lunes, 25 de julio de 2011

Aragón crecerá... ¿Por arte de magia? 20110724

El Día de Aragón se quedó en casi nada. Abducido por la Semana Santa y su particular ambiente, el 23-A fue en esta ocasión más oficialista e irrelevante que nunca. Como ya sabrán, Marcelino Iglesias aprovechó la ocasión para improvisar un resumen de sus doce años de mandato y augurar que la bendita Tierra Noble va a crecer muy pronto y a crear empleo otra vez. Biel también anduvo por ahí reclamando el desarrollo del Estatuto, como si en ese texto hubiera algún tipo de promesa especial, además de vaguedades y proposiciones opcionales. Rudi guardo estricto silencio; ni siquiera acudió al acto de ayer en el Pignatelli. Se lo toma con calma la aspirante a presidenta.

Si seguimos así, a la próxima campaña electoral sólo se la van a poner algo de pasión Ibeas, Barrena y los minoritarios. PSOE, PP y PAR han puesto su destino en manos de las inercia sociopolítica y de unos modelos de campaña estereotipados. Si acaso, los regionalistas fuerzan a veces la marcha con las ocasionales agudezas de su presidente y las proezas de su candidata a la Alcaldía de Zaragoza, quién lo mismo hace de buzo que de cheerleader. Por lo demás, la consigna es no herniarse mental o físicamente, que gobernar es agotador y ser el principal partido de la oposición, ¡buuufff!, ni les cuento.

¿Cómo volverá Aragón a la senda del desarrollo? Y otra cosa: ¿será ese desarrollo un proceso estable sustentado en un modelo de producción equilibrado y europeo, o seguiremos subiendo y bajando a tirones, con grandes derroches de dinero público y las recalificaciones de suelo avivando otra vez la hoguera de la especulación? Vayan ustedes a saber. Da la sensación de que los socialistas (sólo hay que escuchar al alcalde y candidato Belloch) permanecen aferrados a su idea inicial de que la crisis se superará una vez que todo se reasiente, vuelva a correr la pasta y la construcción tire del carro. El PAR ni siquiera ha reflexionado gran cosa sobre los problemas de la economía. Mientras haya dinero público para invertir en sus cosas, el regionalismo no pierde comba. Pero lo más increíble de todo es esa invencible molicie del PP aragonés, su inagotable pereza y su capacidad para aferrarse al argumentario general y establecer que bastará con relevar a los capos socialistas, ajustar los presupuestos, reducir el número de consejerías y asesores, bajar los impuestos y ahorrar en vermut para que esto sea Jauja; porque lo más importante, lo que determinará el fin de la crisis, no ha de ser otra cosa que la mera presencia de la derecha en tronos y sillones.

O sea, hay que esperar un milagro, un bucle espaciotemporal que nos devuelva al 2007 o un prodigio provocado por el retorno al poder de sus dueños naturales (entre los cuales hemos de incluir en primer lugar al PAR, una bisagra capaz de girar sucesivamente a uno u otro lado).


J. L. Trasobares/El Periódico de Aragón/domingo 24.07.2011

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