jueves, 10 de diciembre de 2015

Rajoy está en el secreto 20151210

Tras un arranque a medio gas, Rajoy puso ayer la directa. De repente, el presidente en funciones abandonó el gris habitual para ponerse azul cielo y pronosticó alguna sorpresa. La victoria de su partido, se supone. Por el contexto y el tono de su profecía, no daba la impresión de referirse a ser el más votado con un mísero veintitantos por ciento de sufragios; sino a un triunfo de verdad, más allá del treinta por ciento. Lo que en el PP se denomina ganar "una mayoría suficiente". Sonriente y aparentemente animado, el líder conservador parecía estar en el secreto de algo que va a ocurrir el 20-D, algo que desmentirá los augurios de los encuestadores, algo que dará la razón a su argumento de que sólo él puede gobernar España en serio.

Cabe la duda de si don Mariano sabe algo que los demás ignoramos o se trata sólo de que su equipo le ha dicho que es preciso animar a la parroquia y vender optimismo. En todo caso, el gran jefe se lanzó a callejear y mitinear: de Palma de Mallorca a Pamplona, de ahí a Zaragoza. Sin parar, fresco como una lechuga. En la capital aragonesa subió al escenario del mismo Palacio de Congresos donde el sábado pasado intervino Albert Rivera (y donde el día 18 actuará Pedro Sánchez). El del PP no sólo llenó el recinto, como ya hizo el de Ciudadanos, sino que cientos de sus fieles, al encontrar ocupados los 1.400 asientos de la sala, llenaron el gran vestíbulo. Vencedor a los puntos.

Rajoy llega a los auditorios y salones de actos rodeado de los dirigentes y los candidatos de su partido en cada provincia. Pierde tiempo hablando con la gente. Se somete sonriente a los selfies de rigor. Casi parece un tipo simpático, como si todavía estuviera comentando un partido del Real Madrid para la COPE. Su público suele tener una edad media superior a los cincuenta (salvo los jóvenes que le flanquean en la tribuna, como un persistente recuerdo de los tiempos del Pequeño Nicolás). Hay banderas, entusiasmo, concejales, dirigentes empresariales... Todo lo que falta en los más anónimos, ordenados, formales y colegiales mítines de Rivera.

Que el PP teme a Ciudadanos está fuera de duda. Tampoco se olvida del PSOE. A este partido le recuerda "cómo dejó España". Al segundo lo critica con pullas muy similares a las que los socialistas dirigen a Podemos: llegan a estas elecciones sin conocer España, con un programa de laboratorio, con un liderazgo creado en los platós de televisión... Abundando en esa autoproclamada superioridad y experiencia, los conservadores han incluido en su web electoral un comparador de programas donde, tema a tema, contraponen el suyo con el de los demás partidos.

La campaña, como estaba cantado, rebota una y otra vez contra las cuatro bandas que cierran el tapete. El PP fue el primero en advertir que se estaba gestando un tripartito (PSOE, Ciudadanos y Podemos) en su contra. Ahora, desde la sede socialista de Ferraz hacen la misma denuncia, sólo que en este caso serían los otros tres partidos rivales los que estarían forjando una entente de facto. Bueno... En realidad tripartito no hay ninguno; pero es indudable que los socialistas, tras cuatro años de sostenerse en la oposición, están pillados hoy en un fuego cruzado. La derecha dispara contra ellos porque lo ha hecho siempre, los emergentes aspiran a canibalizar su electorado. Sánchez viene haciendo una campaña animosa y bien diseñada. Queda bien cuando aparece en los medios, que no han dejado de darle cancha. Pero se siente acosado por los adversarios, maltratado en los sondeos y tal vez no confíe en todos sus compañeros de partido. También él, como Rajoy, espera que la cita con las urnas depare sorpresas.

Y para sorpresa la de ver al mismísimo Pablo Iglesias en un acto organizado en Barcelona por el diario La Vanguardia, la Asociación Española de Directivos y la Societat Amics del País. Ante anfitriones tan selectos, el líder de Podemos reiteró su convicción de que la salida al problema catalán no es otra que un referéndum vinculante. Lo mismo dijo en el foro Primera Plana de el Periódico de Catalunya. Allí no resultó tan sorprendente.

Daños colaterales en la campaña. Algunos medios han difundido las sospechas que rodean la actuación de un diputado del PP en el Congreso y un embajador del Reino de España. Habrían cobrado comisiones por negocios realizados en el extranjero. Mariano Rajoy, con su bendita tranquilidad y el buen rollo recién incorporado a su personaje-candidato, ha salido al paso de la acusación y asegurado que le parecen suficientes y satisfactorias las explicaciones de Gómez de la Serna (el parlamentario implicado, quien asegura haber realizado operaciones "plenamente legales" como asesor de empresas españolas que buscan mercados en el exterior).

¡Al PP con sospechas...!

No hay comentarios:

Publicar un comentario