lunes, 14 de enero de 2013

Más compromiso, conciudadanos 20130114

Conozco a personas que dicen ser cristianas. Pero no van a la iglesia nunca, no cumplen los preceptos definidos por la jerarquía, no cotizan en ninguna parroquia e incluso se abstienen de poner la crucecita en la casilla de la declaración de la renta que el presuntamente aconfesional Estado español ha destinado a la Santa Madre. También escucho a no pocos ciudadanos abominar de los sindicatos, criticarlos con ferocidad, reclamarles que hagan algo ante la crisis. Y sin embargo esos disconformes no están afiliados a nada ni han puesto un céntimo en su vida ni jamás han reivindicado cosa alguna por sí mismos o junto a sus compañeros. Se han limitado a disfrutar de los aumentos de sueldo y las mejoras laborales conseguidas (en los años de bonanza) por los malditos sindicalistas.

Son solo dos muestras de la falta de compromiso que empapa a la sociedad española (y no digamos a la aragonesa). La consigna es no mojarse y delegar en otros. Por vagancia, por dejadez, por un oscuro e indeterminado miedo a significarse, por egoismos o vayan ustedes a saber por qué.

Hay quienes pretenden impulsar la creación de un nuevo referente político capaz de articular a los progresistas de toda condición, convocar unas primarias abiertas y dotar de salida electoral a los movimientos sociales que hoy se estrellan contra el rompeolas de la mayoría parlamentaria conservadora. Está bien la iniciativa, ya lo creo. Pero... ¿Cómo se financiará? ¿Creen ustedes que tendría éxito una colecta masiva como la que ha permitido a Obama pagar sus campañas? Porque yo, no. Aquí lo de cotizar es una virtud muy minoritaria.

Sin compromiso, sin organización y sin una visualización clara de cuáles son sus intereses y de cómo defenderlos, gran parte de la población atacada por la crisis habrá de reaccionar si no quiere convertirse en carne de cañón. La cuestión afecta sobre todo a las clases medias, en las que ya se están cebando las élites extractivas cuya determinación predadora no ha dejado de crecer en los últimos tiempos. Porque esas élites sí que están comprometidas. Con lo suyo, claro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario