sábado, 28 de abril de 2012

De traidores, ilusos y superpatriotas 20120428

El incremento del paro, el programa de acercamiento y rehabilitación de presos de ETA, la prudencia diplomática en el tratamiento del caso Repsol... todo ello hubiera sido catalogado por el PP como un golpe bajo al Estado, una traición y una cobardía, si no fuese porque ahora es dicho partido el que gobierna España y el que tiene que pechar con las tres ingratas circunstancias. Gajes de la vida. No me extraña que la extrema derecha ponga el grito en el cielo y que no pocos votantes de Rajoy anden desconcertados.

Y a la inversa, ¿cómo es posible que habiendo desaparecido Zapatero de la circulación, sigamos yendo de culo y cuesta abajo? ¿Por qué estamos pasando de la destrucción masiva de empleo en la construcción y sectores afines (economía irreal) a un derrumbamiento progresivo de los servicios e incluso la industria (economía real)? ¿Quién puede negar a estas alturas que el abaratamiento del despido (iniciado por el Gobierno que presidía el triste e incauto Pepe Lui y continuado a paso de carga por el actual Ejecutivo) está produciendo una acelerada amortización de puestos de trabajo?

Hay gente del PP (como del PSOE) que nunca verán cosa mala en lo que hagan sus jefes. Me recuerdan a los ilusos que pusieron sus ahorros en Nueva Rumasa por pura afinidad ideológica con el pobre Ruiz Mateos (un señor tan emprendedor y tan formal) y que aún le defienden tras haberles dejado sin un céntimo. Pero alienaciones al margen, debe ser duro para las gentes de orden comprobar que ni los datos del paro ni la prima de riesgo ni la Bolsa ni factor alguno llevan visos de mejorar. Na hay brotes verdes, no se ve la luz al final del túnel, los mercados no nos entienden. Merkel, menos.

En el espacio conservador español, los superpatriotas ansían desmontar el sector público y anular los derechos sociales y políticos para que así la economía se recupere sola y España, aunque quede arruinada, se entregue al fin en brazos de sus auténticos dueños. Tomado ese rumbo, reinsertar a los exterroristas, fanfarronear para luego achantarse ante Kirchner o alcanzar los seis millones de parados es asumible. Ya no es traición.

JOSÉ LUIS Trasobares 28/04/2012

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