Ya saben mi monserga: las cosas son siempre (salvo raras excepciones)
lo que parecen. Si vuela y tiene plumas, patitas palmeadas, pico
achatado y hace cua, cua, seguro que es un pato. La observación, no se
olvide, es uno de los principales fundamentos de la ciencia. A partir de
ese método, muchas personas hemos visto en el programa para utilizar a voluntarios
universitarios como personal de refuerzo en los centros públicos de
Primaria y ESO una maniobra para sustituir con mano de obra gratuita el
trabajo de los cientos de interinos y profesores de apoyo previamente
despedidos o no contratados. Es de cajón, digan lo que digan (cogidos en
falta) los promotores de la genial idea.
En este mismo diario han aparecido artículos de la directora provincial de Educación de Zaragoza, Montserrat Martínez Reus y de Javier Campos,
presidente de una asociación vinculada a Save the Children, la oenegé
patrocinadora del controvertido programa. Según ambos, enviar a jóvenes
estudiantes de los campus zaragozanos a trabajar en colegios e
institutos es legal y positivo. Qué van a decir.
Pero en este
caso, como en otros que se nos echan encima, los límites entre el
voluntario y el intruso están siendo forzados de manera deliberada. ¿Por
qué se moviliza a los universitarios justamente ahora, cuando la
enseñanza pública está sujeta a drásticos y crueles recortes? ¿Por qué
se pretende, mediante una normativa ad hoc, violentar la regulación de
las actividades pedagógicas? ¿Por qué en la Mesa Sectorial de Educación
celebrada el pasado día 5 los representantes del departamento fueron
incapaces de explicar la naturaleza del programa solidario? ¿Por qué
portavoces de dicho departamento afirmaron esta misma semana que
rectificarán el plan inicial tras consensuarlo y aquilatar mejor su
alcance?
Es curioso cómo los promotores del programa intentan
disfrazar a su particular patito. Dicen (véanse los artículos de
Martínez Reus y Campos) que los universitarios solo harán apoyo
complementario en actividades extracurriculares. Sin embargo, en el plan
de actividades elaborado por Educación, Universidad y Save the Children
se dice que los voluntarios "explicarán al alumnado conceptos básicos
de las materias instrumentales del currículo de la Educación Primaria y
Secundaria". ¿Entonces? A esto se le llama textualmente "refuerzo
educativo". Incluiría "desarrollar dentro del aula (y con alumnos difíciles)hábitos
de autonomía y adaptación académica (así como) pautas de interacción y
de comunicación, de desarrollo del lenguaje, habilidades cognitivas y de
trabaja intelectual". ¿Extracurricular?
Lo cual será pagado con seis créditos (notas) aplicables al grado que estudien los voluntarios. Ya ven. Hasta hace el cua, cua.
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