miércoles, 10 de diciembre de 2014

Regreso a la dura (y triste) realidad 20141210

Tras la desventurada entrevista (o lo que fuera aquello) que le hicieron a Pablo Iglesias en el 24 Horas de TVE, la realidad cayó ayer a plomo (a peso mierda, decíamos en mi barrio) sobre nuestras atribuladas conciencias. El fiscal pidió 19 años de sangre, sudor y lágrimas para el villano Urdangarin, pero exculpó a la indefensa infanta, víctima de aquel "a título lucrativo" (pues aun beneficiándose de manera ostensible de las fechorías del cónyuge, queda al margen del delito si creyó que el lucro caía del cielo cual providencial maná). Al mismo tiempo, el Consejo General del Poder Judicial decidía que la plaza del juez Ruz en la Audiencia Nacional salga a concurso. Así, queda en el aire el futuro de la instrucción de sumarios tan sabrosos como el remate de la Gürtel, los papeles de Bárcenas, la pasta de Pujol junior y algún presunto crimen de guerra internacional. Los optimistas se aferran a la posibilidad de que el magistrado (que en su día hubo de sustituir a Garzón) pueda seguir en el tajo en funciones de apoyo. Bueno... habrá que ver cómo y con qué atribuciones. Lo más probable es que las causas sufran un nuevo retraso. Lo que sitúa cualquier vista oral más allá del otoño del 2015. ¿Habrá alguien que, comentando esta situación con Cospedal, se atreva a anticiparle la enhorabuena por tal logro?

El lunes, ABC abrió portada vinculando a Podemos con los presos de ETA. Se trata de un jalón más en la campaña de acoso a la nueva formación, sometida a un tiroteo mediático sin precedentes. Y conste, por si alguien tiene dudas, que a mí me parece bien que los periodistas seamos incisivos y críticos con Iglesias y lo suyos. Pero en este oficio mío el valor no se demuestra metiéndole caña a un partido recién parido, de escasísimos recursos y sin contacto alguno con los poderes fácticos. No, colegas: la responsabilidad informativa se forja arreando estopa a quienes gobiernan las instituciones o a quienes manejan los hilos desde los bancos y las grandes compañías. Ahí os quiero ver yo, hermanos: plantándoles cara a los que de verdad están todos los días de enhorabuena. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario