domingo, 24 de mayo de 2015

Estabilidad y realismo (¿miedo?) o cambio y decisión (¿temeridad?) 20150524

En el día de hoy, los votantes van a tener más opciones que nunca. Pero sus intenciones se alinearán en dos bloques muy definidos: unos querrán evitar locas aventuras, mantener en la medida de lo posible el statu quo, reducir los riesgos implícitos e impedir que las cosas puedan empeorar aún más; otros, convencidos de que los pactos sociales y políticos han sido traicionados, apostarán por el cambio y llegarán a las urnas con la voluntad de dar una lección a quienes vienen manejando los resortes del poder. Aquéllos se dejan llevar por el convencimiento de que existen unas reglas implícitas cuya ruptura se puede pagar caro (véase el caso de Grecia); éstos consideran que el Sistema no puede seguir vulnerando sus propios principios y que la corrupción y el desprecio a la ciudadanía deben acabar. Doble opción: responsabilidad y pragmatismo (algunos dirán que, en el fondo, es puro miedo), o audacia y sentido democrático (otros lo calificarán de simple irresponsabilidad). Esta noche se sabrá hacia donde se inclina la balanza, después de una campaña en la que el objetivo electoral en sí mismo (autonómicas y municipales) se ha solapado con esa confrontación entre dos conceptos y dos visiones del futuro. Se intuye que éste será el primer acto de un drama que tendrá su apoteosis en las próximas y decisivas generales.

Es fácil intuir que el voto rompedor corresponderá a la población joven y urbana, mientras que el continuista tendrá más potencia entre los mayores y los habitantes de las zonas rurales. A ojo (demoscópico) de buen cubero, los que conocen bien el ambiente universitario adelantaban estos días que los estudiantes de Económicas y Derecho votarán Ciudadanos, mientras los de Letras, Ciencias e Ingeniería se inclinarán por Podemos. Es una descripción verosímil. PP y PSOE (incluso el PAR) confían en mantener la posición en el territorio. C's y P's se aferran a sus expectativas en las capitales y grandes poblaciones. IU, CHA y UPD aún esperan conservar el apoyo de sus electores habituales. Aunque si aumenta, como se augura, la participación, lograr el 5% en los ayuntamientos y el 3% en las tres circunscripciones para las autonómicas puede ponérseles muy cuesta arriba.

Pero eso se verá esta noche. Mientras, todo son conjeturas que a estas alturas van dejando de tener sentido porque la solución definitiva al problema está al caer. En cualquier caso, hay algo que sí ha quedado patente durante la campaña, y es que, pese a la pretensión de las dos formaciones que llegan como novedad (Podemos y Ciudadanos) de transcender en cierta medida las etiquetas ideológicas tradicionales (derechas e izquierdas), el hipotético proceso de cambio sí que está ciñéndose a tales patrones. Nadie duda de que el PP, si los resultados cuadran, va a depender de Ciudadanos para poder obtener mayorías de gobierno en las principales instituciones (Cortes de Aragón y ayuntamientos de Zaragoza, Huesca, Teruel y otras poblaciones). Habrá que ver, no obstante, por dónde tiran los candidatos de C's en Aragón, pero se da por sentado que mayormente son gente de orden. Al otro lado, Podemos y PSOE están obligados a entenderse y a extender tal entendimiento a CHA e IU, si se da la ocasión. Desdeñar u obstaculizar un acuerdo entre fuerzas progresistas sería muy mal acogido por los respectivos votantes, sean éstos continuistas o rupturistas.

Como nadie tiene claro qué veredicto saldrá de las urnas, la campaña ha estado recorrida por la incertidumbre, el temor, la esperanza y un desasosiego que la/os candidata/os han sobrellevado como han podido (en general, con bastante flema). Ayer, jornada de reflexión, la mayoría de quienes se han pasado estas dos últimas semanas de mitin en mitin (además de los innumerables actos dirigidos a su parroquia más leal y a los agobiados periodistas) dedicaron el día a descansar. La plana mayor de Podemos, encabezada por un incombustible Echenique, se empeñó sin embargo en reunirse para repasar el programa que piensan seguir hoy. Mientras, se daban los últimos toques al dispositivo electoral: colegios, papeletas, urnas y demás.

Y una última mirada a Madrid, quizás el epicentro de este vendaval democrático: allí, Carmena, la candidata de Ahora Madrid, hizo público un ejemplar comunicado dando las gracias a sus adversarios, a varios de los cuales citaba expresamente como tendiéndoles la mano anticipadamente; Aguirre, por su parte, aún estaba dando explicaciones (algunas perfectamente incomprensibles) sobre sus sueldos y cobros. Donde las dan, ¡oh tremenda lideresa!... las toman.

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