miércoles, 15 de julio de 2015

A veces, este parece otro país 20150715

Puedo entender que el Chapo Guzmán, gran señor del narcotráfico americano, se fugase de la cárcel por un túnel de kilómetro y medio excavado desde fuera con maquinaria de obras públicas y a la vista de todos. A la postre, en México no hay un estado normal ni su democracia cumple los estándares más básicos. Pero todavía alucino (llámenme ingenuo) ante ciertas cosas que suceden en España, socio de la declinante Unión Europea y, según se dice, país adecuadamente modernizado en casi 40 años de democracia (presuntamente efectiva y de calidad). Verbi gratia: el incendio en la Residencia Santa Fe. No logro concebir cómo fue posible que un edificio edificado ilegalmente y sin permisos municipales de ningún tipo pudiera acoger ancianos con un alto grado de dependencia y mantener durante 17 años relaciones habituales con la administración autónoma, que es la responsable de los servicios sociales. Ese centro estuvo ahí, funcionando sin ningún disimulo, e incluso ayer mismo todavía figuraba en la lista de residencias para ancianos con las que el IASS tiene un concierto para conveniar plazas. Inaudito.

Los incendios catastróficos seguidos de amargas revelaciones sobre fallos en la prevención y el cumplimiento de las ordenanzas han sido, por desgracia, un clásico en la crónica de sucesos zaragozana. Desde Tapicerías Bonafonte, pasando por el Corona o la Flying, cada tragedia ha provocado escándalos, reformas burocráticas y, se supone, mayores exigencias destinadas a garantizar la seguridad. Así hemos llegado, decenio tras decenio, al siniestro de Santa Fe. La barbaridad perfecta, ¿definitiva?

Las administraciones funcionan de una forma extraña: a veces son implacables, prolijas y temibles en su celo; en otros casos, sin embargo, toleran las irregularidades más escandalosas. Se dice que situaciones como la existente en la residencia incendiada son habituales en este mundillo. Y el Gobierno de Aragón (cuyo IASS lleva cuatro años sumido en el caos) se dispone a realizar inspecciones urgentes para cortar por lo sano. Con ocho ancianos ahí, de cuerpo presente.

JLT 15/07/2015

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