miércoles, 17 de julio de 2013

Un delincuente... del PP (por supuesto) 20130717

No sé si la mueca de Rajoy cuando comparece en público es de "¡uy que susto!" o de "¡no me pises que llevo chanclas!". Parece ser que, a estas alturas, el presidente del Gobierno es el único convencido de que bastará un poco de indiferencia, mucha cara dura y la consabida catarata de mentiras y medias verdades para salir del trance. Sabemos que Mariano es un tipo ambiguo, indefinido, mediocre, oportunista y muy de derechas. Es terrible que semejante homo sapiens sea el gran jefe de las Españas justo cuando caen chuzos de punta.


Este ser, que usa como argumento definitivo su peculiar concepto del sentido común y conjura los problemas por el procedimiento de no hablar de ellos, ha ordenado a sus más próximos colaboradores (Cospedal La Bienpagá o ese portento de la naturaleza llamado Carlos Floriano) que neutralicen a Bárcenas calificándole sin ambages de delincuente. Así, los voceros del PP proclaman la única verdad que ha salido de sus bocas desde que este asunto echó a rodar, pues el exgerente, extesorero y exsenador es sin duda alguna un presunto delincuente... ¡Pero es su delincuente! Les pertenece enterito: con el pen drive, los papeles, los millones en Suiza y todo lo demás.

Bárcenas era el jefe del aparato pepero, el gran conseguidor, el que repartía la panoja. Hasta hace pocos meses aún recibía los cariños de Rajoy. Y cuando se publique íntegra su biografía de mago del dinero (digno sucesor de Naseiro y Lapuerta) aparecerán (ya está sucediendo) todos los daños colaterales: Gürtel, Valencia y Las Islas, el tremebundo caso del Yak... ese oceáno de mierda que la derecha española finge ignorar con patéticos ademanes de virgen incontaminada.

Desesperados, Cospedal y sus ayudantes incluso intentan situar el espantajo de su tesorero en las filas del PSOE (como si este partido no tuviese sus propios delincuentes). Pero Bárcenas vuelve a ellos una y otra vez. El escándalo es tan del PP que su volcado a la opinión pública corre por cuenta de Pedro J. Ramírez (con la inestimable ayuda profesional del exjuez Gómez de Liaño). Todo encaja en el drama. Vas bueno, Marianico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario