martes, 31 de julio de 2012

Alguna gente no se entera (de casi nada) 20120731

El otro día, los taxistas de Madrid, que son el no va más de su profesión, salieron a la calle hechos unos basiliscos. Protestaban porque las administraciones competentes están preparando la liberalización de su sector, lo cual acabará con la contigentación de licencias, el control de las mismas mediante negociaciones con los ayuntamientos y todo el tinglado actual. Esta reacción resulta de lo más extraño, pues durante años las radios de muchos taxis parecían permanentemente conectadas con las ultraliberales prédicas de Federico Jiménez Losantos quien reclamabn por activa y por pasiva más sociedad menos estado, más desregulación y menos intervencionismo. Supongo que quienes se regalaban a sí mismos (y regalaban a sus clientes) aquellas loas a la ley del mercado no imaginaron nunca que muy pronto les iban aplicar a ellos tan estupenda medicina.

Parece ser que no nos enteramos de nada, o de casi nada. Imaginen ustedes a todas esas ancianitas (yo conozco a una, pobrecita mía) que votaron al PP, llenas de ardor patrio, y ahora contemplan con perplejidad cómo les cobran ya parte de las medicinas, les aumentan las listas de espera, les suben los impuestos, les bajan las acciones de Telefónica y les niegan la dependencia. No las consuelas ni trayéndoles a la memoria que fue Zapatero quien empezó con esto de los ajustes.

Observo por doquier la cantidad de equívocos que flotan sobre esta sociedad enfrentada a la crisis. Ayer, un lector de la edición digital me replicó advirtiéndome que si él se va a vivir en Arcorsur es porque le da la gana. Pero, claro, la cosa no es así, querido amigo. Arcosur, como cualquier otra área residencial, es el fruto de unos intereses, unas decisiones políticas y administrativas, unos tejemanejes y unas operaciones financieras en las que los futuros habitantes del lugar son (somos) meros consumidores condicionados. Tanto si te da la gana como si no.

Por cierto, que las últimas polémicas sobre Arcosur han derivado (por obra y gracia del PP) en una nueva ofensiva contra el tranvía. Otro tema proclive al descoloque. Pero de eso, si acaso, ya hablaremos mañana.

 JOSÉ LUIS Trasobares 31/07/2012

lunes, 30 de julio de 2012

No se enfaden, que es peor 20120730

El personal está muy rebotado. Eso lo comprende cualquiera. No sería normal que ante el vendaval de recortes, restricciones, copagos y despidos la gente se mostrase feliz. El masoquismo de la ciudadanía tiene sus límites. 

Sin embargo no es a éste enfado al que quería referirme hoy, sino al que afecta a los futuros vecinos de Arcosur cada vez que alguien pone en cuestión la viabilidad de aquel enclave, el último y magnífico engendro de un urbanismo zaragozano manejado desde tiempos inmemoriales por los grandes traficantes de suelo. Arcosur es otro daño colateral de la Expo. Hubiese sido más lógico financiar la transformación de Ranillas habilitando allí mismo suelo destinado a viviendas. Pero eso despertó enormes recelos y los gestores del 2008 no quisieron exponerse a que se vinculara su trabajo a pelotazos y recalificaciones. Hubo que buscar en otro lugar recursos para pagar las huertas donde se ubicaría la Exposición Internacional. Entonces se optó por poner en marcha los suelos del remoto Sur y sacarlos de inmediato al mercado. Así empezó un equívoco monumental, un tremendo error ligado a la burbuja inmobiliaria y a la leyenda de una Zaragoza capaz de alcanzar a corto plazo el millón de habitantes. 

Había y hay otras zonas mejores para expandir la capital aragonesa, que por otro lado requiere mucho más la rehabilitación o reconstrucción de sus barrios tradicionales que proyectarse cada vez más lejos. Sacar a la gente joven de la ciudad consolidada por la vía de construir VPO en el extrarradio ha sido desastroso en muchos aspectos: es caro, es incómodo para todos, rompe el modelo racional, es absurdo. Pero ahí está. Dos mil familias sueñan ahora con vivir en Arcosur, porque allí está metido su dinero, porque se han autoconvencido de que es un lugar idílico (¿?), porque su natural orgullo les impide reconocer que se equivocaron al meterse en una aventura descabellada. Ellos son la única razón de que siga en marcha un plan económicamente insostenible en torno al cual se ciernen oscuras maniobras políticas y especulativas. 

 Pobre gente y pobre Zaragoza. 

domingo, 29 de julio de 2012

El mundo al revés y Aragón la más famosa 20120729

Esto de la crisis está poniendo nuestro mundo patas arriba. Los optimistas de ayer se han vuelto pesimistas rabiosos, los que decían blanco dicen negro, los que aplaudieron los inventos de la política de escaparate aseguran hoy que ellos jamás lo hicieron. Y Aragón, en este tema, no se queda atrás. Aquí los autonomistas de antaño ya no lo son, los que se mostraban fascinados por las grandes scalas de turno ni se acuerdan, quienes criticaban abusos de las anteriores administraciones ahora, llegados al poder, los replican sin cortarse un pelo. Es el mundo al revés. 

He oído a un conocido rechazar con pasión "esta locura de las autonomías". Le recordé que él se había manifestado a mediados de los Noventa cuando la derecha aragonesa, PP y PAR, salió a la calle tras una pancarta en la que se reclamaba la autonomía plena. "¡Ah! --me dijo impasible--, pero es que entonces estaba de presidente José Marco y aquello no se podía aguantar". Bueno... es una explicación un poco peregrina pero encaja perfectamente en el oportunismo aragonesista tan habitual en la Tierra Noble.

Claro que el mundo conservador nunca ha creído demasiado en la autonomía de Aragón. Si adoptó posiciones regionalistas fue como réplica al impulso centrífugo de Cataluña y por la indudable atracción que ejerció la DGA cuando empezó a manejar presupuestos y competencias. Veremos qué sucede en el futuro, porque Luisa Fernanda Rudi, aunque lleve al lado a un desteñido PAR, no es amiga de autogobiernos y preferiría gestionar una tibia descentralización administrativa, que es más descansado y menos conflictivo.

La presidenta está harta de verse en líos. Aunque parezca increíble (y es otra muestra de lo mudadas que andan las cosas), se está viendo obligada a decir no a importantes gentes de orden a las cuales Marcelino Iglesias decía sí. La generosidad del socialista con determinados poderes fácticos (y de derechas de toda la vida) llena hoy de pasmo a quienes le han sucedido en los despachos del Pignatelli. Otro misterio del Aragón actual que jamás desvelará todos sus secretos porque hay mucho interés en dejar ocultos sus escabrosos detalles. Iglesias decidió invertir generosas cantidades del dinero del común en mantener tranquilos y amistosos a quienes, sin embargo, suspiraban por ver a alguien del PP en su lugar. Bueno, ahora lo tienen pero sólo sus convicciones ideológicas les impedirán echar de menos los buenos tiempos en que los socialistas se mostraban tan generosos y complacientes.

El Aragón oficial lleva mucho tiempo sin una estrategia coherente. Carece de objetivos y de planes a medio y largo plazo. Por eso aquí es fácil clamar por algo (la TCP, los bienes de la Franja, el desdoblamiento de la N-232) y luego olvidarlo al día siguiente.

 JOSÉ LUIS Trasobares 29/07/2012

sábado, 28 de julio de 2012

Esto es puro teatro... del malo 20120728

No sé por dónde empezar, se lo juro. De entrada tenemos este milagro que ha rebajado en cien puntos la prima de riesgo. Y no ha hecho falta que Rajoy nos apretara más el cinturón. Ha bastado con que Draghi, el gran banquero europeo, pronunciara una frase proféticoenfática. y de repente la deuda es más barata y la Bolsa ha rebotado. ¡Imaginen si sale a la palestra frau Merkel y confiesa estar prendada de hispanoMariano! De lo cual cabe deducir que esta crisis tal vez pueda ser explicada en términos aritméticos. Pero contiene un enorme componente escénico. Es una crisis cognitiva, la última sensación teatral inventada por quienes mueven los hilos.

Como el Banco Central Europeo es un ente ectoplásmico, nuestro sistema funciona sobre la base de que el control y la calificación de nuestras finanzas lo ejecutan las agencias de rating, y el manejo del circulante es cosa de los mercados. Hemos privatizado el organismo regulador y ya vemos el resultado: un deshueve.

La astrakanada sentó sus reales en el Congreso español, donde capitostes de la política económica y de los bancoscajas quebrados han prestado declaración en sucesivos y delirantes monólogos. Rato estuvo genial. Miguel Ángel Fernández Ordóñez dejó al respetable con la boca abierta. Elena Salgado derrochó elegancia. Y el menda de Novacaixagalicia encarnó al mejor Don Tancredo de la historia. Desde luego no todo el mundo vale para eso.

Pero la comedia surreal no sólo se representa en los grandes teatros de Bruselas, Francfort o Madrid. En Zaragoza también hay choteo en cantidad. La reciente exhibición del PP en el Ayuntamiento de Zaragoza a costa de Arcosur tiene usía. Eloy Suárez se ha empeñado en superar a Juan Alberto Belloch y lo está consiguiendo. Propuso embotellar el tranvía en los acampos meridionales, logró que PSOE y CHA aceptasen tal condición (que supondría convertir la urbanización y puesta en marcha del neobarrio en el no va más de la insostenibilidad), flirteó con los arqueros (pobrecicos míos)... y luego votó en contra del plan urbanístico (que. en verdad, es infumable). Qué risas, oye, y qué cosas. 

viernes, 27 de julio de 2012

¡Pobres y malditos políticos! 20120727

Los políticos españoles (del Rey para abajo) se han rebajado el sueldo... pero la gente de la calle no lo ve suficiente. Ni de coña. La ciudadanía culpabiliza a las mujeres y hombres públicos desde dos perspectivas distintas aunque confluyentes: unos (sea porque son muy liberales o porque son muy fascistas) querrían prescindir de todos ellos y de las propias instituciones democráticas; otros (situados en posiciones progresistas más o menos radicales) abominan de una profesión que se ha encerrado en su particular burbuja, se ha entregado a los poderes fácticos y parece incapaz de asumir los intereses de las mayorías sociales.

Que la crisis parezca responsabilidad exclusiva de los políticos se debe a que son los personajes más visibles del drama social. Salen cada día en los medios, parecen monopolizar la toma de decisiones, se muestran ante sus electores rodeados de parafernalias representativas (los malditos coches oficiales, los séquitos, las escoltas...!) Son muy obvios, infinitamente más que los banqueros, los altos ejecutivos, los accionistas de referencia, los propietarios de suelo, los grandes constructores o los dueños de medios de comunicación. Por eso están ahí, listos para servir de chivos expiatorios. Más aún si, como ha ocurrido en España, fracasan en el ejercicio de su función, son pillados en operaciones ilegales o ilegítimas, ignoran a sus representados o mienten con descaro.

Pero esto es solo una parte de la realidad. Porque además estamos en un país donde es patente el absentismo de la ciudadanía que delega completa y absolutamente en esos políticos a los que luego rechaza. La desorganizada sociedad civil ha permitido que sus representantes electos cayesen en manos de los poderes fácticos y de los lobis. La tendencia de la opinión pública a dejarse fascinar o convencer por las más ostentosas creaciones de sus gobernantes ha creado monstruos institucionales tan notorios como el Ministerio de Fomento (¡y Medio Ambiente!), comunidades autónomas como la de Valencia o ayuntamientos delirantes como el de Madrid. Así, por acción de estos y omisión de aquellos, el sistema se ha ido al garete. 

Cómo acabar con la crisis en un santiamén 20120726

Resolver esta crisis tan retorcida y cabrona parece difícil. Pero hay personas empeñadas en imaginar rápidas y sencillas salidas del atolladero. Creyeron que Zapatero era el quid de la cuestión y bastaría con mandarle a casa para que las aguas volviesen a su cauce. No ha sido así, claro. Por lo cual ya tenemos en marcha otras alternativas de cajón: que los políticos se bajen el sueldo, que desaparezcan los coches oficiales, que eliminen el Senado... ¡que sean disueltas y clausuradas las comunidades autónomas y volvamos a los felices tiempos del austero centralismo (¿franquista?)!

Hombre, no seré yo quien elogie la forma en que mi tocayo, el exjefe del PSOE, gestionó la crisis. Ni negaré los excesos de las autonomías. Pero la crisis tiene razones, causas y dinámicas que van mucho más allá. Ya saben: la burbuja inmobiliaria (cuyos instrumentos políticos no fueron autonómicos sino municipales), el desmadre financiero (en el que ha habido de todo un poco), las razones (especulativas o geoestratégicas de los mercados), el fracaso de la Unión Europea... En gran medida, la fragilidad de España (su debilidad ante el acoso de agencias de rating y fondos de inversión) no procede tanto de su estructura institucional y administrativa (autonomías incluidas) como de la crisis política interna que nos azota y que nos convierte en el objetivo perfecto del insaciable monstruo financiero.

Las autonomías nacieron mal porque no se quiso o no se pudo hacer una Constitución federalista. Luego, jamás tuvieron un sistema de financiación coherente que las responsabilizara de sus gastos... Sí. ¿Pero se piensan ustedes que ganaremos algo volviendo a los tiempos de los delegados ministeriales, que reproducían, no a escala regional sino provincial, toda la estructura del Gobierno central (y cada uno con su coche y su chófer, ojo)? ¿Y en tal caso, qué pasará con Cataluña y Euskadi? ¿Qué haremos con esos ministerios (el de Fomento, por ejemplo) o esos ayuntamientos (el de Madrid, mismamente) que también han gastado sin tino y sin control?

¿Crisis? Para rato (¡que se lo pregunten al señor Ídem!). 

miércoles, 25 de julio de 2012

Esos sádicos y espantosos matices 20120725

La gestión de la crisis que lleva a cabo el actual Gobierno se está llenando de matices que susurran sadismo y configuran una espantosa articulación de causas y efectos, de malas intenciones y peores realidades. Ocurre, por ejemplo, cuando el ministro de Justicia, famoso centrista formado a la vera de aquel gran demócrata que fue Manuel Fraga Iribarne, advierte de que no se permitirán los abortos por malformación del feto. "Hay que proteger al más débil", argumentan en el PP. Lo cual podría tener algún sentido... si al mismo tiempo la red asistencial que atiende a los discapacitados ya nacidos no estuviese siendo destrozada con meticulosa aplicación por este Ejecutivo tan sensible y tan piadoso. Lo humano, lo normal, sería mantener la ley de plazos que permite a la mujer decidir si sigue o no adelante con su embarazo y reforzar los apoyos a las personas que sufren algún tipo de problema físico, psíquico o sensorial, pero la sutileza (neoconservadora y ultraliberal, por supuesto) trabaja desde la perspectiva contraria. Con muy mala leche.

Tampoco cabe extrañarse de que quienes desprecian la reglamentación de la muerte digna (con la Santa Madre Iglesia a la cabeza) y rechazan horrorizados el derecho a la eutanasia voluntariamente aceptada estén desmontando la sanidad pública universal y gratuita, dejen en la cuneta a los dependientes o condenen a la pobreza y la desatención a los ancianos. Así la gente morirá cuando Dios quiera, bajará la expectativa de vida e irá más ligero el sistema de pensiones que ahora cruje por la manía que tiene el personal de palmar lo más tarde posible.

¿Y qué me dicen de esa decisión genial por la cual se eleva al nivel máximo (21%) el IVA de cines, teatros y conciertos o el de lapiceros, cuadernos y plastilinas, pero se dejan versiones reducidas para los toros y el fútbol? Coherente, ¿no? Es lo que corresponde a un país donde las administraciones (la de Aragón, sin ir más lejos) reducen un 75% las becas para libros y comedores escolares, pero pagan religiosamente los campeonatos de motos o las pérdidas de las pistas de esquí.

Qué fina es la gente de orden. 

JOSÉ LUIS Trasobares 25/07/2012

martes, 24 de julio de 2012

Vísperas olímpicas, récords pulverizados 20120724

Despidiendo a los atletas españoles que partían a los Juegos de Londres, Rajoy les recomendó "esfuerzo, dedicación y perseverancia". Y para inspirarles ante los retos deportivos que les aguardan, la España guiada por don Mariano dedicó la jornada de ayer a batir nuevos récords: en incremento de la prima de riesgo, en desplome bursátil, en morosidad, en incompetencia políticofinanciera, en desinversión, en fuga de capitales... Estamos que nos salimos. Tanto que las personas humanas empiezan a preguntarse si podremos seguir anclados a este planeta o veremos a la vieja piel de toro salir disparada hacia las estrellas dejando detrás una larga estela de acreedores y suspensiones de pagos. O seremos rescatados, oye.

La situación resulta insostenible. Nos lo merecemos, dicen las gentes de orden. Ya, pero entonces... ¿por qué no pasa los mismos apuros Bélgica, que acumula más deuda pública que nosotros y arrastra una crisis política que dura decenios? En este orbe globalizado ocurren cosas misteriosas, sospechosas. Pero lo único claro es que así no se puede seguir. Sin soberanía económica, sin control sobre nuestra (¿?) moneda, sin un banco central es imposible salir del círculo vicioso. Con esos instrumentos y un moderadísimo plan de austeridad, Solbes estabilizó la situación en el 94-95 tras dos devaluaciones sucesivas... de la peseta, claro.

España no ha estado bien administrada, vale; sin embargo tampoco es el desastre que nos cuentan y nos contamos. Tiene un PIB per cápita que es el 95% del promedio de la UE-15 pero su gasto público solo llega al 72%. Eso sí, batimos récords en la escasez de los ingresos que obtiene nuestra Hacienda, en la bajísima capacidad redistributiva de éstos, en la regresividad del sistema fiscal... Como ha explicado el profesor Vicenç Navarro en un reciente artículo, sí hay dinero, sólo que el Estado no lo recauda bien. Incrementa a todos el IVA, por ejemplo, en vez de subir al 35% el impuesto de sociedades de las empresas que ganan más de un millón de euros al año.

La locura, oigan. Nos vamos a comer el medallero londinense. 


lunes, 23 de julio de 2012

No, no es un problema de comunicación 20120723

Se dice y escribe que este Gobierno hace lo que hace porque debe hacerlo, y en consecuencia la bendita ciudadanía podría entenderlo y aceptarlo con entregada resignación si Rajoy y sus cuates se lo explicaran bien. O sea, que el Ejecutivo actual tiene básicamente un problema de comunicación. No transmite, no convence, no impone su relato... ¡Por eso está el personal tan encabronado!

He conocido a no pocos teóricos (y prácticos) de la realidad percibida. Pretendían manipular la actualidad de tal manera que en ella el hueco latón pasara por oro macizo. Pero ese truco sólo funciona cuando corre la pasta, las instituciones pueden levantar costosas escenografías y la política de escaparate se apoya en unos presupuestos elásticos e infinitos. En esas condiciones es fácil camelar al respetable con AVE, aeropuertos, carreras de motos y palacios de congresos. Pero cuando ya no hay parné y lo que toca anunciar no son inauguraciones sino recortes no hay mago de la comunicación que valga. El quid de la cuestión no está en cómo se cuentan las cosas sino en lo que esas cosas significan. La gente es ingenua pero no idiota.

Un Gobierno que incumple su programa, que actúa mediante decretos ninguneando la vida parlamentaria, que no da la cara, que se contradice... pero que sobre todo desmantela los servicios públicos, tritura los derechos laborales, reduce las prestaciones a los parados, acribilla a impuestos a los trabajadores, atraca a los funcionarios, pone la deuda pública al servicio del sistema financiero, amnistía a los defraudadores y se subordina a lo que le dictan desde Berlín y Bruselas lo tiene muy difícil a la hora de fascinar a la opinión pública. No hay estrategia o técnica que permita convencer a quien acaba de recibir una patada en la boca de que se le ha hecho un precioso regalo. Ni llevando a TVE expertos en agitprop ultraconservadora ni haciendo malabares retóricos para evitar términos como recorte, intervención o rescate.

Las reglas aconsejan comunicar las malas noticias con rigor, seriedad y sin ocultar nada. Pues hala... ¡a ver quién es el guapo! 

domingo, 22 de julio de 2012

Zaragoza, la ciudad que volvió a quedarse a medias 20120722

Viajar es muy instructivo. Apenas un paseo por esa Gran Europa (todavía potente y solvente) que ahora envidiamos sirve para constatar muchas cosas. Por ejemplo que al otro lado de los Pirineos no se trabaja más ni con más diligencia, ni el personal es particularmente austero en sus usos cotidianos (¡tenían que haber visto el desaparrame que había en Burdeos la noche del 14 de Julio!). O que la crisis también asusta a nuestros vecinos y socios. O algo más concreto e inmediato: en las ciudades se generaliza el uso de las bicicletas, se extienden las áreas peatonalizadas y en no pocos casos circulan los tranvías por carriles vedados a los coches. Las urbes europeas exhiben con orgullo su historia e intentan por todos los medios mantener su atmósfera, tozudamente recuperada incluso allí (en Francia o Alemania) donde los bombardeos de la última Guerra acabaron con casi todo.

Cualquier comparación con nuestras ciudades (Zaragoza, sin ir más lejos) revela similitudes pero también diferencias. La capital aragonesa se situó en la onda europea en el periodo que fue desde 1909 a 1936. Sin embargo, tras el trauma de la Guerra Civil, en los años Cincuenta y Sesenta se produjo un nuevo impulso marcado por la especulación, el caos, la vulgaridad y un abierto desprecio por lo viejo que se contrapuso a una falsa modernidad de plexiglás y automóvil. En los Setenta, aquel urbanismo en vías de desarrollo había perdido todo rastro de racionalidad y se alejaba del estilo europeo. Luego, la democracia mejoró mucho las cosas pero no llegó nunca a culminar un proceso de cambios que, por ejemplo, acabase con el imperio de los cárteles inmobiliarios.

Zaragoza suele quedarse a medias. Belloch podía haber sido un alcalde decisivo, pero su indudable ambición y su voluntad transformadora no han alcanzado sus últimos objetivos. Le ha faltado estrategia, coherencia y eficiencia. Además sus planes han embarrancado alcanzados por la crisis financiera. Ahora, el regidor más emprendedor de los últimos tiempos improvisa sobre la marcha, acosado por las deudas y los problemas derivados de actuaciones anteriores. Que se le haya visto incluso perder los nervios en público (como ocurrió el viernes en el Pleno) es un signo de que no pasa por su mejor momento.

Pero no se trata sólo del alcalde. No pocos zaragozanos parecen claramente desorientados. Muchos abominan hoy de una Expo que les cautivó. Otros se han empeñado en oponerse a la reimplantación del tranvía (que es el único gran proyecto de los últimos lustros cuyo plan de negocio se está cumpliendo a la perfección) o rechazan aquello que en la Gran Europa es habitual (carriles bici, peatonalización de las calles comerciales). Aún estamos en el camino. 


sábado, 21 de julio de 2012

Un Gobierno obligado a dimitir 20120721

Cada uno de los gobiernos que hemos disfrutado desde la Transición llegó a un momento crucial en el que, divorciado de la opinión pública y enfrentado a los intereses objetivos de la ciudadanía, se quedó frito, perdió la legitimidad y ya no tuvo otra salida razonable que convocar elecciones anticipadas. Le ocurrió a Felipe González cuando su Administración quedó tocada de forma simultánea y combinada por la corrupción y el terrorismo de Estado. A José María Aznar cuando se metió en la guerra de Irak contra la voluntad del pueblo español. A José Luis Rodríguez Zapatero cuando en mayo del 2010 se dio la vuelta como un calcetín e inició la lucha contra la crisis sometiéndose a las reglas de la ortodoxia financiera. En cada caso los implicados se empeñaron en mantener su posición contra viento y marea. Pero cuando al final tuvieron que llamar a las urnas, todos perdieron la partida (ellos o quienes les sustituían).

Pero lo de Mariano Rajoy supera cualquier precedente. Jamás un Gobierno se desgastó tan deprisa, incumplió de tal forma sus promesas y, sobre todo, atacó de manera tan directa y brutal los propios fundamentos de la democracia social. Nunca una mayoría absoluta se fundió de tal forma ante el calor de la resistencia y la contestación popular, ni fue tan perentoria la dimisión de un Ejecutivo que camina como un zombi por la escena política sin saber a dónde va.

Es difícil adivinar a qué esperanzas se aferra Rajoy. Que en estas circunstancias suspendiera el debate sobre el estado de la Nación o que anteayer estuviese ausente del Congreso mientras se discutía su último ajuste solo puede entenderse desde un monumental desprecio por los usos democráticos. ¿Se oculta el presidente a la espera de un milagro que le saque del atolladero?

El actual Gobierno acabará triturado entre dos muelas implacables: de un lado, la especulación financiera y la imposibilidad de gestionar la crisis financiera con instrumentos propios; del otro, la movilización ciudadana, cada vez más masiva y rotunda. Lo malo es que, mientras tanto, nos estamos yendo a la mierda. 

viernes, 20 de julio de 2012

Sólo hace falta una salida política 20120720

Los sanitarios cortan el tráfico frente a sus hospitales. Se concentran los policías fuera de servicio. Ocupan la calle los funcionarios en general. Los trabajadores sometidos a eres están que trinan. Los parados echan fuego por la boca. Quincemayistas, indignados y todo tipo de personajes acuden por las tardes a montar bronca frente a la sede del PP en la Gran Vía de Zaragoza. El comando de los discapacitados intelectuales pega en las paredes fotos de Rajoy con la leyenda Se busca... Y ayer, en toda España, las manifestaciones reunieron muchedumbres inabarcables. A estas alturas queda claro que la ciudadanía no aceptará resignada que le quiten derechos, calidad de vida y dignidad. Además, quienes se movilizan van teniendo claro que ésta es una lucha política. Pero afrontan un problema fundamental: la ausencia de alternativas.

La derecha, aunque desbordada, intenta resistir el empuje de la calle. Ha convertido la blitz krieg en una cruel guerra de desgaste. Quiere demostrar que manifestaciones y huelgas son inútiles, que la suerte está echada, que la causa ciudadana decaerá por agotamiento. El imaginario conservador anticipa una victoria final como la conseguida por Thatcher sobre las Trade Unions en los Ochenta; victoria que acabará con los sindicatos y los movimientos sociales, con el 15-M y con todo el que no acepte el desmantelamiento del Estado del Bienestar.

Desde la perspectiva contraria, la de quienes actúan en los múltiples frentes de la contestación, el problema radica en cómo articular una salida política que rompa la inercia del Sistema y afronte la crisis financiera de manera radicalmente diferente. Esa salida no se encarna ya en un Partido Socialista desprestigiado, sin militancia ni conexión con la sociedad civil. Tampoco, al menos por ahora, en una Izquierda Unida cuyo discurso resulta tan simplista y primitivo como el estilo de sus líderes. Emerge así una incógnita (que por supuesto el nebuloso 15-M no despejará) cuya resolución debe discurrir en paralelo al desarrollo de la lucha contra los recortes. Esa y no otra es la clave de la peliaguda situación actual. 

jueves, 19 de julio de 2012

... Y Aragón, flotando en el éter 20120719

Si no fuese porque ayer vino por aquí la señora vicepresidenta y fue convenientemente silbada por la plebe a la entrada de La Aljafería, podríamos pensar que la política aragonesa flota, en el éter, con el encefalograma plano. Sí, claro, se vienen produciendo a escala regional los recortes, hachazos, protestas e indignaciones que colman la actualidad española; pero son un simple reflejo automático. En realidad podríamos prescindir de este Gobierno autónomo que no gobierna, estas Cortes que no legislan o estos ayuntamientos, diputaciones y consejos comarcales que apenas mantienen su rutina administrativa mientras buscan liquidez con creciente desesperación. Con Mariano y el de Guindos dando instrucciones desde Madrid sobra. Bien mirado, incluso también ellos están ahí de adorno. Bastaría que nos apretasen directamente el cinturón los hombres de negro, la Troika, Bruselas, los mercados o la mamá que les dio a luz.

En medio de la vorágine centrípeta y recortadora, Biel y su PAR mantienen el paripé autonomista. El Gran Jefe de la bisagra se ha dado el gusto de ver cómo se crea, al fin, la nueva Comisión Bilateral DGA-Gobierno central. Tal Comisión no servirá para nada, salvo para entretenernos cuando no tengamos una TCP, un Pacto del Agua, un Compromiso de Caspe o alguna otra entelequia que llevarnos a la boca. Así pasamos el rato y el bueno de José Ángel tiene cosas de las que hablar cuando sale en Aragón TV. 

Los prohombres y promujeres del PAR estiran su última legislatura en el machito, los del PP contemplan con horror lo desagradable que se ha puesto esto de ser jefe (que te insultan por la calle, oye), los del PSOE permanecen ahí sin saber si se van o se vienen y los de CHA e IU torean al alimón, los primeros llenos de aprensión y los segundos repletos de confianza.

¡Ah!, bueno, y luego está el Ayuntamiento de Zaragoza donde Belloch ni se cantea, para desesperación de Pérez Anadón. No hay un euro en la caja y va a ser necesario privatizar parcialmente el ciclo del agua. Bonito colofón a la Expo aquella tan hidrológica y ecologista. No somos nada. 

miércoles, 18 de julio de 2012

Quince días que estremecieron a España 20120718

Jamás en la vida había visto cosa semejante. Hace quince días me fui de vacaciones para relajarme, y a la vuelta me encuentro el país con los nervios de punta, los bolsillos vacíos y la ansiedad a tope. Acojonante. ¿Cómo pueden empeorar tanto las cosas en sólo dos semanas? ¿Qué locura es ésta? ¿Quién nos ha condenado a empalmar un ajuste tras otro convirtiendo cada sacrificio en un simple aperitivo del que ha de venir después?

Pero yo mismo me respondo, parado ante el espejo. ¿Qué te pensabas. Trasobares? ¿Creías capear una leve tormenta en un vaso de agua? Pues no, querido, estás ante una inflexión de la Historia, una nueva Edad, un giro dramático del Destino... El futuro retrocede sin remisión hacia el pasado. Puede que tú, como tantos otros compañeros de viaje, imaginases un porvenir a salvo de los demonios anteriores. Te equivocabas. Esa derecha política que ha saludado con ovaciones y risotadas los últimos serruchazos es la inaudita reencarnación de aquella otra que estaba dispuesta a destruir España para adueñarse de sus ruinas. Date por contento que esta vez pretende hacerlo por lo fino. A la postre, el qué se jodan de la famosa hija del Gran Imputado es apenas un exabrupto inocuo comparado con lo que los antepasados de la susodicha hicieron tal día hace setenta y seis años.

Por lo demás, si he de decirles la verdad, nada de lo que ha sucedido desde el 1 de julio debería extrañarme. Es un plan que se cumple de manera inexorable. Empobrecimiento, privatizaciones, descaro, fracaso del sistema. osadía de los reaccionarios, respuesta de la ciudadanía... Rajoy es el médico valiente que ya no trata a su paciente con tisanas y emplastos, sino con severas sangrías y tremendas purgas. El paciente, por supuesto, reune sus últimos alientos para rebelarse antes de morir. La gente está en la calle (espérense a ver las manifestaciones de mañana). Obreros, profesores, sanitarios, parados, estudiantes, funcionarios... ¿Funcionarios? Incluyamos entre ellos a la gente de uniforme. También a los policías les han fundido la paga de Navidad. Cuidadín pues, Mariano, que estás jugando con fuego.