martes, 5 de mayo de 2015

O pactas... o cambias la leyes electorales 20150505

Salga lo que salga de las urnas el 14-M (y luego, en las generales), nadie duda de que se acabarán las mayorías absolutas, y será preciso poner de acuerdo a diferentes partidos para sostener los futuros gobiernos (sean de coalición o monocolores). Así que los analistas y los propios jefes no paran de darle vueltas al tema. Los unos insisten en magnificar el pacto como expresión suprema de la excelencia política. Los otros apuestan cada vez con mayor descaro por modificar la normativa electoral y acabar con el sistema proporcional corregido para pasar a uno mayoritario: el que más votos saque se lo lleva todo, sea de manera directa o mediante segunda vuelta. Dos enfoques opuestos.

El pacto alumbró, dicen, la Transición y permitió romper el círculo vicioso del guerracivilismo abriendo un periodo de democracia y prosperidad. Cierto. Pero cabe plantearse la duda de si en la situación actual (muy distinta a la de hace cuarenta años) caben consensos políticos y sociales encaminados a preservar y ampliar la democracia y el Estado de Bienestar. Porque a finales de los Setenta los paradigmas europeos eran muy distintos a los actuales y la ortodoxia no sacralizaba la desregulación, el poder omnímodo del capital financiero y el sálvese quien pueda. Sin embargo es obvio que habremos de volver a la cultura de la negociación y el acuerdo. No les quedará otro remedio ni a los partidos tradicionales ni a los alternativos. Demos por hecho que el 24-M ganar, lo que se dice ganar... no ganará ninguno. Habrán de reagruparse (a la izquierda y a la derecha) si quieren llegar a los gobiernos.

En cuanto a lo de cambiar la norma electoral, solo es un último recurso para salvar al bipartidismo de la quema. Por eso sus más recientes promotores son la andaluza Susana Díaz, que está descubriendo cuán exigente es la obligación de pactar, y el extremeño José Antonio Monago, que ya le está viendo las orejas al lobo electoral.

En fin, se verá. De momento, servidor se muda, a partir de hoy mismo, a la crónica de esta campaña. Allí me encontrarán en las próximas semanas. Y que Dios reparta suerte.

JLT  05/05/2015

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