sábado, 21 de noviembre de 2015

Mudando de opinión según convenga 20151121

El terrorismo siempre es repugnante. Corra a cargo de organizaciones supuestamente subversivas, de los estados que dicen combatirlas, de las naciones más agresivas o del crimen organizado. Parece fácil sostener con coherencia tal enfoque. Pero no es así.

En algún artículo escrito hace años (decenios, quiero decir) abordé el tema de los presuntos miembros de ETA que, tras ser detenidos, aparecían ahogados en la ría o tiroteados cuando, según la versión oficial, intentaban fugarse. Ojo con estas cosas, advertí. Con los ametrallamientos de bares, los excesos policiales, la tortura... Lo hice midiendo las palabras y sin apearles a los etarras los adecuados calificativos. Pero las personas de orden se escandalizaron. Me acusaron de justificar el terrorismo, de no entender la sucia naturaleza de la guerra que se estaba librando, de practicar un absurdo buenismo democratero... ¡Ah!, pero tiempo después se produjeron las primeras filtraciones relativas a los GAL y otras cosas que pasaban en Interior. Y de repente, aquello se convirtió en el más poderoso argumento para acabar con el crédito electoral de Felipe González. Entonces, los mismos que aplaudían las gestas del general Galindo mudaron de enfoque y pasaron a rasgarse las vestiduras ante casos tan obvios de terrorismo de estado como la detención ilegal y la tortura (a la argelina) de Lasa y Zabala.

Así que ahora no me escandalizo cuando los opinadores más reaccionarios elevan a la categoría de gran héroe de la lucha antiyihadista al mismo Putin que ayer denostaban por su apoyo al dictador sirio El Assad. O escuchar a quienes exigían acabar con el susodicho tirano al precio que fuese (como antes con Sadam y Gadaffi) invertir súbitamente tal opinión, e incluso proclamar que lo mejor será dejarse de tontadas y bombardear a todos los sunníes sirios (que, a priori, estaban oprimidos por los malvados alauís del régimen) hasta que no quede uno, pues... ¿cómo distinguir entre ellos a los que simpatizan con el Estado Islámico de los que no?

Sea oportunismo político, ignorancia o mala leche, el tema abruma. Eso sí: para los terroristas, fenomenal.

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