sábado, 11 de julio de 2015

Qué raro vota la gente, ¿verdad? 20150711

La democracia es perturbadora, desde luego. Permite a la ciudadanía enterarse de cosas que las dictaduras esconden (la corrupción, por encima de todo), y hace emanar el poder institucional de ese pueblo cuya voluntad electoral todavía es decisiva. Son dos fenómenos de gran impacto: el primero porque permite a la gente indignarse, regocijarse y hacerse una idea de cómo está el patio; el segundo, porque transforma esa indignación o regocijo en desafección o afección a las distintas fuerzas políticas. De lo cual se infiere que las urnas tienen mucho peligro, como bien dijo la señora ministra. Porque de ellas salen veredictos aparentemente incomprensibles, pero en realidad fáciles de interpretar. ¿Por qué votaron No en el referéndum griego muchos integrantes de las clases media-media y media-alta?, se preguntan aún algunos españoles desconcertados. ¿Acaso no estaban ya metidos en el corralito? ¿No entendían que su país está jodido con el euro o con el dracma? ¿Imaginaban quizás que podrían torcerle el pulso a Merkel, sus aliados socialdemócratas y el resto de los europeos ortodoxos? Bueno... Tal vez sólo aspiraban a permitirse el soberano lujo del pataleo.

¿Por qué los jóvenes españoles de clase media urbana votan a Podemos? Porque son conscientes de las consecuencias nefastas de la intensa y extensa corrupción político-empresarial, y se están dando cuenta de que, además del dinero, les están robando el futuro. Rajoy puede decir misa, pero con nuestros postgraduados (y postmasters y postdoctadorados) bailando en la cuerda floja de los contratos y los sueldos basura, el cuento de la creación de empleo no cuela. Señoras y señores de treinta o más años, titulados superiores, parlantes en dos idiomas además del suyo y con capacidad profesional contrastada, han de vivir con sus progenitores, no saben si podrán formar su propia familia... y cuando les ofrecen ochocientos cincuenta euros al mes, se sienten, además de explotados, humillados. Sus padres también, claro.

Democracia. A la postre, también hay pensionistas y trabajadores por cuenta ajena que votan al PP, ¿no? 

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