miércoles, 25 de septiembre de 2013

Lo que no pasó... no pasó 20130925

Zaragoza se consume en la duda pilarista. ¿Seguirá la huelga de autobuses durante las fiestas? ¿Se estrellará (como empieza a temerse) la carpa del Norte (la de Tanricamente), cuya maravillosa oferta sobre el papel está viniéndose abajo a la hora de la verdad?

Pero a mí me apetecía retomar el tema de la suspensión de la apertura de curso en nuestra universidad. Este incidente inexistente ha adquirido vida propia, ha abierto diversas hipótesis respecto del comportamiento de las personas involucradas y es un perfecto exponente de la extraña locura en que nos han instalado. Digo esto porque se leen y escuchan comentarios sobre el caso que resultan de lo más delirantes. Se da por sentado que el Príncipe y el ministro Wert no vinieron al Paraninfo cesaraugustano por culpa de unos graves incidentes... que jamás existieron. La derecha aragonesa (la política, la fáctica y la mediática) lamenta lo que pudo pasar como si hubiera pasado. Pero no pasó. Los enfados y lloros posteriores se fundamentan en una mera suposición.

Luego está la duda de si el rector, al aceptar primero ser el anfitrión en una apertura de curso tranquila y luego tirarse del tren en marcha, actuó con valentía desmontando los planes de la Casa Real y el ministerio, o más bien se dejó llevar, tragó con la situación y fueron justamente esa Casa Real y ese ministerio los que se echaron atrás al no estar asegurada la tranquilidad prevista. Corren versiones para todos los gustos. Todo estaría más claro si a) la Universidad de Zaragoza se hubiese negado desde el principio a prestar su Paraninfo para escenificaciones inaceptables en estos tiempos de recorte y cabronada, o b) el acto se hubiera celebrado según lo previsto... y ahora podríamos opinar sobre lo real y no sobre lo imaginario. En ambos casos el rector tenía opciones dignas. A la postre, el 12 de octubre de 1936 se celebró en Salamanca una apertura de curso mucho más jodida. Y allí, un rector tan conservador como Unamuno, se jugó literalmente el tipo diciendo lo que tenía que decir. Lo pagó luego. Pero nadie ha tenido jamás duda alguna sobre ese incidente. Que sí existió. 

JOSÉ LUIS Trasobares 25/09/2013

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