lunes, 28 de enero de 2013

España va bien... 'Revolution' 20130128

Algunos voceros oficiales (como el inefable Cañete) aseguraron la semana pasada que la reforma laboral ya está surtiendo efecto. Debían referirse al hecho de que la EPA (encuesta de población activa) no había rebasado el techo psicológico de los seis millones de parados. Por treinta y cinco mil, oye. Qué gran logro del actual Gobierno.

Pero, parado arriba o abajo, no son pocos los expertos que andan felicitándose porque los ajustes van dando frutos: España y sus grandes compañías vuelven a financiarse de manera regular, retorna parte del capital extranjero que se fue, mejora la competitividad de nuestras empresas y, en consecuencia, la balanza comercial se medio apaña. En resumen, que la crisis ya cede, sólo que la nueva estabilidad va a ser lo que es: se acentuarán las desigualdades, se consolidará el empobrecimiento y se irán viniendo abajo los servicios públicos. En esta nueva secuela del España va bien alcanzaremos por fin el clímax de la saga, el nivel Revolution, cuando triunfa definitivamente aquello que el protagonista anunció como una revelación al inicio de su peripecia. Luego podremos recrearnos, si acaso, en alguna precuela y evocar aquellos tiempos en que Fraga Iribarne mantuvo encendido el fuego de la resistencia frente a demócratas, radicales, izquierdistas y traidores. Bonito, ¿eh?.

Casi seis millones de parados, y sin problemas. La población activa está descendiendo porque se van los inmigrantes que vinieron y se van también nuestros jóvenes parados, reconvertidos a su vez en emigrantes. La exportación ya estaba cayendo en noviembre, pero como no importamos nada porque el consumo se ha ido al garete pues no da tanta impresión. La prima de riesgo anda por los trescientos y pico, que parecía una cosa insoportable cuando gobernaba (o lo que fuese aquello) Zapatero, pero ahora, tras haber pasado por los seiscientos puntos, no asusta ya ni a los niños. La producción industrial va para abajo y la inversión en bienes de equipo es casi nula. O sea, todo en su sitio.

Como dicen los cínicos, es lo que hay. Se acabó la crisis. Empieza Revolution. Cuestión de acostumbrarse. 

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