miércoles, 30 de septiembre de 2015

Leyes injustas, absurdas, cambiantes... 20150930

Hace ya unos días, Jesús Membrado, exsecretario general de UGT-Aragón y exdiputado socialista en el Congreso, publicó en este diario un artículo donde describía su conmoción al tropezarse con uno de los agentes de la BIPS franquista que le detuvieron cuarenta años atrás por participar en una reunión sindical no autorizada. Leyéndolo, supuse que el policía en cuestión sería El Yeyé, famoso secreta que nos vigilaba entonces, escudado tras unas gafas rayban de aviador. Este social pasó luego, como el resto de sus colegas, a las Brigadas de Información. Ahora es un jubilado en buena forma. Nunca hubo de responder por sus actividades pasadas.

Pero, si en algún momento le hubieran enjuiciado, habría alegado que él se limitó a cumplir y hacer cumplir las leyes vigentes. Y si las de la dictadura prohibían y castigaban con crueldad cualquier libertad fundamental, pues... Así se define, según Hannah Arendt, la banalidad del mal. Policías de la Brigada Político Social, jueces del Tribunal de Orden Público, torturadores, verdugos... sólo eran obedientes funcionarios.

La Constitución del 78 implantó un código normalizado de derechos. Desde entonces, hemos visto ir y venir leyes y reglas. Los precedentes consagrados por el Supremo han girado sobre sí mismos. En la actualidad se tramitan cambios en la regulación del Tribunal Constitucional que pondrán a dicha magistratura en condiciones de cesar a cargos elegidos democráticamente. La sagrada Constitución, tan intocable, fue reformada en setenta y dos horas por imperativo del ente llamado Mercados.

Las leyes cambian. Son interpretadas de manera aleatoria. Su aplicación puede producir absurdos. ¿Tiene sentido que un tribunal venga a darle oxígeno a Más elevándole a la categoría de mártir? ¿Es la ley... o una torpe maniobra política? ¿Quién tiene interés en echar leña al fuego? ¿Con qué intención se convoca al president en funciones para que declare... en el aniversario del fusilamiento (asesinato) de su predecesor Luis Companys?

Oigo hablar a Rajoy de la ley. Y no sé por qué me acuerdo de El Yeyé.

martes, 29 de septiembre de 2015

¡Ah!... ¿Pero no ha sido un plebiscito? 20150929

Qué mal asumimos los españoles (catalanes incluidos) las reglas de la democracia. Será por eso que ayer cada cual soltaba su parida, retorciendo un resultado electoral (el del 27-S en Cataluña) tan cristalino.

Pasa que a unos y otros se les han atravesado los conceptos con las cuentas. Junts pel Sí propuso unas elecciones plebiscitarias. Y logró imponer ese imaginario: la campaña giró exclusivamente en torno a la cuestión nacional (para desesperación de los no nacionalistas) y la movilización acabó siendo extraordinaria. Cuando el domingo se superó el 77% de participación, la naturaleza del acto democrático ya transcendía unas simples elecciones al Parlament. Iba más allá. Justo ahí se les torció el plan a los secesionistas, porque tanta afluencia en las urnas indicaba que estaban yendo a votar otros que no eran los suyos. Como es lógico, las miradas se centraron en el tanteo que recogía, sufragio a sufragio, los siés y noes a la independencia. Claro, no es lo mismo JxSí que la CUP, ni Ciutadans que Catalunya Sí es Pot. Pero los bloques estaban perfectamente definidos. Lo malo, para el soberanismo, fue que se quedó en un 47,8%, frente al 52,2% de la parte contraria. Entonces, los defensores de la declaración unilateral de independencia se aferraron al resultado en escaños; es decir, volvieron corriendo al concepto original de la cita: unas simples elecciones parlamentarias, no un plebiscito. Lo cual no es democrático ni claro ni serio. En paralelo, los gerifaltes del Junts han empezado a darse codazos: Mas está casi fuera de juego (la CUP no lo quiere), Junqueras y Romeva se miran de reojo. Lo normal.

En la acera de enfrente, Rajoy ha recorrido el camino contrario. Aseguró mil veces que estábamos ante unas elecciones normales. Mas al ver que los independentistas se quedaban tan cortos, se ha apuntado al enfoque plebiscitario. Su plan era perder Cataluña para ganar España. Merece quedarse fuera de juego en todos los tapetes.

¿Y cómo se arregla esto? Pues como debió arreglarse hace años: con democracia, con diálogo, con una reforma constitucional, ¡con un referéndum de verdad!. No hay otra salida.

lunes, 28 de septiembre de 2015

Hubo plebiscito... y lo perdieron 20150928

Dudo que los independentistas ganaran las elecciones catalanas de ayer. Hay que echarle mucha moral para considerar un triunfo los 62 escaños de Junts pel Si en el futuro Parlament (frente a los 71 que sumaban antes CiU y Esquerra). Está por ver además qué hará la CUP cuando deba votar (o abstenerse) la investidura de Artur Mas como presidente. Pero ahí todavía caben las incógnitas. Una cosa sí es evidente: el soberanismo logró darles a estos comicios un carácter especial, contribuyó sin duda a impulsar la participación por encima de lo previsible, impuso el debate nacional y convirtió la cita en un plebiscito... que perdió. El éxito conceptual albergó una derrota en el tanteo: 47,8% de sufragios por el sí, 52,2% por el no (en sus distintas versiones). Cuando Mas y Junqueras aparecieron en la tribuna atribuyéndose la victoria, culminaban un ejercicio de simulación inevitable. Estaban tan seguros de ganar, que no pudieron variar el guión. Hoy tendrán que afrontar la realidad.

Ganaron Ciudadanos (a lo grande), y también la CUP. El PSC-PSOE aguantó a duras penas el tirón, que ya es mucho. Podemos, con Iniciativa, cosechó un monumental fracaso (ya pueden Iglesias y los suyos pensarse dos veces el siguiente movimiento). El PP, por supuesto, se llevó otra estupenda hostia que Rajoy puede compartir con Albiol (patéticos ambos durante la campaña). ¿Y este partido pretende seguir gobernando España? 

Pero Cataluña está dividida. Ya no cabe seguir cerrando los ojos a tal realidad. Será imprescindible negociar una salida sensata, que la hay. La cortedad de miras y la torpeza táctica del PP (que tanto ha favorecido a los independentistas catalanes) debe dejar paso a una visión estratégica que incluya el derecho a decidir. ¿Por qué tanto miedo a un referéndum basado en la canadiense Ley de Claridad? ¿Acaso no sería mejor zanjar este problema afrontándolo de cara?

Una cosa más: Cataluña está tan imbricada en la realidad española que lo de ayer fue el preámbulo de las generales que llegarán luego. El desenlace de este complejo nudo se vislumbrará (si hay suerte) en enero. 

JLT  28/09/2015

domingo, 27 de septiembre de 2015

Los 'bienes' como tapadera 20150927

A los cien días, Santisteve, mudó su desconcierto inicial ante las críticas por un oportuno giro destinado a reubicar a Zaragoza en Común sobre la ruta. Tortuosa ruta, sin duda, porque no es fácil gestionar los asuntos públicos cuando falta el dinero, se está en minoría y es preciso dejar contento a todo el mundo. Claro que cien días no son un plazo determinante. Ni para el alcalde ni para Javier Lambán, que pronto los cumplirá también en el puente de mando del Pignatelli. Y resulta curioso que, mientras aquél ha ido enmarañándose en polémicos asuntos menores antes de tropezar con el IBI (donde ha tenido que rectificar), éste parece haber optado por taparse tras un asunto que aporta más emoción que sustancia, pero suscita consensos y tiene además la ventaja de desviar las miradas hacia Cataluña. Hablo, sí, de los bienes eclesiásticos: imágenes y retablos procedentes de parroquias aragonesas asignadas durante mucho tiempo a la diócesis de Lérida, y que no fueron devueltos cuando dichas parroquias pasaron, por orden del Vaticano, a depender del obispo de Barbastro-Monzón. Este contencioso, que concierne básicamente a la Iglesia Católica, le sirve hoy al presidente de Aragón para echar balones fuera.

Lambán y su consejero de Hacienda (el mismo que administró antes el depauperizado Ayuntamiento de Zaragoza) prometen a quien les visita que su Gobierno cumplirá con todos, repondrá lo recortado por Rudi y satisfará a sus acreedores (no solo los bancos, sino proveedores, entidades concertadas, colectivos necesitados, etcétera). Pero las semanas y los meses transcurren sin que nadie vea un céntimo. Fernando Gimeno jura que lo tiene todo controlado. Se aplica, dice, a esconder las deudas, sacarle dinero a Montoro, aplazar los vencimientos... Mientras, su jefe organiza cumbres, prepara peticiones, pide audiencias y hace bandera... de los bienes.

Se supone que lo importante sería recuperar los servicios públicos e ir diseñando los presupuestos del 2016, que forzosamente han de ajustarse a un patrón diferente al de los actuales (y de los aprobados en el último lustro). Deberíamos tener la certeza de que el Gobierno aragonés elabora planes para acabar sin contemplaciones con los agujeros negros que engullen cada año decenas y aun cientos de millones (sociedades públicas en perpetuo déficit, subvenciones injustificadas, organismos inservibles, gastos absurdos). Sin embargo el gran tema de los cien días ha sido el de un conflicto muy menor que lleva no sé cuantos años ocupándonos sin provecho alguno.

En Aragón, como en el resto de España (Cataluña incluída), es demasiado fácil distraer al público con juegos de manos. Pero cuando el prestidigitador acude siempre al mismo truco...

sábado, 26 de septiembre de 2015

A ver qué pasa mañana 20150926

La expectación, al menos por mi parte, no se proyecta tanto sobre los resultados (que tampoco resolverán nada) como sobre las reacciones a los mismos. En todo caso, no sé si todos los catalanes llegan a la cita de mañana con el ánimo y las ínfulas que exteriorizan los independentistas; aunque supongo que algunos de ellos también estarán ya aburridos y presa de un indescriptible hartazgo. Lo malo es que este inmenso barullo ha de seguir hasta no se sabe cuándo, porque la cobardía de los gobiernos de España impide la única alternativa (y la mejor): un referéndum condicionado.

Sumergidos en el disparate, resulta muy difícil debatir, no ya de la Historia y otras milongas míticas, sino de las categorías y definiciones que permitirían describir y analizar la actual situación política. Hemos llegado a un punto surreal en el que los independentistas han tenido como principales inductores y propagandistas a quienes más se oponen a ellos. El Gobierno central, Mariano Rajoy y su soberbia ignorancia de la Constitución, Margallo, los del Ibex... (junto con muchos colegas míos, madrileños sobre todo) han hecho milagros. Sin su laborioso concurso, la candidatura soberanista no habría acabado la campaña ganando apoyos. La histeria españolista ha funcionado como perfecto aliado del simplismo (no menos histérico) separatista. Qué tropa.

Por supuesto, las actitudes más razonables, las de quienes aspiran (aspiramos) a que Cataluña se quede porque así lo quiera, han sido atacadas sin piedad por los centrífugos y los centrípetos. Si a Iglesias, el de Podemos, le llamaron fascista los de Esquerra, la extrema derecha española le acusa de ser cómplice del separatismo. A Trueba, casi se lo comen crudo. La CUP y otras bandas de la ¿izquierda? secesionista catalana desprecian burlonamente el internacionalismo y el cosmopolitismo (que, aseguran, no es sino un disfraz de los españolistas), para lo cual usan argumentos que coinciden perfectamente con los que, en aparente sentido contrario, desarrolla Jiménez Losantos en sus demenciales artículos... Un maremágnum desquiciante. A ver qué pasa. 

viernes, 25 de septiembre de 2015

Aún quedan mil trescientos días 20150925

Al encontrarse el cierzo de cara tras doblar la esquina de los cien días, los de Zaragoza en Común se han visto sorprendidos por la ventolera. Les hacen daño las críticas porque, una vez más, su bisoñez y su ingenuidad se convierte en debilidad e incomprensión. Pero lo peor que podrían hacer es refugiarse en el victimismo habitual, aferrarse al conmigo o contra mí y despreciar las voces que les incitan a replantearse algunas cosas, aprender deprisa, ser humildes, entender la complejidad del mundo por el que ahora transitan y admitir que, para manejar una ciudad de 700.000 habitantes y hacerlo bien, es necesario un adecuado (y suficiente) nivel de profesionalidad y conocimiento.

El caso es que mientras ZeC hacía campaña con el objetivo de ganar las elecciones, sus asambleas de base catalogaban una serie de propuestas simples, que siendo quizás más interesantes que las de otros partidos, tampoco podían considerarse un auténtico programa de gobierno. La oferta en común ofrecía no obstante (aunque fuese de manera implícita) frescura, dinamismo, innovación, honradez e imaginación. Todo lo cual precisaba, y ahí está el quid de la cuestión, un respaldo técnico que convirtiese las buenas intenciones en ordenanzas, normas, presupuestos, sistemas de control, transparencia y eficacia. Y no otra cosa se le exige ahora a Santisteve y los suyos. No afrontan, hoy por hoy, feroces conjuras políticas (la derecha local quiere pero no sabe, y las otras izquierdas saben pero no pueden... ni deben), ni más presión mediática de la que cabía suponer. Están luchando, sobre todo, con sus propias limitaciones. Pero aún les quedan mil trescientos días más para ponerse a tono. Ésa es su obligación.

Entre otras cosas, habrían de fijarse en lo que ya ponen en marcha otros ayuntamientos españoles de su onda, ponerse serios consigo mismos, apoyarse en quienes sí saben, medir sus expresiones y movimientos, dejarse de gesticulaciones y manías falsamente alternativas y asumir que su objetivo no es otro que mejorar la vida del vecindario. No les basta con querer, tienen que saber... poder.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Estafadores y ladrones... pero impunes 20150924

Tremendo lo del truco informático de Volkswagen. Pero deberíamos estar habituados a que los magos de la alta economía hagan de las suyas, e imiten (cada vez con mayor desvergüenza) a los capos de la mafia. Al fin y al cabo, unos y otros se entremezclan como clientes de los mejores paraísos fiscales, de los más prestigiosos abogados y asesores, de los resorts exclusivos... incluso de los mismos burdeles de altísimo standing. Vimos a Lehman&Brothers suspender pagos al reventarle el chanchullo piramidal, al Deutsche Bank y otras glorias financieras de Europa trampear el euribor para ganar miles de millones, a las petroleras y telecomunicadoras pactar precios, a las multinacionales evadirse de sus responsabilidades fiscales, a los superejecutivos de medio mundo hacerse millonarios engañando a sus accionistas... También en España podemos presumir de un fabuloso atraco: el perpetrado en numerosas cajas de ahorro por sus propios administradores. ¿Por que, pues, habría de llamarnos la atención que el principal fabricante de automóviles del mundo haya perpetrado una estafa a escala global? ¿Acaso suponíamos que los de Volkswagen (tan serios, tan estirados, tan... alemanes) eran especiales? ¿Nos habíamos creído los anuncios sobre la supuesta ecoeficiencia de sus milagrosos motores?

Son estafadores y ladrones. Pero si además hacen cosas tan descaradas es porque se sienten (y son) impunes. Nunca les pasa nada. Una multa, un traspiés, un desprestigio que se irá diluyendo con el paso del tiempo... El presidente de Volkswagen se va a casa con un fajo, tan ricamente. Lo mismo ha ocurrido con cientos de personajes responsables de otros macropufos (en España, por ejemplo). Mientras, el tremendo tropezón bursátil (de toda la industria del automóvil) permite a los brokers jugar en corto y seguir ganando. En la economía actual, como en el cerdo, todo se aprovecha, incluso los desastres. Porque las pérdidas corren por cuenta de otros: de la gente de a pie, de los trabajadores (no saldrán indemnes de ésta los de VW), de los consumidores, de los contribuyentes. Lo de siempre. 

miércoles, 23 de septiembre de 2015

¿Está el Zaragoza atrapado en el 'bucle'? 20150923

Si, hombre, el famoso bucle aragonés que atrapa entidades, mitos, aspiraciones, lugares comunes, proyectos y quimeras para hacerlos girar una y otra vez sin solución de continuidad, sin que avancen ni retrocedan, sin que prosperen ni desaparezcan (que a veces sería un alivio), convertidos en clichés tan habituales como insustanciales del debate político y de la agenda informativa. Ahí, en ese fantasmal carrusel donde viajan nuestros temas sin llegar a ninguna parte, permanecen congelados asuntos de lo más variopinto, desde la industrialización de Teruel hasta la recuperación del Aragón profundo (el territorio), desde las leyendas hidrológicas hasta los imposibles afanes transpirenaicos, y los parques tecnológicos, los edificios emblemáticos, las sociedades públicas, los bienes eclesiásticos (los que nos guindó el bispe de Lérida, por supuesto)... Todo eso. Añadan ahora al Real Zaragoza, que se ha ganado ya un lugar de honor en el circuito maldito de la ilusión-frustración.

Naturalmente, como dicen una y otra vez mis lectores más críticos (o sea, críticos con lo que escribo), yo de fútbol no entiendo nada. Por eso me abstendré de meterme en honduras, de juzgar a Popovic y a su plantilla, de ahondar en las razones por las cuales Iribarren (factótum deportivo de la SAD, según dicen) es tan amigo del entrenador citado, o de recordar el complejo asunto de La Romareda y su gestión. Pero sí me llega para mostrar mi temor a que el principal referente deportivo de esta noble tierra, al haber entrado definitivamente en el bucle, ruede allí sin remedio, en una sucesión de victorias insuficientes, derrotas aplastantes, segundas divisiones, plantillas mediocres y empresarios escocidos. Así, mientras Agapito se las veía ayer con el tribunal, los actuales propietarios comprobaban (supongo que un tanto alarmados) cómo tuiteros y otros hinchas internauticos rebautizan maliciosamente a su Fundación como Frustración.

Al bucle se entra tontamente. Pero salir es difícil. Se lo deseo de corazón al Real Zaragoza (iba a decir nuestro, pero es... suyo). A ver si la Virgen del Pilar echa una mano, caramba. 

martes, 22 de septiembre de 2015

Y la gente, claro, voto de nuevo a Syriza 20150922

Supongo que a no pocas personas les habrá sorprendido el resultado de las elecciones en Grecia. ¿Cómo puede ser que vuelva a ganar Syriza? ¿Cómo es posible que los conservadores de Nueva Democracia o los socialdemócratas del Pasok no levanten cabeza? Ni las brutales condiciones del tercer rescate ni la forzada capitulación de Tsipras ni la crisis de los refugiados (que ha llegado con tremenda intensidad a las fronteras helenas) han alterado la correlación electoral... ¿Están majaretas los griegos?

Sin embargo la respuesta a tales interrogantes es sencilla. Los griegos, en realidad, parecen estar lo suficientemente cuerdos como para mantener su apuesta porque entienden o intuyen que Syriza no es la culpable de la situación del país (consecuencia de la nefasta gestión de gobiernos anteriores), que dicha formación no tuvo tiempo de nada antes de ser atacada con todas las armas financieras por el Eurogrupo, el Banco Central Europeo y las derechas de todo el continente (las cuales veían en la derrota de Tsipras y Varoufakis la mejor forma de contener a las izquierdas de sus respectivos países), y que la rendición fue la única salida táctica cuando ese ataque desbordó la capacidad de respuesta de Grecia, que es un estado pequeño, débil y muy dependiente en lo económico. Además existía una cuarta y definitiva razón para que Syriza ganara de nuevo las elecciones, a pesar de los pesares: era la única alternativa razonable. Volver a los viejos partidos que arruinaron el país, alinearse con los nazis de Amanecer Dorado o refugiarse en el comunismo ortodoxo habían dejado de tener sentido para muchos votantes. Unidad Popular, la desgajada ala radical de Syriza, no se ha comido una rosca. Lo cual, por cierto, resulta harto significativo.

Coloquen un dato al lado de otro: en Gran Bretaña, el progresista Corbyn ha sido elegido líder del laborismo. Por goleada y teniendo en contra al aparato del partido, a los grandes medios de comunicación y al Sistema en su totalidad. Cómo les dije el otro día, la Resistencia sigue ahí, remando contra la corriente. No es terquedad; sólo instinto de supervivencia.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Usar las instituciones en provecho propio 20150921

Por supuestísimo, tanto desde Madrid como desde Barcelona, los jefes usan a su antojo las instituciones. No me refiero, claro está, a las alcaldesas Carmena y Colau, que bastante tienen con abrir cada día el paraguas y refugiarse del chaparrón de calumnias, embustes y cabronadas (eso, por si no tuvieran bastante con manejar sus propios grupos municipales, que son un laberinto de pasiones políticas y de alucinaciones ideológicas). A quien aludo al mentar las dos grandes capitales de las Españas es a Rajoy y a Mas, cara y cruz de la misma moneda falsa. El uno se ha embarcado en una reforma del Tribunal Constitucional que probablemente esté vulnerando la Constitución. Además, entre otras cosas, ha convertido TVE en un órgano de partido, en cuyos telediarios el eco de partes y nodos provoca escalofriantes efectos vintage. El otro, el president, ha puesto todos los recursos de la Generalitat al servicio de un proyecto nacional tan falso, trapacero, insolidario y excluyente que también produce pavor.

El independentismo catalán, encabezado por la Banda del 3%, ha llamado reaccionario y fascista al mismísimo Pablo Iglesias, lo cual no tiene nada de extraño porque en las filas del "Junts pel Sí" la derecha utiliza a placer los clichés de una ¿izquierda? que desprecia el internacionalismo y está dispuesta a llamar españolista incluso a quien defiende el derecho a decidir; derecho, claro, que tampoco interesa a los soberanistas, si ha de ser ejercido según los cánones democráticos. Por eso TV3 es como TVE, pero poniendo Cataluña donde los otros ponen España. Eso sí: ambas coinciden a la hora de ningunear a los radicales progresistas de Catalunya Sí que es Pot, no sea que se conviertan en una pieza clave dentro del futuro Parlament.

Lo más genial de esta mascarada es que el PP truena contra Convergencia, a la que tantas veces tuvo como aliada. Y los convergentes abominan del PP, con el cual han votado una y otra vez en el Congreso las leyes más regresivas. Mas quiere irse de la misma España que CiU tanto ayudó a construir. Rajoy pasa de España, sólo aspira a seguir en La Moncloa.


domingo, 20 de septiembre de 2015

¡Pónganselas pilas, buena gente! 20150920

Qué curiosa ha sido la actualidad política de esta semana. Porque justo cuando el Ayuntamiento gobernado por Zaragoza en Común se embrollaba con el IBI (que el alcalde Santisteve se empeña en decir que baja... pero sube), la derecha, alentada por su veterano órgano oficioso, intentaba montar el pollo a costa de unas declaraciones del presidente de CHA y consejero del Gobierno aragonés, José Luis Soro, relativas al Corredor Mediterráneo. Así que lo del impuesto inmobiliario ha ido resbalando sobre parte de la opinión pública, que sigue entretenida con cositas más ligeras, como los bienes eclesiásticos (muy bueno lo de los cuatro presidentes), el protocolo municipal o el cambio (en diferido tendrá que ser) del nombre del principesco y patrocinado pabellón.

La coz a Soro (cocecita, más bien) es consecuencia de lo alucinada que está la parroquia conservadora, a la que le pasas por delante cualquier cosa que pueda relacionarse con Cataluña y embiste cual lancero de Tordesillas. Suponer que para ser un aragonés cabal hay que despreciar y refutar el Corredor Mediterráneo en nombre de la imposible e inútil Travesía Central del Pirineo (TCP) resulta patético a estas alturas. Más que nada porque el denostado Corredor es una salida habitual de nuestros productos (hay que procurar mejorar la comunicación con aquellos puertos), mientras que la TCP no llega ni a entelequia. Mucho más importante y estratégico es todo lo que tiene que ver con la financiación de nuestras principales administraciones. Porque, si las instituciones de mayor calado (ya saben: Gobierno de Aragón y Ayuntamiento de Zaragoza) no salen de la ruina que arrastran, esto se va a poner cada vez más feo (más aún de lo que ya está). La ciudadanía en general, las organizaciones sociales y asistenciales, las empresas proveedoras y otras personas y entidades que tienen muy buenos motivos para pedir que les paguen lo que les deben (o les prometieron) quieren ponerse al día, cobrar y sobrevivir. Piden porque necesitan.

En el Pignatelli, mal que bien, se las van apañando para tranquilizar con promesas y buenas palabras a los agraviados por el Ejecutivo de Rudi (que fue un desastre de récord). Ya veremos por cuanto tiempo. En eso se les nota a los del PSOE que son perros viejos. En la Plaza del Pilar, los de ZeC, novatos pero acelerados, se están liando con demasiadas cosas y no sé si calibran el efecto que pueda causar (en quienes sí les han votado) un recibo del IBI recrecido, una subvención social devaluada u otros gestos improcedentes. Llevan cien días gobernando el municipio. Les queda camino por recorrer. Pero ya pueden espabilarse, porque la gente espera mucho de ellos. Y no va a estar esperándoles los próximos cuatro años. 

sábado, 19 de septiembre de 2015

A ver de dónde sale la pasta 20150919

Sería de cínicos no asumir que las cuentas del Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza, estaban ya peladísimas. Ésa es una circunstancia indudable, evidente y, aunque sabida y anunciada, insoslayable a la hora de analizar hoy las tribulaciones de quienes se han puesto al frente de ambas instituciones. Pero resultaría igualmente perverso olvidarnos de que la ciudadanía, la gente, votó a esos nuevos gestores políticos para que administren la pasta común de otra manera. Si no pueden o no saben o no quieren hacerlo tendrán que dar muchas explicaciones. La clave del asunto es simple: quienes se han puesto al frente de ambas instituciones habrán de ser muy selectivos y eficientes en el gasto para mantener y recuperar los servicios públicos, y tendrán que buscar fuentes de ingresos socialmente más justas y equilibradas, porque seguir exprimiendo a los asalariados de nivel medio no es sostenible ni soportable. Si no, tanto PSOE como Podemos o la plataforma Zaragoza en Común estarán perjudicando a quienes les votaron. Una locura.

Es cosa sabida que en este país los verdaderos ricos no ponen un céntimo, porque sus ingresos y patrimonios suelen ser inaprensibles; sin embargo quienes viven de un sueldo acaban acribillados porque su economía es transparente. La declaración anual de IRPF es el único baremo para clasificar a los contribuyentes (a la hora de obtener una ayuda familiar, una beca o exención). Pero tal declaración sólo es verosímil cuando se basa, como digo, en una nómina. Para colmo, la financiación de autonomías y municipios está muy mal planteada. Hacienda (el Ministerio) se reserva la última palabra, y establece condiciones que atan a las demás administraciones.

Pero a todo esto hay que darle la vuelta. ¿Cómo? Con decisión política... y con conocimiento. La pasta debe salir de donde sale en el mundo civilizado: de quienes más tienen. Aquí son éstos los que no sólo pasan de largo a la hora de pagar, sino que suelen ser los primeros a la hora de pillar del erario. Si los nuevos gobiernos quieren cumplir con lo que se espera de ellos, deberán ponerse serios.

viernes, 18 de septiembre de 2015

Pero derecho... ¿a qué educación? 20150918



El caso del Ánfora ha puesto sobre la mesa el debate sobre el funcionamiento y desarrollo de la enseñanza pública, la cuestión de los conciertos y, en suma, el ejercicio en España del derecho a la educación. Los padres de los niños matriculados en ese centro (apoyados directamente desde todos los ámbitos conservadores) se aferran a tal derecho fundamental, entendido como la posibilidad de elegir para sus hijos el colegio más adecuado a su ¿visión de la vida?, ¿fe religiosa?, ¿criterios cívicos?, ¿confianza en éste o aquél método pedagógico?... ¿O a qué? Porque realmente, al margen de las consideraciones sobre la trama Púnica, el posible tráfico de influencias, los criterios e intereses de la exconsejera Dolores Serrat y otros aspectos de esta truculenta historia, es inevitable acabar en el enfoque más básico y también más sugerente: ¿qué sentido tiene el Ánfora como opción educativa (y derecho)?

¿Cuál es la razón de peso de quienes consideran hoy ese colegio una alternativa irrenunciable? Tal vez busquen una educación cien por cien católica. O una formación bilingüe de calidad en un proyecto de estilo francés o alemán. O unos criterios pedagógicos como los derivados de la Institución Libre de Enseñanza o el método Montessori (a cuyos seguidores, sin embargo, se les negó recientemente un concierto). O cualquier otra cosa definible... ¡Ah! Pero el Ánfora carece de definición concreta. Su claustro se ha formado captando profesores con el único requisito de que pusieran 48.000 euros y avalaran un crédito. ¿En qué medida una circunstancia tan pedestre habría de suponer algún tipo de excelencia educativa? Seamos serios, por favor.

O quizás hay algo más. Realmente, ese centro ofrece... estatus. Vende a las familias una ubicación en la clase media-media que quiere ser media-alta. Da continuidad al adosado, al coche y otros signos. Es el puro y simple producto de una constructora bien relacionada políticamente. Es el negocio inmobiliario que se traslada de la vivienda a los centros educativos, las residencias y los hospitales. Concertados, claro. Pasta gansa en nombre de los derechos constitucionales. 

jueves, 17 de septiembre de 2015

ZeC mete el primer gol... en propia puerta 20150917

Ay, Santisteve y Rivarés, amigos míos, qué colacao estáis armando con las nuevas Ordenanzas Fiscales! Ayer, las gentes de orden de esta ciudad sonreían de oreja a oreja. Me crucé con algunas que me guiñaron el ojo con picardía: "¿No te lo habíamos dicho?" Y es que, en verdad, os habéis lucido.

Es sabido que el catastro lo determina el Gobierno de España. Que ese baremo no ha dejado de crecer en los últimos tiempos pese a que, obviamente, el precio de los inmuebles no ha hecho sino bajar. Que el mismo Gobierno en cuestión ha obligado a eliminar ya las bonificaciones municipales que hasta ahora impedían que el IBI se desbocara. Que, en contrapartida, el equipo que gestiona Zaragoza ha optado por reducir el tipo sobre el cual se calculaba tal impuesto... Sí, pero lo que al final ve la gente es que, pese a tal reducción (vendida inicialmente como una espléndida rebaja), en el recibo habrá un incremento medio del 7%. No se ve la progresividad por ninguna parte, más bien al contrario. Y las subvenciones previstas apenas llegarán a los pobres de solemnidad. Hombre... Nadie duda de que, tal y como están las cosas, manejar el IBI e intentar aplicarlo con criterios redistributivos o simplemente justos es muy difícil. Pero esto...

Alarma que dos personas con criterio, como son el alcalde y su delegado de Hacienda, hayan manejado este asunto tan mal. Porque aquí está el meollo de la cuestión. Sacar al Príncipe de la rotulación del pabellón, no ir a los actos religiosos o colgar del balcón la bandera griega son gestos que están bien, aunque no pasan de ser simbólicos, de menor calado (como cuando luego se galardona a una caritativa monjita o se acaba yendo a la ofrenda de flores a la Virgen). Pero el IBI se sitúa en el núcleo duro de la gestión municipal y ahora era el momento de reorganizarlo de verdad, de aflojar la presión sobre las familias de clase media y recuperar ingresos apretando a los grandes contribuyentes.

En fin, las Ordenanzas Fiscales están siendo negociadas con otros grupos. A ver en qué quedan. De momento, ZeC acaba de meter el primer gol del partido. En propia puerta.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Buenas palabras, pero la vergüenza sigue 20150916

Tras la catarata de buenas palabras vertida por los gobiernos de los principales países europeos, la vergüenza en las fronteras del Este y el Mediterráneo continúa. El desastre no cesa, ni los niños ahogados, ni las familias deshechas, ni las imágenes de esos hombres y mujeres abrumados por la desgracia y el miedo. Leí el domingo una carta abierta de las alcaldesas y los alcaldes de varias ciudades españolas integrados en una recién constituida red de acogida solidaria. El documento (inspirado sin duda por Ada Colau y firmado también por el zaragozano Santisteve) venía a recordar que la gente, las ONGs y los municipios gobernados por las izquierdas están preparados, pero los estados miembros de la UE aún no han arrancado. Y si ellos no hacen su fundamental trabajo (organizar la entrada y distribución de los refugiados), la respuesta social no servirá de nada. Veinticuatro horas después, este lunes, los socios de la UE todavía regateaban la distribución de los ciento veinte mil asilados que serán admitidos no se sabe cuándo.

Mientras se derrama la hipocresía de los gobiernos (¡con decir que Merkel parece la más humana y generosa!), las contradicciones internas de la Europa unida salen a la luz con creciente intensidad. Es increíble que la misma Grecia atacada con todas las armas financieras y obligada a una rendición incondicional, haya sido dejada ahora sola frente al desembarco de miles y miles de sirios, iraquíes, afganos y pakistaníes. ¿Cómo podrán desde Atenas ayudar a los que llegan, si el país carece prácticamente de recursos y está maniatado por las condiciones del último rescate?

Pero mucho peor todavía es lo de Hungría. Gobernado por un partido de extrema derecha, este país, miembro de la UE, ha dispuesto una respuesta militar a la crisis, está deteniendo a los refugiados y no resulta inverosímil que los interne en campos de concentración. Pero no oigo a quienes tronaban hace bien poco contra los griegos por ser malos deudores, exigir ahora que el Ejecutivo húngaro sea reprobado por fascista y expulsado de las instituciones europeas.

Insisto: ¿donde está el límite?

martes, 15 de septiembre de 2015

Cómo hincarle el diente a la corrupción 20150915

Permítanme, antes de nada, una aclaración: cuando digo corrupción me refiero indistintamente a fenómenos que tienen en común el despilfarro, la ineficacia o la apropiación indebida de fondos públicos. Por eso, más allá del Código Penal, mis argumentos reivindican la máxima transparencia institucional, que es el mejor medio para acabar con todo mamoneo. Y aunque Echenique, cada vez que le preguntan por cómo regenerar la vida pública, se enzarza con el tema de los sueldos de los políticos, bien podremos ir un poquito más allá y advertir a la gente de que ése es un aspecto de la cuestión tan manido como equívoco. Mil veces más importante seria generar desde el Gobierno aragonés (o cualquiera otro) una información clara, fácilmente accesible, exhaustiva y documentada sobre cada uno de sus actos: contratas, adjudicaciones, subvenciones, institutos, sociedades, etcétera. Información, sugiero, elaborada por un Gabinete estable, con una plantilla seleccionada mediante procedimiento objetivo (no designada a dedo por el Ejecutivo de turno) y dedicado a servir de la ciudadanía, no a contar lo guapo y lo listo que es el señorito. Si quiere Echenique darle la vuelta a la cosa, ahí tiene tajo.

Hablando en plata, no estoy de acuerdo, por ejemplo, con los pluses mensuales destinados a los funcionarios que antes ocuparon un cargo político. Sin embargo, ése caso no me inquieta (ni en lo cuantitativo ni en lo cualitativo) tanto como saber que el exdelegado de Hacienda del Ayuntamiento de Zaragoza (actual consejero del mismo ramo en la DGA) firmó dos días antes de ser relevado de su puesto el abono de dos millones de euros para que AUZSA (la antigua TUZSA) pagase despidos. Ampliando el foco, muchas de las contratas y otras obligaciones que fueron suscritas por los anteriores gestores de las grandes instituciones aragonesas en vísperas de traspasar el poder me huelen a chamusquina. Ya que estamos, metan en el paquete lo del concierto del Ánfora.

Transparencia, transparencia, transparencia. Y que los cargos cobren un buen sueldo... Si se lo ganan administrando bien y limpiamente. 

lunes, 14 de septiembre de 2015

Lean Historia, por favor 20150914

Como muchas personas tienen una idea del pasado bastante distorsionada, me paso la vida recomendando a todo quisque que lea Historia. Manuales y ensayos; o sea, no ficción. Porque manejarse a base de visiones (revisiones más bien) amateurs, novelas (por bien documentadas que estén), series y películas no sirve. Es cierto que en España, a diferencia de lo que ocurre en el ámbito anglosajón, nuestros historiadores suelen producir monografías densas como pedruscos, áridas y donde las fuentes documentales no son un instrumento sino una obsesión. La divulgación de calidad es tan escasa como la voluntad de llegar al gran público. A la Academia hispana (que es donde se ubican la mayoría de quienes investigan y escriben sobre lo que ocurrió) le sobran ínfulas y le falta narrativa. Para colmo, y en lo que se refiere a los acontecimientos contemporáneos, el acceso a los archivos oficiales es difícil e incluso, a veces, imposible.

Así, el personal se entusiasma y se hace un lío confundiendo el Reino de Aragón con la Corona de Aragón (algunos creen que en la Edad Media Cataluña era una especie de posesión nuestra, en vez de un pujante estado gobernado por el mismo rey). O bien se ignoran los entresijos de la Guerra de Sucesión. O se repiten sin más falsos lugares comunes sobre la Guerra de la Independencia... Y al final, en un mitin de Podemos, alguien proclama que Zaragoza se alzó en 1808 contra la casta que pretendía sofocar sus instintos liberadores, y se negó a rendirse al francés. Cuando en realidad fue más bien al contrario, que la casta reaccionaria y clerical arrastró a todos y enajenó al pueblo lanzándolo a una batalla horrible y sin sentido.

Los regímenes autoritarios soportados por España en el siglo XX manipularon (o escondieron) episodios fundamentales como las guerras en Marruecos, el brutal enfrentamiento del 36-39 y el propio franquismo. Será difícil llenar ese agujero negro, porque muchos acontecimientos no han dejado una huella fiable. A pesar de todo, lean a los historiadores, busquen la verdad, miren atrás... Sin memoria estamos perdidos.

domingo, 13 de septiembre de 2015

El PSOE y Podemos tendrán que entenderse 20150913

Los actuales gobiernos de la DGA y del Ayuntamiento de Zaragoza (las dos instituciones que siempre se toma como referente, aunque haya otras en circunstancias similares) han sido la consecuencia de un entendimiento explícito entre PSOE y Podemos, con el concurso adicional de los minoritarios CHA e IU. Así, ambas instituciones han iniciado una nueva etapa, muy complicada por los respectivos lastres financieros y por el hecho de que, en no pocos asuntos, deben dar un giro de ciento ochenta grados al rumbo anterior. Posiblemente, la situación más problemática se da en el Consistorio de la capital, donde los socialistas, tras una prolongada gestión, no han dejado una herencia muy... apetecible. No es raro que desde el minuto uno de la actual corporación se perciba una tensión latente entre Santisteve y Pérez Anadón, y que sin haber transcurrido los cien días de rigor, este último se muestre cada vez más crítico con el alcalde.

El problema de fondo es que las elecciones generales están ahí, a menos de tres meses. Y tanto PSOE como Podemos intentan diferenciar sus respectivas ofertas (con el segundo de ambos partidos enfrentado además al dilema de cómo coaligarse con otras fuerzas de izquierdas sin perder su marca, que sigue siendo el mejor reclamo para el electorado progresista). Simultáneamente, desde todas las trincheras conservadoras (y desde los más altos castillos del Sistema) se dispara de forma indiscriminada sobre socialistas y podemitas (a éstos sin tregua ni límite). Así que ambas formaciones, tras haber acordado gobiernos autónomos y municipales, vuelven a distanciarse, e incluso se cruzan acusaciones a veces un tanto forzadas. Eso que llaman postureo (aborrecible palabra de moda) está a la orden del día.

Pese a todo, PSOE y Podemos tendrán que sentarse (como ya hicieron tras el 24 de mayo) para intentar un acuerdo general después del 20 de diciembre. Es lo más lógico, lo que esperan los respectivos votantes... y lo que teme la derecha. O eso, o los socialistas se dejan arrastrar a la nada pactando explícita o implícitamente con el PP (algunos altos ejecutivos financieros y empresariales propugnan sin disimulo un futuro pacto nacional que apoye a un presidente técnico), o Podemos se pone borde y queda fuera de juego, o en verdad se hace imposible un acercamiento fructífero y entonces...

Lo que no tiene sentido, y eso vale tanto para el actual discurrir del Gobierno de Aragón como del Ayuntamiento de Zaragoza, es que PSOE y Podemos se busquen las vueltas, que se pongan a parir mutuamente... y que después de navidades tengan que volver a reunirse y estrecharse la mano. Tales incoherencias y contradicciones descolocan y mosquean a la ciudadanía.

sábado, 12 de septiembre de 2015

Sobre 'los bienes'y el recrecimiento de Yesa 20150912

Coincido con Echenique en que la devolución de los ya famosos bienes eclesiásticos aragoneses retenidos en el Museo Diocesano de Lérida, aunque justa y necesaria, no es un asunto fundamental. Ya sé que no está de moda decir tal cosa a la vuelta de la Diada, cuando la imagen de los independentistas catalanes llenando las calles de Barcelona, ha sacado de quicio a los españolistas centrípetos. Pero, siendo este un contencioso que atañe sobre todo a la Santa Madre, dueña y señora de tallas y retablos, tampoco debería obsesionarnos. Es más, doy por hecho que si no estuvieran las cosas como están, con una desgarradora tensión entre nacionalismos de acá y de allá, las esculturas y pinturas hoy en disputa les importarían un huevo a quienes ahora las reclaman como si fuesen el tesoro del Gran Mogol. Supongo que a tales ciudadanos ya no les basta con que el bueno de Lambán pida audiencia al Papa o se aborrasque con el desbocado Mas. Querrían una reacción mucho más enérgica, más encabronada, más... bélica.

Mientras tanto, los mismos conservadores aragoneses han descubierto que el nuevo Gobierno navarro ha pedido que se pare el recrecimiento de Yesa. Y como ese Ejecutivo despide un inequívoco aroma abertzale, tal solicitud se quiere convertir en otro desafío a nuestra mitología regional. Porque lo de Yesa es reivindicación de los regantes, reclamo político, banderín de enganche electoral y un pedazo de lugar común que el propio Lambán maneja desde hace lustros. Sin embargo, esa obra se ha convertido en una pesadilla, mientras engulle los millones de cien en cien. Las laderas donde se asentaría la nueva presa ceden y ceden, ha sido preciso desalojar y expropiar dos zonas urbanizadas (estos días ha salido a concurso la vigilancia de tales viviendas, que supondrá un bonito pico anual) y nadie sabe cómo acabará esta locura. Así que los navarros han hecho bien en pedir, por la parte que les toca, que se ponga punto final a semejante delirio hidrológico. Deberíamos sumarnos a la propuesta, no rebotarnos con ella.

Aquí me despido. Agoté el espacio... Y no quiero provocar más sofocos. 




viernes, 11 de septiembre de 2015

Esto del Ánfora tiene mucha miga 20150911

Pues sí, todo está en manos de los jueces. Al menos en lo que se refiere al caso Ánfora, donde el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) ha sustituido de facto tanto al Gobierno autónomo como a sus organismos técnicos. Los autos sucesivos de dicho tribunal (el colegio no sólo se puede abrir, sino que debe ser concertado) constituyen una decisión política en toda regla, que responde de forma milimétrica a las intenciones de la ex-consejera de Educación Dolores Serrat, del PP y del PAR. Al bendecir la extraña (más bien sospechosa) puesta en marcha de tan peculiar centro, sus señorías han pasado por encima de un gobierno electo, de las inspecciones administrativas y de la naturaleza poco clara de un asunto cuya trayectoria sí debiera investigarse, pero en sentido contrario. Ahora, el propio TSJA debería explicarle al departamento de Hacienda y a Intervención de dónde ha de salir el dinero para pagar el concierto del Ánfora, porque, entre otras cosas, no existe consignación presupuestaria que cubra el gasto.

El TSJA ha bendecido la gestión del anterior Gobierno aragonés, justo la que los ciudadanos rechazaron en las urnas. Sus autos dan por bueno el abandono de los colegios públicos al Sur de Zaragoza, los proyectos para sustituirlos por privados concertados, el trato de favor recibido por la constructora que promovió el polémico colegio de Cuarte, los supuestos vínculos de dicha promotora con la trama Púnica, la constitución de una falsa cooperativa de profesores captando maestros-socios (e inversores) por internet sin detallar plan educativo alguno, la autorización para abrir matrícula mientras se construía el centro y sin que fuera posible garantizar su puesta en marcha, el preconcierto sin asignación, los informes en contra de los inspectores... Todo en nombre del una versión ideológicamente sesgada del derecho a la educación.

El temazo tiene mucha miga y su evolución ha de ser muy interesante. Por ejemplo... ¿qué dirá o hará el TSJA, si en el próximo futuro Anticorrupción entra en liza y detecta algún tipo de presunta prevaricación en el comportamiento de la bendita Serrat?

jueves, 10 de septiembre de 2015

¿Todo en manos de los jueces? 20150910

Escuché por la tele al portavoz del PP en el Congreso, ese dechado de simpatía llamado Rafael Hernando. Defendía la reforma del Constitucional, que ha propuesto el Gobierno central por vía de urgencia, sin consultar con nadie y anunciándola a través de su candidato a las próximas elecciones catalanas (para despejar dudas). De lo que dijo aquel caballero sólo logré descifrar un argumento: la reforma en cuestión, in extremis, tiene por objeto responder al desafío soberanista del 27-S. Todo lo demás resultó más confuso y oscuro, hasta llegar al negro total. Porque eso de que un tribunal pueda cesar ipso facto a un cargo electo resulta inquietante. Sobre todo cuando la suspensión no sea consecuencia de la comisión de algún delito, sino por diferencias en la interpretación de un texto sujeto a distintas visiones. Ya no estoy pensando en Mas, sino en cualquier otro político dispuesto a cambiar las cosas que no funcionan en este país, que son muchas.

A los jueces no los elige nadie, salvo otros jueces... y las cúpulas de los grandes partidos, que designan y negocian entre sí la composición de las más altas magistraturas. A partir de ahí, la situación se enmaraña. Ahora mismo, por ejemplo, tenemos a un Tribunal Superior (el de Aragón) dictaminando si un colegio privado puede abrir y ser concertado, o no, desde una Sala (presidida por un obvio partidario de la enseñanza concertada) cuyo primer auto desdeña los informes de las inspecciones encargadas, precisamente, de determinar si un centro educativo puede ser puesto en funcionamiento y recibir dinero público.

No me voy de un sitio a otro. Simplemente advierto de que la judicialización de la política ha llegado muy lejos. Si los jueces pueden enmendar la plana a cualquier institución pública e incluso revocar a los elegidos por la ciudadanía, ¿qué hay de la democracia? Pero, por otro lado, cuando nuestros representantes se salen del carril y las administraciones (chapuceras o prevaricadoras) vulneran los derechos de los administrados, ¿dónde acudir para frenar tales desafueros?).

Claro que si la Justicia fuera, de verdad, independiente... 

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Menos mal que existe la opinión pública 20150909

Ha sido la reacción de la opinión pública la que ha modificado (al menos formalmente) la actitud de los gobiernos de Europa ante el drama de los refugiados. La foto del niño sirio ahogado. Las imágenes de los trenes húngaros. Los llamamientos desesperados de las ONG... Ha sido todo eso lo que ha movilizado las conciencias de las gentes y ha obligado a elevar sobre la marcha los cupos de asilados admisibles, organizar cumbres y formar comités. Merkel ha escenificado su humanidad de manera profesional y convincente... Rajoy (que ni es profesional ni convincente) ha dado un giro sobre la marcha para intentar pasar del cinismo realista a la hipocresía sentimental sin comprometerse a nada. Pero la sociedad civil española está despierta. Y si la opinión pública no ha muerto, la democracia sobrevive.

Sabemos en qué medida los políticos tradicionales han manejado siempre el rebote emocional de la ciudadanía ante crisis como esta. El periodista Ramón Lobo, en un artículo publicado aquí el pasado domingo, explicaba con apabullante claridad la sucesión de procedimientos trucados mediante los cuales la cúpula de la UE y cada uno de los ejecutivos nacionales afrontan situaciones de emergencia, adaptándose al nivel de indignación popular e intentando siempre asumir el mínimo compromiso posible. Pero siempre será mejor que dicho compromiso sea hoy más extenso e intenso que ayer. Lo poco es mucho cuando se parte de nada.

El problema de fondo radica en que nuestras élites (las de Europa en general y las españolas muy en particular) se han habituado a manejar el corto plazo y sobrevivir a sus más estrepitosos fracasos estratégicos. Ahí tenemos a nuestro ministro de Exteriores, García Margallo proponiendo ahora un entendimiento con el dictador sirio El Assad, al que poco tiempo atrás se pretendía derribar. Claro, ahora estamos viendo los terribles efectos de la desestabilización de Siria. Pero nadie pagará por las erróneas decisiones tomadas hace apenas un par de años. Salvo que la opinión pública se convierta en opinión electoral y haga justicia... aunque sea en diferido.

martes, 8 de septiembre de 2015

El programa propone y el dinero dispone 20150908

Las dificultades que puedan tener el Gobierno aragonés o el Ayuntamiento de Zaragoza (como otras instituciones de calado) a la hora de organizar su gestión y cumplir sus propósitos tienen que ver fundamentalmente con el dinero. Como ya se sabía. No hay pasta, pero tampoco ha existido hasta hoy algún propósito de darles la vuelta a los presupuestos correspondientes, fosilizados en unos esquemas y unos contenidos inservibles. Así que ahora llega la hora de replantearse la cuestión, examinar con lupa ingresos y gastos, y ver la forma de racionalizar unos y otros, incrementando aquéllos y reduciendo éstos. De cajón.

Llegados a tal situación, parece claro que los programas políticos deberían ser más un catálogo de prioridades que un esquema cerrado de acciones de gobierno. De la misma forma, votar a unos o a otros tiene que ver no sólo con las ofertas que hagan en campaña sino con el estilo (el talante, sí) exhibido por cada partido o coalición. Luego, realizado el acto electoral, la gestión debe bandearse entre las aspiraciones originales, las posibilidades reales, el debate en el seno de las instituciones, la actitud y reacciones de la opinión pública, la elaboración cotidiana de los medios (incluyendo, claro está, las redes sociales), la consulta a los técnicos, la participación de las organizaciones sociales, la relación con el vecindario... No es una cosa simple, como ya se van dando cuenta los recién llegados al juego político (podemitas, comunes y similares). Rechazar la profesionalización, empeñarse en reducir los sueldos de los cargos públicos o despreciar la cualificación y el conocimiento desemboca en el desconcierto y la frustración. Echenique pretenderá ser un activista a tiempo total, etéreo y retórico, que sobrevuela los problemas concretos sin tomar tierra jamás. O los de Zaragoza en Común intentarán darle la vuelta a la rutina municipal sin pisar demasiados callos. Pero así no se llega a ningún sitio. Tampoco Lambán podrá solventar lo suyo si no se decide a cortar por lo sano (por ejemplo, muchos inventos del PAR, que siguen ahí quemando euros).

Dinero, sí... E inteligencia.

JLT  08/09/2015

lunes, 7 de septiembre de 2015

Algo más sobre Cataluña 20150907

Hace unos días, coincidí con Jordi Évole, seguramente el periodista más agudo, crítico y seguido de este bendito país. Es catalán, claro, pero en un acto público declaró sin mayores disimulos que no es independentista. Defiende el derecho a decidir, respeta todas las posturas... pero no quiere rupturas ni sacraliza la identidad. Por eso, y esto es lo primero que quiero dejar claro, no cabe establecer el actual conflicto político entre grupos nacionales compactos y homogéneos. Más allá de Mas (como del inefable Albiol) se extiende un espacio enorme donde habitan (políticamente hablando) millones de personas, que son vecinas nuestras y con las que tenemos muchísimo en común. A mí me gusta Cataluña, también la considero mi tierra y admiro las virtudes de un pueblo hermano del que en modo alguno querría separarme.

Aquí y allá (si cabe hacer esta distinción entre unos territorios que se superponen sin solución de continuidad) hay nacionalistas que pretenden imponernos un dilema absoluto: o negro o blanco, y también muchas personas que entendemos la cuestión de otra forma. Personalmente (y creo que es una idea compartida por muchos) considero que el conflicto ha de resolverse mediante un referendo convocado y llevado a cabo en un clima de libertad y respeto mutuo. Canada-Quebec (lo he dicho mil veces) es el referente. Negar el derecho a decidir es, a estas alturas, absurdo, antidemocrático e inútil. Sustituir su particular naturaleza por unas elecciones plebiscitarias, que en realidad van a decidir la composición de un parlamento y donde cada voto pesa distinto dependiendo de la circunscripción en que se emite, es tramposo e igualmente antidemocrático e inútil.

Otra cosa: Cataluña nunca ha sido colonia de España. Al margen de la Historia (y de las deliciosas majaderías a que dan lugar sus versiones nacionales), un vistazo a las balanzas comerciales zanja el tema. Menos lobos: el independentismo catalán es profundamente burgués, racista e insolidario; el centralismo españolista es, a su vez, reaccionario, irracional y muy interesado. Y no hay más.

domingo, 6 de septiembre de 2015

Llamemos catalán al catalán y basta ya de memeces 20150906

Llamar lapao al catalán y lapapyp al aragonés fue, por supuesto, una memez. Hubo que llevar la contraria a los lingüistas, a los protocolos ya vigentes (y que no habían dado lugar a conflicto alguno) y al puro sentido común. Una vez más, el Aragón conservador hizo el ridículo con una baturrada monumental. A ver cómo explicabas por ahí, ante cualquier persona culta, semejante patochada. Hubo que convertir aquel disparate en un recurso humorístico.
Así que ahora, cuando el actual Gobierno aragonés pretende echar marcha atrás y volver cuando menos al estatus inicial que normalizó el trilingüismo durante lustros, el PP ha puesto el grito en el cielo removiendo con torpeza la catalanofobia, que ahora está de moda y forma parte de todos los argumentarios emitidos desde Génova. Asegura la derecha que llamar catalán al catalán y aragonés al aragonés va a costar cuarenta millones de euros. ¿De dónde saca tal cifra? ¿Por qué se empeña en asegurar que esos idiomas serán cooficiales en todo el territorio de la Comunidad cuando nadie ha dicho tal cosa? Y la pregunta del millonazo: ¿Va a ser ésta la pauta que sigan los conservadores en su labor de oposición? ¿Se refugiarán en ese populismo de vía estrecha para intentar minar a los gobiernos adversarios atizando las sensaciones más reaccionarias de la gente de orden?

En el caso de las lenguas, el PP nunca ha querido denominar catalán lo que hablan las poblaciones del Aragón oriental, de Valencia e incluso de Mallorca. Absurdo. Tanto como lo sería negar que en Andalucía (o en Argentina o en Cuba) se habla castellano. El miedo del panespañolismo al pancatalismo (que también tiene sus ramalazos recíprocos, por supuesto) genera este tipo de dislates, que por cierto no contribuyen en absoluto a desactivar al soberanismo catalán sino todo lo contrario.

Lo lógico es asumir que en Aragón se habla mayoritariamente el castellano, y en algunas comarcas concretas el catalán y el aragonés. Esto es de cajón. A partir de ahí, ofrecer la enseñanza de las dos lenguas minoritarias y utilizarlas con normalidad en las zonas donde son de uso común parece obvio. Incorporarlas de manera razonable al ámbito de lo público constituye además un reconocimiento de nuestra propia diversidad y un gesto hacia aquellos aragoneses que se expresan con todo el derecho del mundo en el idioma de sus padres y abuelos.

En la famosa Franja, suele decir el actual presidente de la DPH, Miguel Gracia (catalonaparlante él mismo), la gente se siente aragonesa; pero mira hacia Cataluña porque allí están, a unos pocos kilómetros, los hospitales y los servicios imprescindibles. Esto es así de normal. Como llamar a las cosas por su nombre. 

sábado, 5 de septiembre de 2015

Mucho más allá del límite tolerable 20150905

No es conveniente que un periodista escriba cabreado. Pero yo lo estoy. Disculpen el arrebato. En las últimas semanas he hablado con diversos colegas míos, todos ellos significados e importantes, famosos incluso. Y cuando alguno me ha recomendado calma y realismo (mucho realismo, pues así son las cosas y no tiene sentido soñar con utopías), le he pedido que me describa el límite razonable más allá del cual podamos (y debamos) decir que la situación es inaceptable. ¿O hemos de aceptar los mensajes oficiales y ceñirnos al pensamiento único sin ninguna otra opción?

Lo de los refugiados-emigrantes, por ejemplo. No solo por la catástrofe humana que supone, sino porque nos pone en cuestión y nos retrata. Las guerras cuyo detonador cebaron nuestros insensatos gobiernos (Palestina, Irak, Afganistán, Siria, Libia, Ucrania...), la naturaleza fascista de regímenes (como el húngaro) cuya presencia en la UE ni se cuestiona, la hipocresía de los burócratas que mandan en Bruselas, la resistencia de alguna gente (no toda, por suerte) a captar el significado de esas imágenes de trenes en vía muerta (cargados de personas hambrientas, sedientas y privadas de toda esperanza), las alambradas, las criaturas muertas... Todo sale a la luz. Surgen, es verdad, iniciativas solidarias, bienintencionadas, de comunidades autónomas o ayuntamientos que intentan taponar con tiritas la profunda herida. También mandatarios, como Rajoy, cuyo cinismo al respecto bate récords. En todo caso, el límite ha sido sobrepasado.

La mentira también nos desborda. A la Ucrania democrática y europeista se le ha concedido una impresionante quita de su deuda, justo lo que se le negó a Grecia (¿se acuerdan?). No importa que en Kiev reine la corrupción y las milicias se disputen a tiros el control político y el dinero. Draghi hace equilibrios en el alambre mientras el Eurogrupo esconde sus aprensiones tras un inverosímil «no pasa nada». Soraya Sáenz de Santamaría nos cuenta su versión de la vida cual resabida institutriz aleccionando a niños tontitos y crédulos. ¿Límite?, pregunta su desafiante mirada... ¿Qué límite? 

viernes, 4 de septiembre de 2015

¡Bah!... Ya estamos curados de espanto 20150904

Por muy alucinante que pueda ser (que lo es), el extraño fallo del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) en relación con el colegio Ánfora no debe sorprendernos. A estas alturas, las personas humanas y los ciudadanos conscientes (o sea, que tenemos humanidad y seguimos las normas) ya estamos curadas de espanto.

¿Ha tenido en cuenta el susodicho TSJA el informe inicial de la Inspección Técnica de Educación (¡elaborado cuando aún mandaba el PP!) desaconsejando todo concierto con el nuevo colegio privado de Cuarte? ¿Ha estudiado el posterior informe de la Unidad Territorial de Construcciones que valora negativamente las condiciones de idoneidad y seguridad en un edificio todavía en obras? ¿Ha evaluado la incorrección básica de un concierto tramitado a contrarreloj, sin asignación presupuestaria y con una cooperativa de profesores cuyos socios eran captados a voleo por internet, ofreciéndoles un puesto de trabajo (y poco más de mil euros mensuales) a cambio de poner 48.000 euros y avalar un crédito millonario? ¿Ha investigado al promotor de la operación? No creo. Los tribunales superiores de España, desde los autonómicos hasta el Constitucional, son... lo que son.

Lo más flipante es que el TSJA se ha pasado por el forro las evaluaciones técnicas de la Administración. ¡Viva la desregulación! En buena lógica, otros centros que solicitaron el convenio y recibieron una respuesta negativa (por ejemplo, los del Montessori cuando compraron el antiguo Lestonnac) querrán el mismo trato. ¿O no?

Pero estamos en un país donde se debate sobre la inconveniencia de publicar la foto del niño ahogado en una playa de Turquía (imagen que los medios de orden escamotearon en un alarde de hipocresía extrema). O cuyo Gobierno celebra la buena marcha del empleo 48 horas después de que la Seguridad Social perdiese en un solo día más de trescientos treinta mil cotizantes. O en el que un líder periférico, Mas, zanja las muy verosímiles acusaciones de corrupción vertidas sobre su partido acogiéndose, en nombre de la patria (la suya), a una increíble teoría de la conspiración. Pavoroso.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Rajoy y Mas van a lo mismo: lo suyo 20150903

Si las apariencias no engañan (que no suelen engañar), Rajoy y Mas están listos para interactuar y apoyarse mutuamente en sus respectivas jugadas electorales. El uno (Mariano) ha empezado el curso político metiendo en campaña al politizado y manipulable Tribunal Constitucional, lo cual le ha parecido maravilloso al otro (Artur) quien en la noche del martes resplandecía mientras se atrevía, con toda su jeta, a pontificar sobre el Estado de Derecho. Dicen que ambos presidentes se repelen mutuamente, pero la política ha acabado hermanándoles y ahora transitan por la vida en trayectorias paralelas, conscientes de que tienen un interés común. Normal: los dos están en horas bajas, dirigen partidos corroídos por la corrupción, son aficionados a los trucos y las mentiras, manejan el poder sin escrúpulos ni concesiones éticas o estéticas... y van a lo suyo; España y Cataluña, en realidad, les importan un huevo.

Lo de la reforma exprés del Constitucional es una maniobra electoral pregonada. Tanto que llevaron a presentarla en el Congreso al candidato del PP en Cataluña, que ni es diputado. "Se acabó la broma", dijo el tío. A la mierda los disimulos. Rajoy aspira a que el tal Albiol, al fracasar definitivamente en las urnas catalanas, le consiga votos en el resto de España. Por lo mismo, se fue a Berlín a rendir vasallaje a la emperatriz del Neoimperio Germánico y recibir su espaldarazo. A Mas, por supuesto, la cosa le ha venido de perlas. Su tramposa vía hacia la independencia, carente de garantías democráticas, solo puede justificarse mediante el victimismo y la escenificación de un choque de trenes que tape la mierda del 3%. Así, los Romeva y demás trampantojos progresistas que le acompañan en la candidatura soberanista pueden justificar el desdichado papel que juegan en la farsa.

Tal para cual. Y mientras la UE (controlada por los conservadores y sometida al rigor del ultraliberalismo económico) vive momentos especialmente trágicos, aquí nos entretienen con ese mísero teatrillo nacionalista. Los españoles y los catalanes con vocación europea y universal estamos hartos, inquietos... y cabreados.

JLT  03/09/2015

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Cuando dejas que te coman el tarro 20150902

Hay gente que tiene una extraña predisposición a creerse los argumentos más descabellados o las publicidades más inverosímiles. Así, cuando la obvia alienación se disipa porque se impone la simple y cruda realidad, quienes pensaron estar haciendo lo más conveniente y lo más inteligente comprueban que los sellos donde invirtieron su dinero eran solo un señuelo, que la familia Ruiz Mateos ha vuelto a estafarles, que el apartamento en la playa apenas vale la cuarta parte de lo que pagaron por él, que Arcosur es un lugar remoto, perdido e imposible, que el colegio Ánfora no puede abrir ni mucho menos ser concertado... Bajo estos amargos desengaños se incuba la frustración y a menudo una airada reacción, por la cual la maltratada conciencia de quienes se equivocaron busca salidas insistiendo en los mismos argumentos que provocaron el inicial (y garrafal) error. La culpa entonces es (¡cómo no!) de los políticos. Por no haberles protegido... o por protegerles demasiado.

Tal cual. Cuando la víctima de una estafa piramidal (véanse Forum Filatélico o Rumasa I y II) se da cuenta de que la cosa ha reventado, o responsabiliza a los poderes públicos por precipitar el hundimiento, o bien por no haber intervenido a tiempo para impedir que los timadores abusaran de su extrema (e interesada) credulidad. Si además el caso viene entremezclado con ciertos ramalazos ideológicos, el fenómeno deriva en surrealismo. He conocido a personas que, tras perder sus ahorros al producirse la intervención del Banco Atlántico, le echaron la culpa de todo a Boyer (y a la China), y en cuanto pudieron volvieron a meter la pasta en Nueva Rumasa... para perderla otra vez.

En el colegio Ánfora se junta todo: la evidente cacicada perpetrada por la exconsejera Dolores Serrat, las aspiraciones de unas familias ansiosas por justificar la compra del adosado vistiendo a sus niños de exclusivo uniforme (escolar), una atmósfera política proclive a convertir el derecho a la enseñanza en el negocio de empresas y personajes bien relacionados... Los listos sabían a lo que iban; a los otros les comieron el tarro. Simplemente.

martes, 1 de septiembre de 2015

Vocación cívica, disciplina ciudadana 20150901

La resistencia que deben enfrentar en nuestro país ciertas normas (y hábitos) serían impensables en lugares de Europa donde la disciplina y la responsabilidad de la ciudadanía se dan por añadidura. Allí, la prohibición de fumar en locales públicos apenas provocó polémica, las bicicletas circulan en masa sin que ni peatones ni ciclistas se enzarcen en discusiones, el uso de la vía pública para espectáculos, mercados, conciertos o fiestas-botellón no deja ni el más mínimo residuo, la circulación del automóvil por el centro de las ciudades ha sido drásticamente restringida, los tranvías son una referencia... Y cuando los circos actúan, no hay un solo animal en la pista.

No todo es jauja medioambiental, claro. Eso lo doy por sentado, y espero que así nadie me restriegue ahora las ocas francesas y su foie a punto de paté, ni las corridas de toros en el sur del país vecino, ni la caza de cetáceos por algunos nórdicos. Aunque de todas las habas que cuecen nuestros socios, casi la que más me tiene mosqueado es la entrada de los grandes cruceros a Venecia, bestial desatino apoyado y celebrado por el actual alcalde de la maravillosa ciudad, un conservador del tres (¡vaya por Dios!).

Pero a mí se me cae la baba cuando veo a los austriacos, suizos y otros centroeuropeos reciclar la basura a domicilio dividéndola cada vez más en diversas bolsas e incluso limpiándola antes de llevarla al contenedor correspondiente. Así, la gestión de los residuos se aproxima a la perfección. Es más eficiente y mucho más barata. Pero aquí, claro, ese tipo de ahorro no acaba de convencernos. Preferimos echar la culpa de todos los despilfarros a los cargos electos y los empleados públicos. Por eso clamamos contra el ayuntamiento y FCC porque Zaragoza está sucia, lo cual tendría lógica si luego no fuésemos tan guarros (además de ruidosos y gamberros) y no nos empeñásemos en tirar a la calle papeles, envoltorios, colillas, escupitajos, chicles masticados, porquería y trastos inútiles, por no hablar de las cacas y los pises de los innumerables perros que nos acompañan.

Vamos... que de civismo y disciplina vamos muy requetejustitos

JLT  01/09/2015