miércoles, 19 de agosto de 2015

Populismo vs Grecia (en versión Guindos) 20150819

Subió a la tribuna del Congreso el ministro Luis de Guindos, y explicó cómo la pobre Grecia fue arruinada por el populismo. Por votar lo que no debía, echarse en brazos de la demagogia y esperar luego, contra toda lógica, un trato razonable de sus socios.

Cualquiera que sepa un poco de qué van las cosas, hubiese pensado que los temibles populistas helenos fueron aquellos que compraron a crédito los tanques alemanes, los buques franceses y los aviones USA. O los que, también a crédito, organizaron alegremente los Juegos Olímpicos del 2004, crearon tupidas redes clientelares, libraron de cualquier presión fiscal a navieros, banqueros y ricachones en general, saquearon las arcas públicas y falsificaron las cuentas del Estado. ¿Aludía quizás Guindos a los bancos alemanes y franceses, que de forma temeraria y especulativa cebaron la deuda griega, o aquel otro banco, Goldman Sachs, que elaboró las falsificadas cuentas antes citadas?

Pero, claro, lo de populistas no iba por los amigos de Nueva Democracia (la corrupta derecha griega apoyada por Rajoy) ni por los del Pasok (que intentaron una vez salirse del guion y acabaron cediendo el puesto a un gobierno de tecnócratas). No. Don Luis no se refería a los partidos tradicionales que metieron a Grecia en el pozo de la ruina, sino a la izquierdista Syriza. Y la tesis estaba clara: haciendo abstracción de lo que heredaron, de su intento de negociar una salida factible al problema de la deuda, de su compromiso con la reorganización del Estado heleno... toda la culpa de ese desastre que es el tercer rescate ha de caer sobre Tsipras, Varoufakis y los demás ilusos, que imaginaron poder jugar una partida que tenían perdida de antemano y no entendieron que el Eurogrupo les había señalado para servir de escarmiento a otros pueblos que también puedan ponerse tontos. A eso fue ayer Guindos, a escarmentar.
Entonces subió a la tribuna el diputado Martínez Pujalte, el que redondea su sueldo haciéndole informes orales a un constructor. Allí mismo, viéndole el careto al susodicho, me entró un arrebato de populismo fetén. No se apuren, ya se me pasará.

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