La EPA y el PSOE andaluz se quedan para otro día. El suceso en el
tren a Galicia le ha dado la vuelta a la actualidad y ha creado ese polo
de atención tensa y sobrecogida que producen las tragedias de grandes
dimensiones. Tales acontecimientos nos lanzan de bruces sobre la
realidad: el ser humano cree que puede dominarlo y controlarlo todo,
pero por los intersticios de la tecnología y de los protocolos de
seguridad siempre acaba colándose el fallo, humano o de los propios
artefactos. No somos nada, dice la gente. Y es cierto. Volamos al
capricho del huracán como hojas en la tormenta.
El
descarrilamiento del Alvia ha permitido por otro lado contemplar los
efectos de la solidaridad ciudadana y sobre todo la eficacia de los
servicios públicos que afrontan y palían las consecuencias de
catástrofes como esta. La celeridad y calidad de la reacción han vuelto a
ser muy notables (como ocurriera cuando los atentados del 11-M y en
tantas otras ocasiones). Cientos y aun miles de funcionarios de la
seguridad y la sanidad se movilizan en estos casos y su trabajo permite
rescatar a las víctimas, atender a los heridos, identificar a los
muertos y apoyar a sus familiares en tiempo récord. Y eso que ayer las
autoridades políticas pidieron paciencia en lo relativo a las
identificaciones para evitar errores (obviamente, quieren disipar la
sospecha de que pudiera repetirse la macabra chapuza del Yak).
La
sanidad pública, protagonista principal en operativos de esta
naturaleza, se alza todavía como un sólido y magnífico edificio. Durante
los dos últimos años ha sido erosionado y barrenado sin piedad por los
gobiernos de la derecha, pero resiste y es capaz de asumir grandes
emergencias. ¿Podrá hacerlo con igual eficacia dentro de otros dos años?
Los destalentados que denigran a los trabajadores públicos y
desprestigian los servicios que estos atienden deberían reflexionar al
respecto. Si la sanidad, la educación, las pensiones o la asistencia a
los dependientes se convierten en un suculento negocio en manos
privadas, ¿quiénes rescatarán y atenderán a las víctimas de accidentes
como el de Galicia?
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