martes, 4 de diciembre de 2012

¿Hasta dónde vamos a llegar? 20121204

Ayer fue el Día Mundial de la Discapacidad. Por la tarde, representantes de las principales organizaciones aragonesas que atienden a discapacitados intelectuales se reunieron con el consejero Bermúdez de Castro para intentar abrir una vía de negociación que resuelva la grave situación en que los recortes presupuestarios han situado a uno de los sectores sociales más frágil y dependiente. 24 horas antes, en Madrid, 50.000 personas llegadas de toda España (ciegos, cojos, paralíticos cerebrales, síndromes varios- ) convirtieron sus demandas en un clamor desesperado, porque las administraciones adeudan ya más de 300 millones de euros a las residencias, centros ocupaciones y centros especiales de empleo donde pueden vivir, socializarse, sentirse útiles y mantener la esperanza. Esa deuda está causando estragos, pero todavía hay un temor mayor: el Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales ha emitido una resolución que incrementa brutalmente el copago (ya existente) de los servicios más básicos. Algunas comunidades no se han dado por aludidas. Pero la DGA parece seguir al pie de la letra los dictados del Gobierno central. Si llegan a aplicarse, la red asistencial actual saltará por los aires. La idea de los gobiernos inspirados por el ideario neoconservador consiste en reducir sus aportaciones a esas residencias y centros ocupacionales o de empleo hasta descargar el peso de su mantenimiento sobre los discapacitados y sus familias. Así, quienes no dispongan de recursos volverán a sus casas, sobrevivirán en la penuria, perderán toda posibilidad de integrarse, tener un empleo, enamorarse-.Y los peor dotados, los más débiles, aquellos que tengan tras de sí una familia desestructurada o insensible desaparecerán en los agujeros negros de una sociedad descompuesta.

Me pregunto cómo será posible aliviar la conciencia con cuestaciones, rastrillos y festivales destinados a poner una tirita sobre las heridas mortales infringidas en nombre (¿de la ortodoxia económica?, ¿del ultraliberalismo?, ¿de la maldad absoluta?) a quienes menos pueden defenderse. Ojalá se arregle esto. Si no... 

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