lunes, 1 de febrero de 2016

Santisteve, atropellado por el autobús 20160201

El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, se va poniendo al día con una lentitud exasperante. Es cierto que la oposición (el PP, pero también ese PSOE taimado y reservón) no le da cuartel y que algunos poderes fácticos se aplican a segarle la hierba bajo los pies, pero ZeC arrastra tras de sí, como un lastre insuperable, una evidente incapacidad para abordar las cuestiones estratégicas. Sí, las mismas que los anteriores gobiernos municipales dejaron ahí, pudriéndose en la perenne percha de la rutina. ¿Qué ciudad quieren y queremos? ¿A dónde va esta capital de Aragón y del Valle del Ebro, cuya insustancialidad no logró resolver la presunta magia de la Expo? Ahí está el misterio.

De momento, a Santisteve y a la concejala Teresa Artigas, tan buenas personas y tan entrañables ambos, los autobuses les han pasado por encima. El atropello ha sido protagonizado de manera simultánea por AUZSA (la antigua TUZSA) y por el comité de empresa, que también se las trae. Y las víctimas, una vez más, han sido miles de vecinos que se han quedado colgados en las paradas. No es éste un problema nuevo, por supuesto. No puede ser imputado sin más a los actuales gestores del ayuntamiento. Pero se trata de un asunto que ZeC tendrá que resolver de una puñetera vez, si pretende hacer algo más que sobrevivir a su condición de gobierno local en tremenda minoría.

Está claro que los de Santisteve ejercen su muy limitado poder a través de medidas a escala micro, que acaban en callejones sin salida o se dirigen contra personas y colectivos de obvio talante progresista (¿o quizás se considera a dichas personas y a dichos colectivos demasiado próximos al PSOE?). Cesar a los responsables de Etopía o del Teatro Principal ha causado no poca estupefacción, porque su labor no estaba cuestionada ni se disponía de relevos adecuados (¿o sólo se trata de colocar ahí a alguien más... amigo?).

En el ámbito autonómico, Echenique deshoja la margarita, ciñéndose a unas exigencias presupuestarias importantes y necesarias, pero pbvias y limitadas. De él y del alcalde zaragozano se espera más. Mucho más.

JLT  01/02/2016

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