sábado, 7 de marzo de 2015

Atropellado final de legislatura 20150307

La semana ha sido horrible, desquiciante y muy poco adecuada para un final de legislatura. Poco adecuada para quienes gobiernan, se entiende; aunque para el vecindario tampoco ha sido gloria precisamente. La crecida del Ebro, por un lado, y los constantes problemas en la sanidad pública, por otro, han dejado al Pignatelli medio sonado. A Rudi se la ha visto (poquísimo, que a ella no le gusta aparecer en público cuando la situación se pone fea) bailar en la cuerda floja. La presidenta y los suyos van a llegar a las elecciones de mayo arrastrando tras de sí un mandato en el que Aragón ha retrocedido sobre sus propios pasos. Y amplios sectores de la opinión pública han sido conscientes de ello.

Cuatro años después, el Salud no es ni sombra de lo que fue. Los atascos en las urgencias de los grandes hospitales zaragozanos se han convertido en algo habitual. En realidad no son sino la consecuencia del deterioro asistencial en los centros de salud y de las listas de espera extendiéndose a las consultas de los especialistas y a las más imprescindibles pruebas diagnósticas. La gente, claro, busca atajos para ser atendida (mientras el que puede acude a la privada, donde cada día celebran la fiesta de San Oliván).

De la crecida, qué se puede decir. Tras una evidente cadena de fallos en la predicción y la adopción de medidas para evitar mayores daños (¿cómo se explica, si no, la muerte de 10.000 animales en establos y granjas?), la gestión posterior se ha dejado en manos de la ministra Tejerina, quien está aplicando un método muy podemista para consolar a los ribereños: hacer "lo que dice la gente". O sea, dragar y represar. Pues nada, hasta la próxima avenida. Los afectados por las inundaciones han atraído la atención de los políticos en un tiempo y un espacio muy concretos. Los aragoneses enfermos (y sus familias) no han dispuesto de un momento específico en el que hacerse presentes y elevar sus quejas. Pero ambos colectivos (y otros más) incuban hoy un hondo malestar que se extiende por todo el tejido social. Justo cuando, de hecho, ha empezado la precampaña. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario