sábado, 19 de enero de 2008

Especulador, tú 20080119

Quienes poseen extensos terrenos allá donde dicen que se ubicará Gran Scala no sueltan una hectárea por menos de 32.000 euros. Incluso las gentes más sencillas hacen cuentas con lo que podría sacársele al monte comunal. Ya ven ustedes qué desvergüenza y qué falta de patriotismo. Vienen unos señores importantísimos, trayendo en la cartera la genial idea de levantar el negocio del siglo en plena estepa (por el bien de Aragón, claro), y la gente, en vez de agradecerles el detallazo y dejarles que se ganen la vida, se sube a la parra y empieza a pedir el oro y el moro. Hombre, por favor, si todo el mundo quiere especular, ¿qué será de los auténticos especuladores, los profesionales?, ¿de dónde obtendrán plusvalías del uno por mil si los intrusos se les meten por en medio?

Las personas sensatas advierten de que la codicia puede romper el saco. Y ojo con la supramunicipalidad (a la que Biel se refiere como un hecho consumado), porque la actual Ley de Urbanismo aragonesa permite, en tales casos, atajar por la vía de la expropiación. Se suponía que ello sólo habría de ocurrir en proyectos de gestión pública al estilo Pla-Za, pero lo público y lo privado andan últimamente muy revueltos (el caso es crear riqueza, ¿no?).

Si hemos de creernos Gran Scala (al menos como hipótesis de trabajo), el solar (¡y qué solar!) se hace imprescindible. Imagínense ustedes que los señores de ILD llaman a la cadena Hilton (por poner un ejemplo) a proponerle la conquista de la Europa ludópata desde el corazón de Los Monegros. ¿Cómo van a convencer al papá de la famosa Paris, si no han amarrado antes dos mil o tres mil hectáreas tasadas a precio de secano? ¿Cómo van a especular los especuladores si les especulan a ellos?

Aunque, claro, hay que comprender al personal. Si yo viviera ahora mismo en Los Monegros y tuviese ocasión de ver mis tierras revalorizadísimas, me agarraría a la oportunidad como un pit-bull. Pues... ¿qué otra cosa podría esperar de Gran Scala sino la ocasión de pegar un honesto pelotazo? Y luego, allá se las compongan los listos. Porque a priori no parece aquél un lugar demasiado interesante para que en el futuro busquen trabajo tus hijos. A vender bien el solar y en todo caso (si aquella cosa para en algo), ya mandará mister Hilton a su niña para que dé tono. Que de petardeo se lo sabe todo, la tía.

JOSÉ LUIS Trasobares 19/01/2008