lunes, 30 de marzo de 2015

Atrapados por la angustia y la injusticia 20150330

Hay mucha gente pillada en hipotecas-trampa, amenazada por el desahucio (eso, si no ha sido desahuciada ya), asustada, hundida, humillada. Hablo de personas que por un momento tocaron la esperanza y la ilusión con la punta de los dedos, justo antes de verse arrojadas al pozo de la pobreza y revelárseles con total crudeza hasta qué punto habían sido engañadas.

Conozco el caso de un grupo de familias (muchas de ellas inmigrantes), que en su día, cuando el negocio inmobiliario iba como un tiro, fueron convencidas de que era factible adquirir un piso mediante una hipoteca cuyo coste mensual sería "equivalente a un alquiler". En las diversas oficinas de Caja España se les dio todo tipo de facilidades. Y ni el hecho de que la mayoría de ellas tuvieran unos ingresos precarios o careciesen de la más mínima formación fue obstáculo para firmar los créditos pillando avalistas al vuelo (los cuales, a su vez, tampoco eran conscientes de dónde se metían). Por supuesto, dichos créditos estaban cuajados de cláusulas abusivas.

Luego llegó la crisis. Los beneficiados con aquellos préstamos se quedaron sin trabajo o vieron reducirse sus magros ingresos, empezaron a sufrir cada fin de mes cuando llegaba la hora de pagar la hipoteca... y al final se derrotaron o pidieron un poco de clemencia para no quedarse en la calle. Para entonces Caja España había sido recogida por Caja Duero, que luego se fusionó con Unicaja en el Banco Ceiss. Las oficinas de Zaragoza fueron cerrando. Ya sólo queda una, cuya clausura también es cosa hecha. Así que quienes se han quedado colgados con su crédito van pidiendo, por favor, que les den alguna salida, que no vendan su préstamos a un fondo buitre (cosa que ha empezado a suceder), que les fijen algún interlocutor... porque llevan diez años pagando intereses y todavía tienen pendiente el principal de la deuda. En los próximos días les dirán algo. Y a eso se aferran. Mientras, sus concentraciones y protestas les han acarreado sucesivas denuncias y multas gubernativas "por desobediencia a la autoridad".

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