martes, 9 de febrero de 2016

¿Un gobierno 'de cambio y progreso'? 20160209

Describir y analizar todo esto (lo que pasa en España) no es fácil. El desarrollo de las negociaciones (y los golpes bajos) para formar gobierno, por ejemplo, ha girado sobre sí mismo y ahora los del Ibex ya no presionan al PSOE para que deje subirse a la peana a Rajoy mancomunado con Rivera, sino a Sánchez... acompañado igualmente por Ciudadanos, que son el fijo de todas la quinielas sistémicas. Albert es el talismán del establishment. Será por eso que al joven líder neocentrista (o neoconservador, según se mire) le aplauden tanto cuando asegura que su partido jamás jugará en una mesa donde se siente Podemos... pero a Pablo se le pone a parir cuando se expresa a la recíproca.

Lo cierto y verdadero es que el secretario general del PSOE pedalea alegre por la carretera mientras el presidente del PP, solo, descangallado y tirado en la cuneta, ve cómo el mundo le pasa por delante, se rasca la barba, bosteza y sigue sesteando. Sánchez habla con unos y otros, se deja ver e imita sin complejos la terminología y el estilo del propio Iglesias: propone un gobierno "de cambio y de progreso", tal que el podemista, y en lo de los Goya apareció descorbatado (él, que va de boda incluso a las meriendas campestres) mientras el otro se presentaba con esmoquin y una pseudopajarita rockabilly (lo cual, por cierto, ha puesto de los nervios a todo el facherío, que cuando los alternativos lucen coletas, rastas y la camisa por fuera de los pantalones les llama guarros, pero si se presentan impecables les acusa de disfrazarse de señoritos burgueses). Conste que comparto las críticas de quienes, dando por bueno el atrezzo de Iglesias en la gala del cine, han advertido que sus zapatos no estaban a la misma altura. Pues sí.

Por lo demás, la cosa se está poniendo requetejodida. La Bolsa cae sin freno. La prima de riesgo ya se asoma a los ciento cincuenta puntos. No es (sólo) por culpa de la inestabilidad española, sino porque la economía global está enfermándose otra vez, si es que alguna vez estuvo sana. Eso sí, Trinidad Jiménez, la exministra socialista, está a punto de fichar por Telefónica. ¿Ven cómo sí se crea? 

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