lunes, 27 de enero de 2014

Aquí no nos tira ya ni el turismo 20140127

El Día de Aragón en Fitur provocó otra de esas extravagantes explosiones de euforia con la cual los jefes aragoneses intentan llevarnos al optimismo siguiendo las órdenes del mandamás Rajoy. Pero lo cierto es que durante 2013 nuestra bendita tierra Noble fue, junto con Castilla-La Mancha, la comunidad donde menos creció el número de pernoctaciones en los hoteles. Esto no tira. Y no será porque no nos gastemos dinero en proporcionar a los potenciales turistas entretenimientos, eventos y otras propuestas para pasar el rato. Varias sociedades públicas (todas ellas con fortísimas inversiones y pérdidas a la espalda) tienen esa misión, que según las fuentes oficiales cumplen a las mil maravillas. ¿De verdad? Bueno, lo cierto es que nuestra oferta turística está llena de maravillosas contradicciones. En Fitur, por ejemplo, hemos vendido deporte de aventura. Aparecieron por el stand unos jóvenes y guapos palistas a promover la práctica del rafting. ¿Por el Gállego? ¿Por ese tramo de la Galliguera donde una creciente infraestructura hostelera, puesta en marcha sin subvenciones ni ayudas oficiales, está amenazada por el absurdo pantano de Biscarrués? En fin...

Aragón desconoce su sitio, ignora sus verdaderas fortalezas y no sabe a dónde va. Claro que el resto de España no anda mucho mejor. Fíjense cómo el afán del Gobierno por hacernos creer que esto se está arreglando gracias a sus reformas apenas resiste un rumor sobre la lira turca que se extiende al peso argentino y luego a otras divisas emergentes. En unas horas la bolsa cae, la prima de riesgo se dispara y las piernas nos vuelven a temblar. Nos aferramos al récord de turistas extranjeros para escapar de los otros demonios (paro, salarios de miseria, impagos). Aunque, claro, como en Aragón no enganchamos a los guiris y nuestros visitantes son mayormente gente nuestra o venida del resto de España, tampoco se nos luce.

En Fitur, por lo visto, hicimos lo posible por atraer a los chinos. ¡Ay, madre! ¡Justo cuando los profetas de la economía global advierten que China se está parando! Qué mala suerte, oye. ¿O será gafe? 

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