miércoles, 21 de mayo de 2014

Expos hay más que una 20140521

Cada aniversario, la Expo zaragozana vuelve a nosotros como un boomerang que trae recuerdos, penas, triunfos, agravios, demagogias y equívocos. Hoy, parte del antiguo recinto acoge dependencias de la Administración pública, los edificios e instalaciones singulares siguen siendo artefactos carentes de utilidad y aquel certamen internacional llamado a poner en el mapa y el mercado a la Urbe Cesaraugustana se pierde en la memoria como lo que en realidad fue: una verbena veraniega en la que tiramos la casa por la ventana comprando autoestima a sobreprecio. 

No les quepa ninguna duda de que la tremenda inversión hecha en Ranillas podía haberse rentabilizado mucho mejor. Pero hubiese hecho falta más creatividad a la hora de montar el circo, más inteligencia a la hora de gestionar el gasto, más ambición a la hora de fijar objetivos y muchísima más audacia ideológica a la hora de darle hondura y recorrido a la cuestión del agua y la sostenibilidad. Casi nada. Por lo demás, acabó pasando lo mismo que en otros lugares de Aragón donde se ha pretendido montar cosas supuestamente destinadas a traernos la modernidad y el desarrollo. Desde la ampliación de Cerler por Castanesa hasta el campo de golf de Calatayud, desde el aeropuerto de Huesca hasta Motorland, desde la locura urbanística de la Muela hasta los negocios del zaragozano Parque del Agua... todo rezuma exceso, imprevisión, falta de criterio y confusión mental. Los arquitectos emblemáticos lo tuvieron a huevo (fuese Zaha Hadid, que nos vendió un diseño cuya materialización costó tres veces más de lo previsto, o Norman Foster, que se llevó más de cuatro millones por el esbozo de una estación de esquí que jamás se construirá). Las grandes empresas de la construcción aún se lo montaron mejor. Y los publicistas, los fabricantes de ideas, los asesores técnicos (como Pedro Martínez de la Rosa en Motorland), los directivos políticos...

Sería bonito que de estas experiencias (que vienen a ser una sola) hubiésemos sacado alguna enseñanza. Pero no creo que haya sido así. Y bien que lo siento. 

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