jueves, 11 de diciembre de 2014

Ni resignación ni cinismo 20141211

Nada nos coge de nuevas. Pasó con las filtraciones de Wikileaks, y ha pasado ahora con el informe del Senado norteamericano sobre las actuaciones de la CIA en su (terrorista) guerra al terrorismo. ¿Alguien podía dudar de que en dicha guerra se estaban vulnerando las más elementales reglas del Derecho Internacional? No, claro. Las detenciones ilegales y las torturas estaban descontadas hace tiempo. Como las operaciones encubiertas de la compañía y de otros servicios de inteligencia, o la naturaleza cleptómana del sistema financiero global, o los oscuros patrocinios del yihadismo... Sucede lo mismo en lo que se refiere a la política (y la economía) española o la aragonesa en particular. Ninguna revelación puede sorprendernos.

¿Nos escandalizan las doctrinas judiciales ad hoc que un día favorecieron a Botín y hoy a la infanta Cristina? ¿Y el escandaloso baile de jueces en el caso Gürtel? ¿Y la monumental estafa de Bankia, de la que ayer se escaqueaban Guindos y el PP negándose a investigarla desde el Parlamento? No. Por desgracia, todo eso nos pilla resabiados. Nos reímos de las aventuras de Fran-Nicolás. Hacemos chistes. Los que pertenecen aún a alguna secta ideológica justifican cualquier tropelía... siempre que haya sido cometida por los suyos. Entre los demás cunden el cinismo y la resignación. Cuando Biel califica de "broma" las advertencias sobre las vinculaciones con el PAR de cientos de contratados por Sarga, el personal (pasado de rosca) se descojona.

Ayer entraron en marcha en España las primeras medidas para garantizar la transparencia de las administraciones públicas. Un fiasco, por supuesto. Nadie se llevó las manos a la cabeza. Era de esperar. Y mientras insisten en venderle la recuperación económica, el personal se limita a renegar y, si acaso, suelta una risa amarga. 

Pero lo cierto es, queridos conciudadanos, que en estos tiempos tan descreídos uno puede ser pesimista o paranoico a fuer de clarividente; lo que no vale es tirar la toalla ni abjurar de nuestra condición de ciudadanos. Eso es lo único que no nos podemos permitir.

JLT  11/12/2014

No hay comentarios:

Publicar un comentario