Ilustres periodistas de Madrid y Barcelona flipan ante el tema de euro Las Vegas, que les ha cogido por sorpresa y les ha dejado estupefactos. Les llena de pasmo el hecho de que altos responsables institucionales (del PP o de CiU) reciban a los enviados de Sheldon Adelson y negocien con ellos (en secreto, claro) la configuración de un enclave situado al margen de toda normativa fiscal y laboral. Desde luego es increíble. ¡Ah! y me he enterado de un detalle bien cuco. Resulta que los asesores del tal Adelson han leído y rechazado la ley aragonesa sobre grandes complejos de ocio. La ven demasiado intervencionista y alambicada. Ellos quieren una patente de corso irreversible y total, una concesión sin vuelta atrás. Lo que preparó el bueno de Aliaga por cuenta de los pringadillos de ILD le parece una cascadura al personal de Nevada, cuyo paradigma es Macao, la gran meca asiática del juego y el vicio. Es curioso cómo lo más agresivo del capitalismo global se ha empeñado en convertir a España en una franquicia de China. ¿Será el PP un alma gemela del PCCh?
Los que entienden de estas cosas dicen que euro Las Vegas es un proyecto concebido para desarrollar su primera etapa en no menos de veinte años, siempre y cuando cuente con fuertes aportaciones públicas: suelo, infraestructuras, respaldo financiero, apoyo legal... todo por cuenta del contribuyente español. La embarcada es monumental, y Adelson desarrolla el mismo juego que los aventureros de ILD pero a lo grande y sin cortarse un pelo. Al parecer, y aunque flirtea simultáneamente con Madrid y Barcelona, tiene puestos sus ojos en la primera de ambas capitales, concretamente en el enorme triángulo que delimitan las autovías a Valencia por un lado y Andalucía por otro. Allí se dan las mejores condiciones (llega el metro y está proyectado un aeropuerto). Mientras, los más cuerdos ponen en duda la nueva quimera o abominan de ella y advierten de sus costes. Miguel Ángel Aguilar, uno de los más finos analistas de la Corte, ha escrito que esa anómala y oscura ciudad-cantón promete una lluvia de oro y a cambio proporcionará una lluvia dorada (que no es lo mismo). España, en crisis, da risa... y pena.
JOSÉ LUIS Trasobares 15/03/2012
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