lunes, 17 de agosto de 2015

Y mira México, donde asesinan a mis colegas 20150817

Hay democracias buenas, pasables, malas... y peores. Porque, como se ha dicho tantas veces, un Estado de derecho necesita urnas, pero no sólo. Hacen falta partidos, pero también movimientos sociales... y mucha libertad. El ejercicio de dicha libertad permite articular derechos, igualdad y justicia, para garantizar la prosperidad repartida y la estabilidad social (en este momento, siempre me vienen a la cabeza Noruega o Nueva Zelanda o incluso Suecia y Canadá).

Así que la vehemencia de quienes denuncian la baja calidad de la democracia en Venezuela resulta plausible, aunque reiterativa. El chavismo, por supuesto, ha degenerado en su propia y brutal caricatura. Y ya resultaba bastante caricaturesco cuando lo inventó Chávez. Otra cosa es que entonces la partitocracia barrida por el de la boina roja había alcanzado tal nivel de corrupción y de desprecio por el pueblo, que cualquier cosa venía a resultar aceptable. Pero ahora, en este mismo instante, la famosa y discutida Venezuela no es (políticamente hablando) lo peor de América Latina. Habría que volver la mirada a Colombia, y sobre todo a México. Es aquí donde la estrecha alianza de las autoridades (electas) con la oligarquía económica y el crimen organizado ha barrido el estado de Derecho. Se vota, sí; pero los activistas, los jóvenes, los que protestan, los incómodos... son sistemáticamente asesinados. Mis colegas de la prensa, la radio y la tele caen uno tras otro. Sus cuerpos aparecen abandonados tras haber sido sometidos a horribles torturas antes del tiro de gracia. Tal vez denunciaron alguna corruptela de un alcalde o un gobernador, o hablaron de su amistad con este o aquel narco. Quizás sólo se hicieron eco de las quejas vecinales por el mal estado de una acera o del alumbrado público. Mueren. Sin embargo esto no causa ningún escándalo internacional. El presidente mexicano va y viene, es recibido en palacios y cancillerías. Nadie se siente obligado, al parecer, a recordarle que en su nación los derechos humanos son pisoteados cada día. Y quienes desprecian (con razón) a Maduro tienen a Peña Nieto por un tipo decente. Increíble.

No hay comentarios:

Publicar un comentario