sábado, 24 de diciembre de 2016

Que ustedes lo vivan bien 20161224

Si Miguel Hernández, el gran poeta, pudo cantar a la flor de las milicianas llamándola Rosario (Rosario, dinamitera,/sobre tu mano bonita/celaba la dinamita/sus atributos de fiera), bien podrá quien suscribe servirse de la cristiana Navidad para desearles lo mejor, recomendarles algún manjar y despedirse por una temporada, que me tocan vacaciones. Eso sin desmerecer mi condición de laicista, librepensador y descreído.

Vivan la vida lo mejor que puedan. Precisamente yo iba a recomendarles para estos días la lectura de Patria, la magnífica novela de Fernando Aramburu (editorial Tusquets), pero me parece no menos instructivo y muy apropiado en semejantes fechas el último libro de fotografías de Gervasio Sánchez, Vida-Life (Blume) , apabullante, instructivo y conmovedor... como siempre.

Sigo. Un restaurante: El Gamberro, en la calle Blasón Aragonés de Zaragoza, porque tiene estilo y rompe la pana. Un vino: Sed, de mi tierra monegrina, impresionante.

Agradezco una vez más el favor que me hacen al leerme, algunos de ustedes todos los días. Si no es fácil sostener durante meses ese ritmo cotidiano en la escritura, reconozco que también tiene mérito meterse El Independiente entre pecho y espalda una jornada tras otra. Disculpen las erratas, los exabruptos y algún calentón que se me lleva por delante, a pesar de que las normas del periodismo de opinión obligan a mantener la serenidad y el temple.

El futuro nos ha alcanzado. Y para muchos de nosotros no parece tan bonito como lo soñamos hace tiempo, cuando cabía imaginarlo desde la ensoñación utópica. Pese a todo, siempre estará a nuestro alcance la posibilidad de transformar la realidad a mejor, combatiendo sin violencia pero con valor aquello que menos nos gusta, lo que resulta más injusto e inaceptable.

Vivir es eso: disfrutar... del placer del debate, del placer de los sentidos, del placer de los principios, del placer que proporciona el mundo que nos rodea. A ello voy, por una temporadita. Al año que viene, otra vez estaré aquí. No me olviden.

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