domingo, 12 de junio de 2016

Pero... ¿Quién abrió la puerta a Podemos? 20160612

El paisaje sigue repleto de interrogantes, que ya no solo tienen que ver con los resultados sino con otras cuestiones. Por ejemplo quién fue, o no, culpable de haber impedido el pacto tras el 20-D. O cómo y por qué alguien le abrió a Podemos esa puerta por la que ha entrado en la política española cual tremendo vendaval. Ahora, por cierto, todos los demás partidos parecen obsesionados con la coalición que lideran Iglesias, Garzón, Colau y Oltra (entre otros). Ayer, en los telediarios de TVE, Rajoy, Sánchez, Rivera y Homs, el de Convergencia, se relevaban en los espacios de información electoral (siempre según las instrucciones de la Junta Electoral Central) sin hablar de otra cosa que de la maldición podemista. Atraídos como polillas por la luz, todos los portavoces e intelectuales orgánicos del Sistema van y vienen en torno a cada uno de los mensajes provocadores e impactantes que salen de la boca del Coletas. Lakoff, el gran gurú de la comunicación política, les reprendería: "¡No penséis en un bolivariano!".

Repartiendo las culpas

La culpa de que no fuera posible algún tipo de pacto tras el 20-D ha quedado sin atribuir, o en todo caso no ha derivado ni en premio para los que lo intentaron más ni en castigo para quienes lo intentaron menos. PSOE y Ciudadanos fiaban mucho a las recompensas que, en buena lógica, merecía su histórico acuerdo. Pero los sondeos no detectan nada de eso, más bien al contrario. Cabe suponer que la mayoría de los electores valoraban más la firmeza poselectoral de sus líderes que el afán de estos por converger en arreglos de dudoso contenido. De hecho, los partidos, incluido el PSOE de Pedro Sánchez, han dejado de agitar el argumento de los seis meses perdidos. Solo Mariano Rajoy y los suyos insisten en que es urgente cerrar el paréntesis y contar con un gobierno plenamente ejecutivo. Un gobierno del PP, claro.

Otro argumento arrojadizo se refiere a la apabullante presencia de Unidos Podemos en esta partida a cuatro. ¿Quién abrió la puerta a esta pandilla de advenedizos capaces de vender ejemplares de su programa o apelar al patriotismo mientras defienden un referéndum en Cataluña (ayer, multitudinario mitin de Iglesias en Barcelona)? Existen dos respuestas radicalmente contrarias. Una, la del PP y sus correas de transmisión mediática, descarga la culpa sobre el PSOE, incapaz de sustraerse a la mirada fascinante de la cobra. Albiol, el líder conservador catalán, lo ha proclamado expresamente: "Los socialistas han allanado el camino al populismo". Otros conmilitones suyos van más lejos y ven en los podemistas una perversa continuación del zapaterismo bajo distinta marca. Pero hay otro enfoque, de acuerdo con el cual el primer empujón lo dio el mismísimo PP, deseoso de fracturar la izquierda y achicarle espacios al PSOE para acabar con él de manera definitiva. Eso... y las televisiones, capaces de poner en pantalla cualquier cosa o personaje que atraiga audiencia.

Preparando el debate

Hoy, los cabeza de lista empiezan a concentrarse para el debate de mañana. Al encuentro se le da cada vez más importancia. Y se supone que unos y otros han tomado nota de lo que puede pasar embarcando en este tipo de desafíos a alguien que no está bien entrenado o no tiene habilidad retórica. Se va a debatir cuando todos los argumentarios ya están resobados. Sin que pueda predecirse si en el plató montado por la Academia de Televisión la pelea alineará a todos contra Rajoy o, como pasa hasta ahora, todos contra Iglesias. En estos casos, nunca se sabe.

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