Durante años, el ambicioso Plan de Depuración de Aguas, elaborado por el anterior Gobierno de Aragón y ejecutado desde su departamento de Medio Ambiente (Instituto Aragonés del Agua), fue vendido a la opinión pública como el no va más de la ecología institucional El entonces consejero Boné recorrió medio mundo, desde Estambul a Río de Janeiro, explicando cómo convertir las aguas sucias en celestial ambrosía mediante una operación público-privada de ésas que tanto gustan al Partido Aragonés.
Pero hoy, en un giro diabólico, el Plan se ha paralizado, su diseño es objeto de fundadas críticas, su coste escandaliza a quienes entienden del tema y el Tribunal de Cuentas ha puesto la lupa sobre la adjudicación de las obras y la explotación de algunas depuradoras. Las sospechas afectan a contratos por un total de setecientos millones de euros, que se dice pronto.
Y la cosa, damas y caballeros, no se queda ahí. Qué va. Zaragoza fue metida de hoz y coz en el programa aunque su depuradora (carísima y sospechosísima igualmente) corrió y corre por cuenta de los vecinos. Diversas localidades también hubieron de pagar canon sin que tuviesen aún su propia instalación. En algunos pueblos se proyectó depurar los vertidos de una población trescientas veces superior a la censada pues se daba por sentado que allí iban a construirse enormes urbanizaciones de segundas residencias. O sea, un monumental y espeso barullo.
El paso del tiempo, la crisis económica y el retorno a la realidad real están poniendo muchos puntos sobre sus respectivas íes. Los asuntos que corrían por cuenta del PAR se abren por las costuras, y lo que se vislumbra en su interior es de todo menos bonito. Eso sí, los regionalistas no pierden comba. El citado Boné es hoy diputado y portavoz de su partido en las Cortes de Aragón, Alfredo Cajal, director del Instituto del Agua durante la época en que dicho ente adjudicaba contratos y subvenciones sin cortarse un pelo, ha vuelto a ocupar dicho cargo. Mientras, el PP ha paralizado la construcción de depuradoras.(¡pues vaya solución!) y el PSOE se encoge de hombros.
Qué mal huele, ciudadanos.
JOSÉ LUIS Trasobares 20/02/2012
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