jueves, 28 de febrero de 2013

¡Madre mía, si esto le pasa al PSOE! 20130228

Si a un presidente del PSOE le cae encima la tronada que descarga ahora mismo sobre Rajoy, ya estaría liquidado. Y sin embargo el del PP aguanta. Desaparece, convierte Bárcenas en una palabra innombrable, ordena a los suyos que utilicen torpes argumentos evasivos y se sale por la tangente... pero resiste. Salió tan bien del Debate sobre el Estado de la Nación que los medios, para no llevarle la contraria a posteriori, han inventado una nueva forma de comunicar el déficit público y de que este se mantenga en el 6,7% certificado por el presidente: dejan fuera el rescate bancario, y así el desfase entre ingresos y gastos no sube al 10,2%, que es su verdadero alcance. La mentira es ahora un acto políticamente correcto.

El PSOE no hubiera capeado un escándalo como el Gürtel-Bárcenas, ni hubiera podido eliminar al juez Garzón (para escarmiento de otros sabuesos), ni sería capaz de sostener la amnistía fiscal o la amnistía urbanística en la costa (que ha legalizado miles de inmuebles irregulares). Si una ministra como Mato hubiese sido socialista, no habría aguantado en la peana ni veinticuatro horas después de saberse lo que se ha sabido de ella y su exmarido).

La diferencia entre ambos partidos tiene razones históricas y define una relación con el poder y con las masas muy diferente. Queda claro que la derecha española mantiene con buena parte de la opinión pública un vínculo semiótico (por decirlo de alguna forma) que le permite explicarle lo inexplicable con una naturalidad que el centro-izquierda ni ha podido ni podrá. La pretensión del PSOE de convertirse en una organización capaz de alcanzar la impunidad que suele asociarse con el control de las instituciones ha fracasado estrepitosamente. El empeño de los socialistas de homologar sus hábitos y privilegios con los de los conservadores carece de sentido. Para empezar porque su clientela electoral (clases trabajadoras y clases medias en general) no lo acepta.

Pero en el PSOE no se enteran. Y ahí están: viniéndose abajo, rompiéndose por las costuras, dejando a la derecha sin alternativa creíble. Lamentable. 



miércoles, 27 de febrero de 2013

No se dice desahucio, se dice simulación 20130227

Ya le he pillado el punto a José Ángel Biel, cuando pone en duda que publicar los ingresos y patrimonio de los cargos públicos incremente la transparencia y sirva para algo más que dar pábulo al cotilleo de los ociosos. Visto desde una perspectiva racional el jefe del PAR tiene razón. Multiplicar las autodeclaraciones y las contabilidades oficiales ya no resuelve nada. Ahí no están las claves para desmantelar la alta corrupción (¿hay otra?). De hecho, anteayer el mismo Bárcenas presentó al juez documentos que a su vez el PP había remitido al Tribunal de Cuentas. ¿Y qué? El punto G del mamoneo está en las cuentas en B, los maletines y sobres en negro, las cuentas numeradas en los paraísos fiscales y las operaciones opacas llevadas a cabo desde las administraciones. Si quieren luz de verdad pongan el foco sobre las contratas, las operaciones de las sociedades públicas, las relaciones y acuerdos de partidos, patronales y sindicatos con las entidades financieras, el urbanismo, las actividades encubiertas... Y cumplan las leyes que ya existen y dejen trabajar a las inspecciones y doten de medios a las fiscalías y sobre todo garanticen la absoluta independencia de la judicatura y los organismos de control. Lo demás, monsergas.

Las propuestas anticorrupción que lanza el PP y corea CiU (con el PSOE haciéndose el remolón) carecen de credibilidad cuando ninguno de estos partidos actúa con un mínimo de seriedad ante los escándalos que les afectan. El manejo por parte de la derecha del caso Gürtel-Bárcenas es una obra maestra del cinismo, el canto épico de la mentira. Como para que nos cuenten luego milongas sobre transparencia y buenas prácticas. Es obvio que el PP, formación habituada a sortear sus merdés mil veces mejor que el PSOE, se cree capaz de salir del último atolladero sin afrontar nada más arduo que la demanda por despido que les ha puesto su extesorero.

El consejero de Fomento que tiene Cospedal en La Mancha ha ordenado a sus subordinados que no usen el término desahucio, que crea alarma social. Muy acertado. Desahucio, no; digan simulación. Como la jefa.

 JOSÉ LUIS Trasobares 27/02/2013

martes, 26 de febrero de 2013

Cuestión de hacerse a todo 20130226

Hce solo un año Rajoy acababa de llegar a la Moncloa. Corinna zu Sayn-Wittgenstein era como el fantasma de la ópera, una presencia invisible en las bambalinas de la monarquía española. Bárcenas había logrado un primer archivo de diligencias mientras Garzón, el juez que había querido desentrañar Gürtel, era expulsado de la carrera por meterse en camisa de once varas. CiU se frotaba las manos tras el reventón de la Diada, con toda su cúpula encantada de haberse conocido, de haberse hecho de oro y de haber capeado los escándalos con un hábil manejo de la senyera. Y ahora, la princesa alemana aparece en las primeras páginas de los diarios donde se autodefine como entrañable amiga del Rey y sugiere que ha trabajado de consultora para el Gobierno español (en algunos asuntos "clasificados"). Bárcenas explica al juez la fórmula de la piedra filosofal: cómo ganar 30 millones de euros en unos años partiendo de la nada. CiU encabeza (o eso intenta) un proceso soberanista, envuelta en un maremagnum de escándalos y con Esquerra Republicana comiéndole el terreno a bocados.

A mucha gente estas cosas le perturban, pero es cuestión de acostumbrarse. Y si algo se nos da bien a los españoles es acomodarnos con rapidez a las circunstancias. Fijémonos, por ejemplo, en los fenómenos climáticos. La semana pasada hubo días en que los termómetros al sol rozaban en Zaragoza los 20 grados, algo inaudito en estas fechas. Pero el calentamiento global lo hemos incorporado de tal forma a nuestro registro mental que ya no nos asombra. Sin embargo, vino un golpe de cierzo, cayeron algunas nevaditas aquí y allá, bajaron las temperaturas y el personal se llevó las manos a la cabeza. Y estamos en invierno, oye.

Adaptación es la palabra. Rajoy confía mucho en la capacidad de los españoles para ponerse al día y dar por bueno lo que venga. Lo cual me recuerda, no sé por qué, un anuncio de señoritas de compañía que corría por Barcelona hace años. "Chicas jóvenes --pregonaba--. Atractivas, liberales... y hechas a todo". Pues sí. En hacerse a todo está la clave. 

domingo, 24 de febrero de 2013

Mitos intocables del Aragón eterno 20130224

Ha provocado algún revuelo un artículo mío publicado bajo el epígrafe El Independiente, en el que comentaba lo que no deja de ser obvio: el enrocamiento rural del PAR y su utilización para tal estrategia de instituciones ad hoc (consejos comarcales) y empresas públicas (Sarga y otras), amén de una reedición sistemática de los mitos más desfasados. Admito que esa querencia transciende al partido de Biel y toca a las demás fuerzas políticas porque Aragón sigue fundamentando su personalidad como pueblo en un imaginario muy ceñido a los estereotipos. Los relatos históricos (a menudo mal interpretados), el control del agua (pantanos, regadíos sin fin, diques, motas...), los proyectos redentores (cuanto más alucinantes, mejor), la sacralización del labrador (nuestro arquetipo, nuestro antepasado) y el sistemático recelo ante cualquier novedad de características no lineales configuran y definen nuestra naturaleza. Y es verdad que tal naturaleza no solo reside en las comarcas y pueblos sino que se infiltra de forma notable en el pensamiento urbano.

No se trata de abrir un debate entre la ciudad y el campo. Lo de Zaragoza contra Aragón (o viceversa) hace tiempo que no cuadra. Es otro mito que viene del pasado y, como los demás, se basa más en factores emocionales que en datos objetivos.

Si la capital aragonesa arrastra fracasos notorios en su planificación, así como una baja rentabilidad en buena parte de sus más sonadas inversiones, el territorio afronta sus propios problemas. Hablando en términos generales, ni el Pirineo ha logrado diversificar su oferta, ni Teruel rompe su declive existencial, ni nuestro valle del Ebro ha generado una dinámica (en el sector agroindustrial) similar a la que existe en Rioja, Navarra o Cataluña. Aragón tiene ya cientos de miles de hectáreas en regadío. En ellas se han metido ingentes cantidades de dinero para, por ejemplo, producir por hectárea lo mismo que en cualquier país centroeuropeo, con la diferencia de que allí nadie ha gastado un céntimo en embalses, canales, sistemas informáticos y aspersores. Nos hemos convertido en uno los mayores productores de maíz transgénico sin alcanzar un mínimo de competitividad. Gran parte de nuestro sector primario es adicto a la PAC.

Aragón no ha tomado posiciones relevantes en el expansivo sector de la agricultura ecológica y tiene muchas dificultades para asimilar las innovaciones y las técnicas que definen la economía rural en otros países europeos (control de la comercialización y la transformación, valor añadido). Y lo malo es que el aparato político-institucional, en vez de empujar hacia adelante, se ciñe a la mitología más conservadora.

Ya me perdonarán, pero esa es la cuestión. 

sábado, 23 de febrero de 2013

Un país pacífico y desorientado 20130223

La pregunta está en el aire: ¿qué pasa en España, que no pasa nada? El misterio sobrevuela un país saqueado y sometido por lo que los teóricos denominan élites extractivas. Las personas más impresionables se aterran ante cada desahuciado que se suicida. Pero no hay estallido social. Las huelgas y manifestaciones se ciñen a la norma. Los poderosos pueden permitirse ignorar una protesta tan controlada.

Supongo que el fenómeno tiene varias causas. Para empezar, sucesivas generaciones de españoles han integrado en su subconsciente el recuerdo (vago quizás, pero tenebroso) de la Guerra Civil y sus terribles consecuencias. Es lógico. Por otro lado, tras la recuperación de la democracia se produjo una constante mejora de las condiciones de vida y de trabajo. Se disparó el bienestar y el consumo. El conjunto de la población accedió a unos servicios públicos gratuitos (sanidad, educación, prestaciones sociales) de calidad desconocida hasta entonces. La gente se instaló. Muchos creyeron que todo lo logrado era la simple consecuencia de una especie de ley de la gravedad socioeconómica. Los hay que ahora mismo desprecian esas conquistas con patética ceguera.

Así, España se ha convertido en una nación muy pacífica. Definitivamente pacífica una vez que ETA ha dejado de matar. Aquí, incluso las mafias locales y extranjeras funcionan discreta y apaciblemente. La Camorra napolitana o el crimen organizado de Rusia y el Este de Europa han encajado en sus correspondientes nichos sin apenas tensión. Un escenario del tráfico de drogas tan característico como las Rías Gallegas es casi una balsa de aceite. Las tremendas movidas inmobiliarias en la costa mediterránea (influencias, dinero negro, inversiones de alto riesgo) no han promovido apenas violencia ni siquiera tras las millonarias pérdidas ocasionadas por el estallido de la burbuja. No pasa nada porque todos temen (tememos) perder más de lo que podamos ganar. Ahora estamos descubriendo que, tras esa fachada de orden y contención, se esconde un ámbito de corrupción sistémica a punto de ser institucionalizado. Pero somos pacíficos y no pasa nada. 

viernes, 22 de febrero de 2013

Lo reconozco: soy un blando 20130322

Quizás me equivoqué. Buena parte de mis colegas han deducido que Rajoy solventó con ventaja el debate sobre el estado de la Nación. Y mucha gente opina que Rubalcaba patinó ostensiblemente. Yo creía que el del PP había realizado una exhibición de cinismo político (y económico) de tal calibre que las réplicas del jefe del PSOE y de los portavoces de la izquierda (bastante coincidentes) habían salvado la jornada pese a sus obvias limitaciones conceptuales. Quizás no fue así. La implantación del pensamiento único neoconservador ha alcanzado tal punto que los comentaristas hacen bromas (sangrantes) sobre las propuestas redistributivas y solidarias de la oposición progresista, y algunos tildan a la izquierda de asilvestrada. ¿Asilvestrada? O mi capacidad cognitiva está hecha polvo o en el debate de marras la izquierda ha estado de lo más considerada y constructiva. Es posible, como ha dicho El Mundo, que el gran jefe Mariano se creciese al comprobar la ternura de sus adversarios. Por idéntica razón, Rudi y los suyos casi se comen crudo ayer a José Luis Soro cuando éste sacó a relucir los sobres de Bárcenas... ¿Qué Bárcenas?

Así pues asumo dos circunstancias: a) la capacidad para cooperar y compartir que nos permitió pasar de simios a homínidos ya no es una virtud esencial de nuestra especie, vuelve la ley de la selva; b) la crisis no es sino la derrota (cuando menos coyuntural) de las clases trabajadoras--clases medias en una nueva era de la guerra social caracterizada por la globalización y la absoluta hegemonía financiera. Aceptado esto, todo lo demás se puede entender. Desde la dimisión del Papa (incapaz de sobreponerse a la corrupción de la Curia) hasta el hecho de que ni el tal Bárcenas deba ajustarse a medida cautelar alguna (y pase los días en las mejores estaciones de esquí del mundo) ni la Casa Real se vea obligada a dar explicación alguna al hilo del caso Nóos.

Está claro: soy blando y antiguo. España va bien otra vez. Hay (y habrá) desempleo, emigración y sueldos miserables, pero la banca seguirá ganando dinero y el PP nos dará lecciones de transparencia. Maravilloso, ¿no? 

jueves, 21 de febrero de 2013

Rajoy se pone a España por montera 20130221

Por si había alguna duda, ayer quedó claro que Mariano Rajoy está decidido a ponerse España por montera. Ya se sabe, los toros serán bien de interés cultural y lidiar a todo un país se convertirá (por simple regla de tres) en una magna obra de arte. Por eso el presidente describió el estado de la Nación con un alarde de contradicciones, delirios y pitorreos (lo de que él ha orientado la política económica de la Unión Europea fue la risión). No eran lapsos dialécticos, sino una exhibición de impudicia y de poderío. El líder del PP ha oficializado su deber de incumplir lo que promete, así que puede volver a prometer lo que ya incumplió. Y si lo incumple de nuevo, tampoco pasará nada.

Algunas personas pensaron que en este debate Rajoy asumía un compromiso letal, que al apostarlo todo a una reactivación imposible se estaba cerrando cualquier salida posterior... ¡Qué va! El presi afrontará lo que nos depare el porvenir desdiciéndose de lo dicho, negando lo evidente y dándole la vuelta al argumentario cuantas veces sea preciso. De hecho, ha incurrido ya en tantas contradicciones que decir una cosa y su contraria le debe parecer un juego de niños. Incluso para nuestros parámetros, la facundia de don Mariano resulta superlativa. Un tipo capaz de ver efectos positivos (para el empleo) en la puesta en práctica de la reforma laboral ha de tener una autoestima y un desparpajo fuera de lo común.

Todo lo cual explica que Rajoy no mencionara siquiera las dos huelgas generales habidas durante su mandato, ni las diarias protestas y manifestaciones, ni los suicidios de los desahuciados, ni el lastre que el rescate financiero ha echado sobre la deuda pública... Por no hablar de los efectos de la corrupción sistémica, que pretende combatir con medidas aparentes y un ejercicio de transparencia trucada.

Eso sí, con sus desahogos, el presidente del Gobierno hizo fácil el trabajo de Rubalcaba, permitió que la izquierda saliese airosa pese a sus limitaciones (Yuste, el buen hombre, hizo lo que pudo a la sombra de Labordeta) y dejó margen para que Rosa Díez siguiera impulsando a UPyD. 

miércoles, 20 de febrero de 2013

Tierra noble y rural, pero que muy rural 20130220

El PAR de José Ángel Biel (¿hay otro?) rompe sus ya escasas amarras con el mundo urbano para refugiarse definitivamente en los ámbitos rurales. Es como una caricatura de lo que hizo Mao en la Larga Marcha: retirarse al campo para rodear desde allí las ciudades. Los regionalistas han echado cuentas hasta deducir que, si han de sostenerse en el futuro como bisagra decisiva, tienen que asegurarse unas bases seguras donde asentar su poder de forma incuestionable. Por eso pelearon tanto para mantener las administraciones comarcales y la sociedad pública Sodemasa (ahora Sarga) como instrumentos básicos de su red clientelar. Saben además que el futuro se presenta oscuro e incierto, que ser el clavico (capaz de acordar gobiernos y transversalizar el oficialismo baturro) se pondrá muy complicado conforme el voto se disperse y las mayorías absolutas precisen coaliciones amplias, a tres o a cuatro.

Biel necesita su retaguardia rural para acumular allí (o conservar) las fuerzas que le permitirían ir metiendo al PAR en el PP sin disolverse en él (al menos en un principio). Cada vez más alejado de las atmósferas urbanas, el regionalismo aragonés se envuelve así en esencias tradicionales, en evocaciones del abuelo labrador que todos tenemos, o en el peculiar clima de las comarcas profundas donde el tiempo discurre lentamente, las novedades provocan recelos, la gente es sencilla, las familias pesan y los problemas cotidianos son simples (aunque los problemas estratégicos sean enormes porque el mundo rural aragonés acumula demasiado retraso tras perder demasiada iniciativa).

Desde mi particular observatorio, donde más noto la querencia rural del PAR es en Aragón TV, la máquina de agitprop que el PP ha dejado literalmente en manos de su socio. La programación es tan... paleoaragonesa, tan insustancial (por decirlo finamente), tan localista y tan adecuadamente cazurrica, que uno solo puede admirar la obra de Biel y su visión estratégica: jota, pantanos, cuentos, guisos de la abuela, campechanía y donde hay agua... maíz transgénico (o Motorland, o Walqa, ¡o Gran Scala!). 

martes, 19 de febrero de 2013

España patas arriba... ¡Viva España!

Algunos concejales de Zaragoza se quedarán sin salario. ¿Quiénes serán? ¿Cómo los seleccionarán? Pero sobre todo: ¿es razonable que una ciudad de setecientos y pico mil habitantes tenga a parte de sus ediles dedicados a su cometido sólo en los ratos libres? En fin, todo lo que sabemos de la nueva Ley de Bases de Régimen Local parece extravagante, raro, absurdamente demagógico y destinado si acaso a incrementar aún más el desmadre administrativo de este país. Con España en los labios y su marca en el argumentario, la derecha está poniendo todo patas arriba. Y no precisamente para resolver la crisis que arrastramos, sino para armar una de ésas que destrozan el país a cambio de reintegrarlo a manos de sus dueños habituales.

En Aragón nadie entiende nada. Para empezar, los miembros del grupo municipal del PP en Zaragoza andan al borde del infarto al saber que pueden quedarse sin sueldo. Lo mismo ocurre con sus compañeros que son alcaldes de pequeñas localidades cuyo futuro deja en el aire la futura Ley. Y de cómo ha caído todo esto en el PAR ni les cuento. ¿Podrán las comarcas mantener sus funciones al mismo tiempo que se potencia a las diputaciones provinciales? Los de Biel alucinan y el citado líder andará cavilando (cualquiera lo haría, estando en su pellejo) sobre las adversas circunstancias que habrá de remontar si quiere integrar su partido en el seno de la gran derecha, tan inhóspito.

Viendo la cosa con alguna perspectiva está claro que la nueva Ley de Bases de Régimen Local perjudicará a la ciudadanía que perderá prestaciones, generará mayores confusiones competenciales, debilitará las instituciones, agravará la situación de los pueblos y no producirá mayor ahorro, aunque el Gobierno vaya por ahí presumiendo de los sueldos que ha de eliminar (cuatro euros). En el último año, desde que gobiernan los ahorradores, la deuda pública española ha aumentado más que nunca. Los recortes han jodido a la gente, pero el incremento de intereses y la transferencia masiva de deuda privada han agrandado el agujero en términos históricos. España es un desastre. Pero... ¡Viva España!

lunes, 18 de febrero de 2013

No confundir la corrupción con otras cosas 20130218

Llegados a este punto, la confusión es enorme. El chaparrón diario de escándalos tiene a la gente cabreadísima. No es raro por eso que la ciudadanía se despiste y confunda el coste de la democracia (o sea, de las instituciones democráticas) con la corrupción. El personal se pone (y lo ponen) de los nervios con revelaciones sobre sueldos, declaraciones de renta, patrimonios y otros detalles particulares de los políticos, pero no capta o sólo lo hace a retazos que el problema no está ahí (al menos no el problema principal) sino en la confusión entre intereses públicos y privados, en la opacidad de la gestión, en el tráfico de influencias que permite a determinadas empresas y personajes llenarse los bolsillos a costa del contribuyente. No hablo de sueldos, sino de sobornos, contratas a discreción, subvenciones a dedo, recalificaciones de suelo (cuando la burbuja estaba engordando), leyes a la medida.

Conocer los ingresos y el patrimonio oficial de los jefes me parece irrelevante. Las proclamas de unos y otros en torno a la presentación formal de cuentas son puro fuego de artificio. Como lo serán, me temo, las futuras leyes de Transparencia y de Administración Local. El problema radica en que la corrupción, la de verdad, la gorda-gorda, tiene mecanismos relativamente complejos y difíciles de entender por gran parte de la opinión pública. La transferencia de fondos públicos a bancos, eléctricas, grandes constructoras y empresas ad-hoc, como las decisiones urbanísticas, siguen vericuetos tortuosos y producen cifras incomprensibles por su enormidad para la gente del común. Es mucho más fácil que una persona cuyo sueldo quizás no supere los quince mil euros al año (por poner una cifra estándar) se lleve las manos a la cabeza al saber que un alto cargo institucional gana ochenta mil.

Entonces llega el PP y propone convertir a los cargos electos con dedicación exclusiva en mileuristas, o mejor aún: que no cobren. Así, la democracia se devalúa objetivamente y la actividad política queda en manos de quien pueda permitírsela (o la use para sacarse el sueldo en B). Los corruptos, por supuesto, tan tranquilos. 

domingo, 17 de febrero de 2013

Gestión caótica y fatiga prematura en la DGA 20130217

En la educación y la sanidad públicas, como en otros ámbitos que dependen de una u otra forma del Gobierno de Aragón, la sensación es desoladora: la actual DGA no sólo aplica recortes sin piedad ni criterio, también está provocando un caos administrativo cada vez más notable. Si el anterior Ejecutivo (el último presidido por Marcelino Iglesias) ya manifestó claros síntomas de agotamiento y atonía estratégica, el actual ha ido tirando de rutina e inercia hasta agotar las últimas reservas de iniciativa. Ahora, Luisa Fernanda Rudi se limita a cumplir con el protocolo mientras a su alrededor todo se embarulla, se detiene y se atrofia. Si antes hubo proyectos discutibles o disparatados, ahora hay un absoluto vacío.

La comunidad educativa lleva ya dos cursos apechugando con directrices, normas y medidas absurdas o contradictorias. La improvisación está a la orden del día. La gestión de los centros se ha convertido en un ejercicio al límite. Y si hablamos de la sanidad, el panorama es igualmente desastroso: los globos sonda, los intentos de darle la vuelta al sistema para introducir gestión privada, las decisiones adoptadas sin ningún estudio previo y la inestabilidad de los equipos directivos están causando estragos. Aunque parezca mentira, el PP (se supone que con la colaboración del PAR) se las ha arreglado para empeorar la calidad de la Administración autónoma sustituyendo en no pocos casos a profesionales eficientes (o que al menos sabían de qué iba su cometido) por gente que ignora incluso lo más básico de la misión que les es encomendada. Por supuesto el nepotismo y el clientelismo siguen ahí, como una enfermedad crónica que empeora.

Es cierto que esa especie de colapso no se da únicamente en el Pignatelli sino que se extiende por el resto del tejido institucional. El Ayuntamiento de Zaragoza, sin ir más lejos, no ha cambiado de manos (sigue básicamente en las del PSOE), pero su situación es similar: no hay impulso, no hay dinero y encima las funciones administrativas van de mal en peor, con una reorganización de áreas y responsabilidades marcada asimismo por los amiguismos y los enchufes. Lo que ocurre es que la DGA no sólo abarca mayores y más amplias competencias sino que debía ser, en teoría, el gran espacio político donde el PP demostrara que venía a resolver los problemas no a crear más o a dejar pudrirse los ya existentes.

sábado, 16 de febrero de 2013

Corruptos, legales: dos Españas 20130216

El problema de la corrupción política y económica no se va a resolver solo con más leyes. Bueno sería, desde luego, eliminar zonas oscuras por el simple procedimiento de ponerlas bajo los focos. Pero la clave de todo esto radica en lo que podríamos denominar atmósfera ética. Si el ambiente, en general, no es limpio, diáfano y capaz de expulsar automáticamente a quien aspire a vivir en la mierda, las élites mantendrán sus querencias antidemocráticas y corruptas.

Fijémonos, por ejemplo, en el proceso de construcción nacional que empeña a la mayoría de las fuerzas políticas de Cataluña. Con independencia de que dicho proceso guste o no, ¿es razonable que un país pretenda levantar sus derechos soberanos en medio de un vendaval de escándalos, sospechas, latrocinios y conspiraciones? ¿Qué clase de nación-estado puede configurarse sobre ese cenagal donde chapotean buena parte de las instituciones catalanas? Y por extensión, ¿cómo va a situarse España (toda ella) en el actual escenario de crisis y cambios cuando cae sobre nosotros un chaparrón de sobornos, mentiras, sobres en B, dobles contabilidades, indultos a la medida, mafias (extranjeras o autóctonas), desconcierto judicial y manipulación fiscal?

Porque además existen diferentes Españas. En una de ellas (la que tiene el poder) leyes y normas no sólo son contempladas como bagatelas sin valor sino que pueden ser burladas mediante técnicas que garantizan un amplio margen de impunidad. Un banquero seguirá a lo suyo aunque haya sido condenado (aquel gobierno lo indulta, este prepara cambios legales que permitirán estar en el negocio financiero a los convictos). Pero la mayoría de la sociedad (sobre todo los empleados públicos o privados) sí que debe atenerse a las reglas. Sus ingresos están controlados, su actos son fiscalizados, sus transgresiones reciben el adecuado castigo, sus códigos éticos aún se sustentan en valores positivos. Así que la atmósfera moral no ha desaparecido. Existe. Solo hace falta que la citada mayoría social se imponga sobre las élites. ¿No es esa la naturaleza esencial de la democracia? 

viernes, 15 de febrero de 2013

Sesenta desalojos... y tan tranquilos 20130215

Sesenta viviendas han tenido que ser desalojadas al producirse más deslizamientos en la ladera donde se pretende asentar el estribo derecho de la nueva presa de Yesa. La inestabilidad ya se produjo anteriormente en el lado izquierdo, y las inversiones para asentar el terreno han ido aumentando y aumentando, primero en decenas de millones y ahora, probablemente, en cientos de millones. El recrecimiento del embalse se convierte así en un proyecto peligroso e insostenible. Eso sí, los medios oficiales y oficiosos apenas han dado espacio a esta noticia, entretenidos con acontecimientos tan inauditos como el hecho de que haya nieve en el Pirineo y agua en el Ebro. 

La inestabilidad de las laderas afectadas por el recrecimiento de Yesa fue advertida desde el primer momento por las organizaciones ecologistas. El aviso no se tuvo en cuenta; los primeros deslizamientos, tampoco; estos de ahora, gravísimos por su envergadura y sus consecuencias, menos aún. Desalojar viviendas, remover cientos de miles de metros cúbicos de tierra, meter hormigón por un tubo, modificar y ampliar créditos para pagar semejante desatino no han sido ni serán obstáculo para la Administración. La ampliación de Yesa se ha convertido en uno de esos asuntos cruciales incrustados en los discursos institucionales y atornillados al imaginario colectivo. Esta obra supone en realidad un gasto tremebundo... para obtener unos beneficios tan escasos como improbables. Pero fue siempre la estrella del Pacto del Agua, cuya evocación ha venido siendo el no va más del aragonesismo de cartón piedra.

De esta forma, nos emociona la inundación de unos cientos de hectáreas de cereal y forrajeras en la ribera del Ebro o nos preocupa que la crecida se lleve parte de unas viviendas metidas literalmente en el cauce del Aragón. Pero sesenta desalojos pasan desapercibidos. Por la misma regla de tres, nos encanta que el recrecimiento de Yesa engulla millones a mogollón, pero nos quedamos tan tranquilos al saber que, por vez primera, no habrá un céntimo para obras en nuestra (¿nuestra?) Universidad pública. Apabullante. 

jueves, 14 de febrero de 2013

Ni transparencia ni autoridad moral 20130214

Tal vez no tuviese Rajoy otra salida que negarle a Rubalcaba "autoridad moral" cuando este exigió su dimisión ante el pleno del Congreso. Pero... ¿tiene autoridad moral el presidente del Gobierno para evaluar la autoridad moral del jefe del principal partido de la oposición? Porque aquí la grandísima putada es que estamos ayunos de líderes políticos con autoridad moral de algún tipo. Al menos en lo que a las formaciones mayoritarias se refiere. La ciudadanía se ha quedado en tierra de nadie, sometida a diestro y siniestro al fuego que cruzan dos ejércitos cuyas respectivas causas (intereses más bien) carecen de legitimidad.

Rajoy presume de haber hecho públicas las cuentas de su partido y las declaraciones de renta de los prebostes conservadores. No hay tal. Lo que ha dado a conocer son datos muy generales, incompletos y de obvia naturaleza oficial. No será a través de ellos como sepamos quiénes han financiado al PP, de dónde salen los impresionantes sueldos de su cúpula o qué milagros hacía el tesorero del partido para acumular veintidós millones de euros en un banco suizo. En cuanto a la Ley de Transparencia elaborada por el Gobierno, no ha de servir para arrojar algo de luz sobre este fenomenal barullo que es la política y la economía de nuestro bendito país. Don Mariano saca balones fuera y pretende hacernos creer que podremos ver las estrellas con un telescopio cuya lente ha improvisado él con un culo de botella. Este (como los otros) se cree que somos idiotas. Lo cual es a veces lo más irritante.

El PP gobierna y está tomando medidas que tal vez agraden a Draghi y a los banqueros pero que amargan la vida a millones de españoles. Al tiempo, la financiación de los conservadores ha revelado irregularidades tan presuntamente delictivas como evidentes; tremendas, en todo caso. Las explicaciones ayer de Mato (sobre su relación con la red Gürtel) y de Montoro (sobre los efectos de la amnistía fiscal) daban grima... o algo peor.

¿Autoridad moral? No es Rajoy la persona más adecuada para evocar tal concepto. Ni siquiera en una réplica al desautorizado Rubalcaba. 

miércoles, 13 de febrero de 2013

Cumplir con el deber (futbolístico, ¿o qué?) 20130213

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha explicado (como suele hacerlo él) su trayectoria del último año: "No he cumplido lo que prometí pero he cumplido con mi deber". Acojonante, ¿verdad? Hemos de suponer que el deber de un político consiste en traicionar sus promesas y hacer lo contrario de lo que dijo que haría. Aquí, en la tierra Noble, nuestro genial José Ángel Biel lo tiene aún más claro. Escuchando sus declaraciones de anteayer a una colega de la Ser en Calatayud uno entiende que el viejo saurio se ha puesto Aragón por montera. Mientras pueda comprar la lealtad ajena con dinero del contribuyente, este genio se pasa la desafección ciudadana por el arco del triunfo.

España, y Aragón con ella, se agita en un ir y venir de lo trágico a lo cómico. Se suicidan dos ancianos que iban a ser desahuciados y el PP acepta por fin debatir en el Congreso la iniciativa popular para que las hipotecas se zanjen con la dación en pago. Hubiese quedado muy feo rechazar dicha iniciativa y luego dar luz verde a la destinada a convertir los toros en un bien de interés cultural por encima de cualquier prohibición. Hipotecas, desesperación, tauromaquia, el Constitucional matizando el indulto que el indescriptible Zapatero concedió in extremis al actual consejero delegado del Santander... Y como dice nuestro Biel: el que quiera reírse que se pague un payaso.

Total, que dándole vueltas a la puñetera actualidad (y no he dicho nada de Draghi y sus inhibidores de frecuencia) me he olvidado de lo fundamental: el Gobierno de Aragón puede convertirse en accionista del Real Zaragoza. Como hay que cubrir deudas de la susodicha SAD avaladas por Marcelino Iglesias (también con la pastita del común, se comprende), los tierranoblenses vamos a ser al fin copropietarios del equipo. Poniéndolas.

Bueno, también la Comunidad Valenciana (y quizás alguna otra) acabará patroneando empresas futboleras. Entonces... ¿seguirán manteniendo los fondos públicos un negocio ruinoso pero cuyos profesionales se llevan los millones a espuertas?

Y luego dirán que hay crisis. 

martes, 12 de febrero de 2013

Hipocresía y cinismo, pandemia nacional 20130212

Al jubilarse el Papa, los obispos españoles han roto el silencio que mantenían desde que los suyos (o sea, el PP) gobiernan España. Este fenómeno tenía mosqueados a mis amigos. Fíjate --me decían--, con lo locuaz que estaba la Conferencia Episcopal antes y ahora no tiene nada que decir ni sobre la corrupción ni sobre el empobrecimiento ni sobre la que está cayendo. Yo, la verdad, pasaba del tema, porque me trae sin cuidado lo que diga o deje de decir la Santa Madre y porque ya sé que Sus Ilustrísimas son tan tolerantes en asuntos de dinero como retorcidos y severos en cualquier cosa que se refiera al sexo. Que los poderosos roben lo ven normal, que los homosexuales se casen les saca de quicio.

De este tema podríamos pasar a otro más sugerente y que es ya un clásico en los debates académicos y de barra (de bar): ¿son las sociedades influidas por el luteranismo o el calvinismo más honestas que aquellas otras situadas en la órbita católica? Porque, claro, cuando lees que una ministra alemana ha dimitido porque presuntamente plagió una parte de su tesis doctoral, cuando imaginas el impacto que tendría en Gran Bretaña un escándalo como el Gürtel-Bárcenas o cuando reparas en que todos (¡todos!) los noruegos tienen su declaración de renta expuesta en internet, comprendes que en efecto hay algunas diferencias entre la gente de la Reforma y la de la Contrarreforma.

En esta España donde nunca hubo una auténtica revolución liberal, donde las intentonas democráticas fueron aplastadas una tras otra, donde el ideario nacionalcatólico se convirtió durante decenios en ley de obligado cumplimiento... en este país inaudito, la hipocresía y su siamés, el cinismo, son la pandemia oficial. Entre las élites, y también entre la plebe. Personas que se proclaman cristianas creyentes y practicantes evaden impuestos, se muestran indiferentes ante la pobreza ajena, roban, estafan y aseguran en público que el futuro de España (sean los Monegros, sea Alcorcón) está en reeditar aquí Las Vegas, la ciudad del pecado. Y si hay corrupción... pelillos a la mar. Siempre que los corruptos sean de los nuestros, claro. 

lunes, 11 de febrero de 2013

A ver si razonamos un poquito, ¿eh? 20130211

Una de las cosas que más me sorprendió cuando estábamos en plena polémica sobre Gran Scala (tranquilos, que no vuelvo a la carga con eso) fue la desentendida reacción de los mandamases y de muchísimos ciudadanos al saber que los promotores de la neociudad del juego y el ocio tenían sus bases operativas en paraísos fiscales. Una revelación que mis colegas y yo creíamos crucial fue asumida con un vago "Sí... ¿y qué?". Después, claro, se nos motejó de cenizos, destructivos y estúpidos por no entender que en este mundo postmoderno el dinero va y viene por cualquier vericueto y no importa su origen cuando es posible que vaya a derramarse cerca de tí. Más cinismo, imposible. De todas formas, en el caso de Gran Scala ni siquiera había pasta de verdad, así que además de cínicos quedamos como unos perfectos memos. Por no razonar.

Antes de que la crisis desvelase sus verdaderas claves (empobrecimiento de la sociedad y debilitamiento del Estado) eran muchos los que daban por sentado que las cosas son como son, y, oye, más vale beneficiarse de ello que intentar cambiarlo. A estas alturas, esos muchos tendrían que haberse dado cuenta de que los paraísos fiscales, las cuentas nominales o cifradas, las amnistías a los defraudadores, los negocios off shore y todo el mamoneo global solo benefician a una minoría de astutos sinvergüenzas; para los demás son pura ruina. Indignarse porque un político, un banquero o un experto en pelotazos tienen su pasta en Suiza o en Panamá es ridículo si previamente se da por buena la naturaleza actual de los fenómenos financieros. La tolerancia social ante el traslado al sistema de prácticas propias del crimen organizado ha sido y está siendo letal para la gente del común.

Ver al presidente de Madrid presentar por enésima vez Eurovegas (ahora, en Alcorcón) produce una particular repugnancia. Pero, claro, desde que estalló la burbuja inmobiliaria esto no se mueve, no hay nada que pillar, no se hacen negocios, los paraísos están perdiendo la lozanía... Veamos qué dan de sí los hoteles casino. Además, el personal se ilusiona mucho con estas movidas. Y razonar es agotador. 

domingo, 10 de febrero de 2013

Qué quiero saber sobre la gestión de la CAI, y por qué 20130210

Las personas prudentes prefieren no menear demasiado el asunto de la CAI. Como si no hubiera pasado nada. Lo han dicho los diputados de PP y PAR, que se oponen a investigar cosa alguna en sede parlamentaria: si se hurga en el reciente pasado solo se hará más daño. No acabemos de espantar a los clientes, no perjudiquemos el nacimiento del futuro banco aragonés, no nos metamos en camisa de once varas.

Pero algunos querríamos saber. No creemos, sino todo lo contrario, que clarificar lo sucedido perjudique a nadie, como no sea a quienes untaron en la rica pomada, jugaron a lo que no sabían o simplemente fueron cómplices de aquella juerga que ha acabado con fallidos milmillonarios.

El cachondeo empezó antes de la llegada de Tomás García Montes a la dirección general, llegó al cenit durante los cuatro años que duró su mandato y todavía coleó tiempo después, casi hasta ayer mismo. En ese tiempo, la CAI multiplicó sus participaciones en empresas, compró algunas de ellas y creó sus propias sociedades. Me gustaría conocer el detalle de tales operaciones: la embarcada en Galerías Primero, el temerario respaldo financiero a Nozaleda, la aventura gaditana, los pelotazos en las cercanías de Zaragoza... Aspiro a saber el nombre de las personas favorecidas y comprobar si son quienes se dice (próximos al Opus y al PAR). Desearía compartir con el resto de los aragoneses los datos relativos a las 69 (sí, 69) promotoras inmobiliarias que tenía la CAI en el año 2009. ¿Cómo se crearon? ¿Quién lo autorizó? ¿Es cierto que el director general manejaba fuertes sumas sin autorización del consejo de administración? Y en tal caso... ¿qué diantres hacía el dichoso consejo y cómo salvaguardaba los intereses de los impositores?

Porque, claro, aquí todo quisque pretende salir de rositas. Si acaso, que el tal Tomás García carge con toda la culpa. Los demás, unos angelitos (empezando por el patrono fundador, Acción Social Católica, que cooptaba a los presidentes de la CAI y ahora se hace el inocente).

Tengo (tenemos) derecho a recibir las explicaciones pertinentes: cifras, nombres, razones (si las hubo). Por ejemplo, ¿por qué motivo la bendita Caja de la Inmaculada decidió hace solo dos años, cuando ya estaba con el agua al cuello, meter casi 30 millones de euros (sí, 5.000 millones de las antiguas pesetas) en una irrelevante participación del 15% en el accionariado del Grupo Heraldo? ¿Y qué broma fue aquella de mandar al consejo de dicho grupo a Juan Antonio García Toledo, exdirector general adjunto de la CAI, que acababa de dejar ese puesto con un premio posempleo de tres millones de euros?

Sí, la luz y los taquígrafos no vendrían mal. Además... ¿a quién iban a perjudicar?

 JOSÉ LUIS Trasobares 10/02/2013

sábado, 9 de febrero de 2013

Cómo explicarles las cosas a los imbéciles 20130209

Cuando Carlos Floriano, portavoz del PP, contó que su partido seguía dando empleo al exmarido de la ministra Mato porque despedirle resultaba improcedente y por ello imposible, comprendí que estábamos ante un ejercicio de magia política para imbéciles. Sólo así cabía entender que nos viniera con la milonga del despido quien participó activamente en la aprobación de la reforma laboral. Cientos de miles de españoles, a los que han puesto en la puta calle por cuatro euros merced a dicha reforma, reirían con amargura cuando el tal Floriano explicó su argumentario para bobos.

Los dirigentes conservadores tienen una habilidad que los socialistas jamás llegaron a dominar (¡ya les hubiera gustado!)... Son capaces de decir y contar cualquier cosa, por increíble que pueda resultar, sin inmutarse. Lástima que a Rajoy se le ve como desbordado. Cuando dice algo (presuntamente) inverosímil se le dispara un guiño en el ojo izquierdo y los dedos le tembletean. Parece mentira, un tipo con tantas horas de vuelo. Sería por eso que llevó a cabo el milagro de aparecerse a los periodistas en una pantalla de plasma. Aunque, claro, más milagroso fue que los periodistas (¡ay, colegas, qué bajo hemos caído!) no se levantaran ipso facto y lo dejasen allí, encerrado en la caja tonta.

Bajo sospecha, los dirigentes de la derecha ofrecen mostrar sus cuentas oficiales y sus no menos oficiales declaraciones de renta para demostrar que no hay pagos en B, cuentas suizas o ingresos ocultos. Nos ofrecen una auditoría interna supervisada por su propia tesorera. ¡Ja, ja, ja! Nos aseguran que tras veintitantos años manejando las cuentas del partido nadie había notado que Bárcenas hubiese organizado (supuestamente) una red de influencias y sobornos... Que ningún dirigente sabía nada de Gürtel (cuyos jefes desfilaban tan ufanos en los saraos peperos)... Que Garzón fue expulsado de la carrera judicial por aquello del garantismo y los procedimientos limpios. La monda.

Malabares en el circo de las ciencias cognitivas: cómo explicarles las cosas a los idiotas. O sea, a nosotros. 


viernes, 8 de febrero de 2013

Y por aquí... la chapuza de siempre 20130208

Ayer, el PP y el PAR se negaron a constituir una comisión parlamentaria destinada a investigar qué pasó en la CAI y quién ha dejado en los huesos a tan bendita entidad. No me sorprende. Ambos partidos han tenido mucho que ver con la debacle (sobre todo el PAR, cuyos apadrinados iban y venían por Independencia, 10 como Pedro por su casa), y además la derecha no quiere entrar en averiguaciones sobre lo que pasó o dejó de pasar en el ámbito financiero. El PSOE, aunque sí votó a favor de la comisión, tampoco parecía muy convencido. De todas formas la mayoría conservadora se impuso. Para eso sirven los rodillos.

¿Qué ocurrió en la CAI? No sé si vamos a saberlo (o a publicarlo) alguna vez. Este asunto, como los demás, discurre por una especie de cinta sin fin donde se encadenan los escándalos a tal velocidad que, apenas capta uno nuestra atención, ya está siendo sustituido por otro. La devaluación de la sanidad y la enseñanza públicas, por ejemplo, es en sí misma un carrusel donde trotan los recortes atropellándose en el afán por acabar cuanto antes con ambos servicios. De vértigo.

Casi sin darnos cuenta, cuando estábamos más pendientes de Bárcenas y sus cositas, aquí quedó zanjada la supervivencia de Sarga (o sea, de Sodemasa), que incluye la continuidad del equipo directivo, el mantenimiento en su puesto de los paniaguados del PAR y la garantía de que esa mal llamada sociedad pública seguirá siendo un ente opaco y sospechoso.

Mientras leíamos renglones de la presunta contabilidad B (¿o C?, ¿o D?) del PP, el Gobierno de Aragón se disponía a pagar por unos avales que dio en mal día al Real Zaragoza. Agapito, además de dejarnos ese marrón a los contribuyentes, también ha reclamado más pasta a nuestra Aragón TV. Bueno... ¿no pensarían ustedes que íbamos a tener gratis esos emocionantes coqueteos con el descenso de cada temporada? Y en Arcosur, ya saben: el Ayuntamiento de Zaragoza abonará (por cuenta nuestra) lo que ya no pagan los promotores que iniciaron tan demencial operación urbanística. Son más de seis kilates, creo. Qué caras nos salen las chapuzas, ¿eh? 

jueves, 7 de febrero de 2013

Tercero: una alternativa a la izquierda 20130207

Empobrecimiento general, conversión de los servicios públicos en negocio privado, corrupción institucionalizada... Lo dicta el conservador pensamiento único. Ante su empuje se desploman las ilusiones colectivas. Solo cabe imaginar, como salida, una reinstalación en regla del sistema. Salvar y revitalizar el Estado del Bienestar, recuperar un sistema fiscal progresivo y eficiente, reducir las desigualdades y profundizar en la democracia social aparece a ojos de muchos españoles como una necesidad imperiosa, vital. Y para eso hay que echar mano de las ideologías progresistas. O sea, progresistas de verdad.

La situación ha alcanzado peligrosos límites. La solución debe tener asimismo características excepcionales. Hace falta ya una organización integrada, un modelo participativo y abierto, un nuevo programa, una nueva y única marca electoral... ¿De izquierdas? De izquierdas, claro. En toda su variedad: desde auténticos socialdemócratas hasta radicales no violentos, pasando por toda la amplia gama de progresistas sin adscripción partidaria. Gente del PSOE (si la hay y está dispuesta), de IU, de Chunta, de Equo, pero sobre todo de los movimientos sociales hoy activos y de lo que se denomina izquierda social.

Florecen por España (los hay en Zaragoza, en Huesca y en Teruel) grupos que intentan fomentar esa reunión de las izquierdas ante las próximas elecciones. Quieren poner en marcha plataformas donde independientes pero también gente de los partidos (por lo menos la gente que aspira a romper la dinámica actual) debata opciones programáticas, recoga las aspiraciones de la sociedad movilizada, impulse paneles de expertos y cree condiciones para la formación de candidaturas (a la americana) que finalmente serían seleccionadas mediante primarias abiertas (a la francesa). Así, dicho a grandes rasgos, podría lanzarse una alternativa unitaria capaz de dar salida política a la resistencia ciudadana contra la ofensiva conservadora. Aunque, claro, ¿querrían participar en esto PSOE, IU, CHA y los otros partidos? Si supiesen lo que conviene a la ciudadanía y les conviene a ellos, sí. Pero... 

miércoles, 6 de febrero de 2013

Segundo: los peligros que acechan 20130206

El paro y el empobrecimiento no ceden. Todos nos preguntamos hasta cuándo aguantará la economía española sin colapsarse. Mientras, la crisis sin retorno evoluciona en perfecta simbiosis con la corrupción política y empresarial. Las chispas que saltan podrían encender la hoguera de la revuelta ciudadana, si no fuese porque la sociedad española es extraordinariamente pacífica, teme perder lo que aún le queda y no ve una salida razonable por donde escapar del actual laberinto. El personal abomina de los políticos, y éstos le retribuyen con constantes escándalos. Así hemos llegado al estallido final del Gürtel. El partido que gobierna se hunde en la ciénaga. Sostener en tales condiciones el Gabinete Rajoy parece misión imposible. Pero si Mariano se viene abajo... ¿qué puede pasar después?

Los sondeos publicados el pasado fin de semana describían un panorama electoral caracterizado por la dispersión, el hundimiento de las mayorías y la quiebra de la alternancia automática. Si fuese preciso ir a las urnas anticipadamente y éstas arojasen un veredicto de tal naturaleza, muchos propondrían como salida excepcional un pacto entre PP y PSOE en apoyo de un Ejecutivo técnico. José María Aznar y Esperanza Aguirre tienen planes más agresivos: tecnocracia, sí; pero bien adobada en autoritarismo y privatizaciones definitivas. Cerca de ellos galopa, discreto aunque omnipresente, Manuel Pizarro, un hombre que jamás renuncia a nada.

Los peligros acechan. El autoritarismo ultraliberal difunde programas implícitos (destrucción de las instituciones públicas, privatización de servicios, eliminación de derechos laborales, orden público a rajatabla) y mantiene en el escaparate a líderes de recambio (identificados con su sector más derechista). El descrédito de los políticos fomenta la vuelta de los imaginarios nacional-católicos o neofascistas. La institucionalización de prácticas corruptas y la desmoralización general convierten a España un escenario muy favorable para el crimen organizado. Y en estas condiciones, incluso en el Limbo de los Justos acabarían por ponerse las cosas feas. 

martes, 5 de febrero de 2013

Primero: el PP se viene abajo 20130205



Acalambrado por los tics, Rajoy se perdió ayer en el laberinto de los desmentidos hasta decir eso de "todo es mentira... salvo algunas cosas", que dejó al personal estupefacto. A su lado, Merkel se mantuvo impertérrita, incluso levemente divertida al ver tan apurado a su fiel súbdito. El caso Gürtel era y es una gordísima madeja y cualquier hilo del que tires (incluso los de plastilina) enhebra regalos, viajes, contratos públicos, sobresueldos, confettis, trajes a medida, bolsos de Vuitton, relojes suizos, cuentas de idéntica nacionalidad, mordidas, contabilidades en A, en B y en C, papeles... El presidente del Gobierno español y del PP jura que él está muy tranquilo (entonces es cuando guiña, sin querer, el ojo izquierdo) pero evita citar el nombre de Bárcenas, como si el ex tesorero y factótum de su partido fuese un ente desconocido y muuuyyy lejano.

El PP se viene abajo. Una visión de conjunto al Gürtel (reuniendo las piezas dispersadas en diferentes causas) permite captar la extensión y el espesor de la red de corrupción montada por Luis El Cabrón, Correas, El Bigotes y otros importante invitados a la boda de la hija de Aznar. A ver quién disimula semejante merdé. El aparato conservador ha puesto en marcha una estrategia defensiva que parte de negar la mayor y mezcla teorías de la conspiración, alusiones a las víctimas del terrorismo que fueron ayudadas económicamente, alegatos patrióticos, advertencias de que este barullo puede ser muy contraproducente "ahora que estamos saliendo de la crisis" (¿?)... llamamientos a la unidad de la derecha y algunas amenazas. No creo que sea bastante.

De momento, la dirección del PP tira con fogueo. Habló de querellas criminales por calumnias e injurias, pero sólo va a poner (si las pone) algunas demandas civiles para pedir indemnizaciones por supuestos daños al honor. Ha tocado a rebato en los medios públicos o privados que controla. Pretende montar un argumentario similar al que le permitió tender cortinas de humo sobre sus flagrantes mentiras el 11-M. Pero lo tiene jodido. Muy jodido. Y espera a ver qué más se saca Bárcenas del cajón de los secretos. 

lunes, 4 de febrero de 2013

Problemas evidentes en la empresa privada 20130204

El reallity show "Pesadilla en la cocina" sólo es un espectáculo, lo sé. No es fácil precisar cuánto hay en él de cierto y cuánto de invención destinada a meterle marcha al espectador. Pero entrar en los restaurantes que supuestamente van a ser salvados de la ruina sí permite contemplar sus severos y a veces increíbles problemas: propietarios sin interés ni ideas claras, trabajadores desmotivados (e indudablemente mal pagados), cocineros y jefes de sala (cuya función es esencial) sin cualificación, desorden, malas condiciones higiénicas... Es una imagen a escala de los males que afectan a una buena parte de la empresa privada española, esa empresa a la que supuestamente se ha encomendado la misión de sacar al país de la crisis, o al menos de contribuir a ello.

Estamos oyendo sin parar que la gestión privada del sector público (o su privatización sin contemplaciones) es una solución perfecta porque aportará eficiencia y racionalidad. Pero no existen experiencias que demuestren tal cosa, sólo la propaganda ultraliberal que casi siempre choca con la realidad. En los bastiones conservadores de Madrid y Valencia, la privatización está siendo un auténtico desastre. En Aragón puede tener efectos igualmente lamentables.

No quiero generalizar, pero tengo la sensación de que no son pocas las empresas españolas mal administradas, donde se ha desinvertido precisamente en los equipos humanos que debían aportarles valor añadido, en las que se considera más importante hacer pasar al personal por el aro que primar su cualificación e iniciativa.

Esa idea de que la empresa necesita hacerse competitiva por la vía de reducir los salarios de su plantilla y colocando la gestión pura (y dura) por encima de la creatividad y la calidad es nefasta. Con sueldos miserables, sin perspectivas, sin alicientes, los trabajadores por cuenta ajena dejan de ser emprendedores y se convierten en simple e impersonal mano de obra. 

Por fortuna, en España también hay restaurantes (y empresas en general) donde el conocimiento y el trabajo se alían para dar buenos resultados. Si cundiese su ejemplo... 


domingo, 3 de febrero de 2013

Verdades ocultas sobre los ríos y sus 'crecidas' 20130203

Cuentan que en los pueblos de la ribera del Ebro la gente está muy cabreada por las inundaciones recientes. Así que pido disculpas por anticipado, porque voy a intentar explicar (usando criterios expuestos por diferentes expertos) cuál es el auténtico problema... y eso no va a gustar. Tras haber logrado que los medios difundiesen sin matiz alguno sus opiniones (¡hay que limpiar el río!, ¡hay que proteger sus orillas!), los agricultores ribereños van a lograr que los políticos les den satisfacción metiendo dragas en el cauce del Ebro. No servirá para nada. En el 2010 ya se intervino en varios puntos retirando 126.000 metros cúbicos de grava. En cuestión de meses, todo volvió a la situación anterior. Gasto inútil.

El Ebro, como los demás ríos de la cuenca, ha visto cómo se reducía (e incluso se ocupaba de forma dudosamente legal) el dominio público hidráulico. En algunos puntos la anchura del cauce es hoy mucho menor que la observada en las fotos aéreas de los años 60. Se han construido motas a capricho (sin intervención ni control por parte de la confederación hidrográfica) de acuerdo con las concentraciones parcelarias, la mejora de los caminos o la protección de nuevas instalaciones e infraestructuras. En Pradilla le han quitado al río casi un tercio de la sección para defender el campo de fútbol y las piscinas.

Esas motas piratas (aunque ahora la CHE se ha hecho cargo de ellas por las buenas) están a veces mal construidas. Algunas han sido iniciadas amontonando escombros por lo que filtran y se vienen abajo enseguida. Deberían ser reconstruidas en otros lugares más adecuados, devolviéndole al Ebro el espacio lógico que requieren las fluctuaciones de su caudal.

¿Está el río sucio? Si entendemos por suciedad la basura vertida en sus orillas, podemos decir que sí. El mayor problema radica en la anormal vegetación de las orillas y los macrofitos del propio cauce. La laminación de las crecidas que llevan a cabo los numerosos pantanos de la cuenca y un exceso de nutrientes que llega de los abonadísimos campos ha disparado ese fenómeno... Que precisamente se resolvería dejando que el propio Ebro, como cualquiera de sus afluentes, se abriese camino (se limpiara) por sí mismo.

La cuenca está más que suficientemente regulada. El Ebro ya no admite más interferencias. No es normal ni desde el punto de vista medioambiental ni desde la óptica más economicista. ¿Hay que indemnizar a los agricultores de la ribera? Hágase mediante procedimientos objetivos. Saldrá más barato que dragar a lo bestia todos los años. En las últimas semanas, al río no le ha pasado nada malo ni ha causado catástrofe alguna. Solo reclama un poco más de respeto y un mínimo de sentido común. 

sábado, 2 de febrero de 2013

¿Quién querrá dedicarse a la política? 20130202

Según Guindos, la sospecha que rodea al PP y a sus jefes no tendrá repercusiones negativas para España, porque ahí fuera los poderosos mercados pasan de Bárcenas y sus tesoros. Por lo visto, a esos entes financieros solo les importan los ajustes y la constatación de que este Gobierno (presuntamente sobrecogido) exprimirá sin piedad al país y a sus habitantes para pagar los abusivos intereses de nuestra deuda privado-pública. Mientras haya un céntimo que rebañar, la honestidad, la redistribución, el Estado del Bienestar y la mismísima democracia son asuntos secundarios. No gobierna el voto, gobierna el dinero.

Aun así, las miserias de nuestro sistema poco van a contribuir a promover la marca España. Pero además el actual barullo plantea un problema de naturaleza esencial: ¿qué persona decente y bien cualificada va a querer ocupar cargos públicos? Esa persona, si está dispuesta a entrar en política y actuar con total honestidad y transparencia, debe prepararse: a) para, muy probablemente, ver reducidos sus ingresos, b) para convertirse a la mínima en un muñeco del pim-pam-pum o en un chivo expiatorio, c) para tener serios disgustos dentro y fuera del partido a cuya organización pertenezca... y por fin, en el caso de que logre cubrir un par de mandatos sin volverse majara o tirar la toalla, d) para volver a la vida civil y encontrarse con que ha perdido oportunidades laborales, ha visto reducirse sus habilidades profesionales o ha terminado con una mano delante y otra detrás.

Este es el problema de fondo. La política, en España, se ha ido cerrando como alternativa personal. Solo los funcionarios (si pueden volver a su plaza sin sufrir mayores perjuicios) o quienes tienen conexiones con empresas privadas a las que van a beneficiar pueden entrar y salir de los cargos públicos en condiciones aceptables. Luego están aquellos que carecen de escrúpulos y de ideología, aceptan pasar por cualquier aro y no tienen ni beneficio. Para ellos, la política se ha convertido en una opción sensacional.

Y ahora preguntémonos cómo será posible, en estas condiciones, rescatar y regenerar el sistema. 

viernes, 1 de febrero de 2013

Bajo un gobierno de zombis 20130201

Este es un gobierno de zombis erigido sobre un parlamento cuyas mayorías hace tiempo que se homologaron recíprocamente a dentelladas como perfectos, y peligrosísimos, muertos vivientes. Ante tan tenebrosa realidad, politólogos, filósofos y analistas chocan con la contradicción que les plantea defender la democracia y sus instituciones al tiempo que asumen y denuncian la corrupción generalizada entre quienes las gestionan. Compleja situación. No son los quincemayistas, ni siquiera los más ácratas, quienes han barrenado el sistema; tampoco los fascistas disfrazados o manifiestos. La voladura de las instituciones es mérito exclusivo de aquellos que las ocupaban... y las ocupan.

Gürtel es un virus que amenaza con tumbar al PP. Bárcenas es un kamikaze que recorre la escena política filtrando lo que luego niega, sugiriendo lo que desmiente, sembrando el caos y exigiendo a gritos una garantía de impunidad. El Gobierno de España huele a difunto y a vudú político. Mientras lanza dentelladas a diestro y siniestro, sostiene su enloquecido deambular proclamando que la crisis ya cede (lo argumentó ayer Cospedal con esa cara suya de cemento armado) y advirtiendo que los socialistas también son (que lo son) cadáveres ambulantes. Menudo aquelarre.

A estas alturas todo cuadra, ¿no? El linchamiento moral y profesional de Garzón, las cuantiosas donaciones de empresas y adinerados particulares que recibía el PP, la formidable trama que se escondía bajo la red Gürtel... Incluso el caso Naseiro vuelve del pasado para recordarnos que ya se usó entonces un obvio tecnicismo jurídico para correr un tupido velo sobre la forma en que se financia la gran derecha española. Llueve hoy sobre mojado, y la ciudadanía está tan repleta de sospechas, de intuiciones y de palmarias evidencias que no parece dispuesta a creer en la inocencia de nadie.

Todo muy feo, mucho. Y ahora... ¿Cómo puede la ciudadanía ir al rescate de las instituciones democráticas? ¿Qué salida tiene la gente ante este delirio? Pues ponerse en pie, dejar de llorar y renegar, recuperar la política... y echar a los malditos zombis.