sábado, 13 de septiembre de 2014

Lo ya inventado y lo que está por inventar 20140913

Los ingleses han copiado a los canadienses. Éstos afrontaron los dos referéndums en Quebecq (previamente pactados políticamente y definidos por su Alto Tribunal) de una manera muy simple: acudieron a Montreal a decirles a los quebecquois que no se fuesen, que respetaban y admiraban su idioma y su cultura... que les querían de verdad. Y funcionó, claro. Ahora, Mick Jagger o J. K. Rowling (y por supuesto los líderes de los grandes partidos británicos) han declarado su amor a los escoceses, que también van a tener derecho a expresarse y decidir. Ningún estado serio enfrentado a la voluntad secesionista de uno de sus territorios puede reaccionar de otro modo. Es lo más democrático... y lo más inteligente. Pero aquí la democracia y la inteligencia política nunca abundaron. La prepotencia, sí.

Parte de nuestro problema consiste en que la construcción de España como nación (a partir del XIX, que antes era otra cosa) se hizo de mala manera: en medio de una horrible decadencia, perdiendo definitivamente el Imperio, encadenando guerras civiles y desastres exteriores y sin lograr acceder plenamente a la modernidad política y social y a los nuevos conocimientos científico-técnicos. La anacrónica pervivencia del Antiguo Régimen tardofeudal y despótico (la Ilustración sólo fue un fogonazo) desembocó en ese nacionalcatolicismo que empapa la Restauración, la Dictadura de Primo y el régimen de Franco. Por eso nuestra bandera es bicolor y el himno se titula Marcha Real. Por eso muchos ciudadanos no se identifican ni con aquélla ni con éste. Por eso hemos tenido un Ejército de parte, que durante dos siglos cruciales sólo obtuvo victorias sobre el pueblo que supuestamente debía defender. Por eso en nuestros polémicos altares patrios no están los líderes progresistas ni los luchadores sociales ni los militares leales.

Pero este tremendo lastre hay que soltarlo de una vez. Las tensiones internas no se van a resolver por el procedimiento (tan viejo y extemporáneo) que pretenden aplicar Rajoy y los suyos: el desdén y la cerrazón. Hay muchas cosas que han de ser reinventadas. España, por ejemplo.

JLT  13/09/2014

No hay comentarios:

Publicar un comentario