sábado, 28 de septiembre de 2013

Plaza, ¿el gran pufo aragonés? 20130928

Lo de Plaza se está poniendo muy caliente. Conforme la Policía desentraña los papeles incautados en los primeros registros, sale a la luz un presunto desfalco de grandes dimensiones. Allí, al parecer, todo el que podía ponía el cazo, facturaba a su favor, se apuntaba al sobrecoste y pillaba lo que podía. La pregunta del millón (de los 50 millones más bien) es: ¿cómo puede ser que durante años y años aquello fuera el paraíso del trinque sin que ni el consejo de administración ni los reponsables políticos de la plataforma percibiesen el olor a chamusquina? Porque al final tuvo que ser un ciudadano semianónimo, el actual alcalde de Lobera por el PSOE y empleado de Acciona, el que tiró de la manta por su cuenta y riesgo. Los demás, jefes y mandados en general, o estaban en Babia o participaban en el saqueo. 

Tengo curiosidad por ver cómo evoluciona este caso. No tanto por lo que pudiera dar de sí una comisión de investigación política que el PP y el PAR han boicoteado, ellos sabrán por qué, sino por la evolución del trabajo policial y judicial. ¿Serán llamados a declarar los exconsejeros socialistas Velasco y Vicente, presidentes que fueron ambos del consejo de Plaza? ¿Tendrá que deponer ante el señor magistrado el exconsejero delegado de dicha sociedad pública, Carlos Escó? ¿Y el papel jugado por el actual consejero, en el Gobierno PP-PAR, Francisco Bono, quien también estuvo en la cúpula de la plataforma representando a Ibercaja? Por otro lado, ¿qué puede pasar con las dudosísimas operaciones a favor de Agapito, el del Real Zaragoza, puestas en solfa por el Tribunal de Cuentas? Bueno, de momento van imputando a técnicos y empresas contratistas, supuestos actores principales del thriller.

Con este panorama, se hace imprescindible que de una vez por todas sean puestas bajo los focos las demás sociedades públicas que hay en la Tierra Noble. Visto lo visto, nadie tiene por qué creer que todo el barro está en Plaza y las demás (Motorland, Aramón, Zaragoza Alta Velocidad, etcétera) son gloria pura. Arrastran un agujero que suma ya varios cientos de millones de euros. El superpufo. 

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