domingo, 29 de abril de 2012

Aragón, en crisis y con el motor parado 20120429

El último Ejecutivo de la era Iglesias-Biel puso Aragón al ralentí. Falto ya de ideas y con la crisis poniendo en evidencia no pocas de sus iniciativas anteriores, se dejó llevar por la inercia. Entre tanto, el PSOE preparaba y ejecutaba con suprema incompetencia el desembarco de la heredera Almunia y el PAR proyectaba su cambio de chaqueta, visto que el PP venía crecido. Esto pasó mientras la Tierra Noble compartía con el resto de España el estallido de la burbuja inmobiliaria, el terrorífico aumento del desempleo y la evidencia de que ni las instituciones ni la sociedad organizada disponían de alternativas tácticas y menos aún de objetivos estratégicos. Todo iba mal y muchos pensaron que era imposible pasar a peor. Se equivocaron.

El actual Gobierno aragonés, PP-PAR, se ha limitado a parar el motor, sacar la llave del contacto y sentarse en los asientos de detrás a ver si el tinglado vuelve a funcionar por sí solo. La Comunidad Autónoma ha entrado definitivamente en un periodo de parálisis, en una quietud absoluta sólo rota por el estrépito de los EREs. El acto oficial celebrado el pasado 23 de Abril en La Aljafería certificó de manera rotunda que aquí no hay programas ni criterios ni iniciativas... ni siquiera una visión mínimamente realista de cómo hemos llegado a la situación actual. Discursos adobados con los consiguientes jeronimoszuritas, compromisosdecaspe, pactosdelagua, joaquinescostas y otros tópicos describieron el encefalograma plano de nuestros presuntos líderes. Por desgracia no sólo ellos están KO. El resto del Sistema, incluidos los más señeros poderes fácticos, también duerme el sueño de los justos.

Luisa Fernanda Rudi preside un extraño equipo dedicado a un no menos extraño juego. Su pretensión de poner orden en la administración autónoma ha derivado en un barullo de ceses y nombramientos que ha tenido un alto coste (en dinero del contribuyente) y ha desorganizado más todavía las plantillas del sector público. Los consejeros, por su parte, pretenden hacer virtud del ajuste y la inactividad. Se inventan iniciativas tan abracadabrantes que en las reuniones de trabajo los propios directores generales o los responsables de servicio quedan alucinados por las ocurrencias de sus respectivos jefes.

¿Adónde va Aragón? ¿Qué queremos hacer con esta tierra? ¿Cómo esperamos poner en marcha un proceso de desarrollo sostenible? No hay respuesta inteligible. La obsesión por reivindicar el Pacto del Agua pese al evidente fracaso de casi todas las obras de regulación llevadas a cabo en los últimos tiempos pone de manifiesto la impotencia creativa y la obstinación de quienes, por ejemplo, insisten en recrecer Yesa pese a los problemas y el tremendo gasto que supone la inestabilidad del terreno.

El motor parado y cuesta arriba. Sí, esto es la crisis.

JOSÉ LUIS Trasobares 29/04/2012

No hay comentarios:

Publicar un comentario