miércoles, 13 de noviembre de 2013

¿Más rojo, más verde y más morado? (I) 20131113

El PSOE arrastra una condición que no sé si correrá a su favor o en su contra: es el partido más observado, comentado y abierto en canal que transita hoy por la política española. Al tiempo, intenta recomponer y remontar sus últimas derrotas. Por eso organizó la Conferencia Política del pasado fin de semana. Para darse cuerda y tener algo que ofrecer al mosqueadísimo respetable. Otros deberían tomar ejemplo. Porque están pasando muchas cosas y muy graves sin que la atribulada ciudadanía disponga de alternativas serias en clave progresista.

Ahora bien, ¿ha salido el PSOE de su Conferencia más rojo, más verde y más morado, como anunció Elena Valenciano? Eso ya lo dudo. Entre otras cosas porque en el Palacio de Congresos de Madrid fueron protagonistas los de antes, los de siempre, los que ya conocemos. Rubalcaba pactó con Susana Díaz el aplazamiento de las primarias y luego se marcó un discurso final que anuncia su voluntad de ganarlas cuando sean convocadas. Puro arreglo de aparato. Esto no es más ni es menos, ni es una ida ni una vuelta, es... el Partido Socialista con sus múltiples vicios (¡esa corrupción!) y sus ya escasas virtudes. Bastaba observar a la delegación aragonesa. ¿Se volvió Belloch más rojo, Lambán más verde, o más morado cualquiera de los rurales de arriba o de abajo? Bueno, sin olvidar que el color del feminismo no es propiamente morado sino violeta. El morado-morado da carácter tricolor a la bandera de la República, pero la Conferencia se declaró más bien monárquica (eso sí, entre abucheos). 

El contenido de los debates y de las resoluciones mezcló ingredientes que ya estuvieron en anteriores programas electorales socialistas, aunque luego no se desarrollaron o se desarrollaron mal. El Concordato, por ejemplo, ya se revisó (con la vicepresidenta Fernández de la Vega fascinada por la elegancia vaticana) ¡para mejorar la dotación económica de la Iglesia! Por no hablar de cómo se reformó la Constitución en dos días durante el mandato de Zapatero. O sea, que estamos ante las ideas de siempre expuestas por unos personajes eternos.

(Continuará). 

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