sábado, 30 de junio de 2012

Creo que me hace falta una dosis de relax 20120630

Será el calor, será la naturaleza de los acontecimientos que nos toca vivir, será que llevo mogollón de días seguidos dándole a la pianola... el caso es que ya me está pasando otra vez lo de siempre: me pongo al ordenador, ausculto la actualidad (más o menos), busco temas y de inmediato me va ganando una doble sensación. Por una parte me entra la risa histérica y por otra una especie de cabreo impropio de quien debe analizar objetivamente lo que sucede. O sea, que necesito unas vacaciones.

Cuando escribo estas líneas me estoy sometiendo a la mejor terapia posible: escucho el informativo vespertino de Aragón TV. Pues oigan, ni siquiera esa fina y templadita ducha de imparable optimismo, suave buenismo y aterciopelado positivismo me acaba de componer. Mala señal, muy mala. Oigo hablar a los consejeros del Gobierno aragonés, escucho la habitual ración de loas al Compromiso de Caspe (considerado hoy un adelantado ejercicio de consenso y sentido de Estado, cuando fue un acuerdo entre poderosos a espaldas del pueblo llano), aparecen los ministros del Gobierno de España echando su cuarto a espadas... y se me va la cabeza. Sólo me ha faltado el mano a mano entre Zapatero y el cardenal Cañizares. (con Iglesias llevando la custodia).

Ya no me hacen gracia los chistes sobre el apellido (Mato) de la ministra de Sanidad. Tampoco las cínicas bromas relativas a la posibilidad de que el medicamentazo y la paulatina devaluación de la sanidad pública devuelvan la sostenibilidad al sistema de pensiones al rebajar de manera acelerada la expectativa de vida de los españoles. Ni siquiera me emocionan el triunfal paseo de la selección de fútbol y las gloriosas expectativas que rodean al partido de mañana.

Ya sé que irse de viaje no es la solución. Admito asimismo que en este tórrido verano no habrá tregua ni reposo ni piedad. Es seguro que los grandes jefes (los políticos y los otros) aprovecharán la canícula para apretarnos (¡aún más!) las clavijas. Pero, amigos, yo me abro una temporadita. Vuelvo en un par de semanas (¡qué remedio!). No me olviden

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