jueves, 20 de septiembre de 2012

Estupendo informe de Rudi al Politburó 20120920

En los sucesivos debates sobre el estado de la Comunidad que se echó al cuerpo, Iglesias se limitó a repetir una y otra vez el mismo discurso. Raca-raca ante unas Cortes sedadas y una opinión pública sobrecargada de autoestima. ¡Ah!, pero doña Rudi acabó con la rutina y ayer se lanzó a sacudir las conciencias contándonos no ya un viaje por el País de las Maravillas sino una especie de argumento abstracto, impenetrable, absurdo y un punto cómico. A ella le parecerá mal la comparación (perdóname, Luisa Fernanda), pero su monocorde intervención se asemejó a un informe de aquellos que se presentaban al Politburó del PCUS en los años del padrecito Stalin. De ahí el incongruente llamamiento a la rebelión social después de traernos y llevarnos por el submundo de los ajustes quinquenales.

A todo hemos de llegar cuando una política veteranísima y con mando en plaza no habla ya de realidades percibidas (como hacía el otro) sino de realidades irreales. ¿Se le habían olvidado los abucheos del lunes en las escalas del Paraninfo? ¿O no recordaba las manifestaciones por María Agustín, las concentraciones de las mareas multicolores, los treinta y tres mil niños sin beca, la reducción de plantillas en todos los servicios? ¿Ignora por ventura que su Gobierno acumula meses de retraso en el pago de los conciertos a la residencias de ancianos o discapacitados o en las ayudas preceptivas a los centros especiales de empleo? ¿En qué país vive?

No creo que Rudi sea tan cínica como podría dar a entender su inefable discurso. Seguramente se dejó arrastrar por ese entusiasmo a la inversa que le es propio. Por eso habló, como consumada burócrata, de la nieve que no nevará, del túnel que nunca se hará, de los pantanos que jamás se llenarán y del objetivo de déficit que se cumplirá (¿a costa de qué?).

En estas condiciones el debate sobre el estado de la Comunidad se convierte en una broma. Cualquiera sabe cómo se las arreglará la oposición para replicarle hoy. Lo cierto es que un planteamiento así es inabordable, supera la normal condición humana. ¡Qué grande eres, presidenta!

No hay comentarios:

Publicar un comentario