jueves, 27 de septiembre de 2012

Una democracia de baja intensidad (I) 20120927

Convocado sin un patrocinio claro y con unos objetivos políticos sorprendentemente ingenuos e incoherentes, el 25-S convocó en Madrid una verdadera muchedumbre, lo cual indica hasta qué punto está socarrado el personal. Por supuesto. la cita en torno al Congreso resultó ser una encerrona. El Ministerio del Interior no sólo había preparado las habituales barreras para blindar el área de Plaza de las Cortes-carrera de San Jerónimo y la zona de Génova. También había situado policías fuera, en contacto directo con los manifestantes: agentes uniformados y pertrechados con material antidisturbios... y agentes de paisano infiltrados entre la gente. Si aquello no estaba encaminado a provocar sucesivas situaciones de tensión, será que ando paranoico perdido. Pero luego, cuando llegaron las cargas y la aparente confusión de los enfrentamientos, las tomas cenitales de las televisiones recogieron no sólo la desproporcionada actuación policial sino las maniobras de individuos vestidos con sudaderas, encapuchados y muy bien entrenados que encendían una y otra vez la mecha de la violencia, y más tarde (¡oh, sorpresa!) incluso ayudaban a practicar detenciones.

Confusión y peligro. Eso sí, en el interior del Congreso el Pleno discurrió con normalidad. Durante los debates apenas había medio centenar de diputados en el Hemiciclo. A lo mejor era una forma de solidarizarse con los manifestantes del exterior dándoles la razón. Al tiempo, en Barcelona, Mas anunciaba que convocará un referéndum de autodeterminación "en cualquier caso". Por la noche, en Intereconomía, un joven diputado del PP advirtió (¿amenazó?) que en este plan vamos camino "de otro 18 de Julio".

Ayer, ya lo vieron, hubo más manifestaciones y más crispación en Madrid (también en Zaragoza). Al ministro del Interior todo esto le parece "espléndido". Rubalcaba cree, a su vez, que no es momento de enredarse en discusiones sobre el orden público.

El plano general mostraba y muestra una democracia de baja intensidad. Ése y no otro es el peligro: la degeneración del Sistema.

(Continuará) 

JOSÉ LUIS Trasobares 27/09/2012

* ¿Leña y punto? Miguel A. Sanz

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