viernes, 28 de febrero de 2014

Sigo con la murga (y ya perdonarán) 20140228

Bueno, ya perdonarán ustedes, pero lo de la unidad de las izquierdas es, en mi modesta opinión, uno de los temas centrales de la actualidad política. El PP está a lo que está y no parece dispuesto a apartarse un milímetro de su revolucionaria visión estratégica (lo que siempre quiso hacer pero no se atrevía, como dijo Rubalcaba). El PSOE se debate en sus agudas contradicciones, frenado en los sondeos, con un liderazgo sin futuro y una militancia agotada. En la hora de las nuevas alternativas, UPD gana terreno con una propuesta que combina un social-liberalismo transversal con un nacionalismo (españolista) capaz de conmover no solo a conservadores desengañados sino también a votantes progresistas atribulados por los desafíos de los otros nacionalistas (periféricos). IU, como indiscutible núcleo duro de la otra opción al margen del bipartidismo, tiene buenas perspectivas pero aún está lejos del auténtico sorpasso. Confluir con las demás izquierdas y los movimientos sociales en una opción unitaria que, además de relanzar marca electoral, desarrollara nuevas fórmulas de organización y participación le vendría muy bien. Además... ¿por qué no?

Existen experiencias que avalan la tesis. En Galicia, en Navarra... en Aragón. ¿No viene dando resultados positivos la coalición CHA-IU de las últimas generales. A Chunta, desde luego, le ha ido muy bien, aunque algunos de sus cuadros y militantes no lo vean así. Con un diputado en Madrid han logrado una visibilidad que no podían permitirse el lujo de perder. No es que Yuste sea un prodigio de la retórica ni que su partido se haya mostrado muy activo a la hora de aprovechar las sinergias de la situación. Pero han estado ahí. CHA ha sido invitada ahora a concurrir a las europeas en la lista de la Izquierda Plural. Se lo está pensando. ¿Tiene alguna oferta mejor?

Desengáñense, sin una unidad de largo alcance, la izquierda española no tiene más salida que sumirse en la frustración o servir de lazarillo a un PSOE hecho cisco. Y hablando del PSOE, ¡vaya lío interno que le está provocando lo de Plaza! En ese plan... 

jueves, 27 de febrero de 2014

O van unidas o fracasarán (las izquierdas) 20140227

Mientras el PSOE decide, en el confuso mundo de sus horas bajas, si se reinventa o sigue aferrado a un pasado cada vez más ominoso (¡oh, dioses, que golpe ha sido esa fianza que reclama el juez a Escó, García Becerril y Agapito!), mientras las primarias agitan el estanque socialista... la hora de Izquierda Unida parece haber llegado. Pero IU no puede aspirar al éxito si no acomete asimismo un proceso de renovación, de modernización, de rejuvenecimiento y de apertura a las variopintas izquierdas políticas y sociales. Los de Lara deben decidir: o se aferran a lo que creen haber logrado, o dan un paso adelante y se lanzan a por un auténtico sorpasso que les convierta, no ya en auxiliares de posibles gobiernos del PSOE, sino en actores principales de la conquista y el ejercicio del poder.

Nadie duda de que IU tiene marca, estructura y continuidad. También muestra signos de cierto anquilosamiento. Sus portavoces habituales no comunican bien (y esta no es una cuestión formal, sino de fondo: sin comunicación el mejor programa no sirve de nada). Su visión de las cosas se remite a paradigmas clásicos que están siendo superados. Coincidir en la elaboración de propuestas con otros actores progresistas le vendría muy bien. Presentarse a las contiendas electorales articulándose con el resto de las izquierdas, en un frente común, le daría una extraordinaria ventaja cualitativa y cuantitativa.

Todo evoluciona en esa dirección. Tras un primer desencuentro, IU y Podemos (la opción encabezada por Pablo Iglesias) se han sentado a dialogar y se han entendido bastante bien. En Aragón, el grupo Ateneo acaba de lanzar un comunicado donde llama a la confluencia de IU, Chunta, la plataforma Podemos, Equo, Puyalón y el Partido X. Propone abrir cauces de comunicación entre estas fuerzas políticas, la elaboración de un programa común y la conciliación de sus mecanismos de decisión internos con nuevos cauces de participación externa. Cuiz (Ciudadanos por la Unidad de la Izquierda) ha hecho suya la propuesta. En toda España surgen iniciativas similares.

Pero, hombre... si es de cajón. 

miércoles, 26 de febrero de 2014

Cinespaña: 'Ciborg contra Zombi' 20140226

En la última gran producción de Cinespaña, Mariano Rajoy se encarnó en un temible cíborg, mitad hombre, mitad máquina, a ratos robocop implacable, a ratos muñeco diabólico. Atiborrado de datos estadísticos convenientemente trucados, hizo gimnasia mecánica y voló sobre la triste realidad social y económica como un héroe barato, superMariano, el pájaro loco. Frente a él, Alfredo Pérez Rubalcaba volvió a ser lo que es, un zombi político. ¡Ah!, pero un zombi nervioso, activo, tal que los de Guerra Mundial Z. De los desvanes de su subconsciente emergieron súbitamente incontestables argumentos. Allí arriba, en la tribuna, disparó un discurso duro, progresista, certero. Ante semejante ataque, el cíborg solo podía hacer una cosa: recordarle al zombi los tiempos en los que era todavía un humano moribundo, ministro del otro gobierno. Y así volvimos a contemplar el horrendo espectáculo de un debate sin salida. Cuando aparecieron más personajes en escena, el cíborg estaba ya desatado. Incluso se puso sarcástico. Por lo visto el país está de chiste.

Todo ello se resume en dos asertos elementales: Mariano no dice una verdad ni por equivocación (estuvo genial cuando habló de la travesía central pirenaica en respuesta a Yuste), pero Alfredo no puede discutir con él porque está lastrado por el pasado, cuando pudo y no quiso, no supo... o no imaginó que por ello, en una segunda vida, acabaría perdiendo los debates aun teniendo razón.

¿Un diálogo entre dos? No, ya no. Ahí estaban Cayo Lara y Rosa Díez recitando las verdades del barquero. Lara hacía de sí mismo: un hombre del común, honesto, concienciado, limitado, serio, trabado en la aplastante simplicidad de su aura ideológica. Díez... Bueno, traía bien hechos los deberes estadísticos, pero se lío al meterse en honduras, como suele. El de IU y la de UPD, cada cual a su modo, encarnan las opciones alternativas (además de los nacionalistas periféricos, pero esos van de otra cosa), y de facto están compitiendo entre sí por los nuevos nichos electorales que han de dejar libres los mayoritarios. Pero de eso, si les parece, escribiré mañana. 

martes, 25 de febrero de 2014

Se ve que nos va el teatro (el malo) 20140225

Sí, ha sido increíble esa escenificación de ETA, enseñando cuatro hierros a los verificadores, garantizando de palabra su inutilización y luego llevándoselos en una caja de cartón precintada con cinta americana. Mas no cabe sorprenderse, pues tanto la organización terrorista como todas sus terminales llevan mucho tiempo teatralizando sus delirios, sus crímenes y ese asquerosete victimismo que destilan sus dirigentes y cuadros.

Pero sobre las tablas de la vida política y social española no sólo los sociópatas montan aquelarres. Hoy mismo, en el debate sobre el estado de la nación, el presidente Rajoy monologará sobre la ficción de que el país ha salido de la recesión y cabalga impetuoso hacia la recuperación económica. Gracias a sus reformas, por supuesto. Luego, el Congreso acabará polemizando sobre tal espejismo, mientras en la realidad el consumo sigue muerto, la deflación es clamorosa, los ingresos de los asalariados descienden al averno, el déficit público crece sin cesar, se destruye aún más empleo y la rescatada banca sobrevive en coma inducido con una morosidad sin precedentes. Una pasada.

El problema es que esta comedia demencial tiene su público y no poco éxito. ETA sublima su repugnante trayectoria en cada éxito electoral de la izquierda abertzale (¿izquierda?). El PP amarra a su electorado más fiel describiendo la caída al abismo como una ascensión a los cielos. Cataluña es un esperpento. Cada desfile de locos payasos (corrupciones, retroceso de los derechos fundamentales, mentiras y canalladas) provoca el jolgorio de los respectivos fanáticos. El consejero aragonés de Sanidad, Oliván, presume en público de estar salvando el Salud a cuya destrucción, sin embargo, se aplica con singular y evidente sadismo. Y no pasa nada. Nos va la astrakanada. Nos encanta la pantomima. Les digo más: si Agapito, en vez de fracasar en su proyecto deportivo, hubiera conseguido meter al Zaragoza en la Champions (cosas más raras se han visto en el fútbol profesional), tendría ahora decenas de miles de amigos que cerrarían los ojos al sainete de Plaza. Qué fácil es engañar a la chusma. 

lunes, 24 de febrero de 2014

Esa empresa privada... tan ineficiente 20140224

Permitan que vuelva a las andadas, porque si alguno de ustedes piensa que los problemas específicos de España van a resolverse (solo) mediante reformas drásticas en el terreno político o sociopolítico se equivoca de medio a medio. Las transformaciones precisas (olvídense de un imposible retorno a cualquiera de los viejos buenos tiempos) han de abarcarlo todo, tanto en la esfera pública como en la privada. Y han de hacerlo dando por sentado que la última marea globalizadora ha roto definitivamente las barreras espaciotemporales que aún permitían pensar en clave local. Eso se acabó.

En este país tenemos un problema serio en la economía del sector público y otro aún más serio en la del sector privado. En general, nuestras empresas son un desastre. Si no lo fuesen, si en ellas imperase la eficiencia, la seriedad y la responsabilidad social, las instituciones no irían como van. Ni de coña. Pensemos en la corrupción. ¿Acaso no es un fenómeno que ha llegado a las administraciones (central, autónomas, locales) desde el ámbito empresarial (entidades financieras, constructoras, grandes compañías, emprendedores con contactos). ¿Quién lleva los maletines a quién? Por eso, la actual oleada de privatizaciones produce vértigo. ¿Cómo vamos a dar por sentado que mejorarán los servicios esenciales cuando sean gestionados por compañías cuyos directivos están consagrados a la obtención del máximo y más rápido beneficio por cualquier método?


He visto a no pocas empresas privadas sumidas en la miseria de la cooptación de sus altos cargos, obsesionadas por mantener una estructura vertical y jerárquica, dispuestas siempre a expulsar de su seno a los profesionales con más iniciativa y empuje mientras promocionaban a los más disciplinados y por ello menos molestos. Empresas, mucho ojo, enredadas en imaginarios ideológicos reaccionarios y cerradas a cualquier innovación.


Nos escandalizan las declaraciones del presidente de Iberdrola. Pero su discurso cínico, tramposo y obviamente apátrida viene a ser la última proclama de la burocracia empresarial. ¿Y vamos a confiar en esta gente? 

domingo, 23 de febrero de 2014

Agapito arrastrará al abismo al 'marcelinato' 20140223

Durante años, las peripecias de Agapito Iglesias han circulado por las secciones de Política, Tribunales y Deportes de los medios, componiendo un paisaje tridimensional y complejo. Pero en realidad, para quien siguiera de forma simultánea esta singular y (presuntamente) sucia aventura todo encajaba en un único y simple rompecabezas. La operación para entrar en el Real Zaragoza, convertirlo en un equipo de Champions y utilizarlo para completar un programa de poder (no sólo de gobierno) que lo abarcase todo o casi todo fue un proyecto único concebido en lo esencial por los estados mayores del Pignatelli, un plan con la etiqueta PSOE, un enorme error perpetrado por el llamado Marcelinato cuando los superávits y la inabarcable burbuja inmobiliaria hacían pensar que cualquier cosa era posible y que el dinero no se acabaría jamás.

Lo que ahora sacan a la luz los jueces que exploran los agujeros negros de Plaza es consecuencia de aquella atmósfera de éxito garantizado y jugadas a lo grande que hicieron pensar a personajes muy normalitos o claramente mediocres que eran unos genios. De un Gobierno (el de Marcelino Iglesias y José Ángel Biel) capaz de tragarse primero y masticar después durante años una mamarrachada tan evidente como la de Gran Scala podía esperarse todo. Y de todo tenemos ahora, cuando ya no hay pasta y aquella ficción del poder sin límites se ha esfumado. Plaza estalla como un castillo de fuegos artificales, Castanesa es un fiasco que amenaza la supervivencia de Aramón, Motorland se ha convertido en un pozo sin fondo donde caen los millones por decenas... Otros inventos decaen con menos ruido. Lo de Gran Scala apenas es un recuerdo relativamente gracioso, pues al menos allí apenas hubo pérdidas.

Plaza se construyó a precios que ya en un primer momento llamaron la atención. Creo recordar que en alguna ocasión advertí en un Independiente (a título meramente orientativo) que los costes de la Plataforma Logística de Zaragoza estaban duplicando los de otro macropolígono, el Parque Tecnológico del Reciclado, que se estaba urbanizando al mismo tiempo. Lo que ocurre (y créanme que lo digo con más decepción que resquemor) es que a quienes advertíamos entonces de tales desfases o criticábamos la lluvia de proyecto-ocurrencias sin fundamento se nos ignoraba... por cenizos y desfasados.

Al tal Agapito le prometieron que el Real Zaragoza sería Jauja, que no le faltarían ayudas directas e indirectas, que si tenía pérdidas en la apuesta futbolera podría recuperarse por otras vías. Han pasado los años, el equipo está arruinado y en 2ª, Plaza arrastra una deuda monumental y el constructor amigo se ha convertido en un lastre que tira del Marcelinato (¿y del PSOE?) hacia el abismo. A ver qué pasa. 

sábado, 22 de febrero de 2014

Cómo destruir un país... y a su gente 20140222

No, no hablo de España (aún no hemos llegado a ciertos extremos, y cuento con que no lleguemos jamás) ni siquiera de Grecia. Me refiero a países más periféricos, donde las cancillerías y los servicios secretos occidentales han jugado con fuego, han contribuido a incendiar situaciones muy combustible... y luego, si te he visto no me acuerdo. Pienso en Siria y en Ucrania. Allí se ha azuzado la revuelta sin prever las consecuencias, se ha provocado la rebelión (¿para qué, si no, fue a Kiev la comisaria de Exteriores de la UE?) y se ha pretendido luego controlar el estallido. Pero, mientras, el enfrentamiento ganaba en intensidad, los gobiernos respectivos (regímenes duros, de obvios instintos asesinos) intervenían con creciente violencia y la oposición democrática evolucionaba hacia el yihadismo, en el caos sirio, o hacia la ultraderecha fascista, en el ucraniano. En ambos casos, la mayoría de la población queda en tierra de nadie, aterrada, masacrada, expulsada de sus casas, sin futuro. Porque no hay porvenir posible allí donde se ha sembrado muerte y odio. Váyanse a los Balcanes (el primer gran fracaso de la Unión Europea en su propio patio trasero) y pregunten a la gente qué ganó en aquella guerra terrible y absurda que enfrentó a los pueblos de la antigua Yugoslavia. Vayan a Bosnia, sumida en la ruina, la corrupción y el despotismo. O a Serbia. O a Kosovo.

No sirve de nada consolarse con las desgracias ajenas. Pero tampoco es razonable ignorar que, si aquí tenemos problemas muy serios, en otros lugares están sumidos en la catástrofe más absoluta. De hecho, podríamos detectar sin mayores dificultades el hilo conductor que va de una política económica interna, abrochada a los intereses del capital financiero, hasta el cinismo criminal de una acción exterior, vinculada de facto al imaginario estratégico que alientan dichos intereses. Así, Ucrania vuelve a ser la frontera en disputa entre una Europa Occidental que entierra sus mejores impulsos, y una Rusia anclada en el totalitarismo postcomunista.

Y de los africanos que huyen de la muerte para morir al pie de nuestras murallas... ¿qué puedo decirles? 

viernes, 21 de febrero de 2014

Todos quieren ser infantas 20140221

Nadie sabía nada, nadie desconfiaba de nadie, nadie hizo nada malo... Se limitaban a seguir la corriente, firmar sin leer y dar por sentado que la vida es así. Frente a esta simpática actitud de los imputados habituales, buena parte de la ciudadanía se precipita por el tobogán de la desesperación y el cabreo. Cárcel, cárcel, cárcel, gritaba la miniplebe a las puertas de la Ciudad de la Justicia. Y Agapito, dentro, lo negaba todo con el aplomo de los veteranos. Aunque, claro, lo del dueño del Zaragoza apenas ha empezado. Plaza es mucha Plaza.

Como todos somos iguales ante la ley, quienes tropiezan con algún marrón se ponen como meta ser iguales... que la infanta Cristina: hacer el paseíllo bajo estricta protección policial, repartir sonrisas, recibir el saludo afectuoso de los abogados defensores e incluso del fiscal. Luego, ya se sabe: no sé, no me acuerdo... yo, lo que me decía mi marido. Carlos Escó, que fuera consejero delegado, viceconsejero de Obras Públicas y gran jefe político de la Plataforma Logística y otros asuntos, aseguró el martes que se limitaba a poner su autógrafo donde le decía el gerente de la cosa, García Becerril. Antonio Asín, el alcalde Mallén, echó la culpa de sus errores administrativos al secretario de su ayuntamiento. Agapito reforzó ayer su primera línea de defensa responsabilizando de cualquier tropezón a uno de sus ejecutivos, Gómez de la Fuente, que ya ha fallecido y no podrá desmentirle. Bueno, y en el peor de los casos, siempre cabe contar con la prescripción del delito o con esa doctrina judicial según la cual las sociedades públicas se rigen por la normativa privada, y el que más pueda, capador. 

Un somero repaso de las instrucciones sumariales relacionadas con Plaza evidencia que allí cada cual pilló lo que pudo mientras se creaba el habitual vínculo viciado entre la política, el deporte profesional y el negocio del ladrillo; vínculo que tiene nombres, apellidos, contratos y sobrecostes perfectamente identificables. Pero eso mismo cabe pensar de la martingala que se traían entre manos Urdangarin y señora. Por eso, ahora, todos quieren ser como ella. ¡Infanta de España! 

jueves, 20 de febrero de 2014

Ir del sobrecoste al 'low cost' 20140220

Existe un visión populista y confusa de las cosas que pretende acabar con la política de sobrecostes por el procedimiento de someter las instituciones públicas al low cost (lo pongo en inglés porque se evoca mejor el concepto). Así pasaremos de una gestión carísima, mediocre y escaparatista pero con algún resultado conveniente, a otra supuestamente barata, asocial y de nefastos resultados. En última instancia, y si nos ceñimos al principio de que economizar no es gastar poco ni mucho sino saberlo gastar, resultará que lo barato acabará saliéndonos aún más caro. La privatización a tutiplén trasladará las decisiones que más influyen en nuestras vidas de los parlamentos y concejos electos a los herméticos consejos de administración de las grandes contratistas y concesionarias. La calidad de los servicios caerá en picado (como ya ocurre). Valiente arreglo.

Hay gente muy infeliz (o muy fascista) que pretende resolver la crisis por el simple procedimiento de acabar con la vida política del país o someterla a un régimen de anorexia y miseria. Personas que aplauden la demencial medida de dejar sin dedicación exclusiva (o sea, sin sueldo fijo) a concejales de Zaragoza con responsabilidad en el gobierno (o en la oposición, que también es crucial), como si una ciudad de 700.000 habitantes pudiera manejarse en los ratos libres. No se reflexiona sobre la importancia de elegir representantes cualificados, dinámicos y honestos a los que retribuir adecuadamente. Más bien se pretende (con estúpida ingenuidad o mala fe manifiesta) sustituir el actual e insatisfactorio modelo de político profesional por otro cuya mayor virtud radique en no cobrar o conformarse con un sueldo en línea con el (injusto) salario mínimo. Lo que nos faltaba. ¿No nos hemos enterado de que el low cost suele ser una mierda, rentable solo para los que manejan el negocio?

Mientras, en los despachos donde se aloja hoy el verdadero poder, altos ejecutivos con sueldos millonarios se ríen de la política. El low cost no les afecta. Pero están encantados de aplicárselo a la mayoría social. En eso, precisamente, consiste la crisis. 

miércoles, 19 de febrero de 2014

Primarias de trámite... ¿Primarias? 20130219

Aclaremos una cosa: por mucho que puedan interesarnos (y a mí, lo confieso, me parecen muy interesantes), las primarias para designar candidatos son un método, un instrumento, no un fin en sí mismas. Reconozco por ello que, dada la atmósfera claustrofóbica y el hermetismo reinante en la práctica totalidad de los partidos, dicho método puede quedar desvirtuado y dar mucho menos juego de lo que cabía pensar de entrada. Sin unos cimientos sociopolíticos capaces de impulsar propuestas dispares e imponer un debate público sobre ideas, programas y estilos, el tinglado no se sostiene e inmediatamente se convierte en un simulacro, uno de esos tristes trampantojos que decoran la vida pública española.

Así, en Aragón, el PSOE (que ni siquiera se ha molestado en hacer primarias abiertas) va a recorrer con más pena que gloria un camino trillado. Lambán será designado candidato para las próximas autonómicas porque así lo han pactado previamente las familias que dominan el partido y porque, en las condiciones presentes, no hay otra opción que pueda resultar verosímil. Su posible oponente, el crítico y exalcalde de Monzón, Fernando Heras, va de Quijote en loca carga contra los molinos de viento. Lo suyo tiene mérito, pero no hay competencia posible. Y si les digo la verdad eso no van a ser ni primarias ni cosa parecida. Solo reflejarán la pavorosa indigencia del socialismo aragonés, donde ya no es imaginable una pugna de altura entre aspirantes prestigiosos, potentes, audaces y capaces de proyectar credibilidad y entusiasmo. Sin esa rivalidad de alto nivel, la ceremonia no funciona. Ni en el PSOE ni en ninguna otra organización política. IU quizás podría albergar algo distinto, mucho más sugerente. Pero quienes controlan la coalición se resisten.

Hay que reconocerlo: los cambios procedimentales (primarias, listas abiertas, aritmética electoral más justa) solo funcionarán en una atmósfera política más limpia, generosa e inteligente que la existente hoy. Por eso me temo que las primarias van a ser (ya lo están siendo) un evidente simulacro. Con la ilusión que me hacían. 

martes, 18 de febrero de 2014

¿Es oro lo que reluce al final del túnel?

Cada cual arrastra sus dudas esenciales. Tal vez ustedes no sepan en estos momentos si apuntarse a la tarifa plana de la luz o al sistema coste por horas. Yo tampoco me aclaro, salvo en una cosa: los del monopolio eléctrico, si pueden estafarme... me estafarán. 

No se agobien. Piensen que las clases más favorecidas también se debaten en la incertidumbre. Ahora mismo los ricachones amantes del automovilismo lo tienen superchungo. Están epatados por la última oferta de Lamborghini. Se trata de un artefacto hecho de fibra de carbono y titanio. Ligero como una mariposa y potente como un tiranosaurio. Pesa muy poco pero lleva un motor derivado directamente de la F-1. Todo su sofisticado minimalismo está sacrificado a la velocidad. Para conducirlo a gusto es preciso alquilar un circuito.

Ahora bien, esa bella-bestia italiana tiene un competidor alemán: el Porsche 918. Propulsión híbrida mediante un V-8 atmosférico y dos motores eléctricos capaces de entregar un total de casi 900 caballos de potencia con ridículos consumos. Llega a los 300 por hora en menos de 20 segundos. Una pasada.

¿Cuál elegir? En ambos casos se fabricarán pocas unidades. Eso también ha de ser tomado en cuenta, pues a nadie que tenga gustos exclusivos le apetece ver un buga idéntico al suyo en el aparcamiento del club (financiero). Porsche venderá en España diez 918. Claro... el cacharro solo cuesta 900.000 euros. En cambio el Lamborghini se sube a dos millones y medio. Ver uno de estos será casi un milagro. Por descontado, tanto el fabricante latino como el germano tienen ya vendida la producción prevista. ¿Ven? Algo brilla al final del túnel. Es el oro de los privilegiados que reluce en medio de la oscuridad general.

Hay que tomar decisiones. Sin apuros ni complejos. Sepan que entre los coleccionables lanzados con el arranque del año hay un Lamborghini que se compra a piezas en los quioscos. Es de juguete pero lleva su motorcito de gasolina y su mando a distancia. Cómprenlo, ensámblenlo y háganlo correr por el parque. Así se olvidarán por un momento del recibo de la luz.

JOSÉ LUIS Trasobares 18/02/2014

lunes, 17 de febrero de 2014

Todo tiene un límite, incluso la mentira 20140217

Mluchos nos horrorizamos al recibir las primeras noticias sobre la masacre de Ceuta. Catorce muertos (como mínimo) aplastados y ahogados en un espacio perfectamente controlable evidenciaban que allí algo se había hecho mal, muy mal. Testimonios, evidencias, fotos y filmaciones probaron inmediatamente después que aquello había sido un desastre, un fracaso letal de los dispositivos de seguridad (¿de seguridad?). Pero sobre todo dejaron con el culo al aire a cualificados portavoces del Ministerio del Interior (por ejemplo al director de la Guardia Civil), cuyas obvias mentiras, trufadas de amenazas a quienes osaban cuestionar su falsaria versión de los hechos, dan náuseas. Que unas personas a las que se ha encomendado la aplicación de la Ley falten de tal manera a la verdad pone los pelos de punta. Que la vicepresidenta del Gobierno y el ministro Fernández Díaz mantengan la tesis de que las fuerzas del orden actuaron correctamente y de manera proporcionada (¿cuándo disparaban sobre la zona en que aquellos pobres desgraciados se ahogaban sin que nadie les socorriese?) es terrible. Una vez más, la Unión Europea nos ha llamado la atención. Nos estamos saliendo del mapa de los estados civilizados.

Mentir tiene una cierta lógica, pues a veces la verdad resulta insoportable. Pero tiene que haber límites, cortafuegos, controles. Y ahí está el problema, porque vivimos tiempos en los que quienes toman decisiones que determinan nuestras vidas hacen gala de un cinismo colosal. Les da igual ser pillados en el embuste, les da igual... todo. Si son cogidos en falta se sacan de la manga los argumentos más peregrinos. Como cuando la reacción ante la manifiesta podredumbre del Gobierno navarro deriva hacia un debate sobre Amaiur. ¿Amaiur? Vale, a mí ésos también me caen fatal. Pero ahora el tema es otro. Lo que está sobre la mesa son los manejos de la españolista y foral UPN, un partido rodeado de escándalos... y mentiras.


Aquí ya nadie cree a nadie. Vamos hacia una sociedad de incrédulos desengañados, ignorantes alienados o fanáticos compulsivos. Madre mía. 


domingo, 16 de febrero de 2014

Antes y ahora, Aragón se vende mal 20140216

Convengamos en que Aragón, hasta ahora, se ha vendido casi solo. Las campañas institucionales destinadas a promocionarnos ante los inversores, las empresas foráneas o los posibles turistas nunca han alcanzado el nivel de impacto, calidad y penetración lograda por otras comunidades. Dando por sentado que España no es un país demasiado ducho en el márketing (comparado con Italia, por ejemplo), la pedestre Tierra Noble va por debajo de la media. Y eso que contamos con buenos argumentos comerciales, posiblemente mejores de lo que se suele creer.
Así que esta semana hubo en Madrid un acto para presentar Aragón a los actores económicos. La presidenta Rudi y varios de sus consejeros describieron nuestros puntos fuertes ante doscientos empresarios y altos ejecutivos. El encuentro formaba parte de una campaña diseñada en el Pignatelli para captar inversores, porque aquí la cosa se está parando y los datos (en macro y en micro) no tiran bien. Tal vez el vaso esté más lleno, hablando en términos generales, que en el conjunto de España. Pero se está vaciando. Y menos mal que la Opel aguanta. Si no...

La actual campaña gubernamental (dotada con un presupuesto ridículo) corre el riesgo de convertirse en una escenificación para consumo interno, como ha ocurrido tantas veces. Es habitual que las acciones para vender Aragón en el exterior hayan tenido como principal objetivo... a los propios aragoneses. La Expo del 2008, por ejemplo, proyectada teóricamente como una plataforma para ponernos en el mapa, careció finalmente de un plan de comunicación que saltara las fronteras y sintonizase con los medios y las redes globales. Fue, finalmente, un escaparate costosísimo destinado a promover la autoestima de la población local, a la que se obsequió durante un largo y maravilloso verano con una fiesta por todo lo alto. Luego, la verbena acabó, llegó la crisis... y hasta hoy. Situaciones como ésta se han dado a lo largo de los últimos decenios. Es probable que ahora sigamos en lo mismo.

En la audiencia reunida para escuchar a Rudi en el madrileño hotel Villamagna había bastantes aragoneses, demasiados. ¿De qué había que convencer a los directores regionales de bancos y compañías diversas, si ya trabajan aquí? Pero bueno, principio quieren las cosas. Sólo que con una reunión y unos cuantos discursos no se convence a ningún inversor serio (de los otras ya hemos tenido demasiados, ¡por favor!). Es preciso mantener una política estable y bien fundamentada para acoger a los interesados, convencerles y guiarles en su trayecto hasta aquí.

Los discursos de los políticos no venden gran cosa. Hacen falta otros alicientes y una política comercial seria, sostenida, estratégica... profesional.

sábado, 15 de febrero de 2014

Así será si así conviene (al bolsillo) 20140215

Ahora entiendo por qué los reaccionarios aficionados a la polémica, cuando se cabrean, siempre mandan a sus oponentes a Cuba, Corea o Venezuela, pero no a China. Es que el viejo Imperio del Medio se ha convertido en una potencia económica, y con el dinerito no se juega. Aquellas lágrimas vertidas ante la sangrienta ocupación del Tibet o la represión en Tiananmen, han dejado paso a un desmedido interés por las inversiones, la balanza comercial o el turismo. Ahora, además de ponerse en pie cuando pasa la bandera estadounidense, es conveniente inclinarse ante los mandarines rojos. Todo por la pasta.

El Gobierno impedirá que tribunales españoles abran procesos en nombre de la justicia universal. Lo de intentar empurar a un exjefe chino por presuntos crímenes contra la humanidad ha sido ya demasiado. ¡Buenos se han puesto en Beijing! Además, un país como el nuestro, donde los crímenes cometidos durante cuarenta años de dictadura han sido olvidados con tanta alegría, no está para dar lecciones a nadie. Yo diría más, por si le puede servir a Rajoy para explicarse: el medieval gobierno de los lamas barrido por la invasión comunista del Tibet tampoco era ninguna maravilla. Y como sentenció Franco cuando se cargaron a Carrero, no hay mal que por bien no venga.

Bien está lo que conviene. El presidente del Gobierno español no tuvo inconveniente en prestarse a respaldar en un mitin al islamista, retrógado y corrupto Erdogan, el Gran Turco. Aunque, claro, siempre hubo moros buenos y moros malos. Lo cual nos lleva de rebote a Ceuta, donde según parece la masacre en la playa fronteriza fue culpa exclusiva de los africanos, que se tiraron al mar sin saber nadar. Ha sido increíble oír a los más altos portavoces gubernamentales mentir sobre tal suceso y más todavía ver cómo personajes públicos, apasionados defensores del derecho a la vida (o sea, contrarios al aborto y la eutanasia), se mostraban indiferentes ante la muerte de quienes pretenden traspasar nuestras sagradas fronteras huyendo de la miseria, la persecución o la guerra. Son pobres. No interesan. 

viernes, 14 de febrero de 2014

Centralismo democrático y obediencia debida 20140214

Ha causado sensación ese heroísmo parlamentario por el cual los diputados del PP votaron en bloque (a favor de la ley Gallardón) incluso haciéndolo en secreto. Tan clamoroso éxito dejó de lado la circunstancia de que dicho bloque estaba respaldando una contraley que hará sufrir a miles de mujeres pobres (las que tengan posibles ya se apañarán, como siempre). Pero en España la unidad interna de los partidos es una virtud política ineludible. Sea bajo las normas del centralismo democrático, sea bajo la servidumbre de la obediencia debida o de la lealtad o del principio de que quien se mueve no sale en la foto, las mujeres y hombres públicos actúan abducidos por los respectivos aparatos. No hay debate interno ni externo ni mediopensionista, y cuando se acepta la escenificación de algún procedimiento aperturista (unas primarias con participación de simpatizantes y votantes afines) pronto emergen los trucos y los acuerdos por arriba para que el asunto no se desmadre.

Rubalcaba acordó con los barones socialistas poner a Elena Valenciano a la cabeza de la candidatura a las europeas. Sin más. Así pretende tomar posiciones para que, si las cosas salen bien en mayo, él mismo pueda ganar terreno para llevarse de calle las primarias abiertas (¿abiertas?) que determinarán quién lidera al partido en las próximas generales. Y pongo lo de abiertas entre interrogantes, porque en Aragón la selección de primeros candidatos para las autonómicas y municipales no lo van a ser. Todo se cocerá (prácticamente ya está cocido) entre las familias que cortan el bacalao. Esta devaluación (en apenas unas semanas) de las futuras primarias del PSOE, les ha venido de perlas a los jefes de IU para denostar cualquier proceso destinado a construir la unidad de las izquierdas mediante la participación social. Todo se cocerá en las alturas, sin sorpresas ni entusiasmos.

Bueno, y ahí está Rajoy, que se ha merendado de un bocado la designación del nuevo dirigente del PP en Andalucía. Dijo: este, y ya no hubo discusión. Se ve que la pobre Cospedal se ha quedado con un palmo de narices. Qué difícil nos lo ponen, ¿eh?

JOSÉ LUIS TRASOBARES 14/02/2014

jueves, 13 de febrero de 2014

Breve historia de la corrupción española 20140213

En España la corrupción viene de lejos. Durante siglos, clero y nobleza robaron muy lindamente al pueblo llano, no pagaron impuestos, saquearon los tesoros llegados de América, compraron cargos y se dieron la gran vida bajo la protección de la monarquía absoluta y la Santa Inquisición. La gente del común se refugiaba entonces en la picaresca, jugándose una estancia en galeras porque la delincuencia impune era privilegio de los de arriba. En eso consistía el orden social sostenido por los alguaciles y los temibles oficios de la religión verdadera. Los intentos de acabar con esta perversa situación fracasaron. Y así, en pleno siglo XX, las viejas clases dominantes continuaban subidas a la peana, con el agregado de una oligarquía financiera e industrial ducha en todos los chanchullos destinados a sobornar políticos, manipular la Bolsa, obtener ventajas económicas, defraudar al fisco y descargar las peores obligaciones sobre la ciudadanía de a pie.

Franco fue la síntesis última y definitiva de una tradición apuntalada sobre el despotismo y la corrupción. Al fin y al cabo era un militar africanista, y el ejército destinado en el Protectorado había sido un sumidero de mandos incapaces y oficiales tronados (salvo las excepciones de rigor). Se robaban los pertrechos, se traficaba con las armas (que acababan en manos de la guerrilla rifeña), se falseaban las plantillas. Hubo casos famosos como el del millón de Larache. De ese caldo de cultivo emergieron en el 36 los salvadores de España. El franquismo se asentó así sobre el estraperlo, los cupos de importación, las oposiciones patrióticas, los chanchullos, los pelotazos inmobiliarios... o el tráfico de recién nacidos. Nunca pasaba nada. Nada se sabía. El Lute, un delincuente común analfabeto, era el enemigo público número uno. Los comunistas morían torturados en las comisarías.

La democracia no ha sabido cortar en seco esta sucia tradición. Y el resultado está a la vista. Pero hemos avanzado mucho. La ciudadanía sabe lo que está ocurriendo, tiene muchos más recursos para oponerse a los canallas y, con el voto en la mano, está en condiciones de acabar con ellos.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Estropicios... por el bien de todos 20140212

El alcalde de Mallén y diputado provincial, Antonio Asín, condenado a siete años de inhabilitación por haber prevaricado, recurrirá este fallo para no perder sus cargos, a los que se aferra con uñas y dientes. Aramón y el ayuntamiento de Montanuy también presentarán recurso contra la sentencia que echa por tierra su fabuloso plan para construir una gran estación de esquí en Castanesa, porque si no lo hacen la sociedad semipública que gestiona el supuesto negocio de la nieve en Aragón tendrá que declararse en quiebra. Aquí, el que puede gana tiempo mientras proclama que hace lo que hace, e hizo lo que hizo, por el bien de todos, por su pueblo, por la creación de empleo, por el desarrollo del Pirineo (o del Bajo Aragón, o de Teruel, o de cualquier lugar de ese cúmulo de ínsulas que denominamos territorio). Y sobre este bonito panorama sobrevuela el inefable criterio citado expresamente por los jueces en el citado caso Mallén: las sociedades públicas, aunque gestionen el dinero del común, se rigen por el derecho privado. Toma ya. 

PP, PSOE (y su socio alternativo, el PAR) están literalmente enganchados a una peculiar visión del sector público que parte de la política de escaparate (a la levantina) y acaba en fracasos evidentes y despilfarros sistemáticos. Eso sí, puede tener éxito entre el personal. En Mallén, por ejemplo, los electores han seguido respaldando a su procesado alcalde. Y no serían pocos los aragoneses (no digamos si preguntásemos en los pueblos de Castanesa) que apostarían por seguir adelante con el tema del esquí.

Buena parte de las sociedades públicas y de los proyectos de naturaleza público-privada han traído aparejados enormes gastos y raquíticos beneficios. Si se han creado puestos de trabajo, ha sido a un coste desorbitado (a millón cada empleo, en algunos casos). Las cuentas jamás se han conocido con detalle, salvo cuando las investigaciones policiales han arrojado algo de luz. En ese oscuro ámbito, la incompetencia hace estragos y la corrupción acecha. ¿Acabará con esta situación la futura Ley de Transparencia? Ojalá. Aunque lo dudo. 

martes, 11 de febrero de 2014

Qué mal se enrolla esta gente 20140211

La señora de Luis García, jugador del agapitesco Real Zaragoza, ha dicho en Facebook que la afición local da pena (por su actitud crítica hacia el equipo), y el personal se ha rebotado cantidad. Enseguida, las buenas personas han entendido que esta señora se ha limitado a ponerse de parte de su marido. Claro. Así deben ser las parejas. Por idéntica regla de tres, la Infanta imputada (y eso son ya palabras mayores) ha convertido el caso Urdangarin en una explosión de amor y confianza. Algunos interpretan que ella, doña Cristina, ha quedado como una mema que firmaba sin más lo que él, el exjugador de balonmano, le ponía delante; otros deducen que la hija del Rey le ha endilgado todo el marrón a su querido esposo (a la postre, un pebleyo). No sé. Lo que si veo es cómo la España de orden (empezando por Rajoy, que ya lo anunció por la tele hace semanas) da por sentada la inmediata exoneración de Su Alteza. Ha bajado por la cuesta del juzgado, ha declarado, ha proclamado su inocencia... y se acabó. Demasiado ha hecho.

Esa certeza en que la impunidad que se le supone a una Borbón ha de imponerse finalmente resulta casi enternecedora. Revela cuán arraigadas están en este país las más rancias tradiciones. Se asume: a) que las mujeres han de querer ciegamente a sus hombres, b) que los miembros de la familia real no han de preocuparse por el origen de la pasta que gastan y c) que, en última instancia, la monarquía es intocable por la gracia de Dios.

España está en crisis de arriba abajo, pero los de arriba no quieren perder un solo privilegio. No hablo únicamente de palacio. En otros ámbitos andamos parecido. ¿Qué pensar, si no, de la forma en que el PSOE ha cerrado sus primarias en Aragón (por si caso), mientras Rubalcaba colocaba a Elena Valenciano en cabeza de la candidatura a las europeas? Un arreglo con los barones para reforzar, dicen, la apuesta electoral. Como si la vicesecretaria general fuese algún tipo de portento humano, en vez de un mediocre exponente del supermediocre aparato del partido. Y así es como pretende la dirección socialista recuperar la confianza de los votantes. Qué tropa. 

lunes, 10 de febrero de 2014

Democracia en liquidación por derribo 20140210

Vive en mi barrio un caballero holandés con el cual coincido en la compra y en el quiosco (de tal afición a la gastronomía y al papel deducirán ustedes que los dos tenemos ya cierta edad). Y últimamente le encuentro cada vez más inquieto y enojado. Cree que en España (país que sin duda ama) la democracia se está yendo al garete. Se asombra de la dureza policial, de la contrarreforma legal, de la actitud de este Gobierno, del empobrecimiento general... Su criterio (el de un europeo moderado y culto) choca con la realidad que ve y palpa a diario. Considera que los viejos demonios ibéricos andan sueltos. Estoy de acuerdo con él.

En los últimos tiempos, las organizaciones internacionales (UE y ONU) nos han sacado los colores. Por cuestiones básicas: el boicot de Wert a las becas Erasmus, la devaluación de los derechos individuales, el abandono de las víctimas del franquismo, la paulatina conversión de la amnistía del 77 en una ley de punto final que ampara crímenes contra la humanidad... España incluso ha salido a relucir en la reciente andanada de Naciones Unidas contra el Vaticano, por el repugnante episodio del tráfico de niños que las autoridades han investigado tarde y mal. Volvemos pues a las andadas. Se cierne sobre nosotros un Régimen nacionalcatólico, injusto y autoritario; envuelto, eso sí, en los celofanes de una democracia líquida y sometido a peligrosas tensiones. El actual descrédito del entramado institucional (partidos, organizaciones sociales y Monarquía) impulsa la demencial idea de que antes todo era mejor, no había corrupción y el supuesto apoliticismo de Franco evitaba distracciones y gastos superfluos. Es mentira, claro, pero va colando. En las actuales condiciones casi todo cuela.

La democracia no es nunca una categoría absoluta. Pero cuando su calidad desciende por debajo de ciertos límites deja de existir. Vamos hacia ello. Ese es el motivo por el cual mi vecino holandés y yo opinamos que el voto aún puede ser útil. Aunque solo sea para frenar la deriva actual y pararles los pies a quienes pretenden convertirnos (¡otra vez!) en los enfermos de Europa. 

JOSÉ LUIS Trasobares 10/02/2014

domingo, 9 de febrero de 2014

Proyectos (públicos) fracasados, una historia lamentable 20140209

El Gobierno de Aragón estudia la sentencia sobre Castanesa por si fuera posible recurrirla. ¿Para qué, si Aramón ya se veía incapaz de abordar un plan tan caro y demencial? Para que no decaiga el imaginario. Así que desde el Pignatelli dicen que la nieve sigue siendo fundamental para el Pirineo (¿quién lo niega?), y el jefe del principal partido de la oposición, Javier Lambán, agrega que el proyecto ahora estrellado (obra del Ejecutivo que presidió Marcelino Iglesias) respondía a una "sana intención".
Un paseo por las laderas del valle donde debían ir las supuestas pistas de Cerler-Castanesa permitía deducir que aquello era un imposible. Hubiera sido preciso rehacer las fortísimas pendientes, consolidar el esponjoso suelo, canalizar las escorrentías y dinamitar los afloramientos rocosos. El destrozo medioambiental y el gasto iban a ser insostenibles. Y por si eso fuera poco, el hipotético dominio esquiable quedaba bajo el viento del norte, la gabacha, capaz de barrer la nieve una y otra vez. "Sujetaremos los copos con chinchetas", dijo un asesor de los jefes.

Con la pretensión de construir miles de apartamentos, Aramón empezó de inmediato a señalar suelos ofreciendo 240.000 euros por hectárea de prado (36.000 abonados en el acto). Los ganaderos del valle se vieron, de repente, millonarios. Al arquitecto Foster, designado autor de la estación, se le pagaron de entrada más de tres millones libres de impuestos por iniciar un diseño que jamás acabó. Increíble.

Con este último tropiezo, Aramón eleva su agujero por encima de los cien millones. La sociedad semipública, mal gestionada durante lustros, usada para impulsar pelotazos en los valles, es una ruina: la ruina de todos los aragoneses (y no es la única, claro). Para colmo, las decenas de miles de segundas residencias construidas a destajo (algunas, horrorosas) malogran ahora la oferta de la hostelería local. Un pan como unas hostias.

Castanesa, pero no solo. No les repito el listado de bromas y quimeras que han decaído o bien son una absurda realidad que sigue devorando la pasta del contribuyente. Cuando recorro Zaragoza y veo el Fleta como el pelado costillar de una ballena varada o la antigua Escuela de Arte que jamás será el museo que Goya debería haber tenido, cuando recuerdo el pufo del estadio cinco estrellas y me entero de lo que está pasando con Averly, no dejo de pensar en dos cosas: a) que la incompetencia de los jefes sale aún más cara que sus presuntas corruptelas (o corrupciones de grueso calibre), y b) que sería una excelente inversión pagar bien a los políticos, siempre que fuesen personas preparadas, inteligentes, con iniciativa... y honestas, por supuesto. Ya sé que esa especie no abunda. ¿Por qué no la reclamamos con la papeleta electoral en la mano? 

sábado, 8 de febrero de 2014

Impávidos, displicentes, amenazadores 20140208

La tragedia ocurrida en Ceuta ha dejado al Gobierno bastante impertérrito. Como si aquellas muertes hubiesen ocurrido en un espacio ajeno, en un lugar inconcreto, en el lado marroquí de la frontera. Las autoridades, eso sí, han puntualizado que quienes pretenden forzar las vallas en la citada plaza y en Melilla actúan "con mucha violencia". Usan piedras e improvisados guantes para enfrentarse a unas fuerzas policiales perfectamente armadas y superar las barreras de cuchillas que aquí llamamos, con repajolera alegría, concertinas. Lirorí-lirorá. Según múltiples versiones, la dura intervención de la Guardia Civil provocó la avalancha hacia el mar y los ahogamientos. Pero en los círculos oficiales, todo esto se ve con relajante distancia. Si hubiese pasado en Lampedusa, la conmoción habría sido mayor entre las buenas gentes de orden que tanto lamentaban el trato dado a los inmigrantes... cuando mandaba Zapatero.

Me sorprende la aparente calma que reina en un país, el nuestro, donde no cesan de ocurrir cosas alarmantes e inéditas. Personajes muy relevantes de la derecha (política y mediática) no cesan de cuestionar aquellas leyes, actuaciones judiciales y sentencias que no cuadran con su visión de la vida. Amenazan con modificar los códigos (tal como dijo ayer mismo doña Ana Botella), con bajarles los humos a los jueces que no juegan a su juego, con convertir la democracia en un sistema hermético y sometido a estrictas reglas, sin margen para la protesta ciudadana. Orden público.

El sistema reacciona con terrible displicencia ante los dramas humanos provocados por el paro y los recortes. Se le da mucha importancia a la desagradable situación de la Infanta imputada o al supuesto derecho de los jefes a disponer de la vía pública frente a sus domicilios para que nadie ose pasear por allí pancartas o tuppers. Mientras, los desahucios van en aumento y la pobreza devora a millones de españoles sin trabajo... o con él. Pero eso ha pasado a formar parte del panorama habitual. No es nada nuevo, no interesa. Ya se ve luz al final del túnel. Y el que no pueda pagársela, que encienda una vela. 

viernes, 7 de febrero de 2014

¡Ay mi dinero! ¡Mi dinerooo! 20140207

El Tribunal Superior de Justicia de Aragón se ha cargado la ampliación por el valle de Castanesa de la estación de esquí de Cerler. Antes, Aramón (esa maravillosa sociedad semipública que sostenemos a medias los contribuyentes tierranoblenses y los clientes de Ibercaja) había renunciado expresamente a un proyecto cuya insostenibilidad fue denunciada durante años por activa y pasiva. Así que todo el invento (recibido con clarines, aleluyas y parabienes por las habituales fuentes oficiales y oficiosas) se ha ido al garete. Y ahora nos queda la pregunta de siempre, la del millón (millones, más bien), la que quema: ¿cuánto nos ha costado esta mamarrachada?, ¿quién es el responsable del fiasco?, ¿por qué somos tan estúpidos que babeamos con este tipo de fábulas cuando nos las presentan en enormes y triunfales titulares, pero luego las aparcamos en la calle del olvido cuando se difuminan y dispersan como humo contra el viento?

No saben ustedes lo que me joroba estar todo el día con la matraca. Hoy, por ejemplo, quería hablarles de un vecino mío, de Pedro J. y del estado de salud que presenta, en España, la democracia. Sin embargo Castanesa se me ha cruzado en el camino y no puedo por menos que perseguir esa liebre. Reparen sus mercedes en que la DGA y Aramón entraron en el frustrado negocio (mal y de malas maneras, como sentencian ahora los tribunales) con nuestro dinero (¡nuestro dinero!) utilizado generosamente para señalar y comprar terrenos en el valle. Se invirtieron millones. Bueno, de hecho, en las actuales cuentas de la mencionada Aramón esos suelos figuran todavía como un activo valorado en 30 millones (sí, 30 kilates, 5.000 millones de las antiguas pesetas). Ahora, por cierto, no valen ya ni un céntimo. El chandrío contable va a ser monumental.

Mientras, el mejor hotel de Benasque (el Pirineos, cinco rutilantes estrellas) sigue quebrado y cerrado. Mientras, los ingenuos (y los fachas) aplauden porque con la demagógica ley de régimen local nos ahorraremos cuatro euros en sueldos de concejales. Estamos hechos unos capullos. 

jueves, 6 de febrero de 2014

... Y lo que hay debajo de las mantas 20140206

Supongo que Luis Miguel Carrasco, el último director general de la semiabsorbida CAI, estará arrepintiéndose de haber llevado a los tribunales a su predecesor en el cargo, Tomás García Montes, y al responsable de CAI Inmuebles en el centro y sur de España, Javier Alfaro. Estos dos han contratacado exigiendo que otros ejecutivos ejercientes en los años felices expliquen cómo se iban de vacaciones a cargo de la entidad y cómo compraron segundas residencias en promociones participadas, a precios de amigo y con unas financiaciones ad hoc que para sí las quisieran los hipotecados del montón. Es la táctica del ventilador: todos trincábamos, todos pillábamos cacho, era lo normal... ¿por qué ahora me vienen pidiendo cuentas a mí? Así, la querella contra García Montes y Alfaro amenaza con transformarse en un boomerang peligroso. De repente, nadie desea remover el pasado. Ni los que fueron directivos ni los que fueron consejeros ni los partidos ni los sindicatos.

Si los chivos expiatorios tiran de la manta, saldrá a relucir lo que hay debajo. Nada bonito, ya se lo adelanto. En el caso de la CAI, podríamos contemplar, por fin, la radiografía de un saqueo (a lo fino o a lo basto) que originó en dicha caja un agujero multimillonario, mientras sus causantes (por activa o pasiva) se retiraban con premios medidos en cifras de siete dígitos. Y si nos vamos a Plaza, más de lo mismo: ¿revelará un Agapito cada vez más acosado los entresijos de la operación político-deportiva que le llevó a la propiedad del Zaragoza, con un exconsejero de aquel Gobierno aragonés como primer ejecutivo?

¡Ah!, saber lo que se esconde bajo las mantas resulta turbador aunque es imprescindible. Pero ya saben ustedes que lo de pegarle el tirón a la franela no es cosa simple. Muy pocos lo hacen. Y quienes lo intentan (ahí están Bárcenas o Torres, el exsocio de Urdangarin) no suelen tenerlo fácil. Les desacreditan, les tapan la boca o les desmienten directa y sistemáticamente. ¿Acaso no son unos presuntos sinvergüenzas? Pero vamos a ver qué pasa con García Montes... o con Agapito. Al menos será divertido. 

miércoles, 5 de febrero de 2014

Agapito, el paro y la corrupción... de cajón 20140205

En esta época sobran los profetas. Todo sucede según lo previsto. Agapito ha sido imputado, el paro aumenta, la UE nos pone a la cabeza del ránking europeo de la corrupción, la ONU se escandaliza ante la forma en que los poderes públicos han tratado y tratan a las víctimas del franquismo... Nada que deba sorprendernos. Son cosas que estaban cantadas. Eran evidentes, obvias, de cajón.

Vayamos por partes. Lo del dueño del Real Zaragoza (y famoso constructor) indica que la investigación sobre Plaza ha dejado atrás el vestíbulo (las presuntas chapuzas y latrocinios de técnicos y agregados) para acceder al meollo de aquel sobrecoste sistemático (¿no ha calculado la Unión Europea que el 25% de la inversión pública española se ha ido por el sumidero de los sobrecostes?). Dicho meollo es cien por cien político. Quienes fueron hombres fuertes del Marcelinato miran al cielo y silban cuando les preguntas por el otro Iglesias, el que nos iba a conducir al paraíso de los futboleros. Pero es sabido que este personaje estuvo vinculadísimo a la parte PSOE del anterior Gobierno aragonés, y ahora no vale jugar al despiste. El tema pinta feo, muy feo.

Del desempleo poco se puede decir: baja la población activa (pésimo síntoma), baja el número de afiliados a la Seguridad Social (¡ay, las pensiones!) y aumenta el paro registrado. Terrorífico. "La recesión ha pasado, pero la crisis todavía no", han explicado los portavoces del PP. ¿Cachondeo? ¿Estupidez? ¿Cachonda estupidez? Bueno, y Aragón ya lo ven: de culo y cuesta abajo. Los puestos de trabajo se esfuman mientras en el Pignatelli echan la siesta del carnero (la del vermut, que la de después de comer la hacen los jefes en sus casitas) y Rudi inicia una gira por el territorio para que el vulgo, al verla en carne mortal, cobre ánimos.

Sobre la corrupción, nada que añadir. Ahí la marca España destaca y brilla. Volvemos a consagrarnos como un país de jefes insensibles, ciudadanos sometidos... y sinvergüenzas impunes. El relator de la ONU que promueve la verdad, la justicia y la reparación visitó el Valle de los Caídos y alucinó. Qué blandos son estos guiris. 

martes, 4 de febrero de 2014

Vuelve el bipartidismo (muy) imperfecto 20140204

En Valladolid, Rajoy arremetió contra Rubalcaba con desmesurado brío. Se le notaba la nostalgia por el bipartidismo que hoy languidece a ojos vista. El PP todavía disfruta de su hegemonía (el último fulgor antes del apagón), pero le está cogiendo miedo al futuro. Ve cómo se acercan las próximas citas con las urnas y añora ya lo que todavía no ha perdido. Sobre todo, conservadores y socialistas observan con aprensión sus respectivos flancos, (a izquierda y derecha), acojonados porque los tiempos están cambiando y cada vez hay más invitados en el guateque. La última encuesta de GESOP publicada ayer en este diario confirma por enésima vez las tendencias de todos los sondeos realizados a lo largo del último año: el voto se dispersa, se reparte, se fractura. IU y UPD avanzan comiéndoles el terreno a los grandes. Nuevas opciones irrumpen en el mercado político. Solo el sistema electoral (¡las circunscripciones provinciales, no la ley d'Hont!) va a permitir a PP y PSOE continuar siendo los protagonistas de la alternancia. Pero el bipartidismo volverá sin duda a su fase imperfecta. Pero que muy imperfecta.

Algunas personas piensan que al final los votantes se inclinarán por lo más útil. Como siempre. Pero yo lo dudo. Apelar a la utilidad ya no sirve (al menos no tanto como antes). Sobre todo porque Rajoy y Rubalcaba (o quien le suceda, si es que hay sucesión) lideran dos empresas que maltratan sistemáticamente a sus respectivas clientelas. Y el personal se ha dado cuenta. Por otro lado, los aparatos de los dos principales partidos han alcanzado la cumbre de la ineficacia, la pereza, el oportunismo y la miseria intelectual. Esos dirigentes y cuadros parecen incapaces del más mínimo esfuerzo. Sus argumentarios y discursos resultan tan previsibles y chanchulleros que producen vergüenza ajena. Por eso el presidente del Gobierno y el jefe de la oposición se interpelan mutuamente, aferrados el uno al otro para resistir mejor el ventarrón del desencanto ciudadano. Ambos saben que en un par de años ya no podrán tomar decisiones en solitario. Necesitarán asociarse con otros. Y esos otros no van a regalarles nada. 


lunes, 3 de febrero de 2014

Europeas (y III): el laberinto progresista 20140203

La izquierda española (el centroizquierda, si prefieren) tiene hoy un único impulso: desalojar del poder al PP. Desde los más tibios hasta los más radicales, desde la socialdemocracia al comunismo duro, los progresistas saben que si la derecha sigue gobernando una segunda legislatura, el desmantelamiento del Estado del Bienestar y la regresión de los derechos democráticos alcanzará límites críticos en una deriva irreversible. Pero una cosa es que esa sensación sea compartida por casi todos, y otra muy distinta que existan o vayan a existir mecanismos capaces de transformar la voluntad de cambio en unidad de acción y no digamos ya en unidad electoral.

Desde algunas perspectivas, el test de las europeas servirá para acreditar, o no, las opciones de cada cual. Y puede haber sorpresas. Por ejemplo, la habitual tendencia de los socialistas oficiales a dejar que la lógica de la alternancia con el PP les devuelva antes o después al poder tal vez acabe en frustración. Muchos votantes ya no creen que el PSOE sea la opción menos mala y la única útil para cerrarle el paso a la derecha. Este razonamiento no tendrá la eficacia de antaño. Aunque tal vez funcione ocasionalmente como reacción a la agresividad conservadora. Está escrito no obstante que Rubalcaba o quien llegue a sucederle habrá de entenderse cuando menos con IU (en Aragón, además, con CHA) para recuperar el control de las instituciones.

Por eso IU vuelve a ser muy importante. La coalición va a ser objeto de peleas internas entre las tendencias verticales de los dirigentes y cuadros más ortodoxos y las propuestas favorables a una renovación conceptual que fomente la apertura al resto de la izquierda política y social para elaborar un programa común y crear una marca electoral unitaria. La lógica de la unidad resulta aplastante y sería ventajosísima en todos los aspectos. Pero los personalismos, los miedos y el egoismo siguen ahí. La izquierda dejó de ser pura hace muchos tiempo, si es que lo fue alguna vez. Ahora, en el siglo XXI, deambula por el laberinto intentando huir de sus fracasos, superar sus prejuicios y comprender que empieza una nueva era. 

sábado, 1 de febrero de 2014

Europeas (II): la división de la derecha 20140201

Es la primera vez desde que la refundación de AP y la integración de numerosos dirigentes y cuadros de la extinta UCD unificaron en el PP a toda la derecha. Que el partido destinado por fin a disputarle el poder al PSOE fuese el fundado por los Siete Magníficos del tardofranquismo (encabezados por Fraga) se cargó entonces de significado. Los impulsos conservadores recuperaron su naturaleza nacional-católica, plutocrática e inevitablemente autoritaria. La unidad orgánica y electoral fue otro factor histórico y esencial para quienes apenas han dejado de gobernar nuestro país en los dos últimos siglos. La misma unidad, férrea y disciplinada, que les dio la victoria en la guerra civil. Pero ahora, en uno de los momentos más delicados y difíciles, el bloque reaccionario se quiebra. El PP ya no está solo.

Vox puede tener inspiraciones frikis y oportunistas, pero está ahí. Su omnipresencia en los medios le ha permitido alcanzar con inusitada rapidez el objetivo más difícil de cualquier organización nueva: darse a conocer. En los ámbitos más derechistas, la plataforma que encabezará en las europeas Vidal-Quadras ya demuestra tener tirón. Interconomía TV preguntó a sus espectadores, la flor del conservadurismo militante, si votarían al PP o a la nueva formación. Más de la mitad se inclinaron por Vox. Lagarto, lagarto. Los demonios que el propio PP invocó para acabar con Zapatero se revuelven ahora contra su atribulado medium.

UPD y Ciutadans son tan recentralizadores como el PP, solo que además ofrecen una alternativa más liberal, más activa, más limpia. Arañan votos en el centro mismo del habitual electorado pepero. Ellos no se dedican a prohibir el aborto ni se comprometen con los obispos ni tuvieron un tesorero llamado Luis Bárcenas Seguirán siendo minoritarios, vale. Pero su previsible expansión debilitará (y no poco) al gran partido conservador.

Rajoy es un líder en apuros. Hace dos años tenía tras de si un partido poderoso, hegemónico. Hoy invoca un futuro de color de rosa para exorcizar un fracaso electoral que podría empezar enseguida. En las europeas.