martes, 5 de junio de 2012

También los sinvergüenzas son escépticos 20120605

A poco de reventar la burbuja inmobiliaria, varias personas de orden y de dinero se reunieron a cenar en Zaragoza. El anfitrión, uno de los grandes constructores promotores del lugar, lamentó que su caja B, engrosada durante años por cientos de miles y millones (de euros, claro) cobrados en negro, debiera seguir oculta en cajas de seguridad sin poder socorrer a la ya temblorosa y semidesmayada economía patria. Días después, otro de los asistentes a la velada, conocido dirigente empresarial aragonés, lanzó desde su organización un comunicado instando al Gobierno a ofrecer una amnistía fiscal como forma de recapitalizar España. Se ve que las razones de su amigo, el traficante de suelo y vivienda, le habían motivado.

La amnistía ha llegado por fin. El actual Gobierno de España ha accedido a lavar por un módico diez por ciento el dinero negro que llegue a los bancos. No habrá que explicar su procedencia. Como dijo ayer en La Ventana mi colega y amigo Nicolás Espada, quienes robaron a las hermanas cistercienses aquel fajo de billetes ganado con tanto afán por la Monja Pintora podrán legalizar tranquilamente su botín llevándolo do corresponda en la misma bolsa de basura donde lo habían guardado sus anteriores propietarias. No obstante, los entendidos aseguran que apenas aflorará dinero. Aquellos que manejan o manejaron grandes sumas en B ya disponen de circuitos alternativos, opacos, eficientes y ajenos a la crisis financiera que tiene a la banca española al borde del rescate y al Gobierno de Rajoy más colgado que un jamón serrano puesto a secar. Para eso están los paraísos fiscales, desde Andorra La Vieja al Estado del Vaticano pasando por Gibraltar y la Suiza de toda la vida. La familia Botín tiene sus ahorros en cámaras acorazadas de Ginebra, y ya regularizó fiscalmente la jugada con la amable colaboración de Hacienda y la Fiscalía. En cuanto a los listos que atesoran en casa unos miles de euros, ¿para qué habrían de sacarlos a la luz exponiéndolos a jugarretas bancarias, comisiones y corralitos? En este país hasta los sinvergüenzas se muestran escépticos. Bueno... ellos más que nadie. Saben de qué va.

José Luis Trasobares 05/06/2012

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