viernes, 26 de agosto de 2011

Lo mismo pero sin pasta 20110826

El nuevo Pignatelli vive un verano de calma total. Los jefes se dejan ver lo justo o apenas nada. Los subjefes rastrean viejos papeles y proyectos con los cuales apañar un discurso que cubra el expediente. Todo es matar el tiempo hasta que llegue el 20-N y se produzca la victoria definitiva. En todo caso no hay dinero, y sin dinero el afán no sirve de nada. Díganme ustedes por qué habrían de acalorarse Rudi y sus chicos si a la postre todo choca contra el maldito déficit. Ya lo dijo Modesto Lobón, flamante consejero de Innovación y Nuevas Tecnologías: "Mi departamento cuenta con una dotación miserable". En ese plan... ¿cómo no echarse a dormir la siesta hasta que escampe?

Voy siguiendo con cierta aplicación las comparecencias en las Cortes de los recién nombrados consejeros del Gobierno aragonés. Y es curioso constatar la estricta similitud de sus discursos con todo lo que hemos venido escuchando en los últimos doce años. El espíritu del Marcelinato ha transcendido la derrota electoral y sigue inspirando a los vencedores del 22-M. Eso sí, a los ya viejos argumentos les ha sido añadido un estrambote final: no hay dinero. Cojonudo, amigos. Porque aquellas bonitas aleluyas que Marcelino Iglesias recitaba en cada debate sobre el estado de la Comunidad sólo tenían sentido si luego había parné para estirarse hasta donde hiciera falta y además pagarle los vicios al socio Biel. Pero con la caja vacía el tema no se tiene de pie de ninguna manera.

Así que los consejeros se salen por la tangente apelando a la iniciativa privada. De ahí, dicen, saldrán patrocinadores, mecenas, subcontratistas, amigos, apoquinadores... Con la generosidad de empresas y fundaciones será posible mantener la investigación, la acción cultural, los servicios y hasta la ley de Dependencia. Curioso planteamiento porque el sector privado (con la excepción de las cajas y de alguna otra entidad) siempre ha ido a las instituciones a tomar, no a dar. Y ahora que pintan bastos aquí no se va a mojar ni Dios.

Así está el panorama y así se lo cuento. El Gobierno tira de rutina y la oposición se abanica. ¿Habrá superado Eva Almunia el trauma postelectoral cuando vuelva del veraneo? A saber.


J. L. Trasobares/El Periódico de Aragón/viernes 26.08.2011

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