lunes, 25 de agosto de 2014

Tribulaciones del periodismo de provincias 20140825

Si mis colegas que andan por esos mundos se han convertido en objetivo del crimen organizado, la insurgencia, el yihadismo, los señores de la guerra, los servicios de inteligencia oficiales o los mismos estados con asiento en la ONU, también los humildes periodistas de provincias las pasan moradas. No son secuestrados ni asesinados, pero soportan presiones de todo tipo y en su condición de españoles están sujetos a sanciones administrativas que aún ha de incrementar la futura ley de Seguridad Ciudadana.

He escuchado la grabación de una rueda de prensa ofrecida no hace mucho por el alcalde de Teruel, el conservador Manuel Blasco. En ella se oye al regidor encararse con un colega que había cometido la osadía de preguntarle por el convenio económico del Ayuntamiento con el Casino de la localidad, cuya calamitosa gestión ha alcanzado categoría de escándalo. Lleno de santa indignación el primer edil turolense le dice al periodista algo así como "¡si tú me tocas los huevos, yo también te los voy a tocar a tí!"; después de lo cual sugiere que quizás deba pensarse si mantiene (o no) la publicidad municipal en el medio del impertinente colega. Tal cual.

Bueno, puede que al alcalde Blasco se le subiese la bilirrubina porque el citado Casino de su ciudad, que lleva años sin dar cuentas a los socios y arrastra un agujero de órdago pese a las generosas ayudas municipales, está presidido por uno de su cuerda: José Manuel Muñoz, gerente del área sanitaria de Teruel y hermano de la concejala por el PP en el Ayuntamiento turolense Carmen Muñoz. En cualquier caso, ningún medio del lugar ha difundido el incidente. Por si acaso.

Sí, por si caso. Varios fotoperiodistas que cubren los asaltos a la valla de Melilla han sido multados por tomar imágenes inconvenientes. Su caso ya no es excepcional. El Gobierno quiere extender tales castigos a todos aquellos que tomen imágenes de las fuerzas del orden en circunstancias que puedan vulnerar el honor o la intimidad de sus integrantes. A criterio del correspondiente delegado del Gobierno que no del juez, claro. Y no estamos en Venezuela, ¿eh? 

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