jueves, 8 de septiembre de 2011

Dinero público, luz y tinieblas 20110908

Montar tinglados y vendérselos a la opinión pública ha sido coser y cantar. Se tiraba de clichés y argumentos simplistas, desde las apelaciones al desarrollo económico hasta esa cantinela de que este o aquel invento nos pondría en el mapa, pasando por las consabidas apelaciones al patriotismo localista... y (¡por supuesto!) los puestos de trabajo. Parece mentira que en este país haya tanto paro con la de pasta pública que han gastado los jefes en proyectos destinados a crear empleo.

Caudé necesita cuatro kilates más, vaya, vaya. Así el operador se lo encontrará todo niquelado, no tendrá que invertir un euro y, si la cosa no sale, podrá devolver las llaves del negocio y marcharse tan ricamente como vino.

¿Está dispuesto el Gobierno presidido por Rudi a cerrar el grifo? ¿Podrá hacerlo preservando su alianza con el PAR (que es el gran mentor de experimentos como el de Caudé)? ¿O querrá jugar también a promover actividad privada con dinero público?

No sé. Tiemblo, sin embargo, cuando por ejemplo me entero de que Modesto Lobón, el consejero de Innovación y Nuevas Tecnologías, estuvo el otro día en la privada y católica Universidad San Jorge y aprovechó la ocasión para proponer que aquello se convierta en un gran centro de investigación. Sería (espero) un brindis al sol para quedar bien. Porque en la San Jorge no hay, que yo sepa, un solo científico de alto nivel. ¿Qué cabe montar allí? ¿Cuánto costaría? ¿Quién lo pagaría?

Tenemos el Titán, la Nanociencia y un buen puñado de investigadores en la Universidad Pública. Centrémonos en ello. Que no están las cosas para seguir tirando el cada vez más escaso dinero del común. Por favor.

J. L. Trasobares/El Periódico de Aragón/jueves 08.09.2011

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