miércoles, 21 de noviembre de 2012

Un año de chistes malos (I) 20121121

En el primer aniversario de su gran victoria a Rajoy se le subió el optimismo a las barbas. Alrededor de él, el país entero entró en una especie de trance histérico. El presidente de la nunca bien ponderada Asociación Española de la Banca pidió más pisos y más hipotecas. Desde el Ministerio de Economía se sugirió la posibilidad de dar permiso de residencia a todos los extranjeros que compren una vivienda por importe superior a 160.000 euros (los chamizos no valen). El Gobierno municipal de Zaragoza, loco por pillar algo de cash, adelantó su intención de vender, debidamente recalificados, los suelos de los depósitos de Pignatelli, golosa parcela ubicada en lo mejor de la ciudad. La ministra Mato, que por cierto llega hoy a Zaragoza a impulsar el envejecimiento activo, anunció que su departamento ya no cofinanciará esos dispositivos de alarma que llevan los ancianos para pedir auxilio si les pasa algo estando solos. Todo es así en este Primer Año Triunfal, donde el único noticiario televisivo digno de tal nombre es El Intermedio, un programa de humor.

¿Y si este aparente deshueve tuviese alguna lógica interna? ¿Y si nuestro actual presidente del Gobierno supiera algo que los demás ignoramos y fuera capaz de detectar la recuperación económica en medio de la recesión, el récord histórico de morosidad bancaria (10,7%) y las advertencias de que se nos viene encima otra tormenta especulativa? En cuanto al jefe de la AEB, su idea de relanzar la construcción y las hipotecas me parece genial. Podría servir para recoger a los desahuciados y proponerles un nuevo ciclo de compra-endeudamiento. U ofrecer a los sin papeles la oportunidad de comprarse un buen piso, pedir un buen crédito... y lograr por fin esa tarjeta sanitaria que tanto ansían. Incluso cabe otro enfoque: ¿Y si toda esta operación inmobiliario-migratoria complementase el advenimiento de Eurovegas y fuera una forma de regularizar la llegada de rusos, árabes, chinos y demás protoludópatas, cumpliendo así las exigencias al respecto del maf..., digo del magnate judio-norteamericano Sheldon Adelson. (Continuará) 

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