completodesastre. Mucho tiene que ver con ello la última y sospechosa adjudicación a la actual concesionaria (AUZSA). Aunque eso es obviado sistemáticamente por quienes se han empeñado en que la culpa de todo la tienen los infelices de Zaragoza en Común, y no las dolencias crónicas de una ciudad mal administrada desde hace décadas.

Pero a lo que iba: los autobuses arden. Nueve en un año. Por suerte ningún usuario ha sufrido heridas o males mayores (por el fuego, digo, que en esos vehículos decenas de pasajeros sufren lesiones de todo tipo por culpa de los frenazos, acelerones y otras cabriolas). Pero estamos jugando con fuego (nunca mejor dicho). ¿Y si un día el incendio corta la retirada a los pasajeros?

Llena de pasmo la tranquilidad con la que los zaragozanos de a pie nos estamos tomando esto de que los buses se conviertan en tristes fallas. Por no hablar de cómo van de sucios, descuidados e incumpliendo normas elementales de circulación. Mientras, el ayuntamiento sigue enmarañado en esa guerra intestina de todos (salvo CHA, algunas veces) contra ZeC. Y un sector de la opinión pública proclama mañana, tarde y noche que los autobuses son cojonudos y la culpa de todo (incluso de las constantes quemazones) la tiene... el tranvía. Qué imbecilidad.

En fin... Más surrealista todavía es la situación en esos Estados Unidos que hoy votan sin otra elección que una burócrata desalmada (el mal menor) y un monstruo ultrarreaccionario (el mal peor). Dicen los cronistas que el mundo contiene el aliento. Tal vez porque este planeta se parece cada vez más a un autobús de AUZSA: viejo, asqueroso y a punto de arder. Cosas del negocio.
 

¿Son los de arriba o los de abajo? 20161107

La periodista británica Katharine Viner, la primera mujer que accedió a la dirección de The Gardian, ha calificado a la nuestra como la sociedad de la posverdad. Ello viene a cuento de la victoria del Brexit, la irrupción de Trump, el auge de los populismos parafascistas en Europa y toda una serie de fenómenos políticos que tienen en común el éxito de argumentarios basados en falsedades, demagogias, provocaciones e incluso locuras manifiestas. Yo incluiría en esta relación el extraño desenlace del llamado bloqueo español, en unas circunstancias y unos términos que achican el espacio democrático a su mínimo tamaño.

¿Quién tiene la culpa?, se preguntan las personas más inquietas y avisadas. ¿Cómo hemos llegado a semejante situación? Caben muchas respuestas. Por ejemplo, algunos periodistas profesionales creen que las redes sociales y la expansión de internet en general han modificado el ecosistema informativo intoxicándolo a través de una enorme legión de mercenarios, trolls, frikis, majaras e incluso auténticos sociópatas. Pero desde otros ámbitos se replica (no sin razón) que es ese periodismo que presume de precisión y ética el que se ha vendido por un plato de lentejas e intoxica y actúa como la voz de su amo, entre otras cosas porque los medios han perdido su modelo de negocio y con él su independencia. Se culpa a las élites (insolidarias, codiciosas, crueles). O a la cultura (audiovisual) basura. O a la tradición autoritaria, antipolítica y servil consagrada durante la Restautración y las dictaduras posteriores, en particular la franquista.

Supongo que España sufre una mezcla de todo ello (que en buena medida se corresponde con los paradigmas globales), pero no cabe descartar, ni mucho menos, la fatal tendencia de los de abajo a dejarse alienar, a sustituir el conocimiento por las patrañas, a no organizarse, al individualismo, a la pasividad... Cuando la gente es tan fácilmente manipulable no hace falta que los de arriba pierdan su precioso tiempo conspirando. Con sacar a la superficie lo peor de cada cual, ya está.
 

sábado, 5 de noviembre de 2016

Tranvía, bici, la bicha... ¡aaarrrggg! 20161105

Por alguna extraña razón más conectada con las fobias que con la ideología, a muchos zaragozanos (la mayoría de derechas) sacarles a relucir el tranvía o las bicicletas es como mentarles la bicha. Pero la bicha suprema, la madre de todas las bichas, el superbicharraco. Al principio, las personas humanas observábamos tal fenómeno con preocupación. Pero con el paso del tiempo no hemos tenido otro remedio que tomarnos a risa semejante histeria. Nos queda, además, un consuelo: el apasionado amor al coche propio y el irrefrenable deseo de ir con él a todas partes no solo embarga al vecindario cesaraugustano, también al madrileño. No cabe asombrarse por ello. A la postre, la gente de orden de la capital de Reino (empezando por mis colegas de los medios presuntamente serios) le compró al mafioso Adelson un remedo de Las Vegas idéntico al que nos colocaron aquí los trilerillos de Gran Scala. La de aquel.

Cada noticia que da este diario sobre incidentes relativos al tranvía o a los velocípedos genera de inmediato la reacción (entusiasta e indignada al mismo tiempo) de quienes aborrecen ambos medios de transporte. El otro día, una ciclista se golpeó con el Urbos, y los seguidores de Jorge Azcón, enfrentados simultáneamente a dos entidades horrendas, no sabían a cuál echarle mayores cantidades de agua bendita.
Espero que la línea 2 del tranvía se haga pronto realidad (financiera). La 1 es un éxito total y su efecto dinamizador sobre la movilidad, el comercio y la actividad ciudadana de todo tipo es un hecho. La mejora del transporte público (si el autobús deja de ser el desastre actual) y la creciente presencia de la bici son símbolos evidentes de una renovación urbana en la que Zaragoza ya va por detrás de otras ciudades europeas.

Con participación, con respeto a todos, con normas y medidas que integren ese tranvía y esas bicicletas, con sentido de la lógica y atendiendo a los intereses locales (el Urbos se fabrica en la propia Zaragoza)... la capital aragonesa debe seguir evolucionando en la única dirección posible. Hagan el favor. 
 

viernes, 4 de noviembre de 2016

¿Y a Rudi no le dan nada? 20161104

Llevo un disgusto morrocotudo. Porque, claro, como diversos medios de la capital del Reino colocaban a Luisa Fernanda Rudi al frente de algún ministerio, yo ya me relamía de gusto. Incluso había preparado el borrador de un artículo glosando los méritos de esa mujer, cuya extraordinaria carrera política (diputada en las Cortes de Aragón y en el Congreso, alcaldesa de Zaragoza, presidenta de la Cámara Baja, presidenta del Gobierno aragonés, senadora...) sólo necesitaba apuntarse una cartera ministerial para ser el demasié.

No verla entre la/os elegidas/os por el gran Rajoy ha sido un jarro de agua fría. Más aún, al ver que el megajefe ha puesto a Cospedal al frente de Defensa. Ese puesto, precisamente, le venía a nuestra convecina como anillo al dedo, después de haber asistido a tantas juras de bandera, tantas entregas de despachos y tantísimos actos castrenses, en uno de los cuales incluso le dieron un nombramiento (por supuesto militar) honorífico. Ya me dirán ustedes si la manchega, por muy secretaria general del PP que sea, sumaba tantos méritos. Por favor.

Claro que uno nunca está seguro de por qué o por qué no se dan o quitan ministerios. Algunos se llevaron las manos a la cabeza cuando Iglesias (en una de sus pabladas) nominó ministro de Defensa al general Julio Rodríguez. «¡Bah!: un párvulo en la materia», dijeron los entendidos. Esos mismos aplaudían ayer la designación efectiva de doña Dolores. Pero es que al PP, últimamente, se le aplaude todo. Incluso mantener a Báñez en Empleo (precario) y Seguridad Social (sin hucha).

Vuelvo a lo mío: Rudi podía haber sido la primera aragonesa que ocupase algún ministerio en un gobierno conservador. Con tal detalle, Supermariano se habría metido en el bolsillo al electorado de la Tierra Noble. Pues, ¡qué no hubiera hecho por esta bendita comunidad nuestra aclamada Luisa Fernanda!

JLT  04/11/2016

jueves, 3 de noviembre de 2016

Cachondeo de protección oficial 20161103

La pregunta me persiguió durante horas: ¿Qué no hubiesen dicho los de Podemos si uno del PP se levanta 19.000 euros de plusvalía en la compraventa de una VPO? ¡Ja! Tan agudo interrogante no es mío, claro. Fue y vino ayer por las redes sociales, las tertulias televisivas y los comentarios radiofónicos. Zanjé por fin la incógnita al reparar que en las filas de la derecha nunca, pero nunca jamás, se ha producido escándalo alguno que tuviera por objeto un piso de protección oficial en la periferia madrileña. Grandes recalificaciones de suelo, áticos de megalujo en Marbella, mansiones y palacetes mallorquines, fincas y concesiones mineras... Eso sí. Pero, ¿una VPO en Alcobendas construida por una cooperativa sindical y trajinada según indica la norma? Para nada. Como resulta fácil deducir, semejante cosa no encaja en los presuntos vicios de las gentes de orden. Por eso Iglesias y la horda bolivariana jamás les pudieron pillar por ahí, ni, en consecuencia, decir nada al respecto?

Por otra parte, la actualidad pega unos giros y unos zig-zags... que a veces no sabes por dónde agarrarla. Yo también pensaba que las declaraciones a Évole de Pedro Sánchez nos tendrían en vilo en días posteriores. Porque el ex se explayó a modo. Sin embargo el asunto se ha zanjado rapidísimo. Los aludidos por activa y pasiva guardaron silencio o replicaron con absoluta y poderosa dureza. Luego llegó el minuto de oro de Operación Triunfo: El Reencuentro, y la cobra de Bisbal a la cariñosa Chenoa ocupó absolutamente todo el espacio mediático (el profesional y el social), infiltrándose incluso en los más selectos y politizados círculos de whatsapp. Por comparación, la expectación ante el nuevo gabinete de Rajoy ha resultado ser escasa tirando a nula. Eso sí, Rudi vuelve a estar en las quinielas.

Poco más: el tranvía zaragozano (¡buuufff!), las pinturas de Sijena, el relevo de Sumelzo en la coordinación de los parlamentarios socialistas aragoneses... y la oficina que se ha procurado Echenique. Está en un ático (¡tomaaa!) y dicen que es muy chula. Dará que hablar, seguro. 

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Alguien ocupará ese espacio 20161102

En las izquierdas cunde estos días la depre y el abandono. El personal ha visto llorar a Sánchez. Ha contemplado cómo se daba la vuelta Hernando (el del PSOE). Ha flipado al escuchar al otro Hernando (el del PP) encampanarse en el Congreso, insultante de alegría. Ha meneado la incrédula cabeza ante el bajo rendimiento parlamentario de Iglesias. Se ha consolado con el agradable sentido común de Balldoví (el de Compromís) y los flipes radicales de Rufián (el de Esquerra), pero siendo el uno valenciano-valenciano y el otro catalán-supercatalán siempre queda la duda de si sus actuaciones atañen al resto de los españoles. Y por enésima vez se ha repetido el eterno lamento respecto de la maldita división, el cainismo, el sectarismo, la traición y otros fantasmas históricos.

Pero esta no deja de ser una impresión momentánea, como lo es todo cuando la vida corre a una velocidad vertiginosa. Si en los últimos tres años han pasado cosas tan inesperadas e inauditas (no las relato, pero son evidentes), imaginen lo que puede suceder de aquí al 2019.

Sí: el PSOE de la Gestora ha confirmado su condición de zombi (no de aquellos de Guerra mundial Z, que corrían y brincaban como posesos, sino de los lentorros y atontaos de La noche de los muertos vivientes). Pero el propio Sánchez o Borrell han quedado como señores. Y aún no han dicho su última palabra.

Cierto también que en Podemos el triunvirato Iglesias-Bescansa-Echenique se ha estancado en un discurso que discurre (valga la redundancia) por la obviedad, el exabrupto sin sentido y la incapacidad programática. Pero Errejón dice otras cosas mucho más propias y exhibe una inteligencia política muy superior.

Además, a la izquierda (o abajo, si lo prefieren) existe un espacio que, si se queda vacío, alguien ocupará. No deja de ser sugerente que los críticos (por llamarlos de alguna manera) tanto del PSOE como de Podemos digan cosas similares, tengan talantes parecidos y estén en condiciones de convencer a mucha más gente que sus respectivas direcciones oficiales. Al loro pues.
 

martes, 1 de noviembre de 2016

Lo mejor de Rajoy es... ¡Rajoy! 20161101

Ya se me va pasando la alarma que me causaron algunos titulares y muchos comentarios: todo aquello de empieza una nueva etapa, llega la hora de trabajar por España, se rompió el bloqueo, luz verde a las reformas... ¡Ostras!, me dije, igual se ha producido algún tipo de transformación fundamental de la situación política y yo no me había enterado. Y como encima ando estos días de aquí para allá, sin parar quieto en ninguna parte, temí quedarme fuera de juego. Pero por suerte Rajoy es quien es, lo cual siempre constituye una garantía de que no habrá sorpresas ni prisas ni acelerones. Es comprensible que quienes han tenido la obligación de pintar de purpurina la investidura del sábado (la de los zombis) se inventasen no sé qué cambio, recambio o requetecambio. Pero ahí ha estado nuestro Mariano para poner las cosas en su sitio. De momento, hasta el jueves por la tarde no se conocerá el nuevo gobierno. Que estamos en el puente de Jalogüin, hombre. No metan prisa.

Genial, oye. Llevábamos mogollón de semanas estresados, sin poder hacer planes para navidades, pringados los sábados y aun los domingos. Pero el presidente permanente nos ha devuelto al pausado ritmo del ya te veré. Algunos de los suyos, carcomidos quizás por la impaciencia, aseguraron que íbamos a conocer la composición del gabinete el mismo domingo, o el lunes a más tardar. Mas nada ha alterado la imperturbable quietud del jefe. Qué tío.

Por idéntica regla de tres, Rajoy se atendrá a su implacable lógica: él es él y no necesita traductores, emisarios ni profetas para hacer lo que debe, en perfecta consonancia con lo que ya hizo. Lo ha dicho por activa y pasiva: aquí no hay nueva etapa que valga, sino una estricta continuidad asentada sobre cuatro pilares inmutables y eternos: orden, unidad, mercados... y mucha calma. Los de Ciudadanos, y no digamos los pobres socialistas, podrán inventarse cualesquiera ajetreos y sacudidas. Pero el inquilino de La Moncloa ni se agita ni se inmuta. Sobresaltos, los mínimos. Echémonos una siesta. ¡Uuuaaa!