Los sondeos tantean el resultado de las europeas pretendiendo intuir
qué hará finalmente esa masa de electores incapaces de decir si irán el
25 a las urnas o qué candidatura apoyarán. Los sociólogos que trabajan
estos días en el tema cocinan los trabajos de campo y se desesperan
porque los datos no les cuadran. El recuerdo de voto aparece envuelto en
una nebulosa. Pocos ciudadanos quieren reconocer, por ejemplo, que en
su día contribuyeron a poner al PP en los gobiernos. Sin embargo los chefs demoscópicos se malician que, a la hora de la verdad, el simple eco de las últimas victorias conservadoras pondrá a los de Rajoy-Cañete por delante de los de Rubalcaba-Valenciano. Es el augurio del CIS.
Por si acaso, la derecha se está reintegrando. Aznar
se sumó por fin a la campaña de su partido. Lección de unidad al canto.
Vox ya no inquieta. Al otro lado, como siempre, el panorama es muy
distinto. El PSOE, que sigue en encefalograma plano, no ha hecho un sólo
guiño a las izquierdas. Éstas han acabado tan fraccionadas como suelen.
O más. Desde IU, cuyas expectativas son buenas pero no óptimas, miran
con aprensión esos sondeos que dan opción a Podemos o a
Compromís-Equo-CHA (pero también a Esquerra y a Los Pueblos Deciden, que
es la coalición de Bildu y otros admiradores de lo abertzale).
Bueno, y a ver qué pasa con UPyD, cuyas posibilidades se me antojan (y
es una mera intuición personal) mejores de lo que hasta ahora reflejan
las encuestas.
Algunos se desesperan al comprobar que el
bipartidismo sigue ahí. Otros lamentan que esta campaña vaya a repetir,
según todos los indicios, los habituales lugares comunes de la
congestionada política local sin ampliar el debate a la cuestión
europea, que es lo fundamental. Así están las cosas. Podría decirse que
según lo habitual: la derecha apretando las filas, las izquierdas
disgregadas y un aburrimiento infinito. Pero en esta ocasión hay además
un contexto embarradísimo, un absentismo generalizado y la voluntad (por
parte de los conservadores, los mercados y todos los poderes globales) de cargarse la Europa Social de una vez por todas. Ojo.
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